Los meses habían pasado, Levi y Eren mantenían un noviazgo que era más que conocido en la sociedad médica.

Para nadie era un secreto que el mejor médico en la rama de neurocirugía se desvivia por el castaño, tampoco lo fue cuando anunciaron el compromiso entre hambos y la fecha de matrimonio.

Se preguntarán que pensaba Eren, pues estaba dispuesto a pasar el resto de sus días aún sin amar a Levi como el azabache lo amaba a el.

Cuando el día de la boda llego, Levi no podía estar más nervioso, sobre todo al escuchar a Eren decir que lo aceptaba como esposo.

La falsa felicidad que Eren mostraba logró convencer a todos que en verdad lo era.

Esa noche mientras se disponían a  dormir, Levi le informó a su ahora esposo que regresarán al pueblo donde Levi era médico, la única respuesta que obtuvo fue.

Eren: Esta bien amor, donde tu estés yo estaré.