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Catorce



Los nervios eran algo que no estaban en su mano controlar, pero YoonGi podía decir abiertamente que estaba muy feliz; aunque esa palabra se quedase corta para todo lo bien que se sentía en estos instantes. 

Había almorzado con JiMin, y aunque sabía que al rubio aún le perduraba el mal sabor de boca por haber discutido con su ahora ex pareja, también sabía que el chico se encontraba a gusto con él, el aroma que desprendía era una clara señal. 

Al principio de la comida había sido un tanto incómodo, las inseguridades y nervios del pálido de que fuera a ser su primera cita lo tenían como si fuera gelatina. Pero por algún casual, Park parecía amar su lado más torpe y avergonzado; así que todo estaba resultando de maravilla. 

Bueno, el mayor seguía intentando asimilar que ese omega tan malditamente precioso tuviera ciertos sentimientos por él. La suerte si que estaba de su parte. 

-- YoonGi hyung ¿en qué piensas tanto? -- Inquirió el más bajito cuando llegó a su mesa otra vez, con dos helados en sus manos. 

Ya habían almorzado, ahora estaban con el postre. -- O-oh, yo... no sé. -- Fue lo que respondió, aunque en realidad sabía de sobra, pero no quería recordar al muchacho de nuevo los sucesos de hacia un rato, toda la discusión y mal rato. -- ¿De q-qué pediste tu helado? -- 

-- Dulce de leche y chocolate almendrado. -- Tal como las palabras salieron de sus abultados labios, tomó una cucharadita de este y la alzó hacia el alfa albino. -- ¿Quieres, hyung? Está delicioso. -- 

<< Beso indirecto, beso indirecto. Alerta, besito indirecto.>> Es lo único que sonaba dentro de la cabeza del torpe joven; quien por cierto se echó hacia delante para poder probar lo que el contrario le ofrecía. Pronto sus ojitos se abrieron asombrados; tenía razón, estaba delicioso. 

-- Woh, son sabores comunes pero una rica combinación, Mimi ¿Quieres del mío? -- 

Toda la situación tenía al chico de mejillas regordetas en una suave nube, una acogedora sensación le rodeaba desde hacía tiempo; acababa de darse cuenta de que se hacía presente cada que estaba junto al albino. 

De alguna forma, aunque él fuera un chico extrovertido y normalmente poco avergonzado, ahora que YoonGi sabía que le atraía; y viceversa, se encontraba inevitablemente tímido. Ese alfa que tenía en frente revolucionaba cada uno de sus sentidos y pensamientos. 

Por supuesto que no había rechazado la oferta de probar su helado, ahora siendo él quien tomase de la cucharita ajena. -- Mango y yogurt... nunca había probado un helado así, pero está también rico. -- 

-- Normalmente siempre pido helado de frutas... me gustan mucho. -- Murmuró el de cabellos blancos, totalmente absorto en los labios ajenos desde que estos habían tomado el helado. 

No quería parecer un baboso ¡¿Pero alguien se había fijado en esos gorditos labios alguna vez?! Eran preciosos y tenían una pinta demasiado suavita y blandita... además eran abultados y... -- ¿YoonGi hyung? ¿Me manché de helado? -- Inquirió el pequeño avergonzado, fue lo primero que pensó al ver al mayor con sus ojitos puestos sobre su boca. 

Pobre Min, había sido malditamente descubierto. 

Sus rostro no tardó en colorearse hasta la punta de sus orejas; y para ocultarlo no se le ocurrió otra cosa que no fuera agachar la cabeza. -- N-no es eso... -- Comentó frunciendo sus finos belfos; sus pulsaciones se habían acelerado de sobremanera. -- Tus labios... s-son muy bonitos. -- Dijo en un tono de voz considerablemente bajo; por suerte JiMin pudo escucharlo con claridad. 

El rubio tenía a su lobo correteando en su interior de un lado para otro, disparando su aroma dulzón con intención de que el alfa supiera que el halago había sido completamente bien aceptado. -- Muchas gracias, príncipe de las flores. -- Agradeció, extendiendo su mano izquierda para acariciar una de las orejas ruborizadas del contrario. 

Con su timidez característica, YoonGi alzó su mirada con cuidado, encontrándose con el eyesmile que tanto adoraba ver en el rostro ajeno. Los orbes de JiMin se hacían más pequeñitos pero aún así conseguía transmitir un brillo hipnotizante. 

¿Cómo se supone que actúas cuando el chico que te gusta también gusta de ti? ¿Tenía derecho a a tomar su rostro y acariciar sus pomposas mejillas? En serio deseaba hacerlo, tal vez incluso dejar un pequeño mordisquito... era tentador. 

-- Príncipe, de nuevo te quedaste pensando ¿Qué pasa ahora? -- Para JiMin eran realmente divertidas y enternecedoras aquellas miradas de adoración que recibía de parte de ese chico; no se sentía como un lobo que tuviera deseos de devorarlo, más bien de un principito que deseaba cuidarlo entre suaves mantas y mimos; y eso le gustaba. 

Le gustaba en demasía saber que YoonGi no iba detrás de su culo y era más que un omega que era visto como una máquina sexual. 

No es como si JeonGin le hubiera tratado de aquella forma... pero no había color, los ojos del albino les transmitían lo indescriptible más allá de la veneración. -- Perdón, de verdad, Mimi... c-creo que estoy un poco más nervioso de lo normal... -- 

-- Por lo menos no estás desordenando las palabras, Gigi. -- Bromeó, apretando la pálida mejilla contraria antes de seguir tomándose su helado con una sonrisita de labios cerrados. -- No tienes que estar nervioso, hyung. Vamos a tomar esto con calma ¿Sí? Acabamos de saber de nuestros sentimientos, así que... despacio ¿vale? -- 

-- S-sí, gracias, yo; bueno, no sé mucho como actuar... ya te dije que no tengo alguna experiencia r-romántica y tengo miedo a ya sabes... defraudar tus expectativas. -- El alfa se terminó de sincerar, abultando un poco su boquita en un tierno gesto que JiMin supo apreciar ¡ese chico era tan lindo! 

Definitivamente JiMin tenía una debilidad por las cosas lindas; eso explicaría porque Yoon le parecía extremadamente atrayente.

 -- ¡Está perfecto así! Nunca hay dos relaciones igual, también es mi primera vez sintiendo algo por ti, así que no estés nervioso, somos dos chicos primerizos en esto; nuestro nuevo rumbo de relación. -- 

El intento del omega por hacerlo sentir mejor funcionó. Que el rubio en serio se preocupase por como se sentía; y además, quisiera verle más tranquilo, era algo que apreciaba. Sabía que para cualquier otra persona podría resultar tedioso; vamos, YoonGi estaba acostumbrado a ser tratado como un fastidio por muchas personas de su edad. 

Park era la primera persona fuera de su círculo familiar; y Jennie, que se había molestado en conocerle; ante los ojos del albino, ese joven se había tenido que escapar del cielo sí o sí. 

-- Por cierto, mi madre quería que vinieras hoy a casa, ya sabes, n-no paran de decirme que quieren saber del chico que me hace sonreír y salir de casa tan seguido... -- 

-- Me encantaría, Yoon, pero Hoseok hyung quiere verme, se enteró que terminé con JonGin y él es amigo de los dos, así que quería explicarle. -- Tal como la contraposición fue a ser explicada, el peliblanco arrugó su pequeña naricita con una expresión casi lastimera. -- Oh vamos, no pongas esa carita, Gigi. ¿Quieres venir conmigo? Podemos ir juntos si quieres. -- 

-- ¿Puedo? ¿Puedo? ¿Puedo? -- Cuestionó con notable emoción, su expresión ahora siendo una sonrisa enorme acompañada de orbes brillantes, YoonGi parecía un felino al que acababan de mostrarle la mejor lata de atún. 

Y claro que el más joven asintió con su cabeza, tomando más de su helado. -- Claro que sí, a Hoseokie le agradas bastante también, otro día de esta semana iremos a tu hogar; yo también quiero conocer quienes criaron al alfa más lindo que conocí, pero hoy vamos con mi hyung. Además... -- 

El alfa lo miró con curiosidad, esperando que el chico dijera aquello que sus labios parecían no estar seguro dejar escapar. -- ¿Además?... -- Le animó a seguir. 

-- No quiero que nuestra primera cita termine aquí, quiero pasar más tiempo contigo. -- Murmuró con sus ojitos pequeños desviados hacia la ventana, con sus pomposas mejillas sonrojadas a la vez que la cuchara con helado entraba entre sus labios, moviendo sus pies para poder entrelazarlos por debajo de la mesa con los contrarios.

-- Yo tampoco quiero, MiMi. -- Respondió el mayor, sonriéndole de la forma más sincera, esa cuando todos sus perlados dientes se dejaban ver al igual que sus rosadas encías. 

Puede, y era lo más seguro, que JiMin se acabase de enamorar un poquito más del adorable alfa. 



Otro capítulo de la historia más fluff de todo mi perfil, necesito insulina. 

Espero que os haya gustado. 

Os quiero mucho. 

Kisssuuu~~

130721

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