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Capítulo 2: Trato hecho.

Jungkook.

Allí estaba él, el famoso Kim Taehyung. Y vaya que le daba merecimiento a su fama de promiscuo pues en este momento se encontraba besuqueando a un tipo frente a los casilleros, mientras el contrario lo sostenía de la cintura. Perdón, ¿dije besuquear? Quise decir succionando hasta el último aliento de vida del pobre chico. Bueno, no tan pobre, porque los gemidos que emitía me hacían saber que al menos lo estaba disfrutando.

Algo me llamó la atención y fue el hecho de que los estudiantes a su alrededor ni siquiera volteaban a verlos, como si la escena de dos chicos casi teniendo sexo delante de sus narices fuera un acontecimiento cotidiano, de todos los días. O tal vez era porque se trataba de Kim Taehyung y como ya se sabía, su reputación dejaba mucho que desear y poco por lo que sorprenderse.

Los vi con el ceño fruncido en tanto pensaba cómo podían hacer aquellas cosas que a mí me parecían tan íntimas en medio del pasillo. Sentía vergüenza por ellos y sí... tal vez un poquito de envidia, pero muy poquita. No me juzguen, a veces mis hormonas hablaban por mí.

Apenas Taehyung dejó ir al chico a clases y se quedó solo, me volví inquieto. Giré repetidas veces sobre mi lugar haciendo la danza de la torpeza.

Mierda, ¿realmente iba a hacerlo?

¿Y si no aceptaba? ¿Y si mi golpeaba? ¿Y si me tachaba de acosador? ¿Y si hacía las tres cosas al mismo tiempo? Se negaba, me daba un puñetazo y me gritaba pervertido.

Ay, Goku, apiádate de mí.

Respiré repetidas veces en tanto me convencía de que, lo deseara o no, él era mi única salvación para no morir virgen y solo. Sobre todo, virgen. Además mi esfuerzo valdría la pena porque todo sería por él. Mi Yoongi, mi caramelo de chocolate, mi Dios griego, el dueño de mi corazón y ropa interior. Sí, teniendo la imagen de mi platónico como impulso, podía hacerlo.

Mientras daba pasos hacia Taehyung me convencí de que era una mentira, yo no podía hacerlo, ya que al notar la mirada de Taehyung recorrerme de arriba abajo, mi timidez amenazó con salir a flote. Y sí, comencé a entrar en pánico y a sudar, parecía ser que mojarme como pescado recién salido del agua ante estas situaciones era mi especialidad.

–Ho-hola –saludé nervioso.

Maldecí repetidas veces en mi interior porque Taehyung de cerca era mucho más guapo. Se veía como uno de esos modelos que aparecían en los catálogos de revistas, no sólo por su rostro, sino también por su forma de vestir: un raro estilo entre causal y elegante. 

–¿Tú quién eres?

Miré hacía abajo intimidado por la figura mayor, pero recordándome que no era un buen momento para temblar como gelatina.

–S-soy Jeon Jungkook, voy en primer año de Abogacía y ...

–¿Hemos follado?

La expresión de Taehyung evaluaba mi cuerpo y en parte mi rostro aparentando tratar de hallar al mismo en su historial de conquistas, pero sin conseguirlo. También pareció que aprovechó la oportunidad para sabrosearme, sin embargo quizás eran solo delirios de mi pequeña autoestima para recordarme que aún seguía existiendo.

–Emm, no –Meneé mi cabeza.

-¿Te di mi número? -Se señaló el pecho.

-Tampoco.

El chico de cabellos castaños formó una sonrisa y se me acercó coqueto. Sus orbes brillaban con aire juguetón.

-¿Lo quieres? -ofreció. 

Joder, la palabra rápido le quedaba corta a Kim Taehyung.

-N-no, eso no es lo que quiero.

-Me aburriste, niño .

Taehyung resopló y se dió media vuelta dispuesto a irse, pero yo lo detuve con un grito que delataba mi desesperación.

-¡Espera! ¡¿No quieres ganar dinero?!

Al instante en que escuchó la palabra dinero, el cuerpo de Taehyung pareció devolverse de manera automática en mi dirección. Dejó caer su bolso y se cruzó de brazos.

-¿De cuánto hablamos?

-La cantidad que quieras, mis padres son abogados exitosos y soy hijo único así que dinero es lo que me sobra -expliqué emocionado por su interés.

-Tienes mi atención, niño -aseguró- ¿Qué quieres de mí?

¿Cómo debería empezar?

-Escucha, soy virgen -Al segundo en que lo dije, cerré mis ojos arrepentido- .Es decir... ¡Ay, demonios! ¿Por qué dije eso?

Taehyung retuvo una risa divertido con mis expresiones.

-Adivinaré, ¿quieres que te desvirgue?

Balbuceé sorprendido por lo directas que eran las palabras que utilizaba.

-N-no, no es decir. S-sí, pero no -Tomé una bocanada de aire para explicar de manera atropellada:- Escucha, no tengo nada de experiencia y me gusta un chico, me gusta muchísimo y me gustaría aprender todo lo relacionado con el sexo para impresionarlo y por lo que he oído tú te acuestas con muchos. No conozco a nadie que tenga más experiencia que tú.

-Me estás llamando zorra indirectamente -dijo con cierta indignación.

-¡No dije que lo fueras! -Me adelanté a aclarar- .De hecho, me gustaría ser como tú algún día. Por eso quiero que tú me enseñes.

-¿Qué te enseñe qué?

Finalmente lo dije:

-Sobre sexo, quiero saber todo lo que tú sabes.

Taehyung abrió sus ojos de par en par.

-Espera... ¿quieres que te dé clases de sexo?

Asentí y no pude evitar que mis orejas ardieran por la vergüenza. Taehyung miró un punto pensativo, él probablemente no conseguía creer que le estuviera pidiendo algo como eso. Bueno, en su defensa, yo jamás pensé que mi inocente enamoramiento me llevaría a pedir algo así y mucho menos a tener que pagar por ello.

Ay, los caminos de la vida.

-En conclusión, ¿quieres que te de consejos mientras me follas? -preguntó a fin de verificar si estaba en lo correcto.

Ajá, aquello no sonaba bien y parecía comienzo de película para adultos. Bueno, que más da. Dignidad nunca tuve.

-Exacto.

-Sabes que no soy un prostituto, ¿verdad?

-Lo sé, tú no me interesas de esa manera, lo juro.

Al notar la ceja alzada del chico, me arrepentí por lo grosero que había sonado.

-Vaya, que sincero.

-Sin ofender, pero no eres mi tipo -murmuré.

-Tú tampoco eres el mío.

Esta vez me observó con una mueca de desagrado.

Auch. Eso había dolido y me costó unos segundos dejar pasar la humillación.

-Entonces, ¿aceptas?

Taehyung dijo sí con la cabeza, sin embargo cuando estaba a punto de darle la mano a fin de cerrar el trato, me sostuvo del cuello y con su otro brazo apoyado en mi pecho, me acorraló contra los casilleros. 

Sí, la situación había resultado demasiado a mi favor para ser real y yo suplicaba que no tuviera una navaja en su bolsillo. Ese sería el colmo.

Taehyung me presionó con aún más fuerza y yo gemí adolorido. Su mirada sostuvo la mía y lo único que lograba leer en la suya era oscuridad. Él realmente parecía no sentir... nada.

-¿Cómo sé que no es una broma?

Casi me hago en los pantalones ante la dualidad de su voz que cambió a un tono mucho más profundo y atemorizante.

-¡No lo es, lo juro!

-No te ves como alguien virgen.

-¡Pero lo soy! -Mi voz se oyó mucho más aguda y cobarde de lo que esperaba‐ ¡Puedo probarlo! Bueno, en realidad no...

-Si es un broma entre ustedes los heterosexuales me aseguraré de follarte de todos modos -amenazó antes de liberarme- .Te veré en la salida después de la escuela.

Sin más, tomó nuevamente su bolso y como si nada se dirigió a la salida.

-Oh, está bien -Sonreí y agité mi mano eufórico- ¡Gracias!

-¡Compra condones! -exclamó.

Sabía que lo había hecho apropósito para llamar la atención de un que otro estudiante que nos ojeaban curiosos y yo, sin resistir la pena, me encogí en mi lugar.

Kim Taehyung era todo un caso y me causaba mucho miedo. Y si quizás un poco de excitación, pero quizás era algo normal para alguien gay.

Esperen, ¿me estaba discriminando a mí mismo? Ay, ya qué. Nada importaba ahora porque Kim Taehyung había aceptado mi propuesta.

¡Iba a darme clases de sexo!

Con una sonrisa plantada en el rostro, me dirigí a clases, pero no pase desapercibido la mirada de un chico rubio que había presenciado toda la escena y se veía algo... molesto.

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