Me senté al fondo de la habitación para sentirme mas segura.

- puedes bajar eso - dijo el chico albino cambiando a castaño.

- ¡como has echo eso! - pregunte sorprendida.

- soy mitad fantasma y decidí mostrarme porque tu sabes mas de lo que deberías.

- de hecho no... Pero ahora se de más.

- como sabes de la zona fantasma?

- espera espera. Yo no se de que estas hablando. Lo único que recuerdo es que estaba en mi cuarto... llorando cuando tome mis tijeras tridimensionales.

- a que te refieres a las "tijeras tridimensionales"

- abre dimensiones y estas me absorbieron hacia aquí.

- quieres decir como un <<portal>>

- si. Yo no se donde estoy ni se como regresar pero lo único que quería era escapar

- ¿pero porque?

- porque me hirieron, no se si ya lo ayas experimentado pero cuando uno sufre una decepción amorosa se siente tan herido que lo único que quiere es alejarse de todos. ¿me entiendes no?

- mas de lo que crees.

Los dos permanecimos en silencio que solo nos limitamos a observarnos el uno al otro.

— ¿como te convertiste en fantasma? - pregunte levemente

— cuando tenia 14 años mis padres crearon un extraño portal. Pero cuando yo quise ver este prendio y mi ADN se modifico y bla bla bla

— ¿y a partir de ahí eres hací? - dije después de una risa por su expresión

— si... Andando iremos a la escuela.

— pero y si no estoy inscrita

— eso no es problema Jaz... - callo de pronto

— ¿que sucede?

— estoy enojado con ella y eso si que va a ser problema... Pero no te puedo dejar sola aquí, hací que andando. Me acompañarás a la escuela.

Yo con mi barita hice aparecer una mochila con todo el contenido en ella la cual me la coloque en mi espalada — andando.

— tienes que guardar eso

— pero porque, siempre la traigo conmigo

— eso aquí no es normal.

— ni que tu tampoco lo fueras. - susurré.

— eres rara - bufo

— mira quien lo dice — contraataque

— dame la barita.

— ¡no!

— entonces guarda la.

— esta bien - dije ocultándola entre mis libros.

— y nada de magia

— bien y tu nada de fantasma.

— ¿siempre eres hací?

— aveces

— este día si sera largó

— una pregunta... como me sacaras de aquí sin que nadie me vea - dije al pie de la ventana.

— no me había puesto a pensar en ello.

— podría ocupar mi varita.

— ¡que no!

— entonces piensa en algo, fantasma.

El me observo y después a la ventana — ¡ni se te ocurra! - el corrió hacia mi con la intención de tirarme pero yo me hice a un lado haciendo que el tropezara y callera de la ventana. — ¡estas bien! - dije asomándome

— antes di que soy fantasma — dijo el ahora blanquino

— que dijimos respecto a eso - dije tomando mi varita y disparándole un rayo que anulo sus poderes lo que hizo que callera al bote de basura.

— ¡oye! - Pero no tubo mas tiempo de reclamarme ya que estaba a punto de lanzarme —  ¡espera no lo hagas!

— ¡fuera abajo!

(...)

— ¿sigues enojado? - pregunte después de 15min de caminar en silenció

— que te hace pensar que no lo estoy?

Contesto con ironía señalándose a sí mismo a lo cual no pude ni como contestar hací que permanecí callada

— lo siento, no debí haberlo hecho. Es que hací era yo con Marco - dije decaída, de solo recordar su beso con Jaky.

— ... No te disculpes... En realidad ya me han arrojado de la ventana varias veces solo que nadie había anulado mis poderes de esa forma.

— pues creerme que a mi nunca antes me han querido arrojar de la ventana

— pues al menos aprendimos algo del otro. Es un buen comienzo.

— mucho mejor que el primer encuentro.

— bastante... Tu que eres. Es que no creo que todos tengan una varita y hagan esas cosas, ¿o si?

— pues no. Pero creó que eso se debe a que soy una princesa

— ¿aja?

— ¿que? ¿no me crees?

— nada de nada

— no se porque no me crees, si tu eres algo difícil de asimilar también

— entonces muestra lo

— ¿acaso el vestido no te dice nada?

— la verdad, la verdad... No

— mis mejillas y su extraño símbolo

— marcas de nacimiento.

— y no es curioso que sean exactamente iguales.

El observo ambos lados de mi rostro en repetidas ocasiones — bueno eso es un punto a tu favor

— oh gracias por tomarlo en cuenta. Es un gran alago — dije con sarcasmo.

— jaja que graciosita... Mira ya llegamos