Caminaste hasta Kirishima, le diste el resto de la semana libre a Kaminari. Lo viste y saltaste hasta él, te abrazo y afirmó la notita para leerla.

"Me gustas tanto".

No era muy expresiva, tenias planes diferentes ese día—. Mi amiga te invita a su casa, anota la dirección. —Kirishima sonrió emocionado al saber que tú lo habías invitado y asintió. La tarde pasó y Kirishima tocó la puerta de tu hogar, tu hermano pequeño salió corriendo para abrir.

—¡Hola! ¿¡Quién eres!? ¡Ah, el no-novio de mi hermana! Pasa, pasa. —Eijirō no tuvo tiempo de reaccionar cuando el pequeño Stephan lo tironeo para llevarlo a la sala donde estaban dos adultos, un par de gemelas y unos trillizos, ahí entendió porqué la casa era tan grande.

Bajaste corriendo pero era muy tarde, toda tu familia estaba acosando al pobre Eijirō. Bueno, no toda, faltaban los Mellizo mayores y tu gemelo.

Tu energética y rara madre se transformó en Pug y tus hermanos menores la imitaron. Sí, toda tu familia exceptuando los mellizos mayores y tu padre tenían el quirk de Pug. Solo que el de la madre estaba perfeccionado y por ende sus rasgos como la maternidad eran más parecidas a las de un perro.

—¿Cuántos hermanos tienes...? —preguntó en una crisis existencial.

—Somos 9 hermanos en total, bueno, mamá está embarazada pero hasta donde sé es solo uno —dijiste entre estresada y emocionada.

—Tu familia... Es pequeña... —respondió mirando a tus hermanos correr de un lado a otro. Kirishima tuvo una crisis existencial enorme, si quería tener una familia en un futuro fantasioso contigo, aunque quisiera tener hijos no podría con tanto.

Muchos niños, muchos perros y mucho amor que se tenían mutuamente. Aunque eso lo llevo a especular que podrías ser tú la de las notas y tendrías relación directa con la pugsita.