Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

C i n c u e n t a y n u e v e

—¿Entonces le pediste un tiempo? —Pregunta Jaesang asombrado.

La salida con Jaesang se alargó hasta más de media noche. Ambos seguíamos en el restaurante de pollo frito acabándonos nuestra tercera ronda de vasos de cerveza. Me parece sorprendente lo que la cerveza puede hacer para formar una amistad.

A Jaesang le conté con toda confianza mi situación con Jungkook. Él me escuchó y ahora parece que dará su opinión al respecto.

¿La necesito? No, porque sé que lo que sea que diga no me hará cambiar de opinión.

—¿Por qué te asombras?

—Blake, solo es extraño. En estas dos horas me has contado de tu novio policía y su romance para que luego me digas que se tomaron un tiempo —discute conmigo—. Perdóname, pero para mí no tiene sentido esto.

—Para mí, sí —contraataco—. ¿Tú qué harías en mi caso? Toma en cuenta que tu pareja está obsesionado con su trabajo, tiene una hija que mantener solo a la misma vez que debe de cuidar de su padre; y todo esto mientras que tú estás acabando el último ciclo.

Jaesang no me responde nada, se queda pensando en todo lo que yo había tomado en cuenta. Poco después asiente y me da la razón de mi decisión.

—¿Y cuánto tiempo crees que necesiten? —Pregunta a la vez que toma otra pieza de pollo frito.

Encojo mis hombros como respuesta.

El tiempo siempre suele ser impreciso para algunos, por eso siempre se le toma como un misterio.

—¿Y cómo estás llevando tú toda la muerte de Sunhee? —Pregunto, haciendo el intento de cambiar el tema.

—¿Cómo así? —Responde—. ¿Te refieres a todo en sí, o solo a una parte en específico?

—A todo.

—Actualmente, se me hace muy cansado volver a hablar de Sunhee. —Jaesang le da otro trago a su lata de cerveza antes de acabársela y estrujar la lata entre sus manos—. Creo que una vez te lo dije, no lo recuerdo; pero se me hace tonto seguir hablando de alguien me engañó y no me respetó. Yo la quería hasta que me enteré de todo lo que hacía a mis espaldas.

—¿Al menos la extrañas?

—Era mi novia, Blake. A pesar de todo, lo era —dice sin dudar—. Y claro que la extraño, o al menos extraño llamar a alguien mi novia. Sunhee a veces podía ser complicada de tratar, pero cuando estaba conmigo, de cierto modo me hacía bien tenerla. Era una amiga para mí y... —Jaesang suelta una sonrisa nerviosa a la misma vez que baja su cabeza—. Hubo un tiempo en donde llegué a considerarla como el amor de mi vida, estaba tan enamorado de ella fui capaz de convertir nuestra relación en una casi matrimonial. Tenía muchos planes con ella, hice cosas que no debí de hacer, la estuve convenciendo de vivir juntos algún día; pero por suerte todos mis planes se comenzaron a detener cuando nuestras discusiones eran constantes, y luego su muerte detuvo que yo le diera un anillo de compromiso.

Abro mis ojos para mostrar mi sorpresa al escuchar esa última parte. ¿Por qué el matrimonio se había vuelto un tema recurrente a esta edad? A partir de los veinte años, cada persona va tomando decisiones para su vida, algunos planean casarse y otros planean traer bebés al mundo. De cierto modo esto lo podía interpretar como una bienvenida a la adultez; pero algunos la apresuran sin saber muy bien lo que hacen, ¿y si luego eso no era lo que uno realmente quería?

Por suerte Jaesang no logró acabar con su vida. No porque el matrimonio sea horrible, pienso que el matrimonio depende de la pareja y de cómo quieran llevar su convivencia, más bien yo lo digo por los antecedentes que Sunhee llevaba consigo y de los cuales Jaesang no estaba enterado. Así Sunhee nunca hubiese muerto, sabía que aquel matrimonio nunca progresaría y Jaesang hubiese acabado siendo infeliz.

Finalmente, Jaesang y yo, luego de hablar un poco más de Sunhee y prometernos que después de esta noche nunca más volveríamos a decir su nombre, salimos del restaurante para caminar por las calles de Itaewon mientras que buscábamos un lugar para seguir divirtiéndonos. El alcohol ya había hecho su efecto en nosotros y estaba segura de que para más de una persona teníamos que vernos como unos jóvenes extraños y que solo están metidos en las drogas.

O al menos Jaesang, mi atuendo me salvaba de parecerme como una drogadicta.

Al día siguiente amanezco con un ligero dolor de cabeza. Rápidamente me preparo una infusión que me quitara el malestar para luego ir a buscar mi laptop y encenderla, tengo trabajos que realizar y también debo de estudiar. Al menos mi mañana comenzaba siendo productiva antes de ir a clases.

Observo la hora en la parte inferior derecho de mi computadora solo para cerciorarme del tiempo que tengo disponible. Después, abro mi correo electrónico para limpiar mi bandeja de entrada; este es un hábito que solo lo hacía cada mes, pero luego de haber enviado mi curriculum a las empresas, esto se ha vuelto una grave obsesión semanal.

Así que no sucede nada raro, solo leo los correos que estaban en negrita y los desecho. Después, me voy a la bandeja de spam, agarro mi taza con mi infusión para darle un trago; pero, de pronto, comienzo a atragantarme cuando leo el primer correo que estaba en la fila.

Era de Chanel.

Era una respuesta a mi correo.

¡El correo había sido enviado hace tres días!

Inmediatamente oprimo el correo y comienzo a leer lo que me decían. Iniciaron saludándome cordialmente, como cualquier otro tipo de correo formal, y luego vino parte que realmente me interesa: su respuesta.

—Es de nuestro agrado anunciarle que nuestro programa de admisión a practicantes —bisbiseo sin despegar ni un segundo mis ojos de la pantalla—. Eeeeh... ¡¡Cumple usted con los requisitos!!

En un abrir y cerrar de ojos, me encuentro saltando de mi asiento por la emoción. Mi corazón late con mucha rapidez mientras voy dando gritos alrededor de mi sala. Mi cuerpo tiembla y siento que estoy a nada de colapsar.

Camino otra vez hacia mi computadora para releer el correo y verificar que no estaba soñando y no era de mentira. Luego, vuelvo a hacer lo mismo que antes, pero unas dos veces más exagerado.

Lo próximo que hago es tomar una foto a la pantalla de mi computadora y enviársela a Byul y a Jaesang. Este último, en nuestra salida de ayer, también terminó enterándose de mis aspiraciones luego de acabar la universidad.

Terminado el momento de emoción, vuelvo a mi computadora para seguir leyendo el correo. Tal parece que lo próximo que debía de hacer es inscribirme por el enlace que enviaron, algo así como un formulario con mi información para ellos lo tuvieran en cuenta. Cuando terminé de hacerlo, me apareció un mensaje sobre que ellos se pondrían en contacto conmigo para las entrevistas.

Me recuesto sobre mi asiento y suspiro sin creerme todavía que estoy a nada de lograr uno de mis mayores sueños desde que inicié la universidad.

—Blake, lo estás haciendo muy bien —me digo—. Felicitaciones.

****

Dos semanas después

—Estará listo para salir la semana que sigue. —Me dice el doctor después de hacerle su revisión a mi padre—. Después, iniciará con sus terapias para que recupere el movimiento muscular.

Asiento a las indicaciones del médico antes de volver a entrar a la habitación de mi padre. Él, con la comida que le daban, bajó de peso, casi unos cinco kilos, y esto logró que lo viera un poco más joven de lo normal.

—¿Qué te dijo el doctor? —Pregunta ni bien me ve aparecer.

—Te darán de alta la otra semana. —Respondo cortante. No era novedad—. Luego tendrás que ir a terapia física.

—Está bien.

Mi padre cierra sus ojos para seguir descansando. Cuando el doctor vino, él estaba tomando su siesta de la tarde, los medicamentos lo habían adormecido. Ahora parece solo querer irse recomponiendo de su sueño.

Estaba tranquilo, se le veía así. Sus gestos eran relajados al igual que su respiración. Podía ver la forma en cómo su pecho subía y bajaba cada cinco segundos.

Este parecía ser el momento indicado para contarle a mi padre sobre Soo-hyun, hablarle de ella. Pero había un problema: Las palabras no me salen con tanta facilidad.

Sé exactamente lo que debo de decirle. He practicado muchas veces el monólogo que le diría, hasta Soo me ha ayudado con tan solo escucharme; pero cada vez que estoy solo con él, las palabras son olvidadas y las siento muy innecesarias. Estar en silencio hasta que me vaya se ha vuelto toda una costumbre entre mi padre y yo, ninguno habla; solo nos décimos "Hola", "¿Cómo estás?", "Qué bueno", "Adiós". Solo somos capaces de decir cuatro frases cuando ambos sabemos que tenemos muchas cosas por decirnos.

Es curioso cómo el silencio se ha vuelto nuestro amigo en común, aquel que no queremos dejar ir. Es como esas situaciones en donde uno conoce a alguien nuevo, pero que también es conocido de un amigo nuestro. Cuando no existe confianza entre la persona nueva y uno mismo, lo único que queda es seguirle la conversación a nuestro amigo en común hasta que este decide dejarnos solos unos minutos, nos vemos forzados a hablar para ser corteses, y existen temas de conversación que podríamos tocar, pero no lo hacemos por cobardes.

Algo así sucedía con mi padre y conmigo. Siempre ha sido así.

Cuando yo era más joven y llegaba de la escuela, cuando tenía suerte de almorzar con mi padre en nuestra casa, ninguno alzaba la mirada al otro. Estábamos más al pendiente de la comida que teníamos servida en nuestros platos que a preguntarnos cómo nos fue en el día. Las únicas palabras que recitábamos eran "Hola" y "Gracias", porque luego mi padre tenía que regresar a trabajar y yo debía de hacer mis tareas en mi habitación.

Luego los años fueron pasando, comencé a trabajar con él y le hablé más. Claro, si discutir se le puede calificar como "hablar".

—¿Y cómo estás? —De repente, mi padre habla.

—Bien.

El silencio del que hablé antes se vuelve a instaurar entre nosotros; pero a diferencia de lo que pudo haber pasado otros días, mantengo mi mirada a la de mi padre para ver si se anima a decirme algo más.

—Qué bueno —responde—. ¿Cómo está el departamento de homicidios?

—Bien.

—¿Quién está...

—He decidido darle el cargo a Joo-kyun —contesto sabiendo su pregunta.

—Está bien. —El silencio aparece por unos segundos más—. ¿Y Mireu?

—Murió. Te lo conté.

—Es verdad. ¿Cómo está Blake?

Justamente volvió a preguntar lo mismo que me va preguntando desde hace días. No sé si era por mi comportamiento desanimado o porque él mismo se ha dado cuenta de que ya no estoy tanto tiempo con ella, pero tal parece que Blake se ha vuelto el tema favorito de mi padre.

—Bien. —Respondo antes de levantarme de la silla—. Tengo que irme ya. Debo... Hacer unas cosas en mi casa.

—Quédate un poco más.

La razón por la cual me estaba yendo a la media hora de haber llegado, era porque Eunji me avisó que hoy le tocaba revisión médica a Soo-hyun con su pediatra. La cita era a las cinco en punto y solo me quedaban veinte minutos para ir por ella y llevarla a su revisión.

—Otro día. —Le digo sin más.

Papá me mira irme de su habitación, pero no me dice nada. Finalmente, estando afuera puedo eliminar toda la tensión que sentí allá adentro.

Cuando llegué por Soo-hyun, Eunji ya me estaba esperando con mi hija afuera de su casa. La había vestido con un vestido tiras color café y le colocó abajo de este un polo blanco de manga larga. Le puso sus zapatos negros con sus medias y panties blancas.

Sostuve a Soo-hyun entre mis brazos y me la llevé a los asientos de los pasajeros. Ahí estaba su silla especial para llevarla en el auto. No creí que iba a necesitar una hasta que una vez Namjoon me habló de aquello.

Al día siguiente fue lo mismo que ayer con respecto a mi padre. Estuve poco tiempo con él antes de ir al departamento de homicidios. Cuando finalizó mi jornada, visité a Soo-hyun para estar un rato con ella hasta que regresé a mi casa para seguir buscando en esas páginas de inmobiliarias una para vivir con mi bebé.

No es necesario decir que todos los días eran como el anterior y que esta rutina me estaba agotando más de lo debido. Solo los domingos solían ser distinto, paseaba con Soo-hyun por lo parques en su carriola en donde las miradas de algunas madres nunca faltaban.

Al parecer les parece sexy que un padre, que viste camisa y un pantalón formal, saque a pasear a su bebé.

El día que mi papá salió del hospital fue algo caótico desde que me levanté. Esto sin exagerar.

Para iniciar, en la mañana Eunji me llamó preocupada porque Soo-hyun amaneció enferma y necesita que la llevara al médico. Salí rápido de mi casa y fui a por Soo-hyun, ella estaba dormida en los brazos de Eunji, noté su nariz un poco rosada —más de lo normal— y con sus ojos hinchados por su llanto. Eunji me acompañó al pediatra y ella estuvo más pendiente de Soo.

Cuando llegamos con el médico, este examinó a mi bebé para decirnos que solo era un resfrío por el cambio de clima. Nos recetó los jarabes que debíamos darle, además, nos dijo que la siguiente semana teníamos que volver para ver cómo iba.

Después al medio día me llamaron de emergencia en el departamento de homicidios, justo cuando tenía que ir a recoger a mi padre del hospital. Fui rápidamente al trabajo para saber qué era lo que pasaba, la emergencia era que habían encontrado cuerpos en su proceso de putrefacción en un ático de una casa abandonada. Al parecer querían al mejor agente del departamento para este caso, y yo con gusto lo haría; pero ahora tengo cosas más importantes que resolver como mi padre y cuidar de Soo-hyun.

Al final el caso se lo terminó quedando Seokjin.

Conduje hasta el hospital lo más rápido que pude para recoger a mi padre. Pagué su estadía en el hospital y lo subí a mi auto para llevarlo a su casa. En el camino ninguno de los dos hablaba, aquello provocaba que el ambiente se sienta tenso e incómodo, o al menos eso es lo que yo sentía.

—¿Cómo te va hoy? —Pregunta mi papá, casi como indiferente.

—Bien.

Mi padre me da una rápida mirada y luego la regresa hacia el frente.

—¿Seguro? —dice—. Jungkook, te conozco y...

—No, tú no me conoces. —Zanjo al instante de escuchar esa frase tan trillada.

Llegamos a un semáforo que me detuvo y mi padre volvió a mirarme, yo hice lo mismo y ahí nos encontrábamos los dos, esperando a que el otro diga algo más.

—Eres mi hijo, claro que te conozco.

—¿Sabes? —me río sarcástico—. Precisamente es eso lo que me jode de ti. El hecho de que seas mi padre no significa también que me conozcas.

—¿Por qué piensas que no te conozco? —Replica.

Estaba esperando a que mi padre alzara la voz para sentir esto como una de nuestras muchas peleas, pero tal parece que eso no está en los planes de mi papá; y se siente muy extraño.

Pareciera como si no estuviese hablando con mi papá en realidad.

—Seok-jun, has estado muy ausente en toda mi vida como para que me conozcas. —Digo irritado. En cualquier los golpes harían aparición—. No sabes nada de mí y parece que años atrás no te ha importado conocerme; así que no me vengas a decir una mentira como esta.

—Tu comida favorita es el tteokbokki y te gusta acompañarlo con fideos ramen. Haces sonidos cuando algo te gusta. Odias el helado de limón. —Comienza a enlistar todo lo que sabe mí mientras que voy moviendo otra vez el auto—. De pequeño te gustaba la leche de plátano, por eso siempre te compraba un paquete cada vez que iba de compras. Te gusta hacer todo a tu modo, no te sientes cómodo cuando te contradicen. ¿Quieres que siga o estás conforme con lo que he dicho?

No respondí absolutamente nada. Me sentía bastante enojado y ofendido, el problema entre los dos siempre sería, precisamente, nosotros dos. O tal vez yo.

Cuando llegamos a la casa de mi padre lo ayudé a bajar y a entrar al lugar. Lo dejé sentado en uno de sus sillones mientras que yo le daba una mirada rápida a todo el lugar, algunas cosas eran nuevas para mí. Desde que dejé la casa han habido más fotografías de mi mamá y de mí, muy pocas eran de Jae-ean.

—¿Qué son todas estas fotos? —le pregunto. Papá mira a su alrededor y encoje sus hombros.

—La casa a veces se siente muy grande para mí. Quería algo de compañía —dice.

Me paseo por las repisas de madera oscura para mirar mejor todas las fotografías. Había una de mi madre con Jae-ean en brazos, cuando recién había nacido, y mi papá estaba a un costado de ellos. Ambos tenían su mirada hacia arriba, donde la cámara que había posicionado.

Después, miré otra fotografía. Esa era mía, cuando tenía a penas dos o tres años. Mi papá la había tomado cuando me llevó al parque de Busan para jugar con un avión que me habían regalado para mi cumpleaños. En la fotografía estaba sentado en el césped mirando el juguete.

Luego vi más fotos de mí de cada año. En ella podía notar el cambio, cuando era más pequeño aparecía sonriendo, pero luego esa sonrisa fue desapareciendo hasta ser inexistente.

—Estás solo porque así lo quisiste —murmuré.

Volteé a ver a mi padre y él ya tenía ese gesto que tanto quería ver. Se molestó.

—Repítelo. —Ordena casi iracundo.

—Estás solo porque así lo...

—¡Jungkook, cállate! —Zanja—. He tolerado mucho de tu parte. ¿Por qué no entiendes, por un demonio, que no soy el villano de tu historia? ¡Toda mi vida! Escúchame bien —me señala con su dedo índice—. ¡Toda mi jodida vida lo he hecho mal! ¡Incluyendo nuestra relación! ¡Soy consciente del porqué tienes ese pensamiento de mí y no sabes cuántas veces me he cuestionado si fui un buen padre educándote a mi modo!

—¿Educarme? —Ahora era mi turno de hablar—. ¿Le llamas dejarme solo en casa y solo prácticamente todo en lo que te pude haber necesitado, "educación"? —Empecé a aplaudir mientras me acercaba al hombre de canas—. Déjame darte un premio entonces, ganaste a la categoría a «El padre más ausente del mundo».

—¡Sí, sé que estuve ausente en tu vida! —continúa gritándome—. Jungkook, hijo, a pesar de que no fui un buen papá para ti, que te dejé solo la mayor parte de tu vida, que pocas veces te preguntaba cómo te iba, que siempre te haya exigido más; siempre pensé que era lo mejor para ti. Jungkook, me convertí en papá viudo cuando siento que tú aún necesitabas a tu madre, yo no sabía cómo tomar su rol materno contigo y simplemente hice lo que recordaba que mis padres hicieron conmigo cuando tenía tu edad. Tu mamá se encargaba de cuidarte, de escucharte; varias veces quise intentarlo contigo, hablar entre los dos y que veas en mí un lugar seguro. Pero el trabajo cada vez se volvía más pesado y debía de seguir manteniéndote, alimentarte, darte una educación; tú recuerdas lo difícil que fue para los dos adaptarnos a Seúl, tú extrañabas Busan y a tu mamá mientras que yo extrañaba a mi familia. No fuiste el único que llevó el luto, no fuiste el único que perdió a alguien que quiere.

—Tú ya no querías a mamá, menos a Jae-ean. —Replico—. Y no fuiste tú quien tuvo que escuchar cómo morían.

—Puedes pensar lo que quieras, Jungkook. Así como tú crees que yo no puedo saber lo que sientes realmente, tú tampoco lo sabes de mí —suspira cansado—. Yo una vez le dije a Blake lo arrepentido que estaba de haber ido arruinando nuestra relación. Debí de haberte tratado mejor antes, hacer todo distinto.

Mi padre baja la cabeza en señal de arrepentimiento y derrota. Junta sus manos arrugadas y las pone sobre su regazo. Por mi parte solo puedo pensar en el tiempo que tuvo que pasar para mi papá se disculpe conmigo, para que aceptara que nunca fue el gran padre que se creía y del cual yo supuestamente debía de estar agradecido.

Entonces comprendí un patrón que nunca quise aceptar: los padres siempre buscan ser mejores que sus propios padres. Yo quiero ser un mejor papá para Soo-hyun, a pesar de que ahora no sé cómo lograrlo; pero al menos sé los errores que no debo de cometer.

—Tengo una hija —le digo finalmente. Mi padre alza su cabeza con sus cejas levantadas—. Se llama Soo-hyun. No sé si recordarás a Lee Daeyeon, yo la embaracé hace tiempo y desde hace más de un mes es que conozco a mi bebé. Daeyeon murió hace unas semanas por culpa de Mireu... Así como tú, parece que soy un padre viudo. No sabes lo mal que me sentí cuando quise rechazar a mi hija solo porque le tenía miedo a la paternidad, porque le tenía miedo a ser como tú. Muchas personas dicen que nos parecemos, y me enferma escucharlo; imagínate lo que sentiría si llego a ser como tú como papá. Estoy aprendiendo. No soy un experto; pero hago mi mayor esfuerzo por ser mejor que tú como papá, porque mi bebé se merece algo bueno de mí, no solo lo material.

Mi padre se queda en silencio unos minutos, su sonrisa va apareciendo de a pocos en su rostro. Hace el intento de levantarse solo de su sillón y caminar hacia mí para abrazar. Seok-jun había envuelto sus brazos por mis hombros mientras que soltaba pequeños quejidos, era como si le estuviese doliendo algo mezclado con un llanto.

—Estoy tan orgulloso de ti —musita cerca de mi oreja—. Jungkook, lo siento por todo. No fui el padre que merecías, pero estoy tan, tan feliz de ver tu madurez. Me alegra mucho escuchar que tengas una hija, que yo sea abuelo; y que, a pesar de todo, hayas asumido tu responsabilidad.

Papá se separa de mí para tomarme del rostro y sonreírme mientras que sus ojos estaban rojos y llenos de lágrimas. Su rostro se había tornado de un color rojo, su mirada reflejaba la felicidad y la tristeza.

—Ya no eres mi pequeño hijo, te convertiste en todo un hombre —dice, dando pequeños golpes en mi mejilla—. Quiero parar de discutir contigo, que podamos superar nuestros problemas. Déjame ser parte de tu vida, hijo. Prometo que todo será diferente.

Lo miré molesto por un rato hasta que finalmente las lágrimas también aparecieron en mí. Alejé las manos de mi papá de mi rostro y ladeé la cabeza en forma de negación.

—La has jodido —contesto con rencor. Todos los momentos de mi adolescencia y juventud llegan a mí como un bombardeo—. Toda mi vida esperé que me dijeras que estabas orgulloso de mí, que tomaras iniciativa para una reconciliación. Yo no lo necesito ahora, lo necesitaba antes, cuando aún podíamos recuperar nuestra relación, cuando yo aún te quería a pesar de todo, cuando me esforzaba por entenderte.

—Perdóname, Jungkook. En serio, perdóname —dijo una vez más.

—Me tengo que ir. Permiso.

Sequé mis lágrimas con el dorso de mis manos y quise encaminar hasta la puerta, pero mi padre se interpuso en mi camino y quitó mis manos de mis ojos para hacer él mismo lo que yo estaba haciendo.

—Piénsalo, Jungkook. La vida de ambos puede acabar en cualquier momento, al menos yo pienso eso, y quiero reparar mi relación contigo antes de que te pierda para siempre. —Dice aquello que nunca creí que diría. Mi padre y Blake se parecen mucho en pensar acerca del futuro, casi soy como ellos también—. Y si soy yo el que tiene que irse, entonces quiero hacerlo sabiendo que pude darle solución a nuestra relación.

Papá se aleja de mí y sonríe a medias para sí mismo.

—Resultaste mejor de lo que podría haber imaginado —dice casi como si fuera más un pensamiento suyo que una frase para mí—. Lo digo otra vez, estoy muy orgulloso de ti.

—Adiós, Seok-jun.

Evito mirar a mi padre y camino hasta la puerta de la salida para montarme en mi auto. Lo enciendo y comienzo a emprender viaje.

Cuando un semáforo rojo me detiene, pienso con calma en todo lo que pasó en mi antigua casa. Tal vez mi padre tenga razón con el tema del tiempo, hace semanas casi lo pierdo por un intento de asesinato. Darle una oportunidad era un poco peligroso, pero a la vez algo necesario; y sé que mi padre ha dicho todo con honestidad.

Siempre habíamos ido marcha atrás, nunca caminamos juntos hacia un futuro, cada uno tomó su camino y olvidó al otro, o simplemente no le importó tanto como uno mismo. Quizás sí esté bien intentar solucionar mi relación con papá, porque la verdad, ya estoy muy cansado de discutir con él; y puede que de esto saque una buena enseñanza paternal que pueda usar con Soo-hyun en el futuro.

*****
Justo en mis daddy issues :')
Tuve que llorar y ponerme sentimental para escribir este capítulo 😶✌🏻

Bueno, pueden acompañar esta última parte con las siguientes canciones:
Quizás — Enrique Iglesias
Daddy — Coldplay
(de ahí me inspiré)

Pd. Prepárense para el final :")

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro