El ensordecedor sonido de la sirena y el sofocante olor de la sangre la inundaban—niña de origen japonés...tiene varias apuñaladas y por la apariencia de la ropa es seguro que fue ultrajada, revisen en los registros de gente desaparecida y vean si su rostro coincide con el de algún reporte —dijo uno de los forenses que revisaba el cuerpo inerte de una niña de no más de 12 años

Nozomi asintió mientras tomaba su teléfono con la imagen del rostro de la niña y se la enviaba a la comisaria para que buscasen si alguien había reportado su desaparición, la luz producida por las cámaras de los forenses iluminaron el pequeño apartamento mostrando los signos de pelea en él.

—Nuestro trabajo aquí esta hecho—dijo uno de los forenses mientras cargaba el cuerpo de la niña metido en una funda de cadáveres fuera del apartamento—los peritos no tardaran en llegar para recoger las pruebas y la limpieza—

Nozomi los siguió de cerca con el ceño fruncido cuando vio como todos los vecinos habían salido corriendo de sus casas a observar lo que sucedía como si se tratara de algún espectáculo—odio tanto esto...—murmuro entre dientes Nozomi—no hay bien en las personas, no hay orden ni justicia en el mundo...durante los 5 años que me he dedicado a esto he visto que tan podridos están los humanos, hay algunos que intentan marcar la diferencia pero no tardan en podrirse también—

—Tienes razón...y aunque duela el mundo es así—dijo una de las forenses que había podido escuchar lo que murmuraba—pero siempre habrá un nuevo día y la luz superara a la oscuridad—dijo antes de meterse en la furgoneta e irse dejando sola a Nozomi.

Hace 5 años

—aceptarlo significa que iras contra todo el mundo...le darás la espalda a toda tu raza—la voz estaba cargada de odio y resentimiento sin embargo Nozomi no se vio afectada

—Realmente eso no me importa—dijo Nozomi con una sonrisa—la paz o la felicidad son dos conceptos que no existen en este mundo, los humanos creamos un sistema que impone una maldición sobre las personas lo único que importa es cuanto tienes o donde naciste una simple frontera puede ser la diferencia entre una vida de excesos o una de hambre —la sonrisa desapareció de su rostro.

—Al parecer lo entiendes ¿estas lista para ser la villana?—dijo la voz en un tono burlón

—villano o héroe, bien o mal, justicia o injusticia, son términos que pueden cambiarse dependiendo del punto de vista de cada persona—la expresión del rostro de Nozomi se volvió oscura—"todos son buenos hay luz en cada persona, la paz se puede alcanzar"—dijo de manera burlona—esas no son más que palabras de gente débil que se niega a ver la verdad...todo esta inmundamente podrido y en cuanto a los humanos...—la entidad entro en ella—somos insalvables—

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Nozomi suspiro mientras subía a su patrulla—un año y todo esto habrá acabado—murmuro mientras veía por la ventana como todos los civiles empezaban a regresarse a sus casas—un nuevo amanecer llegara y purificara el mundo—

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Las clases terminaron con un muy inquieto Dekisugi— ¿Qué te sucede? —pregunto Suneo acercándose al peli-negro siendo seguido por Gigante.

Dekisugi suspiro mientras se levantaba y tomaba su mochila—Shizuka no ha regresado—dijo mientras señalaba el asiento de la Minamoto vacío—ella nunca se salta las clases...algo grave debió sucederle— murmuro el azabache mientras caminaba a la salida del salón.

— dijo que iba a buscar a Nobita...por lo que es probable que él le haya hecho algo— dijo Suneo provocando que Gigante rugiera de ira Dekisugi se paró frente a él antes de que pudiera salir corriendo a buscar a Nobita

—cálmate no sabemos lo que sucedió— dijo Dekisugi intentando calmarlo— primero busquemos a Shizuka y preguntémosle lo que paso—Gigante asintió de mala gana, luego de diez minutos de búsqueda la encontraron en la enfermería de la escuela— ¿Qué sucedió? —pregunto notando las marcas de la grimas secas en las mejillas de su novia y sus ojos hinchados por el llanto

—No pasó nada—mintió Dekisugi no le creyó lentamente se sentó junta a ella y la abrazo

—sabes que puedes contarme cualquier cosa...yo te entenderé y te apoyare—susurro Dekisugi provocando que Shizuka empezase a llorar nuevamente y le contase lo que paso—lo entiendo...al parecer Nobita cambio demasiado ¿no crees que ya va siendo hora que lo olvides? —Su mirada se movió hacia sus dos amigos—lo que paso con Nobita es una pena pero ya no podemos seguir humillándonos suplicándole su perdón— los tres asintieron un poco dudosos— hoy es viernes que les parece si le digo a Doraemon que nos lleve a algún lugar para así poder despejarnos—sus amigos asintieron con una sonrisa.

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Nobita camino hacia su casa cuando llego la vio era un poco más grande que la de Suneo estaba hecha de ladrillos y su diseño le recordaba mucho a las casas europeas que había visto en revistas—...no importa cuánto tiempo pase...aun me siento raro al tener todas estas cosas—su antiguo hogar iba a ser demolido y en su lugar se iba a construir unos baños públicos— ¡estoy en casa! —dijo un poco fuerte, su madre salió de una de las habitaciones con una sonrisa.

— ¿Qué tal te fue? — pregunto Tamako mientras veía a su hijo acercarse a ella

Nobita suspiro—...problemas por aquí, problemas por allá ya sabes lo usual—respondió el azabache antes de sentir como algo le tocaba el pie—como se encuentra la niña más hermosa del mundo—dijo mientras tomaba a la bebe que había estado gateando—tu genial hermano ya llego—

Tamako simplemente negó con una sonrisa— ¿quieres comer algo ahora o primero harás los deberes? —su hijo había cambiado mucho, el Nobita que intencionalmente no hacia los deberes había quedado en el olvido.

—Quiero comer algo primero—respondió antes de dirigirse al comedor cargando a la bebe que sonreía mostrando sus encías—Humiya ¿Qué te parece sí luego de que haya hecho los deberes jugamos un poco? —le pregunto Nobita a su hermana la cual a pesar de tener 1 año era muy inteligente echo que enorgullecía a su madre.