(Narra Dipper)
Después del desastroso día de ayer, fui llevado a un separó en la cárcel, mis padres me visitaron y mi hermana mintió respecto a su edad para venir después y verme a solas.

—¿Qué te preguntó papá?— Podía ver a Mabel a través de un cristal, nunca en mi vida creí que algo así pudiere pasarme.

—Lo mismo que todos... "¿Qué paso en esa casa Dipper?"— Traté de emitar la voz de mi padre para hacer reír a mi hermana, cosa que no logré ya que solo me dedicó una sonrisa melancólica. —¿A ustedes también les preguntaron?— Dije desviando el tema.

Me miró. —Si, pero nadie nos cree, dijeron que debimos estar muy drogados, pero al hacernos las pruebas todo salio normal... ¿Qué es lo que habrá pasado para que muchas personas murieran?— Preguntó con cierta exasperación en su rostro.

—Tengo algunas teorías donde una es tan improbable como la siguiente.— Respondí mientras miraba su rostro afligido, me contuvo de proseguir ya que lo más seguro es que ella llegará a preocuparse de más.

Puse la mano contra el delgado cristal que nos separaba, Mabel imitó el gesto.

Puede que tal vez el destino estaba en mi contra, que al final todo lo que va en bajada luego sube, pero se tenía que esperar.

(...)
El día del juicio llegó, estaba sentado con mi mejor traje mientras miraba la puerta de madera que estaba a la derecha, sabía que de ella entraría aquel sujeto que me condenaría, que mi vida podía acabar o no por él o ella.

—De pie para recibir al juez Robbie Valentino...— Dijo un oficial.

Literalmente solo habíamos tres personas a excepción de aquel que habló: Mi abogada, el fiscal y yo.

Entró un chico flacucho de apenas 25 años (O eso supongo), su tez clara y cabellos negros.

—Buenos días...— Dijo al tomar asiento y abrir su maletín. Empezó a mover papeles mientras que todos guardaban silencio, el miedo me invadió, el ambiente estaba tenso. —Señorita Corduroy, puede presentar su caso.— Se dirigió a aquella chica que me defendía, de nombre tan hermoso como ella: "Wendy", era pelirroja y sus mejillas estaban invadidas por un mar de pecas, pero lo que me encantaba de ella, sin duda alguna eran su hermoso cabello largo... Me tenía enamorado.

—El joven Pines es culpado por la masacre de Falls en Oregón.— El juez abrió los ojos y me miró sorprendido, supongo que por el nombre ya sabía a que se refería. —Mas sin embargo, puedo asegurarle que esa es una  injusta acusación.— Su semblante serio me resultó mas atractivo en ella.

Algo que me llamó la atención fue el hecho de que la fiscal tenía una sonrisa de oreja a oreja, era rubia y con una diadema roja en la cabeza, su traje verde resaltaba en todo el lugar, digo; era un color bastante llamativo para la situación.

—Bien...— Valentino dejó de lado su asombro para mirar a aquella que iba contra mí. —¿Algo que quiera agregar señorita Butterfly?—

Con cierta calma la mencionada se levantó de su lugar. —Oh claro señor...— Dijo como si fuera su mejor amigo, tomó unos papeles de su escritorio. —Según estos documentos, el joven Pines es interesado por las cosas sobrenaturales... ¿O me equivocó?— Preguntó mirándome, no sabía que ya había empezado el juicio, pero asentí con un poco de miedo. —Y si mal no me equivoco... ¿Acaso el pueblo Falls no es conocido por sus rarezas y sucesos inexplicables?— Ahora clavó sus grandes ojos verdes en los del juez, quien no se inmutó.

—Al grano...— Interrumpió Wendy.

—Pues, sabemos que el joven Pines fue encontrado solo en tal situación con solo...— Revisó unas hojas. —¡3/4 de una persona!— Grito con sorpresa fingida. —Y eso es solo si hablamos de lo que se puede ver, ya que la sangre que estaba regada por todo el lugar daba un resultado de 20 sujetos diferentes... ¿Cómo es posible que en una fiesta de 17 años casi todos acaben muertos?— Esta vez hablo como si de un chiste se tratase.

—¡Señoria, se insinúa que una sola persona haya hecho eso, por lo tanto es imposible!— Interrumpió mi abogada, ¿Dónde quedó el orden?

—Yo nunca dije que solo fue una...— Antes de siquiera continuar hablando, la rubia miro directo a Robbie quien parecía estar acostumbrado a este tipo de situaciones. —Según las declaraciones, había tres personas más ese día en el lugar, pero tenían algo en común: El apellido.— "Oh no..." —Imaginese que todos se hayan puesto de acuerdo para tal acto señor... ¿Acaso no es más factible eso?—

—Este no es momento ni lugar para imaginar Butterfly...— Dijo Wendy. —¿Estas tratando de decir que tu acusación es basado en una suposición?—

—No solo eso, si llegamos a investigar a fondo, pudiera asegurarle que en todo caso, los primos y hermana del acusado son cómplices...— Podría soportar terminar yo solo en la cárcel o algo así, pero jamas me perdonaría hacer que mis familia resulte dañada.

—Y-Yo lo hi-hice...—

Todos me miraron sorprendidos, incluso la fiscal calló al escucharme.

—¿Disculpa chico?— Preguntó el juez al verme.

—Y-Yo actúe sólo... Mate a todos...— En mi mente solo me repetía que lo que era lo mejor, podría tener beneficios al declarme culpable.

En el rostro de la rubia se dibujo una mirada lasciva, pude notar como es que mi abogada enfurecía con ese hecho. Se giro para poder verme de frente.

—Escucha Dipper, entiendo que estés frustrado por lo dicho, pero no tiene pruebas y podemos acusarla de perjurio si sigue así, pero si tu te declaras culpable no podre hacer mucho.— Me explicó lo mas calmada.

—¿Cuánto tiempo tardara?— Pregunte con cierta desesperación casi en un susurro para ella. —Conozco esto; Tardarás meses en conseguir la evidencia necesaria, en este tiempo lo mas seguro es que mis primos sean señalados por la sociedad y M-Mabel...— Mi voz se quebró, pero traté de relajarme. —No soportaría que ellos sufrieran... Son el mayor y lo único que puedo hacer es cuidarlos.— Finalicé tratando de contener las lágrimas.

Dirigí mi vista al juez. Este parecía haber escuchado todo desde su lugar, pero tras una vista rápida a la fiscalía fingió que nada había pasado.

—Supongo que...— Empezó a guardar sus cosas. —Esto se ha acabo. Joven Pines, de pie.— Yo obedecí rendido. —Como su acusación es muy grave, su condena sera de 10 años en una prisión de seguridad.— Me tense, ¿Cómo era posible que terminara así?. —Sin embargo...— Habló de nuevo el mayor. —Debo aclarar que la evidencia presentada no es verdaderamente factible, aunado a el hecho de que el mismo sujeto se declaró culpable, su condena de vera reducida en un máximo de...— Miró a la fiscal con una sonrisa ladina, esto ocasiono en la rubia una mirada de odio. —2 años en una penitenciaria juvenil.— Se levantó y salió del sitio, Butterfly no pudo decir o agregar nada ya que solo estábamos nosotros, parecía que el juez me había ayudado, es como si supiera que era inocente.

—Bien hecho Corduroy, aquella estudiante de secundaria que conocí ha cambiado...— Podría decir que el tono de aquella rubia no demostraba alguna emoción, el ambiente era tenso pero ambas tenían una sonrisa ladina en sus rostros.

—Y veo que aunque la rubia gane una batalla, no gana la guerra.— La sonrisa de Butterfly desapareció tras lo dicho. Tomó sus cosas y con un aire de indignación se retiró.

Observe todo desde mi asiento, podría jurar que en cualquier momento ambas de tomarían de los cabellos y se golpearían, pero creó que eso se pospondrá un poco.

Wendy suspiró y me miró. —Supongo, que hasta aquí llegamos...— Me dijo un poco desanimada.

Abrí los ojos como platos, puede que tal vez por mi imprudencia ya no la tenga como abogada.
Traté de hablar pero ella seguía con su mirada melancólica y sonrisa tenue.

—Sabes...— Tomó los papeles del juicio, acomodaba todo en su maletín mientras hablaba. —Nunca creí que me pudiera encariñar tanto con un chico, pero supongo que siempre hay una primera vez.— El oficial que estaba en la habitación se acercó a mi tocándome el hombro, lo miré y el con los ojos me daba entender que era momento de retirarnos.

Cerré los puños con fuerza y agache la vista. —E-Entonces... ¿Este es el adiós?— Pregunte tratando de recibir un "No" por respuesta, pero dentro de mi sabía perfectamente que eso era algo imposible.

—Es un hasta pronto...— Su típica sonrisa seguía presente, tomó sus cosas y se marchó, puede que tal vez parezca el típico final de una telenovela, pero la tristeza que sentí fue muy real para mi gusto.

(Narro io/...)
El joven Pines fue arrastrado a la penitenciaria más cercana a su hogar, las visitas de Mabel eran escasas y con sus primos no era la diferencia, por alguna razón, su gemela lograba hacerse pasar por mayor de edad.

Con el tiempo conoció a varios chicos, que aunque a pesar de ser acusados, eran inocentes igual que él.

Le gustaba poder compartir con ellos, de hecho; si mal no se equivocaba todos eran de su edad y eran los primeros amigos que tenía en su vida.

Pero, a veces su comportamiento era extraño y eso solo sucedía cuando estaban cerca de los oficiales; ya sabía como eran y todo, pero eso no evitaba el hecho de que me preocuparan.

En ocasiones podía ver como es que sus amigos ocultaban lo que les pasaba, como es que sus lágrimas eran oprimidas, a veces Dipper pensaba que eso se debía a que no le tenían la confianza suficiente, que al final no era su amigo y solo formaba parte de "Un conocido de la penitenciaria...", varias veces eso le paso por la mente, pero sin duda esas ideas se desvanecieron cuando logró entender que la pena y la humillación era la amenaza por la que callaban.

El odio y la frustración llegó a ser lo peor para él, creía que por ser el mas apto los debía cuidar igual que sus primos, que era el único que podía sacarlos de ese infierno, no perdió tiempo y en su mente ideo un plan para ayudarlo, pero para eso, necesitaba de algo:

—¿Qué quieres que haga que?— Preguntó Mabel mientras anotaba todo en su libreta rosada.

El castaño suspiro y volteó sus ojos. —Una vez Masón me dijo que Phill sabía de alguien que era un buen abogado, quiero ver si puede ayudarme a salir de aquí.— Aunque eso algo cierto, en realidad el mayor quería información de los juicios o casos para poder a sus amigos.

—Entiendo, pero no creó que sea necesario buscarlo...— Dijo mientras llevaba una mano a su nuca, su hermano lo miro con duda a lo que la chica agregó. —No se si es el destino, pero aquí viene tu salvación...— Señalo a la entrada, el castaño se giró solo para que el aire que tenía en los pulmones saliera de golpe.

Las cabelleras roja y amarilla del día de su cumpleaños se paseaban felizmente por el corredor.

Cuando Bill estaba de pie esperando, no pudo evitar que sus ojos ámbar chocaran con los chocolate del menor, quien se sonrojo.

(Narra Dipper)
No puedo creer que realmente el sea abogado, no me dio esa impresión el día de la fiesta... Bueno, puede deberse a que creo que me dormí ese día.

El chico se acerco a nosotros, note que un nuevo compañero de nombre Will se quedaba con Phill y Bill iba con nosotros, supongo que por sus nombres son hermanos.

—¡Hola pino!— Me saludó alegre el rubio, yo solo desvíe la vista ante aquel apodo. —¿P-Por qué me llamas así?—

—Oh...— El contrario tomó asiento. —Es que cuando te encontré estabas acostado en un árbol de esos...— Dijo de una manera bastante alegre.

Ignore ese comentario y me dediqué a hablarle de lo que tenía en mente, a veces podía ver la mirada de Mabel siendo levantada ocasionalmente del celular, sabía que hablaba con Gideon, pero eso no evitaba su instinto shippeador.

(...)
Puede que Bill parezca un idiota por fuera, pero entendió a la perfección lo que le decía, de hecho también comentaba cosas que nos podrían servir para mas adelante.

Phill y Will se acercaron, ya era hora para que de retiraran... Estaba un poco desilusionado, no se porque realmente, pero creo que Bill lo notó ya que de acercó a hablarme al oído.

—Lo de ese día no fue un sueño... — Mis mejillas se prendieron al escuchar eso, realmente creí que sería una broma o algo así, pero el no debería saber acerca de eso...

A menos que...

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Hasta aquí nuestro especial de BillxDipper ^^

Espero les haya gustada ya que ahora viene el especial MarshallxFinn •3•

Y luego... The End

Bye.