Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 61

Mientras los corazones de los soldados jóvenes rebosaban de felicidad, el corazón de un adulto se derrumbaba, mientras que su acompañante comenzaba a buscar la verdadera realidad de su nueva y dolorosa vida.

Su mano dolía mientras parecía que con cada minuto empeoraba. Odelia alzó su mano para observar su herida: la piel de su palma parecía no poder mantenerse en su lugar, desgarrándose con cada ligero movimiento que hacía permitiendo que incluso se viera la parte interna de su mano. Sin embargo, Odelia no podía salir de su trance.

—Debemos revisar la zona y explorar si puede haber sobrevivientes —declaró Hange, comenzando con su primera tarea como comandante de la Legión de Reconocimiento—.

—Ayuda a los mocosos con la búsqueda, yo llevaré a Erwin a un lugar donde pueda estar en paz —apoyó Levi la idea de Hange, caminando con el cuerpo de Erwin en brazos—.

El paso de Levi se vio detenido al encontrarse con Odelia tratando de llamarlo— Yo iré contigo —pidió la castaña, recibiendo una mirada de enojo del azabache—.

—No te dejaré ir, estás en pésimo estado como para dejarte morir —respondió molesto Levi—.

—Créeme, no me ocurrirá nada si voy contigo. Estaré bien —trató de convencerlo—. Conozco un lugar donde podríamos dejarlo, ahí nadie podrá molestarlo—.

Inseguro, Levi buscó la mirada de Hange para saber qué hacer, pero finalmente Hange optó por ayudarla a dejar ir a Erwin a un lugar de descanso.

—Primero que Hange te ayude con esa mano, no quiero que cojas una infección —respondió molesto el azabache volviendo a mirar al comandante—.

—Por supuesto —respondió de inmediato Hange mientras revisaba la profunda herida de la cual Odelia no se inmutaba—.

La mayoría no pudo entender la actitud de la castaña, pero solo una persona podía comprender que su dolor físico no era tan grave como su dolor por dentro. Joelle entendía a la perfección aquella actitud y se lamentaba de saber que su hermana no pudo salvarse de su destino.

Decidió ser la primera en alejarse para comenzar la búsqueda de soldados, mientras que miraba a Floch para que le siguiera.

El silencio entre los tres soldados era demasiado incómodo para poder intentar romperlo, por lo que su mirada simplemente se dirigía a la mano ahora vendada de Odelia.

—¿No te duelen los rasguños? —preguntó con gentileza Hange tratando de amenizar la situación, Odelia negó con la cabeza—.

—Hange —llamó Odelia con voz neutra, ganándose la atención de la mencionada—, me alegro que estés viva. No sé qué sería de Joelle sin tí —fueron las únicas palabras que expresó antes de levantarse de su lugar y caminar hacia Levi—. No te preocupes por nosotros, estaremos bien —se despidió con una sonrisa extraña en su rostro que a Levi y Hange petrificaron—.

Levi tomó el cuerpo inerte de Erwin entre sus brazos y esperando las indicaciones de Odelia para avanzar, la observó con gran preocupación— ¿Te encuentras bien? —preguntó, pensando en que ella estaba aún en shock tras la muerte del que fue su gran amigo y como un hermano—.

—Sí, estoy tranquila —respondió de la misma manera Odelia sin dirigirle la mirada. Observó el lugar donde varias casas se encontraban en llamas debido a la explosión que el colosal causó—. Es ahí —señaló con su dedo una casa alejada de las demás—.

Ambos comenzaron a volar en su equipo tridimensional hasta llegar al lugar señalado por Odelia. Un pequeño jardín que años atrás podría haberse notado sus árboles fructíferos y un pasto verde y fresco. De ese lugar solo quedaban restos de casas que cayeron alrededor del lugar mientras continuaban el camino en silencio.

—¿Dónde estamos? —preguntó Levi observando a una seria Odelia—.

—Esta era la casa de Wanda de casada —respondió la castaña comenzando a avanzar sin dejarle decir algo a Levi—.

La puerta se encontraba abierta. Era claro que ninguna persona que pudiera haber sobrevivido a aquel día habría intentado robar algo a costa de los titanes, por lo que era razonable que la única persona que habría estado ahí era su propia hermana, Wanda.

Caminaron en los alrededores buscando una habitación, observando al mismo tiempo el lugar donde Wanda probablemente vivió pesadillas contra su marido, donde todo quedaba retratado en su diario, lo único que pudo salvarse de ella de todo esto.

Continuaron hasta la última habitación que quedaba al fondo de la casa. En un suspiro, Odelia abrió la puerta, la cual soltó un chirrido mientras era abierta, mostrando las luces de la ventana cayendo hacia el suelo, mientras que a un lado se encontraba una cama.

Odelia y Levi se miraron entre sí, sabiendo perfectamente lo que estaban pensando.

Con sus manos temblorosas, Levi dejó el cuerpo descansar sobre la cama, cubriendo con el saco del rubio su cabeza hasta las piernas, evitando así que el sol diera sobre él. Algunas lágrimas recorrían el rostro del azabache, mientras sentía su pecho contraerse ante el súbito desinterés e indiferencia de la castaña, cuando esperaba una peor reacción que la de él ante la situación.

Sin llegar a lastimarla, halo de su camisa desgastada y algo quemada de la castaña hasta acercarla a su rostro, quedando a centímetros de distancia. Los ojos de Levi se posaron en sus labios, pero desvió la mirada de ellos al ser incapaz de hacer algún movimiento en ese momento, pasándose a los ojos vivaces de los que alguna vez se sintió enamorado. Sin embargo, su dolor fue al no encontrarlos.

—Odelia... ¿qué pasa contigo? —crujía sus dientes al no obtener respuesta, mientras se aferraba en la tela que se arrugaba con sus dedos sobre ella—.

—No, la pregunta es ¿qué te pasa a ti? —la profunda voz con la qué Odelia se dirigió a él lo hizo soltarla, aun inseguro de querer dejarla ir—.

—N-no es nada...

━━━━━━◆❃◆━━━━━━

Hasta ahora, el número entre los soldados se reducía a la cantidad de 12 sobrevivientes tras el final de la batalla. De aquellos sobrevivientes, 7 comenzaron la búsqueda de más soldados que sobrevivieran al ataque titán bestia, donde su esperanza recaía en encontrar a los miembros restantes del escuadrón de protección y apoyo. Pero tras casi cuatro horas de no encontrar ningún sobreviviente, los soldados comenzaban a sentirse ansiosos sin poder encontrar a sus amigos y camaradas, por lo que los sentimientos negativos se encargaban de provocar las discusiones entre los soldados que estaban buscando.

—Maldición, no me imagino lo que debió ser estar en la batalla contra ese mono —declaró Connie preocupado mientras acompañaba a Jean en la búsqueda de todos los que sobrevivieran, pero la molestia y angustia de Jean aumentó al escuchar el grito ensordecedor del rapado a metros de él—.

—¡¿Puedes guardar silencio por solo cinco minutos?! —gritó molesto el bicolor mientras dirigía su mirada a su amigo, observando hacia la dirección que el de ojos almendra observaba—.

—¡¡AHHHH!! —gritaron los dos chicos mismo tiempo mientras corrían lejos del lugar donde estaba una cabeza suelta—.

—¡Tenemos que encontrar a los chicos lo más pronto posible! —gritó de nuevo Connie mientras apresurada su paso—.

—Connie, tranquilízate —le pidió Jean sosteniéndolo del brazo para detenerlo—, d-debemos mantener la calma si es que queremos encontrarlos.

—¡¿Cómo quieres que me tranquilice si probablemente todos están muer-!

Jean cubrió la boca de su amigo para después señalarle en dirección a un cuerpo que estaba de pie observando al suelo. El bicolor abrió los ojos con sorpresa y alivio al reconocer aquella cabellera, pero su dicha no duró mucho al notar frente a quiénes se inclinaban.

Con sigilo se acercaron hasta las espaldas de la soldado, quien ahora se reclinaba hasta estar frente a dos cuerpo que los otros dos no podían reconocer.

La respiración de ella comenzó a acelerarse sin poder creer lo que veía. Tras segundos de intentar asimilarlo, soltó un grito de desesperación y dolor mientras tomaba los cuerpos de Ondine y Connor para acomodarlos como solían hacerlo años atrás. Ondine estaría en su regazo durmiendo mientras Connor descansaba en su hombro. Una vez más, Artis perdía a su familia.

Connie y Jean se miraron sin saber qué hacer, mientras observaban cómo Artis se aferraba a lo que quedaba de los cuerpos de a los que llamó alguna vez familia.

El bicolor colocó su mano sobre el hombro libre de Artis sin tener éxito de sacarla de su trance.

—Artis, debemos irnos ya —habló en un hilo de voz Jean tratando de hacer entrar en razón a la pelicobre—.

—Je-jean, ellos...

—Lo sé, cariño. Pero al menos ya están descansando, debemos dejarlos juntos, es lo que habrían querido. Nosotros tenemos que irnos...

—¡No! ¡No los dejaré aquí solos! ¡Ellos jamás habrían querido que me separara de ellos! ¡Debo de permanecer con ellos! ¡No los quiero dejar aquí! ¡Ondine siempre dijo que en mis piernas dormía bien y Connor decía que descansaba más sobre mi hombro! ¡Los tres estamos bien ahora mismo, por eso no me deben separar de ellos! E-ellos solo duermen... Esperaré a que despierten. Pueden regresar si quieren, yo me quedaré aquí.

—Artis. Entiendo tu dolor, pero debes entender que ellos no despertarán de nuevo. Esa es nuestra realidad y de la que ellos también estaban conscientes —agregó esta vez Connie enterrando sus uñas en su palma tratando de contenerse—.

Con lentitud, Jean se incorporó detrás de Artis envolviéndola en un suave abrazo tratando de alejarla de los dos cuerpos que sostenía.

—Artis, debes dejarlos ir... —le pidió Jean con la voz entrecortada—.

—Es mi culpa que ellos murieran —sollozó Artis sosteniéndose al agarre del castaño claro—.

—Para nada lo es, tú habrías hecho lo mismo que ellos si la ocasión lo ameritaba. Ellos consagraron sus corazones por la vida de su familia, lo que ellos menos habrían querido era verte morir.

—¡¿Y qué hay de mí?! Sería lo mismo si yo hubiera muerto y ellos no, ¡pero yo no importo, eran ellos quienes podían inventar cosas y arreglar! ¡Yo soy una soldado inútil! ¡Debí ser yo quien haya muerto en vez de ellos! —respondió la pelicobre, incapaz de ver el rostro de Jean—.

—Es una gran mentira lo que dices —rebatió Jean tratando de consolarla como una vez ella hizo con él—. Eres una soldado admirable que está dispuesta a dar su vida por los demás. Pero si aún crees que eres inútil, entonces tú termina las cosas por ellos —habló Jean sintiendo el cuerpo de Artis tensarse—, si quieres darle sentido a sus sacrificios, termina lo que ellos no lograron en su nombre. Estoy seguro que eso habrían querido. De todos estos soldados incluyendo a Connor y Ondine, todos ellos tenían sueños por querer completar, pero han dado sus vidas para que otros puedan cumplirlos por ellos. ¿Qué harás, Artis, dejarás de lado su sacrificio o cumplirás sus sueños en sus nombres? —con lentitud y  la ayuda de Jean y Connie, Artis se levantó del barro de sangre y tierra para abalanzarse sobre el pecho de Jean, comenzando a llorar mientras recibía caricias en su espalda y un beso casto en la cima de su cabeza— Eres la mujer más valiente que he conocido, no lo dudes nunca.

Con sus manos temblorosas, Artis se aferró a la espalda del bicolor quien, con profundo dolor por ver a sus dos amigos muertos, correspondió al abrazo de la pelicobre.

«No permitiré dejar morir a alguien más» se prometió Artis antes de ser ayudada a separarse para siempre de los cuerpos de sus compañeros.

Algunas lágrimas en silencio fueron derramadas por los dos soldados mientras seguían su búsqueda junto a Artis, pero un atisbo de regocijo por encontrar a alguien con vida ayudó a superar su dolor, permitiéndoles continuar con aquella incansable búsqueda.

»Artis —llamó Jean mientras la tomaba de la mano esperando una respuesta— ¿sabes por dónde podría estar... Samuel?

El inexpresivo rostro de la pelicobre se transformó en uno atónito, donde sus esperanzas se vieron obligados a resurgir.

—Él no fue golpeado por las piedras porque Ondine y Connor lo impidieron, pero solo alcancé a ver que el caballo de Ondine golpeó al de Samuel, provocando que cayera lejos de todos los demás —respondió Artis apretando ligeramente su agarre en el bicolor—.

—Entiendo, te dejaremos en la muralla y nosotros nos encargaremos de...

—Quisiera ir con ustedes —interrumpió Artis a Connie dirigiendo su mirada a este, que a la vez observó a su amigo buscando decidir qué hacer—.

Jean soltó un suspiro antes de aceptar— No te separes de nosotros, mantén los ojos abiertos y...

Antes de que pudiera terminar su frase, la pelicobre se soltó del agarre del castaño, echándose a correr hasta donde se encontraba un cuerpo alejado de los demás.

—¿Es Samuel? —preguntó sorprendido Connie mientras le seguían el paso a Artis, encontrándose con el trigueño inconsciente—.

Mientras tanto, una bengala amarilla fue vista a lo lejos de ellos, informando de que la zona donde Eren, Mikasa y Floch buscaban finalmente fue cubierta sin poder dar con algún miembro con vida. Instantes después, otra bengala fue lanzada desde el lugar de la muralla donde quedaron instalados para dejar descansar a los demás, el capitán Levi indicaba que Armin había despertado.

—¿Qué hacemos? —preguntó Connie preocupado—, no hemos explorado por completo la zona. ¿Deberíamos regresar?

Jean crujía los dientes sin saber qué hacer. Por unos instantes, observó el rostro angustiado de Artis por su compañero. Soltó un suspiro mientras lanzaba la bengala que anunciaba su retirada del lugar, dando por finalizado su búsqueda.

—Connie, ayuda a Artis a llegar hasta la muralla, yo me engargaré de Samuel —pidió Jean girandose hacia su amigo, quien obedeció al pedido del bicolor. Artis dio una última mirada a su compañero antes de que Connie la tomara y se encaminaran en el equipo tridimensional hasta la cima de la muralla. Jean quedó en silencio mientras observaba el cuerpo inmóvil de Samuel, colocó sus dedos índice y medio en el cuello del trigueño para tomar su presión, notando las pulsaciones que mandaba su compañero—. Eres un tipo con demasiada suerte, ¿sabes? —sonrió levemente el castaño sintiendo alivio mientras lo cargaba en su espalda para llevárselo—.

No hubo respuesta por parte del soldado, quien solo se esforzaba en sobrevivir hasta ser atendido por sus compañeros.

A pesar del estado en que se encontraba, Artis abrió los ojos sorprendida al observar a su superiora con vida, pero entendía que ya no era la misma al reconocer la mirada perdida, igual a la del señor Baumeister cuando habló con él. A su vez, observó que todos los demás soldados estaban alrededor de Armin, mientras que Sasha y Darío parecían estar inconscientes.

—¿Lo únicos sobrevivientes de la Legión somos los 14 que estamos aquí? —preguntó sin poder creerlo Armin—.

—Justo ahora es el caso —habló Jean mientras acomodaba a Samuel en el suelo con ayuda de Artis y Joelle—, han pasado 4 horas desde que la batalla terminó. Hemos estado buscando más supervivientes, y afortunadamente, pudimos encontrarlos —desvío su mirada hasta la pelicobre para después volver a observar al trigueño—.

—Hemos tenido éxito cerrando el distrito de Shiganshina, Reiner, el titán bestia y otro enemigo escaparon, capturamos exitosamente al titán colosal —el rostro de Armin se deformaba con cada acontecimiento resumido al comenzar a completar su propia rompecabezas—. Entonces... debido a que el comandante Erwin y yo estábamos al borde de la muerte, ustedes pelearon por quién debía recibir la inyección, al final, me transforme en un titán y comí a Berthold —sintiendo asco por lo último, Armin bebió un poco de agua que Odelia le entregó en silencio para evitar vomitar. Al observarla, sintió su pecho doler más por la culpa—. ¿Por qué? ¿Por qué fui el elegido? No importa cuánto pienses en ello, ¡el comandante Erwin debía sobrevivir! —dirigiendo su mirada llena de culpa al azabache, con voz quebrada habló— ¡Capitán, ¿por qué me inyectó a mí?!

—Tch. ¿No le habías dicho todo? —le reclamó Levi a Eren, dándole una ligera patada, ganándose una mala mirada de Odelia—. Por lo menos, estos dos amigos tuyos no pensaron de la misma manera. Incluso se enfrentaron a mí, causándome una herida —les recriminó el azabache posandose molesto detrás de ellos—.

—Nos enfrentaremos a cualquier castigo que nos den —declaró Eren, ganándose la mirada de confusión de Armin—.

—Por supuesto que lo harán —intervino Hange—, violar órdenes militares llevará su disciplina, ¿crees que los medios aceptarían complacencias para que puedas hacer lo que quieras?

—Claro que no —bajaron la mirada Eren y Mikasa—.

Tras el silencio que se manifestó en todos, Levi volvió a hablar— Entonces otra vez... el único que tomó la decisión final fui yo. No... mis sentimientos personales decidieron que este sería el cementerio de Erwin —habló mientras miraba de reojo a la castaña, quien no se inmutaba—.

—No lo entiendo —contestó Armin—, ¿cómo puede el comandante Erwin morir? Sin el comandante Smith, entonces nosotros... ¿qué hacemos ahora?

—También creo que darle la inyección a Erwin era la decisión correcta —añadió Hange, sorprendiendo a varios de los presentes—, pero fue Levi al único a quien Erwin le confío el suero. Y Levi te eligió. Por lo tanto, no tengo mucho más qué decir. Nosotros confiamos el legado de  Erwin, y el poder de un titán colosal a ti. No importa lo que digan los demás, ya tienes este rol. Espero que traigas aún más contribuciones a la humanidad, Armin.

Gotas de sudor caían por el rostro de Armin, esforzándose por entender la posición que tenía ahora. Odelia lo miro con pesar, al igual que los demás lo hacían.

—Yo... ¿yo tengo que cargar con las responsabilidades del comandante Erwin? ¿Cómo es eso siquiera posible?

—No me malinterpretes, tú no puedes reemplazar a Erwin —habló de nuevo Levi, deprimiendo más al rubio—, sin embargo, tú posees un poder del que otros carecen. Escucha, ni yo, ni estos dos —señaló recargando sus manos en las cabezas de Mikasa y Eren—, ni nadie más, y tampoco tú sentirán remordimiento, esa es tú misión.

—Tan ruidoso —se quejó Sasha, provocando la sorpresa en todos los presentes—.

—Ja, ja, ja. Hemos sido regañados por Sasha —soltó una carcajada la castaña—. Además, tengo que heredar la posición como comandante, así que mí posición es similar a la tuya. En este punto, solo podemos estar determinados.

—Muy bien.

Odelia bajó la mirada, y una pelicobre se dió cuenta de ello. Si su mente no la traicionaba, era posible que tuviera la certeza de saber que Odelia Baumeister tampoco era indiferente en aquella situación, pero solo decidió a bajar la mirada, insegura de ello aún.

—En ese caso. Ahora que Armin está bien, deberíamos irnos de aquí. Levi, Mikasa, Eren y yo iremos a investigar. Los demás deben quedarse aquí y observar cuidadosamente a nuestro alrededor.

—Yo también quiero ir —alzó la mano Odelia, conectando su mirada con Hange—. Eren, aún tienes la llave, ¿verdad? —preguntó Odelia observando inexpresiva al moreni, sin permitir que Hange o alguien más pudiera hablar—.

Sin saber cómo reaccionar, Eren llevó su mano a su cuello por instinto, tomando el frío metal de la llave con la que cargaba tiempo atrás.

—Sí. Está justo aquí —respondió el castaño—.

—Bien, entonces deberíamos irnos —dijo levantándose de su lugar y caminar junto al azabache y Hange, quien miro a Joelle buscando ayuda de ella, la cual fue negada—.

—Creo que Odelia es a quien le corresponde cumplir con lo que Erwin querida realizar por sí mismo. Ella es quien mejor lo conocía, por lo que ella debe cumplirlo por él —finalizó con voz débil, mientras desviaba su mirada de la castaña, apenada—.

—Sea ahora o después, ella sabrá lo que hay en ese sótano, y nadie se lo podrá impedir —suspiró Levi derrotado, dirigiendo su mirada molesta a la castaña—, pero no te atrevía a hacer algún movimiento peligroso, o yo seré el primero en hacerte regresar aquí.

Con aquella amenaza, los cinco se dirigieron a la orilla de la muralla, observando donde se encontraba la verdad de ese mundo. Su pecho golpeaba fuertemente, como si se le fuera a salir de su lugar.

La verdad que él buscó por años y por la que se dio por vencido, comenzaba a matarla.

🌸
¡Holaaaa! Me alegra estar de vuelta con ustedes, los extrañe mucho:') ¿cómo han estado? ¿Qué les pareció este regreso? Nos vemos pronto con más capítulos. Pensaba en comenzar a subir al menos un capítulo proyecto semana, ya cuando haya avanzado lo suficiente les traigo un maratón ahora :'3 Muchas gracias por la espera y nos vemos pronto. Cuídense 💗✨

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro