Especial de San Valentín - 5
Cleopatra × Nut ♡
...
- ¡La octava pelea del segundo Ragnarok ha terminado! Después de una batalla feroz que nos ha quitado el aliento, este resultado sin precedentes se hace ver...
La humana respiró muy agotada; ese último golpe estuvo a punto de quitarle la vida.
Se limpió la sangre de sus manos con la poca bata azul que le quedaba; con ambas limpias se quitó el mismo líquido que corría por su frente.
Y para finalizar se recogió el cabello al tiempo que sonrió hacia las gradas que la observaban y celebraban su gran victoria.
- ¡Marie Curie, la científica polaca ha derrotado a su adversario! ¡Una nueva victoria para la humanidad!
La mujer levantó una mano en señal de victoria, trayendo nuevamente un rayo de esperanza para la humanidad...
...
- ¡Muy bien mujer! ¡Así se hace! ¡Au!
Aun en la enfermería Cleopatra sentada sobre su camilla vio por medio de una pantalla la victoria de Curie. Hubiera continuado con su celebración de no ser por las quejas de sus heridas, especialmente en sus hombros perforados y en su abdomen.
- Au, au, au. - bajó la cabeza y se le escapó una lágrima de dolor - Esto seguirá doliendo por mucho tiempo.
Un par de pasos como descalzos sonaron detrás de la cortina que aislaba su camilla y cambió su punto de atención. Giró la cabeza hacia la dirección del sonido y de repente la cortina se abrió de golpe.
- ¡Cleo-chan! ¡Estás bien!
Allí estaba Nut, la Diosa egipcia de la bóveda celeste y su oponente 5 rondas atrás. Cleopatra se alegró de verla, tanto que sonrió a pesar del dolor...
- ¡H-Hola! Nut... chan...
... Pero ahora la Diosa tenía un notable cambio físico.
- ... ¿Eh? ¿¡Qué te hiciste Nut-chan!? ¿¡Qué le pasó a tu cabello!?
La diferencia de la que hablaba era su tamaño: ahora su cabello estaba corto. Un poco más abajo de los hombros, con un fleco corto y coqueto que mostraba su rostro por completo, y con sus mechones especiales trenzados en una corona que decoraba la cima de su cabellera.
Nut se sorprendió bastante y elevó sus ojos para ver su cabello.
- ¿Eh? Me lo corté.
- ¡Eso es lo que estoy viendo!
- Creí que era hora. Este Ragnarok fue algo que... me ha cambiado por completo, y quise hacer algo al respecto. - con uno de sus manos jugó con los mechones que colgaban a sus costados - ¿No... no te gusta?
Cleopatra hubiera pensado sus palabras; sin embargo, a la Nut con quien ahora hablaba podía decirle todo lo que pensaba sin filtro.
- Está bonito; por supuesto que lo está, pero... ¿¡Qué te pasa!? ¡Tú cabello era muy bonito así cómo estaba!
- ¡No te preocupes! - Nut se rió con diversión - En unos días, cuando esté del todo recuperada, podré hacerlo crecer de nuevo.
- ¿En serio...? - Cleopatra soltó un suspiro de alivio de inmediato - Me alegra saberlo.
- Entonces... - Nut bajó la mirada con un curioso sonrojo en sus mejillas - ¿De verdad te gusta más cuando era largo?
- Por supuesto - asintió la egipcia de inmediato - El cabello largo era un privilegio en Egipto. Solo hasta que fui faraona lo podía dejar crecer; desde niña debía cortarlo hasta los hombros... Ahora, puedo tenerlo como quiera-! ¡Ah!
Cleopatra se llevó una mano al abdomen que le preocupó mucho a Nut.
- ¿¡Cleo-chan!?
- No te preocupes, no es nada... - dio una sonrisa fingida para calmar el dolor - Solo las... secuelas... De nuestra pelea...
- ¡Es cierto! - Nut se tapó la cara con vergüenza - ¡Lo lamento mucho! ¡Te hice mucho daño en esa pelea!
Cleopatra recordó a la Nut contra la que luchó, y al compararla con la que tenía enfrente se llevó una gran sorpresa.
- Vaya... es difícil creer que ambas son la misma persona...
Cleopatra respiró repetidas veces, logrando apaciguar su dolor. Decidió recostarse y apoyar su cabeza sobre la almohada mientras Nut se acercó a tomar asiento en una pequeña silla junto junto a la camilla.
- De verdad lo siento Cleo-chan. Te dejé tan mal herida que... pudiste haber muerto.
- No pidas disculpas. Se supone que una de nosotras debe estar muerta; además, yo también te hice mucho daño. Tan sólo mira tu vestido.
Nut volteó a su propia ropa, dándose cuenta que tenía razón la egipcia. Pero no le importó.
- ¡No! Yo te hice aun más daño. Puedo curarme con el poder del Manto del Cielo, pero tu no.
- Incluso la perfección como yo tiene sus límites.
Cleopatra por dentro se sintió molesta con esa declaración. Mientras que la humana expresó aquello internamente, un mechón del cabello de Nut se deslizó sobre el aire y cerró las cortinas de la habitación en... silencio.
La egipcia resopló y cerró los ojos para descansar... o más bien, para aburrirse.
- No tengo nada qué hacer. Solo esperar a la siguiente pelea... esperar acostada y aburrida.
- ¿Qué pasó con tus hijos, Cleo-chan? ¿No han venido a visitarte?
- Si. Mis 3 lindos hijos, de los cuales 2 son mellizos... ¡Niño y niña, pero se parecen tanto que a veces los confundía! - Cleopatra soltó una risita divertida - Vinieron a verme hace un rato que desperté. Dijeron que querían ver las demás peleas, así que mi hermano se los llevó.
- ¿Estás aquí sola?
- Diría que si... Aunque es raro... - abrió un ojo hacia la cortina que rodeaba su camilla - Se supone que esta es la enfermería de los ganadores el Ragnarok. Deberían haber más humanos y Dioses por aquí.
Nut bajó la mirada con pena.
- Lo que pasa es que... esta no es la enfermería de los campeones.
La declaración de Nut sorprendió a Cleopatra, y abrió ambos ojos.
- ¿Qué?
- Te traje a la enfermería de los Dioses. Nadie la usa, y por eso te traje aquí. Supe que la... "traición" que hiciste a tu raza te metería en problemas; si te llevaba con ellos o a su merced, podrían haber tomado venganza mientras seguías inconsciente... ¡No me hubiera sentido bien si recibieras más daño del que ya tienes!
- ¿Qué? - Cleopatra más que nada le puso atención a una frase -¿Me trajiste hasta aquí tu sola?
- Si. - Nut asintió con la cabeza - Te cargué por los Campos Elíseos yo sola hasta encontrar este lugar.
- Vaya...
Cleopatra se llevó una mano a la cabeza. Solo pudo imaginar a la pequeña Diosa egipcia, arrastrando su cuerpo fundido a la armadura divina por los pasillos del estadio; usando las pocas fuerzas que le quedaron tras la pelea para salvarla de los humanos que traicionó.
- No lo puedo... creer... - comentó en voz baja, soltando un sonrojo en sus mejillas - Muchas gracias Nut-chan. Por ese esfuerzo solo para salvarme.
Pero las cosas fueron un tanto distintas. En realidad, Nut pudo cargar ella sola a Cleopatra por todo el camino, incluso con una sola mano. El único problema fue lidiar con el metal líquido de la armadura que escurría como coladera.
Nut desvió la mirada.
- Si, si... Fue un esfuerzo a su manera.
Ambas se quedaron calladas un momento, hasta que a Cleopatra le llegó una duda en su cabeza.
- Espera... esto es la enfermería de los Dioses y no de los campeones... ¿Entonces cómo fue que mis hijos y mi hermano vinieron a verme?
- Eso fue porque... yo los traje.
Nut respondió con la cabeza gacha.
- Me vieron cuando te cargaba, así que me siguieron para verte en cuanto despertaras. Y como no sabía cuando lo harías, los traje varias veces.
- Entonces... ¿Ya los conocías? ¿Por qué me preguntaste sobre ellos?
- Emmmm... yo...
La Diosa juntó las puntas de sus dedos para jugar con nervios, mientras sus mejillas se volvían a tornar de rojo. Tragó saliva y respiró hondo antes de hablar.
- Quería asegurarme que... que nadie estuviera aquí.
- ¿Nadie aquí? ¿Tanto te preocupaba que me recuperara? No tenías que hacerlo - Cleopatra rió un poco divertida; pero en cuanto meditó sus palabras un par de veces, se dio cuenta de un posible segundo significado - Espera... ¿Por qué quieres que nadie esté aquí?
Nut respiró profundo de nuevo antes de levantarse de su asiento, para reclinarse sobre la camilla y acercarse a la humana. Con una de sus manos sujetó una de Cleopatra, que le sorprendió.
- Es que... yo... - mientras más hablaba, sus mejillas se volvían más rojas.
- ¿Qué pasa Nut-chan? ¿Te sientes mal?
- No creo... que sea eso... - Nut movió sus dedos en la mano de la egipcia con nerviosismo.
- Me estás asustando... ¡Más de lo que ya estoy! - la humana egipcia empezó a balbucear de los nervios que sentía por interpretar esa escena - Tener que hablar contigo con esta faceta alegre, cuando ya me había acostumbrado a verte amargada y fría, es un cambio sobresaliente. No cualquiera se puede acostumbrar, y te digo-
- Beso.
- ... ¿Qué? ¿"Beso"?
Nut dirigió la mirada a Cleopatra; sus ojos dorados ya no mostraban fiereza y perfección, sino que temblaban como una doncella en apuros. Sin embargo no desvió su vista de los ojos esmeralda de Cleopatra.
- Eso... fue lo que me hiciste... en la arena...
- ¿Eh? ¡Si, si! Eso hice... Fue porque...
Nut le puso atención mientras la humana empezaba a explicar. Más o menos entendía la situación, por lo que sus mejillas tomaron un suave color rojo.
- Pensé que, con esa actitud de perfección, seguramente estuviste mucho tiempo fuera de temas románticos. De toques, caricias, abrazos, besos... Solo lo hiciste con Geb, a quien considero todo un valiente por trabajar para enamorarte, aunque después fue un imbécil al traicionarte.
» El punto es que Geb fue el único que te dio toques de una pareja. Y pensé que lo que necesitabas para recordar todo esto del amor era que alguien te volviera a tocar; si no lo hubiera hecho, tal vez ahora yo estaría muerta gracias ayudamos tu rol de perfección...
» Así que... si, yo te di ese beso. Para ayudarte y salvarte.
Nut, tras escuchar cada aúna de sus palabras, sonrió calmada y tranquila.
- Me alegra mucho escuchar eso de ti Cleo-chan. Me hace sentir especial... muy amada.
- Tengo un poco de fama de eso: hablar y hacer que los demás se sientan muy amados por mi - suspiró Cleopatra con orgullo - Lo hice mucho en Egipto, en Roma, y ahora en el Cielo. Supongo que así es la mejor reina de la humanidad.
- Si... si...
Nut apretó la mano de Cleopatra como una pequeña niña. Volvió a desviar la mirada al suelo antes de soltar su petición.
- ¿Podrías... darme otro... beso...?
- ... ¿Qué?
La humana se sorprendió; aunque ya entendía más o menos la situación, se llevó una sorpresa. E irónicamente fue tanta que no actuó en sobremanera, sino que quedó en blanco mientras su mente procesaba.
Nut decidió seguir hablando.
- Es que... desde que me diste ese beso... Tal como dices, pude recordar todo eso. Es cierto; Geb fue el único que me tocó con amor. Ni siquiera mis amigos lo hicieron por mi, y no me quejo contra ellos porque fue un acto noble...
» Todos ellos se han preocupado por mi. Sabían que Geb fue el único que pudo enamorar, más por su gran trabajo y esfuerzo; recuerdo que brincaron de alegría cuando supieron del compromiso, la boda y mis hijos. Sabiendo que fue un momento tan bello para mi, procuraron un pacto solemne para que nadie me tocara siquiera el más pequeños de mis cabellos.
» Agradezco lo que hicieron, pero... me hizo sentir muy sola. Mi papel de perfección es una parte de mi, que usaba para acallar mi dolor. Nadie lo podía comprender... no hubo muchos que vieron los colores de mi tristeza y soledad para entenderme.
Con cada palabra Cleopatra se llevaba una gran sorpresa; de hecho ella tampoco podría haber adivinado la soledad de Nut. Hasta que...
- Hasta "La Grande que Alumbra a los Dioses"... en ese momento, lo más profundo y sensible se abrió ante ti, y pudiste conocer lo que he guardado por tanto tiempo. Así pudiste entender que... que necesitaba recordar el amor... y lo hiciste de una manera tan memorable... con ese beso...
Nut apretó la mano que sujetaba a Cleopatra, y con la otra dirigió los dedos a sus propios labios.
- Ese beso... fue una sorpresa que me gustó mucho... ¿Por favor, podrías volver a hacerlo...?
Para ese punto, aunque ya entendió a la perfección dicha situación, Cleopatra siguió en blanco; confundida y asustada.
« N-No lo puedo creer… » sus ojos esmeralda brillaron como jades por un segundo « Al parecer... he... ¡He enamorado a una Diosa! No esperaba hacer esto en el Ragnarok... pero creo que es satisfactorio... »
La mujer cerró los ojos por un momento para pensar con claridad.
« No debería ser una sorpresa para mi. Ya había pasado esto antes; cuando hice la guerra contra Octavio, pedí ayuda de muchos lados entre los cuales había reinas… Y no sólo las besé, sino que tuve largas y apasionantes noches con ellas; incluso algunas dejaron a sus esposos por mi... Ahora que lo estoy meditando no debería estar orgullosa de eso. »
Cleopatra suspiró pensativa, llevándose la mano libre, la izquierda, a la barbilla.
« Esta ocasión es muy diferente a esas. Con ese beso pude salvar a Nut; dejar su tristeza para regresarle la alegría que alguna vez tuvo. Aunque... tal vez el más indicado debió ser Geb. No estoy segura... »
La humana abrió un poco los ojos para ver a Nut: aún inclinada hacia ella, con su mano sujetando la suya, sus ahora cortos mechones de cabello cayendo sobre su rostro, ojos dorados más grandes que antes, con pupilas dilatadas, y las mejillas cada vez más rojas; respiración un poco agitada y una mirada tierna como una niña pidiendo dulces.
Cleopatra de inmediato se sonrojó y volvió a cerrar sus ojos con vergüenza.
« Maldición... Haber estado dormida casi la mitad del Ragnarok hizo que lo olvidara... ¡Ella es una Diosa demasiado hermosa! ¡Incluso más que yo! Olvidé que incluso me enoje con ella por eso. »
La humana respiró profundo un par de veces, para después abrir por completo amnos ojos y mirar a Nut directamente, aunque su ahora resaltante belleza le hacía difícil querer sostener la mirada.
- ¿De verdad quieres hacerlo? Porque recuerdo que dijiste que aún estabas enamorada de Geb.
La Diosa dejó de sostener su mirada y volvió a bajarla; se alejó de su postura para de nuevo tomar asiento en la silla.
- Yo... ya hablé con él...
- ¿Eh?
- Después que terminó mi pelea, Geb me buscó. Le fue difícil pero al final me encontró, y tuvimos que hablar.
- ¿Y qué pasó? - Cleopatra se irguió y reclinó sobre su camilla, para prestar atención al chisme - ¡Cuéntame todos los detalles!
- Fue... - Nut lo pensó un par de veces - No sé si fue agradable.
- ¿Por qué lo dices?
- Bueno... Al principio, tuvimos una charla algo seca para ponernos al corriente. Y entonces, me contó lo que había ocurrido en Egipto. Mucho tiempo después que me fui, mis hijos cumplieron su parte en la profecía de Ra: lo destronaron y dejaron aún más moribundo que yo. Entonces Ra le confesó la verdad... que todo lo que me hizo fue por miedo a la profecía, y que orquestó todo para que, en caso que tuviera a mis hijos, me haría quedar mal para desterrarme.
- ¿En serio? Entonces, ¿¡Por qué ese idiota no te buscó!?
- Lo hizo, pero yo había desaparecido con los Primigenios cuando empezó su búsqueda. Aunque hubiera indagado por todo el Cosmos, era muy poco probable que me hallara. Dijo que estuvo esperando por mi regreso o alguna señal que seguía viva...
» Pero, cuando volví ya no era la misma de antes. Ya lo había superado, o al menos así lo aparentaba muy bien.
Nut se detuvo para recordar su conversación con Geb.
- Después de contarme todo eso, se arrodilló y me pidió muchas disculpas por lo que hizo y lo que no... - la Diosa se rió divertida al recordar una escena - Le di mis condiciones y dejó que le pisara la cabeza.
- ¿En serio?
- Si. Pero me pasé un poco y enterré su cabeza en el suelo.
- ¿¡Qué!? ¡Jajajajajajaja!
Cleopatra y Nut rieron unos momentos, hasta que la humana egipcia soltó su siguiente pregunta.
- Si... Y... ¿Qué más te dijo?
- Me dijo que... quería esperar hasta después del Ragnarok para pedirme una segunda oportunidad. Para que vuelva a enamorarme, y cumplir con la familia que no pudimos tener; él quiere que volvamos a cómo fuimos una vez.
Cleopatra asintió con la cabeza.
- ¿Y tu respuesta?
- Le dije que... tenía que pensarlo... Estoy confundida con todas estas emociones que despiertan en mi, así que no quería darle una respuesta de la cual pudiera arrepentirme después.
- ¿Y cómo lo vas a pensar? - preguntó Cleopatra curiosa, llevándose una mano a la barbilla - Digo... Creo que ya ha pasado un largo tiempo desde que hablaron, y ahora estás conmigo. No sé si quieres que te dé un consejo para pensarlo mejor, si quieres que te consuele por si lloras, o-
- Quiero tus labios.
Cleopatra se sorprendió con la respuesta tan tajante y directa de la Diosa.
- ¿Eh?
- Quiero que me des ese beso Cleo-chan. Así podré saber si quiero volver a estar con él... Eso es lo que quiero hacer para pensar la respuesta que le daré.
Cleopatra se asustó un poco con los ojos de Nut; volvían a ser los serios y firmes contra los que luchó.
« ¡N-Nut de verdad quiere que la bese! ¡Ya no es ningún juego o petición; siento que es una orden! »
- Cleo-chan... - la Diosa relajó su mirada y volvió a estirar su mano para tomar la de Cleopatra - No quise sonar grosera, pero... por favor. Quiero que me beses.
La humana parpadeó confundida un oar de veces; tragó saliva y con su mano se acomodó la cabellera aún indecisa.
- De acuerdo. Si con esto vas a pensar tu respuesta, lo haré.
Nut se volvió a reclinar sobre la camilla de Cleopatra mientras la humana se erguía por completo. Pero, sin previo aviso, Nut dejó la banca y terminó por estar toda sobre la camilla, con las rodillas rodeando las piernas de la humana y las manos a los costados de su cuerpo.
- Cleo-chan... Esto.
Cleopatra también se sorprendió un poco, pero solo atinó a negar con la cabeza.
- De acuerdo. Aceptaré esto y ya.
- Si...
Nut se acercó con lentitud al igual que Cleopatra. La humana levantó su mano derecha para tomar la barbilla de la pequeña Diosa, más que nada por instinto; sus rostros cortaron distancia con gran rapidez y antes de que se dieran cuenta lograron su objetivo.
Sus labios chocaron, de manera inmediata los acomodaron para que encajaran, y terminaron de empujar sus rostros para impactar con mayor firmeza su beso.
Ambas se hundieron en el momento; con el toque suave y femenino entre sus labios, las respiraciones tan cercanas de sus narices y los pocos roces de sus rostros. Nut había cerrado los ojos para disfrutarlo, mientras que Cleopatra mantuvo los ojos entrecerrados para deleitar su vista con la pequeña Diosa.
Ese beso era mucho mejor que el que tuvieron en el campo de batalla: la sangre que bañaba sus cuerpos, salía de sus bocas y les nublaba la vista no estaba presente; las heridas, al menos en Nut, ya no dolían en lo absoluto por lo que no se llevaban su atención; la presión y conmoción del público no existía más.
Solo eran Cleopatra y Nut. La humana que conoció el dolor de un Dios, y la Diosa que pudo recordar sus emociones, aunque...
Terminó por enamorarse de una mortal.
La Diosa egipcia se acercó aún más; las sensaciones que surgieron en su cuerpo volaron a gran altura que no pudo y no quiso controlarlos más. Cleopatra también empezó a sentir cosas nuevas; a pesar que ya había tenido relaciones de ese tipo con otras mujeres, como ya había dicho, esa en especial estaba siendo un tanto diferente... y más amorosa.
En cuanto sintió la falta de respiración, su mente plantó los pies en la realidad; quitó su mano de la mejilla de Nut para tomarla de los hombros y apartarla.
- ¡Espera, Nut-chan! - respiró repetidas veces con las mejillas rojas - Esto se está saliendo de... control...
Cleopatra vio el rostro de Nut y se llevó una sorpresa no tan agradable: los ojos muy abiertos, era la primera vez que veía sus ojos dorados tan abiertos; la cara tan roja como lo había mostrado en el campo de batalla, y su boca sonriente de oreja a oreja con un poco de salvia de la humana colgando.
- Eso... otra... vez...
Sin pensarlo Nut se volvió a acercar, pero Cleopatra con las pocas fuerzas física y se voluntad que le quedaban le detuvo.
- ¡Espera! ¡D-Dijiste solo un beso y ya está!
- Ese no me gustó. - Nut sonrió como loca - Quiero otro.
- ¡Espera, espera, espera! ¡Au, ah!
Se llevó una mano al abdomen ante el dolor que regresó; de hecho, en todo su cuerpo la sensación se recorrió como un shock eléctrico de gran intensidad debido a ese gran esfuerzo. Nut se detuvo y volvió a la realidad en cuanto vio a Cleopatra encogerse por el dolor.
- ¡Cleo-chan!
- Esto duele demasiado... Supongo que quedaré así... Por mucho tiempo...
Cleopatra respiró muy agitada, más por el dolor que por el reciente beso. Y de repente, cuando menos lo pudo imaginar, sintió una especie de calor dentro de ella. No un calor malo o hiriente, sino uno abrigador.
Antes de darse cuenta, dicha sensación disipó el dolor en sus heridas hasta que desapareció casi por completo. Al final solo quedó una paz física extrañamente cómoda que le confundió aún más.
- ¿Eh...? ¿Qué fue lo que...?
Cleopatra volteó a Nut, y vio de reojo que una de sus manos estaba tocándole la pierna por encima de la sábana delgada; además, percibió que en el vestido de la deidad una de sus estrellas se apagó por lo bajo.
La humana entendió lo que ocurrió y se sintió muy molesta.
- Qué... ¿¡Qué acabas de hacer!?
- Te ayude a sanar más rápido... - respondió Nut por lo bajo, con una sonrisa - Ahora solo necesitarás un poco de reposo y ya.
- Pero... ¡Acabas de perder una de tus vidas solo por esto!
- No importa.
La Diosa volvió a acercarse a Cleopatra, hasta que sus narices chocaron y las cabelleras se mezclaron. Los ojos de la Diosa habían vuelto a la normalidad: finos y fríos, con mirada seria y penetrante.
- No me importa perder una de mis vidas para curarte. Ya lo hice cuando salí de la arena y ahora. Pero no me importa, porque me doy cuenta de mi respuesta...
Nut separó su cabeza para descenderla hasta tocar con su oreja el pecho de la humana para oír sus latidos, y con sus brazos rodeó el cuerpo de la egipcia en un suave abrazo.
- No quiero volver con Geb. Quiero estar contigo, porque... Te amo Cleo-chan.
Cleopatra de nuevo quedó en blanco. De nuevo confundida, por esa declaración de Nut como por sus propias emociones que también se movían y agitaban dentro de ella.
No supo qué decir; si aceptarlas o... rechazarlas...
Extendió sus brazos para tomar los hombros de Nut y separarla de ella, y mirarle cara a cara.
- Yo... No puedo aceptarlo.
- ... ¿Eh?
- No puedo aceptar tu amor Nut-chan.
El rostro de la Diosa cambió por completo, por una expresión de miedo y tristeza, mientras que sus labios temblaron por lo bajo.
- ¿Q-Qué dices Cleo-chan...? ¿Por qué... no puedes...?
La humana cambió su mano derecha para tomar la de Nut.
- Seré franca contigo. No puedo aceptarlo porque tus emociones no son auténticas.
- ¿Que no son auténticas? E-Eso no es verdad... - Nut se llevó la mano izquierda al pecho - Siento como mi corazón late con fuerza solo por ti. Contigo me siento muy segura y... feliz de nuevo. Estoy muy segura que te amo.
- Nut-chan... - la humana negó con la cabeza - Lo que que sientes es solo... una emoción pasajera.
Cleopatra desvió sus ojos esmeralda para mirar la mano que le sostenía a Nut; por medio de esta pudo ver que temblaba la Diosa levemente.
- Hace mucho... mucho tiempo que dejaste de sentir todo eso. Cuando estabas con Geb fue la primera vez que lo sentiste, ¿no es así?
- S-Si, pero...
- Tus emociones están despertando. Todo está floreciendo en ti... Todo es color de rosa, antes de que se asiente por completo.
Cleopatra apretó ligeramente su agarre.
- Esto que sientes por mi no es auténtico. No digo que no sea verdad, pero después que el Ragnarok haya termunado... te darás cuenta que no era un amor sólido. Solo fue un estallido del momento... - Cleopatra también sintió su propio corazon latir confuso, pero no se dejó intimidar - Es normal que pases por esto; no te culpo, pero esta es la verdad. En realidad, tu no me-
- ¡Cállate!
Cleopatra se sorprendió, más cuando al levantar los ojos vio a Nut con el rostro fruncido y diminutas lágrimas de coraje.
- ¿Con quién crees que hablas, Cleo-chan? - ella apretó un poco más los ojos con coraje - Yo soy la bóveda celeste que sale a relucir en las noches, para alumbrar con su perfección tu mundo y mi mundo... ¡Yo soy la perfección del cielo Nut! Si mi espíritu quiere sanarte aunque pierda una vida... ¡Lo haré! Y si mi corazón dicta que ahora es para ti... ¡Así será!
- N-Nut-chan...
- Entonces no te atrevas a decir que no es auténtico... Dices que es pasajero, y después me olvidaré de ti o algo así... ¡Pero estás equivocada Cleo-chan! ¡Yo no soy ninguna idiota sentimental: yo soy la más perfecta en los cielos! ¡Y con toda mi perfeccion declaro que te amo! ¡TE AMO!
Cleopatra quedo sorprendida en gran manera; y escuchar un discurso como es e por primera vez en su vida fue demasiado para sus propias emociones.
Desvió la mirada dejando que el sonrojo de pena inunde sus mejillas.
- Solo tu dices esas cosas tan agresivas... ¿Acaso no recuerdas que eres muy inexperta en el amor? Ya te lo había dicho.
Nut negó con la cabeza, quitándose las lágrimas y ahora dibujando una sonrisa de oreja a oreja.
- Y tu dijiste que me ayudarías para volver a amar aunque sea doloroso. Por eso te elijo a ti como mi nuevo primer amor... ¿Yo también podría entrar en tu corazón?
La humana bufó con molestia por lo bajo, llevándose una mano a la cabeza. Tras meditarlo un par de veces, regresó la mirada a Nut y suspiró largamente.
- Muy bien... De acuerdo... Me veo en la necesidad de aceptar tus sentimientos-
- ¿Me amas, Cleo-chan?
Nut le interrumpió de inmediato sacándole de sus pensamientos. Cleopatra volvió a pensar en silencio antes de dar su respuesta; no era la que hubiera imaginado Nut, pero era un buen comienzo.
- Pues... Yo diría que me gustas y atraes... Eres más pequeña que yo, pero tienes mejor cuerpo y una cara envidiable. Y con tu nueva actitud... eres más agradable y aceptable.
Nut giró la cabeza con duda; eso le provocó a Cleopatra vergüenza, pues tendría que aclarar todo en voz alta sin dejar lugar a dudas. Tragó saliva y asintió con las mejillas rojas.
- Si... podría llegar a amarte...
- ¡Siiii!
Nut no dudo y se lanzó a los brazos de Cleopatra para volver a besarla en los labios.
Dicho acto tomó a Cleopatra por sorpresa, y al principio no hizo nada más que recibirle, pero conforme pasaron los segundos ella se acomodó para responder a la Diosa de mejor manera; Nut tomó los brazos de Cleopatra, mientras ella le abrazó de la cintura con atrevimiento.
Ambos cerraron sus ojos y se dejaron llevar por el momento; sintieron sus cuerpos actuar por cuenta propia, pero no fueron conscientes nada sino hasta que se separaron para recuperar el aire. Entonces cada una vio lo que estaba haciendo a la otra:
Cleopatra tenía una de sus manos en la corta cabellera de Nut, más específico en su nuca, mientras su otra mano estaba sobre la espalda de la Diosa al borde de su escote; por otra parte, la mano izquierda de Nut estaba en la cintura de la humana mientras que su derecha...
Su derecha tenía sujeto, como dando un masaje, uno de los pechos de Cleopatra. Regresar a la realidad le hizo cobrar esa sensación a la humana, que le provocó un tanto de molestia.
- ¿Qué hace tu mano ahí?
- Yo... - Nut se sintió muy avergonzada, tanto que quitó su mano al instante - Perdón Cleo-chan. No me di cuenta.
- Es muy pronto para el tercer beso. No lo vuelvas a hacer hasta que te diga.
- Entendido.
Cleopatra separó a Nut par a hablarle cara a cara.
- También tengo una condición si es que vamos a tener una relación tu y yo.
- ¿Una condición?
- Termina todo con Geb. - Cleopatra se cruzó de brazos - No pienses que es cuestión de celos. En realidad, no me sentiré a gusto pensando que Geb aun quiere tu respuesta mientras tu y yo tenemos... esto. Así que termina todo con Geb, y solo así te aceptaré por completo, ¿Entendido?
- ¡De acuerdo! Iré de inmediato a hacer las paces con Geb, tú y yo seremos una pareja... ¡Y luego me podré casar contigo Cleo-chan!
- ... ¿Qué...?
- ¡Todo será fabuloso! ¡Será perfecto, justo como yo!
Nut se levantó de un salto fuera de la camilla, al tiempo que abrió las cortinas para salir del lugar.
- ¡No te preocupes, Cleo-chan! Antes que te des cuenta... ¡Seremos solo tu y yo! ¡Será muy divertido y romántico!
La Diosa salió casi corriendo de la enfermería. Cleopatra solo pudo permanecer sentada, tratando de procesar todo lo que acababa de ocurrir.
- Se supone... que solo era un beso... y ahora me casaré... por como octava vez...
Se llevó una mano a la boca, aún teniendo la sensación de los suaves y tiernos labios de la Diosa en su piel. Sonrió por lo bajo y usando los dedos de su otra mano jugó con los mechones de su cabellera.
- No puedo culparla. Después de todo es muy inocente en el amor. Espero que para ella pueda ser una buena guía... y amante...
Sus mejillas se tornaron de un fuerte color rojo, y solo pudo mirar a sus dedos en los labios con pena. Pero unos pensamientos llegaron a su cabeza y le desmotivó un tanto.
- Es cierto... Yo también debo hablar de esto con mis amantes, mi hermano, y...
Se rascó la cabeza un par de veces, con creciente pena.
- Decirles a mis niños que tendrán una nueva madre... la Diosa del cielo que adoraban en Egipto... ¿Cómo debería decírselos?
...
He aquí el quinto y último one-shot especial de San Valentín.
Muy diferente a lo que tenía pensado. Quería hacer algo más atrevido, pero no tuve suficiente inspiración ni valor para escribirlo; supongo que será para otra ocasión 7u7
...
Y concluimos los especiales de San Valentín.
Les agradezco mucho a todos ustedes que siguieron esta larga travesía conmigo (además que nueva; es mi primera vez haciendo historias de un solo capítulo, así que espero que haya sido de su agrado :3).
¿Tendremos más especiales one-shot? Por supuesto que si; de hecho, estoy pensando uno para 10 de mayo (no está del todo terminado, así que no esperen mucho).
Lo que sí es seguro es que, cuando Hades salga de la arena del Ragnarok como séptimo ganador del torneo, de inmediato abriré pedidos one-shot como celebración ;3 #TEAMHADESFOREVER
...
Otra cosa es que, dejando de lado los one-shot, voy a abrir una sección especial para publicar datos curiosos y/o relevantes para la trama. Estén atentos UwU, que empezaré con uno pronto (tal vez para la siguiente publicación de capítulo).
Sin más que decir... ¡Los leo en el siguiente capítulo!
♡ 23/marzo/2022 ♡
ASFD
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