Gaby

no sabía lo que estaba haciendo, pero irme era la mejor opción. Mi teléfono volvió a vibrar; sabía quién era, o más bien, quiénes eran.

—¿No vas a contestar? —preguntó América.

—No.

—Gabriela, solo contesta. Deben estar preocupados.

—Mer, no voy a contestar.

—Dime, ¿qué fue lo que pasó?

—Me besé con Izar.

—¿Otra vez?

—Y con Noah.

Luka detuvo el auto de golpe, haciéndonos caer hacia adelante.

—Luka, ten cuidado.

—Gabriela Montes, te besaste con tus dos hermanos.

—Sí, no me regañes. Pero es que estaba borracha.

—No te mientas, Gaby. Lo deseas. Joder, yo haría lo mismo.

América tomó mi móvil y lo miró con curiosidad antes de hablar.

—Gabriela, ¿dónde estás?

—Habla América. Gaby está con nosotros.

—Pásamela.

—Izar, no creo que sea el mejor momento para eso.

—Por favor, América. Necesito hablar con ella.

—Quiere hablar contigo —dijo América mientras me pasaba el teléfono.

—Hola…

—¿Dónde estás?

—Salí con mis amigos. ¿Pasa algo?

—No mientas. Estás huyendo.

—Es solo que no puedo…

—Gabriela, sé que te da miedo…

—Gabriela, habla. Noah tiene razón; no hay nada de malo en sentirte atraída por dos chicos.

—Noah, no me siento atraída por los dos… Me gustan los tres.

—Vuelve a casa y lo arreglamos —dijo Dayron esta vez.

—Vale… Los tres están hablándome…

—A ver, dulzura, ven a casa —insistió Luka.

No entienden nada; debo estar enferma. ¿Cómo me pueden gustar mis hermanastros?

—No estás loca, niñata. Pero ven; esto es algo que no podemos hablar por teléfono.

—Está bien… estaré ahí en 5 minutos —respondí resignada.

Dayron

Gabriela sentía algo por nosotros… Joder, eso no me lo esperaba, pero estaba asustada.

—Está sintiendo algo por nosotros —dijo Izar sorprendido.

—Eso parece… pero hay que tratarlo con normalidad —respondió Dayron.

—Izar, ella es una niña y no podemos asustarla —intervino Luka en defensa de Gaby.

En eso tenía razón.

—¿Cómo lo haremos? —preguntó Dayron alzando una ceja.

—No lo sé… esperemos a que llegue. Que sea lo que Dios quiera…

Gaby

Tu boca sobre la mía mientras cuatro pares de manos me acariciaban; la piel se me erizaba. Tu lengua bajaba por mi cuello mientras gemía:

—Eres tan hermosa…

—Déjate llevar…

Podía sentir el aliento de Izar en mi oído mientras Noah acariciaba mis senos y Dayron jugaba con mi clítoris. Joder, esto era el paraíso; quería más… necesitaba más…

De repente sonó mi móvil otra vez:

—Tierra a Gaby —habló América al otro lado de la línea.

Otra vez… América. No podía dejar de pensar en cómo se sentiría ser follada por mis hermanastros; estoy enferma…

—No estás enferma amiga; es normal que a tu edad quieras probar cosas nuevas —me dijo América tratando de calmarme.

—América, tengo sueños húmedos con mis hermanos… los tres…

—Vale vale, pero eso no quiere decir nada. Además, no seas tonta; puedes tener a esos hombres a tus pies.

—Sabes mejor que nadie que no puedo…

—Gabriela, tienes 21 años y eres virgen; por Dios disfruta de la vida…

— no soy virgen  !

—Gaby los vibradores no te hacen dejar de ser virgen; porfa amiga disfruta de la vida —replicó América sin piedad—

—Sabes que no es fácil; lo intenté una vez y… ¿qué pasó?

—Lo que pasó con Jace no tiene nada que ver; era un idiota que no sabía esperar. Pero estoy segura de que estos chicos serán dulces…

Mer interrumpió:

—Gaby, no le mientas; estos chicos tienen pinta de que les gusta el sexo duro…

—intenso
—Ay… Luka por favor… ¡no ayudas!

—A ver Gabriela ya en serio: yo soy hombre y te aseguro que cuando te acuestas con una chica virgen eres lo más delicado que se puede…

—Pero es que no he dicho nada de follármelos; solo vamos a hablar…

—Claro claro… ya tus príncipes están aquí…

—¿Qué? Les dije que yo iba a volver…

—Parece que no les gusta esperar…

Dayron

Yo ahora mismo me escondería en la habitación; los Black no se caracterizan por saber esperar y bueno… estábamos aquí esperando a que nos abrieran la puerta cuando escuchamos un susurro:

—Hola —dice Gaby tímidamente—

—Hola —respondimos todos al unísono—

—Se supone que yo iría…

—Perdónanos Gaby; no nos gusta esperar…

—Eso puedo verlo —respondí sarcástico—

Es que dijiste que llegabas en 5 minutos y bueno… no llegaste —se justificó Noah como si fuera un niño travieso—

Era una forma de hablar… Izar… sé que tenemos que hablar… pasen por favor…

Entramos a la casa; era pequeña pero acogedora. La casa estaba llena de fotografías de tres niños que deduzco son los tres amigos:

—Vaya Izar sabes… de los tres eres mi ídolo —habló Luka emocionado—

—¿Por qué?

—Porque eres el que más ha besado a Gaby… ¡Eres un cabrón! Por olvidarlo…

—¡LUCAAAA! —grita Gaby mientras casi se ahoga—

—¿Perdona?