Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 50

—¿Y entonces?—vuelve a preguntar jalando con suavidad el dobladillo de mi abrigo.

—Asegúrate de cerrar bien la nevera…

—Listo.—murmura acatando mi orden.— ¿Qué sucedió entonces?

—Las pelotas ven en esa canasta, los bates en aquella y los cascos debemos llevarlos hacia…

—¡Sang Eun Mi!—su grito en lugar de sobresaltarme no hace más que despojarme un exasperado suspiro.

En otra situación habría agradecido que el entrenador dejase a Hye quedarse con nosotros en las prácticas aunque no fuese parte de la comisión, pero justo ahora me hubiese gustado que se negara a ello. No me incomodaría tanto su presencia si no fuese porque desde que abrió los ojos esta mañana no ha dejado de preguntar por lo sucedido con Hoseok ayer, y aunque creí poder ser sincera con ella, no encuentro el valor para explicarle mi perspectiva dentro de todo esto. Es decir…

¿Qué se supone que le diga?

"Bueno Hye, ¿Recuerdas todo lo que hemos intentado para hacer que Hoseok se fije en mí? Pues ahora que lo conseguimos déjame decirte que ya no me gusta… ¡Ah! ¿Y recuerdas que dije que odiaba a Jeon con todo mi ser y que entre nosotros nunca podría existir nada más que una enemistad? Bueno, ahora él es quien me gusta y toda la operación rayito se puede ir al demonio".

Joder, ni siquiera en mi mente esa porquería suena bien.

Conociéndola probablemente haga un escándalo…o quizás no y le parezca mejor opción ignorarme por estúpida ¿Quién sabe? Podría reaccionar de cualquier forma. Realmente ese no es el problema, yo podría entender y soportar cualquier actitud que tome Yoon Hye con respecto a eso, la verdadera razón por la que no quiero mentar palabra del tema es porque primero siento que debo asimilarlo yo misma.

Porque sí, aún todo me parece inaudito, así que una vez haya descubierto cómo lidiar con mi situación sentimental le diré a Hye, entonces podré lidiar con su reacción y todo lo que tenga que decirme sobre eso.

—Ya lo hemos hablado Hye, te dije que estuvo bien.—me limito a contestar con la pobre y lastimera excusa que llevo utilizando desde la mañana.

—Es que no lo entiendo… ¿No es lo que querías? Al fin conseguimos un gran avance en el plan y hasta yo parezco más emocionada que tú, algo más debió de haber sucedido.—deduce ella entrecerrando sus ojos mientras me escudriña de pies a cabeza.

—Solo…aún estoy algo desconcertada ¿Sí? No tengo mucha experiencia en eso y pues…no sé exactamente cómo debería reaccionar.

—¡Se supone que estés feliz!—bufa ella como si aquello fuese la cosa más obvia del mundo.—¿Tan mal besa Hoseok?

¿Qué si besa mal? Joder no.

Mi experiencia en el ámbito es básicamente nula, así que no sabría deducir por medio de comparaciones el ranking en el que podría encontrarse su habilidad para besar, pero por la seguridad de sus gestos, los movimientos sincronizados y armónicos de sus labios sobre los míos, el hecho de saber cómo sostenerme y en dónde tocar para causar mil estragos en mi ser…no necesito ser una casanova para darme cuenta de que el chico sabía lo que hacía.

Niego con lentitud en su dirección. El problema no es que besara mal o bien, el problema es que él no es la persona que me hubiese gustado besar…

Y desde que ese pensamiento me golpeó el cerebro en medio de aquel beso todo se ha ido al demonio, empezando por mi propia moral.

—Ah…creo que entiendo lo que sucede.—habla despacio rascándose una aleta de la nariz y con sus palabras mi expresión palidece… ¿Sabe? Imposible ¿Cómo va a saberlo?—Fue tu primer beso ¿No? Supongo que puedes sentirte algo avergonzada e indecisa al no saber si hiciste bien las cosas o no ¿Eso es lo que te preocupa?

Habría rodado los ojos en otra situación, claro que eso no es, pero hay que aceptar que es un argumento bastante bueno y creíble…así que me aferraré a eso. Dejaré que piense que está en lo correcto por el momento.

—Sí.—me encojo de hombros y continúo organizando el equipamiento en las canastas. Ya casi termina el entrenamiento, por lo que todos se encuentran ultimando los detalles para marcharnos de una vez.

—No tienes que ofuscarte por eso Mi, si realmente le gustas a Hoseok créeme que a él no le importará en lo más mínimo ese detalle.—palmea mi hombro a modo de consuelo y yo bajo la mirada, avergonzada por mentirle…pero más apenada estoy conmigo misma por haber perdido contra el karma.

Nunca digas nunca.

—Lo sé, ya se me pasará.—intento sonreír, porque realmente necesito aliviar la tensión entre nosotras y dejar pasar el tema al menos por un momento.

—Aún así…Asistirás a la cita con Jung ¿Cierto?

Sí, esa es la otra cuestión que no ha parado de rondarme en los pensamientos.

¿Qué sentido tendría ir a esa cita cuando ya todo se ha dejado en claro?

Ah, pero no todo se ha aclarado, porque hasta donde tenía entendido entre Hoseok y yo jamás iba a suceder nada y de un momento a otro me invita a salir y encima nos besamos incluso cuando creí que se negaría. Entonces… ¿Qué es lo que realmente siente Hoseok por mí? ¿Qué es lo que sucede entre nosotros? Porque no es algo que tenga claro y a decir verdad me causan demasiada curiosidad las respuestas a esas preguntas.

Supongo que mis reacciones involuntarias al verlo no eran más que fruto de…¿La costumbre? Porque siempre lo he tenido en un pedestal por encima de cualquier chico, tanto así que el solo hecho de que me dirigiera la palabra era la bendición más grande de este mundo. Intuyo que sucedió porque él era la única persona en el instituto que se me acercaba sin intenciones de molestarme o burlarse de mí, aunque siempre tenía un interés de por medio y yo ignoraba esa realidad puesto que el deseo de pensar que existía para alguien más era mayor.

Pero cuando conocí a los Min, cuando él empezó a interactuar con nosotros…comenzó a sentirse mucho más humano, más natural y poco a poco aquel pedestal se fue colocando a la altura del resto, permitiéndome ver más allá. Ya su atención no era la única que giraba a mi alrededor, ya él no era el principal motivo por el que me sentía un poco más viva, ahora tenía muchos más.

Puedo asegurar que Hoseok sí me gustó en su momento, que me desvelaba pensando en su sonrisa y que para mí no existía chico más hermoso que él en el universo…pero creo que en cierto punto aquello comenzó a manifestarse más como una atracción o una vía para canalizar ese deseo de compañía que él me permitía cumplir por milisegundos, hasta que simplemente se quedó como una costumbre, como una condición inherente a mis dominios  que me hacía reaccionaba ante el por inercia, tanto así que ni siquiera me percaté de que alguien más había comenzado a tomar su lugar poco a poco.

¿No dicen que la costumbre es más fuerte que el amor? O en este caso la atracción…pues supongo que en cierta magnitud tienen razón al afirmarlo.

Entonces debía ir a esa cita aunque ya no tuviera sentido, porque esa es la forma de dejarlo ir todo, de cerrar esa parte de mi pasado y de darme cuenta de que hay mucho más allá de lo que simplemente me empeño en ver siempre. Necesito saber con certeza lo que siente Hoseok, aunque mi decisión esté tomada. No quiero lastimarle, pero tampoco quiero seguir sintiéndome culpable e indecisa dentro de todo esto.

—Claro, ya he aceptado.—respondo con la mayor naturalidad que me es posible.

—Bien ¿Me contarás lo que sucede una vez regresen?—inquiere a modo de súplica, supongo que no quiere que evada el tema justo como lo he hecho con el beso.

—Lo haré.—Y lo digo en serio, una vez todo haya sido aclarado entre nosotros, reuniré el valor y le contaré todo a Hye.

Ella sonríe juntando sus labios y asiente satisfecha.

—Por cierto, esta mañana Jeon me ha dejado su tarjeta de la habitación y hemos hablado, mientras él distrae a Myung Soo en el comedor yo subiré y recuperaré la pulsera. Solo te lo digo para que estés tranquila, todo macha sobre ruedas.

Ese era el otro tema que me acongojaba… ¿Qué haré ahora con estos sentimientos que a mi parecer no tienen sentido ninguno? ¿Cómo se lo tomaría Jeon si se enterase?

Diablos no, ni siquiera quiero pensar en eso.

El Jungkook de hace unas semanas atrás probablemente se burlaría sin piedad y me llamaría patética e ilusa, me rebajaría hasta lo más bajo que puedan alcanzar los niveles de autoestima de una persona. Pero el Jungkook de ahora…ese que se ha preocupado aparentemente por mi estos últimos días, que ha sido tan dulce y ha procurado recuperar mi confianza ¿Qué diría él? Quizás me rechazase con vergüenza  y algo de lástima…no quiero eso, odio la lástima.

Supongo que deberé guardarlos para mí, justo como he vivido hasta hora, y continuar observándolo desde la lejanía, preguntándome si las cosas pudieran resultar de un modo distinto si ambos fuésemos diferentes personas, si nuestros pasados y actitudes el uno con el otro no estuviesen tan jodidas. Tal vez solo entonces podría fantasear con ser correspondida.

¿Sigo sumando problemas?

Pues también está ese insoportable forúnculo llamado Myung Soo. Tanto que he catalogado de estúpidas y sin sentido sus invenciones y resulta ser que no se equivocaba del todo, sí que siento algo por Jungkook. Solo me queda imaginar cómo evolucionaría el desastre si se enterase o si algo más llegase a pasar. Y es que aunque existiera la mínima posibilidad de intentar algo con Jeon, para que eso llegue a concretarse primero debería deshacerme de Myung Soo…y hay que aceptar que aquello es tan improbable como complicado.

—Gracias Hye, aún así estaré al tanto si necesitan ayuda.

—¡Oye Min!—Alguien llama su nombre y ella se gira al instante, es un chico del equipo.—Tu hermano te está buscando, dice que necesita ayuda con algo en el terreno.

–¿Qué demonios? ¿Es que ese imbécil no puede hacer nada por su cuenta? ¡Yo no trabajo aquí!—exclama ella con indignación, la verdad es que la han dejado venir con la condición de que ayude en las tareas de la comisión…pero Hye no es muy cooperativa.

—Estás aquí con el pase de los miembros de la comisión, así que no te queda más remedio.—el chico se encoje de hombros con indiferencia, como si ella no acabase de despotricar en su cara.

—Odioso universo.—espeta antes de avanzar rumbo al terreno con su típica expresión de "perra en reposo", como suele llamarla ella misma, mientras arrastra sus pies levantando el polvo del suelo a su paso.

Tiene cierto talento para ser dramática.

—Sang.—el chico se vuelve para llamar mi nombre antes de irse.—El entrenador pidió que llevases nuestras cosas al almacén, el equipo de Gwangju no debe tardar en llegar así que debemos dejarlo todo organizado para mañana.

Suspiro exhausta y asiento tomando una de las canastas entre mis brazos, para mi suerte hay un pequeño carrito en el que podemos transportar las cosas de un lugar a otro en el terreno.
La primera competición será mañana, contra el equipo de Gwangju, así que todos están como locos en el sentido literal de la palabra. Los chicos practicando y la comisión de apoyo ultimando todos los preparativos para que nada falle, ahora yo debo llevar lo que se usará mañana en el juego al dichoso almacén, porque al parecer los demás están demasiado ocupados.

Una vez con las canastas sobre el carrito, comienzo a caminar fuera del dugout, desde lejos escucho la voz del entrenador dándole indicaciones a Jeon, él no ha practicado con la misma intensidad que el resto, al parecer no lo necesita y se ha encargado de cosas más importantes como preparar las señas que usarán en el juego con el entrenador. Aún sigo sin entender mucho de ello, pero mi enciclopedia deportiva, alias Min Yoongi, es de mucha ayuda.

Observo en su dirección y al instante el corazón comienza a martillear en mi pecho con frenesí. Es simplemente maravilloso.

Su cabello se encuentra despeinado en todas direcciones dándole un aspecto bastante sensual y masculino,  sus mejillas sonrosadas por la fría brisa hacen contraste con la palidez de su piel cremosa y el oscuro tono de su cabello y ojos. Coloca las manos en el interior de los bolsillos del pantalón de gimnasia que usa, para luego recostarse a una de las columnas a sus espaldas mientras continúa hablando con el entrenador, su estatura es imponente al igual que el aura que emana su presencia, su cuerpo se encuentra perfectamente equilibrado entre la esbeltez y los músculos tonificados, sobre todo en la zona de las piernas y brazos, que el ejercicio le reporta.

Una pequeña sonrisa asoma en sus labios por algo que le ha dicho el entrenador, y aquel simple gesto lo hace ver tan malditamente atractivo que de no ser porque el bendito carrito me sostiene ya habría desfallecido aquí mismo.

¿De esta forma se sentía cuando miraba a Hoseok?

Nada que ver, desde que conocí a Jungkook nada resulta como yo creo que será todo en un principio.

De repente su mirada se conecta con la mía, y juro que hasta soy capaz de sentir la debilidad en mis piernas y toda la sangre golpeando a torrentes la piel fina de mis mejillas. No desvío la vista, no por falta de vergüenza por haber sido descubierta observándolo a hurtadillas, sino porque justo ahora mis ojos no pueden discernir algo más que él en este estúpido terreno de baseball. Como si medio mundo se dispersara a nuestro alrededor, no puedo ver nada más allá de su figura…y siendo sincera, tampoco es que me interese ver otra cosa que no sea él.

La verdad ante todo.

Parpadea de forma pausada, sin apartar de sus labios esa media sonrisa, entonces baja la mirada y masajea un costado de su cuello con timidez.

Si pudiera ver mi rostro ahora mismo sería el poema sobre el desentendimiento más explícito del mundo ¿Qué le pasa?

¿Le da vergüenza de repente que lo haya estado mirando? Así debería sentirme yo que me estoy comportando como una jodida acosadora aquí viéndolo fijamente como estúpida en medio de la nada.

De repente pareciera que el hecho de haber aceptado mi atracción hacia él hace que cada interacción entre nosotros, por mínima que sea, se sienta más intensa y febril, puedo discernir las emociones con mayor claridad y vehemencia. Haber reconocido de una vez mis sentimientos ha duplicado mi sentido de percepción, si antes sentía mariposillas en mi vientre cuando lo tenía en frente pues ahora puedo asegurar que, en cuanto su mirada y la mía se encontraron, una bandada de aves comenzó a aletear en mi interior.
Exagerado, lo sé. Pero no se me ha ocurrido una forma más exacta de describirlo.

El entrenador coloca su mano en el hombro de Jeon, exigiéndole atención, y este se ve en la necesidad de apartar su mirada de la mía. Solo cuando me aseguro de que se ha centrado completamente en la conversación, me permito deleitarme unos segundos más observándole, entonces sonrió…porque a pesar de todas las trabas e impedimentos que pueden mellar en que algo entre nosotros suceda, esta sensación se siente magníficamente reconfortante, me hace sentir feliz.

Retomo mi camino empujando el carrito rumbo al almacén, a la sección que le han asignado a nuestro equipo. Una vez allí me dispongo a acomodar las canastas, cada una en su sitio correspondiente, y asegurarme de que todo esté en su lugar, listo para mañana. Nada más me queda por hacer en cuanto termino, salvo saciar la inminente curiosidad que me ha causado el escuchar unos sospechosos susurros provenir de una de las salas contiguas del amplio almacén.

Niego repetidas veces con mi cabeza, dispuesta a dejarlo pasar porque probablemente no sea nada más que algunos chicos del equipo huyendo de las prácticas o tomando un descanso, pero justo cuando me decido a salir de allí, un susurro en específico llama mi atención, más bien la voz que lo emite.

No me extrañaría si está en problemas o tramando algo, no sería la primera vez que lo sorprendería en una situación comprometedora, para nadie es un secreto que a escondidas de su padre y de la reputación que tanto se empeña en preservar hace de las suyas. Siempre me he hecho la de la vista gorda, así que ni siquiera le daré importancia a ello.

Para salir del almacén no me queda más remedio que atravesar el corredor del que se deriva aquella sala contigua, por lo que planeo hacerlo con rapidez y sin siquiera mirar a mi costado. Coloco el carrito junto a los otros en el lugar y comienzo a avanzar hacia la salida.

—¿Es todo?—inevitablemente escucho la voz de su acompañante. No me parece conocida en lo absoluto.

—Sí ¿Cuándo cumplirá con su parte?—esta vez me sorprendo un poco al percibir una segunda fonación, perteneciente a Young Soo…así que él también está metido en esto.

—Cuando tengamos la garantía de que realmente aquí está todo.—le responde con parsimonia el hombre.

—¿Dónde nos veremos entonces?—nuevamente reconozco la voz de Jae Sook hablando con prepotencia.

¿En qué rayos están metidos esos dos?

No Eun Mi, no hurgues en cosas que no te incumben…siempre acaba mal, no es tu problema lo que sea que estén haciendo.

Me repito contínuamente con toda intención de salir de ese lugar de una vez, ni siquiera sé porqué sigo aún aquí.

—Yo los busco.—sentencia el hombre.

Justo cuando estoy a punto de pasar por enfrente de aquella infernal puerta, el chirrido de esta siendo abierta de repente me sobresalta y una expresión confusa perfora mis pupilas en ese instante. Debido a la sorpresa, me detengo estática en mi sitio, el desconocido hombre me observa de arriba hacia abajo con duda y un pequeño destello alarmante en sus ojos.

Es un señor algo mayor, quizás de unos cincuenta años, su cabello es negro con algunos matices grisáceos, su mirada severa y frívola al igual que sus rasgos faciales endurecidos. Él permanece en su sitio sosteniendo la puerta por unos segundos y yo lo imito sin haber reaccionado del todo ante la sorpresa, y es que desde su perspectiva bien que podría pensar que estaba espiando o algo por el estilo.

Joder… ¿Por qué estas cosas me suceden? Yo solo quería pasar junto a la maldita puerta y salir de aquí, pero no, el universo tuvo que mofarse en mi cara nuevamente haciéndome tropezar una y otra vez con situaciones como estas.

El hombre gira su cabeza hacia el interior de la habitación, y justo cuando comprendo lo que eso podría significar para mí, hago una leve reverencia por cortesía y giro sobre mis talones con intenciones de huir lo antes posible.

—¿Qué sucede?—los vellos de mi nuca se erizan al percibir la voz de Jae Sook emanar de la habitación, es entonces cuando aparta un poco al hombre de la puerta y se abre paso al exterior.

Para entonces ya mis pasos me han guiado a unos cuantos metros de distancia, pero eso no impide que Jae Sook llame mi nombre de forma autoritaria y para nada amigable. Cierro mis ojos con fuerza y suspiro, ni siquiera necesito girarme en su dirección o detener mi andar, en menos de dos segundos lo tengo en frente sosteniendo mi brazo con fuerza.

—¿Qué se supone que hacías?—inquiere entre dientes, su mirada destila rabia y a la vez algo que claramente podría identificar como miedo o preocupación. Lo cual me confirma que, lo que sea que esos tres hayan estado tratando, es lo suficientemente serio como para temer que alguien más lo sepa y los delate.

—Solo…vengo de organizar las cosas del equipo, estoy de paso.—me limito a contestar confiando en que mientras más indiferente y serena me muestre menos sospechas de haber escuchado algo levantaré.

De reojo observo también a Young Soo colocarse junto al hombre desconocido y cruzar sus brazos sobre su pecho, frunciendo su ceño con notable fastidio al verme.

—¿Estás segura?—Jae Sook baja su cabeza hasta quedar a mi altura, entonces sus ojos escudriñan los míos profesándome una clara advertencia.

No necesita preguntarme si he escuchado algo o no directamente, con su cuestionamiento me deja en claro lo que realmente le interesa saber. Entiendo a la perfección el significado de esa vehemente mirada, y también sé con exactitud lo que debo responder.

—Muy segura.—susurro y le sostengo la mirada por unos segundos en los que él pareciera querer ver en mi interior y asegurarse por su cuenta que no le oculto la verdad, que realmente no he escuchado nada. Pero en vista de que no posee ese don, no le queda más remedio que conformarse con mi respuesta.

—Más te vale.—dice irguiéndose nuevamente con un reciente aire de desconfianza flotando a nuestro alrededor.

Eleva la mirada hacia Young Soo y niega casi de forma indivisible, supongo que confirmándole que realmente no estaba espiándolos. Vaya imbécil.

—Vamos, es hora de que salgamos.—le indica Young Soo al hombre a su costado, el cual luego de asentir comienza a caminar pasando por mi lado, saliendo ambos del recinto.

Me dispongo a hacer lo mismo y alejarme de Jae Sook lo más pronto posible, sin embargo antes de que lo logre, este tira de mi brazo nuevamente hasta que nuestra cercanía le permite susurrar en mi oído.

—Si de repente no te sientes tan segura recuerda…papá te envía saludos.—dicho esto, suelta con brusquedad su agarre sobre mi brazo y avanza hacia la salida, siguiendo los pasos de Young Soo y aquel extraño hombre.

No necesito procesarlo mucho para entender lo que ha querido decir, claramente ha sido una amenaza de que si he escuchado algo realmente y decido contarlo entonces él se vengará quejándose con Kwan Chul…se sobrentienden las consecuencias que aquello podría traer para mí, es mejor no tentar la suerte…últimamente esta no ha sido muy benévola conmigo.

—¿Qué te parece este?

—Demasiado elegante.—arrugo mi nariz mientras declino la opción de vestimenta que me ofrece Hye.

Apenas regresamos de la práctica nos sumimos en una exhaustiva búsqueda por el conjunto perfecto para la cita. No es como si realmente me continúe entusiasmando la idea, pero Hye se ha empeñado en que debo verme bien, claro que ella desconoce la realidad dentro de todo esto. Diría que más que emocionada o ansiosa me encuentro algo nerviosa, mi único objetivo con asistir a esa cita es aclarar las cosas con Hoseok o al menos volver a confirmar que mi atracción hacia él ha cesado por completo, y ahora que alguien más ronda mis pensamientos, el no será la prioridad en mi día a día.

—Este me gusta.—Hye eleva la percha y la coloca frente a mi cuerpo, escaneado cada costura de la tela con un mohín de aprobación.—Definitivamente tienes que usarlo.—dictamina lanzándolo a la cama junto a los jeans y zapatos que habíamos escogido hace un momento.

Me encojo de hombros y asiento de acuerdo con esta última selección, resulta ser un abrigo largo de color carmesí con brillantes botones en lugar de cremallera, elegante y sofisticado pero sin llegar al exceso. Yo no tengo mucha ropa, y menos aún alguna ideal para una cita, así que Hye me ha prestado prendas de su pertenencia y las ha combinado con algunas mías. Tal vez no sea la mejor maquillando, pero en cuanto a moda hay que aceptar que tiene muy buen gusto.

—Será mejor que empiece a prepararme.—comunico tomando la ropa sobre la cama y adentrándome en el pequeño baño.

Dejo entreabierta la puerta antes de despojarme de mi ropa, mientras Hye apoya su cadera a un costado de la pared y comienza un nuevo tema de conversación.

—Por cierto… ¿Te has enterado ya de lo de Taehyung? La verdad es que no pensé que fuese tan impulsivo.—dice jugando con las puntas de su bufanda tejida.

—¿Qué es lo de Taehyung?—frunzo el ceño confundida.

A decir verdad, ahora que ella hace mención del tema, no recuerdo haber visto a Taehyung tomar el autobús con nosotros de regreso al hotel. Tal vez ni siquiera advertí su ausencia debido a que la mayor parte del viaje estuve algo tensa y distraída pensando en lo reciente sucedido con Jae Sook y en los posibles resultados de la cita.

—Pues Yoongi me contó que decidió no volver con nosotros porque tenía una cita con esa chica…Haneul.

—¿En serio?—inquiero asombrada, realmente Tae no pierde el tiempo.—Creo que es algo bueno. No pensé que actuaría tan rápido, pero no me parece que sea algo impulsivo ¿Sabes? A veces no controlamos la intensidad o velocidad con la que fluyen las emociones.—Y aunque desde su perspectiva mi argumento hace referencia a Taehyung, esa última frase he de admitir que encaja a la perfección con mi situación.

—Bueno sí, solo que él no lo había dicho. Pensé que como tú y Haneul se conocen tal vez ella te habría comentado que saldrían hoy.

—No me ha hablado nada sobre Tae, supongo que si ambos han decidido guardarse para sí lo que sucede deben tener una razón ¿No? Ya nos dirán cuando se sientan preparados.—Permanezco atenta a la reacción de Hye, de repente siento como si de forma inconsciente le estuviera exponiendo mis razones para no contarle nada aún en lugar de estar hablando sobre Tae y Haneul.

Que irónico todo.

—Hay ciertas cosas obvias en la vida, que no se necesita ser un mentalista para darse cuentas de ellas.—murmura encogiéndose de hombros.—Y el hecho de que hay algo entre ambos y que a Tae le gustó esa chica desde el primer momento no es ninguna novedad, no veo motivo por el que deban hacer tan misterioso el asunto.

Eh…bueno, es entendible su punto y no ha reaccionado de la forma que esperaba. Es cierto que lo que ocurre entre ellos es bastante obvio, pero dudo que mi caso con Jeon sea igual. Tal vez Hye no está preparada para saberlo aun…

O tal vez quien no está preparada para hablar soy yo, pero ya he tomado la decisión de contarle todo luego de la cita.

–Son sus cosas, déjalos.—le digo terminando de abotonar el abrigo escarlata en frente del espejo.—Si tu hermano estuviese aquí te diría que dejaras de entrometerte en los asuntos de los demás.—río un poco en cuanto ella comienza a quejarse en voz baja.

—Me siento orgullosa, soy la puta ama.—espeta con autosuficiencia pasando sus manos por mis hombros, deshaciendo las inexistentes arrugas en la tela del abrigo.

—¿Me veo bien?

—Si no fuera porque eres mi amiga te habrías llevado por completo mi heterosexualidad.

—Cielos, Hye.—río y ruedo los ojos por su singular respuesta.

Viniendo de ella ya nada que salga de su boca me sorprende, no después de haber presenciado aquel "lindo cumplido" que le dedicó a Jimin.

Giro frente al espejo y sonrió satisfecha con mi apariencia. Llevo unos jeans de tono oscuro que hacen contraste con los botines negros de tacón mediano que Hye me ha prestado, un suéter blanco ceñido que se adhiere con naturalidad a mi cuerpo y encima el abrigo bermellón cuya finalidad es darle la esencia elegante al atuendo. Mi cabello oscuro decidí llevarlo suelto, solo me decanté por sostener una parte de mi flequillo con un pasador sencillo para optar por un aspecto diferente al habitual. En cuanto al maquillaje, realmente pensaba en no usar nada pero Hye terminó convenciéndome y accedí con la condición de solo utilizar un poco de rubor, rímel y un bálsamo labial natural.

Me gusta lo que veo en mi reflejo. Todo esto de acicalarse no es algo a lo que esté acostumbrada, pero últimamente comienzo a ponerle más interés y a preocuparme más aún por mi aspecto. Claro que obviamente eso tiene su razón, y justo ahora me lo recuerda el hecho de que, repasando el resultado final, no puedo dejar de pensar en si a Jeon le gustaría. Incluso cuando la cita no será con él.

Que insólito es todo esto…

—Yo voy.—me dice Hye en cuanto unos golpeteos en la puerta inundan con su ruido el ambiente.

Mientras ella se dirige a la puerta, me limito a organizar las cosas esenciales que planeo llevar en un pequeño bolso que curiosamente hace contraste con el abrigo bermellón. Supongo que debe ser Hoseok quien ha llamado, quedamos a esta hora en que vendría a buscarme a la habitación.

–¡Ah! Eres tú, dame un segundo. Tomaré mi bolso y enseguida nos vamos.—escucho la voz de Hye y al instante ladeo mi cabeza confundida. Creí que sería Hoseok, pero al parecer quien quiera que sea ha venido para buscarla a ella.

Entonces quién …

En cuanto salgo del baño y centro mi atención en la persona que espera junto a la puerta, todo ese cúmulo de sensaciones que me ha acechado desde los últimos días vuelve a serpentear por todo mi interior, logrando que mis extremidades detengan cualquier tipo de movimiento y permanezca inerte en mi lugar observando su figura.
Jungkook entreabre sus ojos y labios en cuanto advierte mi presencia, en un mohín que podría interpretar como sorpresa o asombro, percibo la tensión en los músculos de sus brazos cruzados sobre su pecho y la intensidad de su mirada recorriendo cada centímetro de mi anatomía.

Ahora bien, él podría ser más disimulado y yo podría dejar de observarlo como si estuviera en medio de un trance. Pero pasado los segundos me doy cuenta de que ninguno planea cambiar su postura.

Vaya momento incómodo.

—¿Qué pasa?—pregunto al notar que no se ha movido un centímetro desde que llegó y no deja de observarme fijamente.

—Estás…—mi corazón comienza a latir con desenfreno en cuanto en mi cerebro empiezan a reproducirse los posibles adjetivos para completar su oración… ¿Hermosa? ¿Elegante?—¿Al final saldrás con Hoseok?

Auch.

Bien, no me lo esperaba. Pensé que me haría un elogio o algo así, debí imaginar lo estúpido que sería creer aquello posible.

—Sí…

—Ah.

Su silencio sepulcral y prolongado reaparece nuevamente, sin apartar su mirada de la mía. Más nerviosa que nunca, comienzo a balancearme sobre mis propios talones sin saber qué otra cosa hacer o decir para que este incómodo momento acabe de una vez.

¿Qué diablos está haciendo Yoon Hye? ¿Acaso está metiendo en su bolso la colección entera de lagartos disecados de su padre?

—Jeon…

—Eun Mi…

Ambos abrimos los ojos sorprendidos, nuestras palabras han brotado básicamente al unísono y con la misma desesperación por romper el silencio.

—Debo decirte algo.—dice al cabo de unos segundos en los que se asegura de que yo no planeo interrumpirle.

—¿De qué se trata?—no evito ocultar mi duda en la interrogante, por la expresión de su rostro, diría que lo que sea que debe decirme es algo importante.

Jungkook suspira y a grandes zancadas avanza hasta colocarse frente a mí, con sus manos resguardadas en los bolsillos de su pantalón y su cabeza ladeada mientras muerde su labio inferior con algo de vergüenza. A diario he comenzado a preguntármelo, así que no está de más que lo vuelva a hacer…

¿Cómo es posible que sea tan atractivo?

Su singular belleza es completamente algo irreal. Justo ahora solo puedo recriminarme el por qué no fui capaz de notarlo antes...

Ah, claro, antes era un idiota abusivo conmigo. Supongo que eso influye mucho en la opinión personal sobre alguien.

Mientras él parece debatirse mentalmente si hablar de una vez o no, yo aprovecho la cercanía para detallar aún más sus facciones y aspecto. Su cabello oscuro y ondeado cae sobre sus mejillas y nuca dándole una apariencia desenfada y salvaje, lo cual hace un extraño y a la vez hermoso contraste con la ternura y nobleza que emanan sus grandes y brillantes ojos, similares a los de un inocente cervatillo.

Y es que acabo de darme cuenta de que la dualidad de este chico me fascina demasiado.

Las hebras azabaches de su cabello se encuentran húmedas y brillantes, evidenciando la reciente ducha que debió tomar apenas regresó de las prácticas. Todo su cuerpo destila un reconfortante y atrayente aroma, no es una colonia como tal, más bien podría decir que es su olor característico… y es exquisitamente maravilloso. Su piel pálida y cremosa hace notar con mayor nitidez el lunar bajo su labio inferior y la pequeña, casi indivisible, cicatriz en la cima de su pómulo. Cada detalle de él, me parece embelesa de sobremanera.

—La verdad es que yo…

—¡Ya está!—la voz de Hye hace eco a nuestro alrededor, sobresaltándonos a ambos como si lo que hacíamos fuese completamente ilícito, incluso cuando solamente nos observábamos mutuamente.—¿Interrumpo algo?—Hye alterna su mirada entre Jeon y yo, con un puchero de sospecha surcando sus labios y sus ojos rasgados entrecerrados de forma acusatoria.

Jungkook carraspea y retrocede los pocos metros que había avanzado para acercarse, yo en cambio oprimo mis labios en una fina línea y niego con rapidez sacudiendo mi cabeza.

Si no estábamos haciendo absolutamente nada… ¿Por qué me siento como si me hubiesen pillado intentando robar  al mismísimo papa del vaticano?

—En fin…—suspira ella al notar que ambos nos hemos quedado en silencio.—Jeon y yo pondremos en marcha el plan ahora, te avisaremos cuando todo termine.—me informa colocándose sus gafas de sol oscuras, adoptando una postura extraña mientras gira su cabeza de un lado a otro y sitúa sus puños frente a su rostro como si se preparase para un combate.

Si su intención es lucir lo menos sospechosa posible pues quizás lo mejor sea no decirle que está fallando estrepitosamente, así tal vez no se sienta tan ofendida.

—Vamos secuaz, el deber nos llama.—susurra y toma a Jeon de su brazo, jalándolo hacia la salida e ignorando las quejas del chico.

—¡Espera!—les llamo antes de que salgan por completo de la habitación. —¿Qué ibas a decirme?—le insisto a Jeon, recordando sus palabras que fueron interrumpidas por Hye hace un momento.

–Yo…—él balbucea durante unos segundos de forma distraída, hasta que sus ojos se centran en una figura que avanza en nuestra dirección, entonces su semblante se torna impasible nuevamente.—Nada, no pasa nada.

Confundida por su repentino cambio de actitud, dirijo mi mirada hacia el punto que él continúa observando y siento cómo mi ánimo de repente se disipa de apoco, siendo sustituido por una nueva sensación de incomodidad y decepción.

—¿Lista?—Hoseok llega a nuestro encuentro con su alegre sonrisa característica, saluda a Hye y a Jeon con un asentimiento de su cabeza y me ofrece su antebrazo para comenzar a caminar.

Él no tiene culpa de que las cosas hayan cambiado, de que yo sea tan inexperta e ilusa como para no saber interpretar mis propios sentimientos. Pero aún así, tenerlo en frente justo ahora y recordar la cita, no hace más que acrecentar la sensación de fastidio y resignación en mi interior. Realmente espero poder solucionar todo esto hoy.

Miro a Jungkook una última vez, esperanzada de que retome su discurso y se decida a decirme eso que parece ser tan importante, pero no lo hace. Se limita a bajar su cabeza y despojar la mano de Hye de su brazo, intercambiando entonces el agarre de ella por el suyo y comenzando a jalarla en la dirección contraria a nosotros.

—Vamos Min, terminemos pronto con esto.—murmura ignorando los reproches de Hye, justo como ella había hecho segundos antes con él, arrastrándola hacia las escaleras sin mirar atrás en ningún momento.

—Eso fue raro… ¿Hay algo entre Yoon Hye y Jungkook?—escucho a Hoseok cuestionar con seriedad a mi lado.

—¿Qué? No…solo…tienen un asunto en común que atender.—contesto frunciendo mi ceño hacia su amarga expresión, pero esta cambia al instante por su sonrisa habitual y asiente con efusividad como si nada hubiese ocurrido.

—Ya veo. Bueno, vayámonos entonces. Estuve investigando sobre sitios a los que ir y encontré un lugar que seguro te encantará.—comenta emocionado mientras afianza el agarre en nuestros brazos entrelazados y avanza hacia el próximo corredor.

—Ah…genial.—murmuro intentando sonar lo más condescendiente posible, puesto que de repente se me dificulta en demasía devolverle el tono entusiasmado en mis palabras.

Hoseok continúa hablando sobre aquel supuesto lugar al que iremos, pero sinceramente no soy capaz de escuchar con atención nada de lo que dice. Hay algo en la sorpresiva confesión que iba a hacer Jeon, y la forma en la que reaccionó al ser interrumpido, que no me permite despojar de mis pensamientos el suceso. Y es que mi curiosidad es inminente, realmente me habría gustado saber lo que tenía que decir.

Justo antes de llegar a las escaleras, dirijo mi vista hacia el lugar por el que desaparecieron Hye y Jungkook. Supongo que ahora que he aclarado mis sentimientos las cosas en lugar de desembrollarse no harán más que complicarse de sobremanera, solo espero que esta historia halle un buen final para ambos.

Hola! Lo sé, tenía que actualizar ayer :v
Pero lo hago hoy puesto que decidí subir dos capítulos en lugar de uno.

No es un maratón, simplemente me sentí motivada a una doble actualización. Así que este es el primer capítulo y en unos minutos regresaré con el próximo así que esperenlo por favor 🤧❤

De antemano agradezco que lean y apoyen mi historia.

Me gustaría saber qué les va pareciendo hasta ahora, si tienen alguna teoría en específico sobre algo o si creen que debería cambiar algún aspecto.

Acepto sus opiniones y críticas siempre y cuando sean constructivas 🤗

Regresaré pronto UwU gracias por leer.

PD: Cómo creen que irá la dichosa cita? 🤔

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro