La promesa
Pedido: RocioMedinaGiles
¿Cómo se conocieron Paolo y Rina?
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Era un día soleado en un tranquilo pueblo, donde los ríos y los bosques estaban llenos de curiosos pokemons. Rina, una niña de energía inagotable y ojos llenos de curiosidad, estaba explorando cerca del río. La joven llevaba una cesta para recolectar algunas byas.
Tan solo unos metros más cerca del agua, un niño de su edad acercaba unas bayas al agua. Su cabello rubio algo largo estaba desordenado, y su expresión mostraba concentración mientras extendía un plato. Intrigada, Rina se acercó sin hacer ruido hasta que el pisó una rama y llamó la atención del niño frente a ella.
-. ¡Ah! ¿Quién eres?- . Preguntó con sorpresa, retrocediendo un paso.
-. Soy Rina. Lo siento, no quería asustarte. ¿Qué estás haciendo?- . Respondió Rina con una gran sonrisa acercándose al chico, el cual solo suspiró.
-. Soy Paolo. Estoy intentando alimentar a un Pokémon. Creo que está herido.
Rina se arrodilló a su lado. En el agua, un pokemon azul con una larga cola se encontraba tumbado en unas piedras. Era un dratini, a simple vista parecía agotado.
-. ¡Es un Dratini! ¡Nunca había visto uno de tan cerca!- . Exclamó Rina con sorprendida.- ¿Está bien?
-No lo sé. Parece que está cansado y no come mucho.- . Dijo Paolo frunciendo el ceño.- . Intenté darle bayas, pero apenas las prueba.
Rina observó al Dratini por un momento, luego sonrió con determinación.
-. Bueno, entonces necesitaremos trabajar juntos para ayudarlo. Yo puedo buscar hierbas medicinales que mi abuela usa para Pokémon enfermos. ¿Qué dices?
Paolo dudó un momento, pero finalmente asintió.
- . De acuerdo. Pero necesitamos mantenerlo en secreto. Si alguien más lo encuentra, podrían llevárselo.
-. Trato hecho. - . Contestó Rina dándole su mano con una gran sonrisa.
Así comenzó su amistad. Todos los días, después de la escuela, los dos niños se reunían en el río para cuidar de Dratini. Paolo traía comida, mientras que Rina recolectaba hierbas y aprendía a preparar un ungüento para sus heridas. Al principio, el Dratini era desconfiado, pero pronto empezó a aceptar su ayuda. Incluso lanzaba pequeños chorros de agua para jugar con ellos.
Con el tiempo, Rina y Paolo comenzaron a imaginar lo que harían cuando el Dratini estuviera completamente recuperado. Rina quería entrenarlo para que fuera su compañero en futuras aventuras, mientras que Paolo soñaba con ayudarlo a evolucionar en un poderoso Dragonair.
Una tarde, mientras los tres jugaban cerca del río, Rina notó algo raro. Una persona alta y corpulenta observaba desde lejos. Era un hombre con un traje caro y una expresión calculadora. Cuando los niños se percataron de su presencia, ya era demasiado tarde.
-, ¡Vaya, vaya! Un Dratini salvaje. Este será un gran logro para mi colección. - . Dijo el hombre con una sonrisa arrogante.
-. ¡No puede llevárselo! Él es nuestro amigo.- . Gritó Paolo, colocándose frente al Dratini.
-. ¿Su amigo? No sean ridículos, niños. Este Dratini necesita estar con alguien que realmente sepa apreciar su valor. -. El hombre sacó una Poké Ball y avanzó hacia ellos.
Paolo y Rina intentaron detenerlo, pero el hombre envió a un poderoso Machoke para bloquearlos. Sin ningún pokemon con el que luchar, los dos sólo pudieron mirar tristes cómo el hombre capturaba al Dratini. Antes de irse, les lanzó una mirada burlona.
-. Si quieren proteger a un Pokémon, primero deberían ser fuertes y tener algún pokemon. - . Luwgo, soltó una carcajada imaginando cuánto dinero ganaría gracias al Dratini.
Las palabras resonaron en la mente de Paolo mientras el hombre desaparecía entre los árboles. Rina cayó de rodillas, con los ojos llenos de lágrimas, mientras Paolo apretaba los puños con frustración.
-. No es justo... ¡No es justo!- . Gritó Paolo.- . Si hubiésemos atrapado al Dratani o a algún otro pokemon, podríamos haberlo protegido.
Rina lo miró, limpiándose las lágrimas.
-. Tienes razón... Pero también creo que juntos podemos cambiar eso. Si atrapamos a algún pokemon y entrenamos, si nos hacemos más fuertes, la próxima vez podremos proteger a quienes nos importan.
Ese día, frente al río donde habían conocido al Dratini, los dos hicieron una promesa. Paolo y Rina juraron convertirse en entrenadores fuerte para que nunca más volviera a suceder algo así.
Promesa que los llevaría a empezar un viaje por varias y regiones, y, luego, a Passio.
Fin
¿O no?
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(Durante el ataque del Team Rocket)
Robin: ¡Centros en atacar a un solo Pokémon enemigo!
Paolo: ¡Entendido!
Nanci: ¡De acuerdo!
Rina: ¡Sí!
Rocío: claro, pero antes voy a debilitar a es otro que me miró raro.
Mencía: *luchando contra tres pokemons a la vez* ¡Demasiado tarde, estoy improvisando!
Mía: ¡Esto es un caos y me encanta!
Alistair: sabía que esto iba a pasar ...
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(Nanci, Mencía y Rina preparándose para combatir)
Mencía: ¡Vamos quipo! ¡Este será nuestro mejor combate!
Rina: *sorprendida* ¿Tienes un plan?
Mencía: ¡Claro que sí!
Nanci: ¿De verdad?
Mencía: Bueno... No ...
Mencia: ¡Pero tengo confianza, y eso es más importante!
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Mía: ¡Atrapé a un nuevo Pokémon, adivinad cómo lo llamaré!
Robin: ¿Algo significativo?
Rocío: ¿Algo épico?
Mía: (enseñándoles un lotad) ¡No, se llamará "cara pan"!
(Basado en hechos reales cuando jugué con unos amigos al Pokémon Espada y Escudo)
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Buenas mi gente!
Espero os haya gustado cómo se conocieron esos dos.
¿Qué pasará en el siguiente capítulo? ¡Vosotros decidís!
Aunque ya se me había ocurrido algo, bueno da igual.
Os leo!
Entidad fuera.
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