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Capítulo 28

-Paul, cállate por favor.

Pidió Nayeon aplastando su rostro contra la almohada de su cama oyendo a su cactus, el cual, en realidad era su propia conciencia externa.

Nayeon quería silenciar a Paul, o bueno, a ella misma; a su mente que estando a punto de dormir, traía constantes pensamientos sobre Jeongyeon y sus sentimientos.

Dos meses habían transcurridos desde el conflicto. No habían vuelto a hablar con Yoo y, en cuanto a verse, tal vez la había divisado en las lejanías pocas veces; podía contar esas veces con una sola mano, pero estaba segura, que esos escasos momentos eran los más difíciles y los que le tocó aprender a naturalizar con el tiempo.

Apretó con fuerza sus párpados cerrados y luego los abrió desesperada, prendiendo la luz de la mesa de noche con furia porque aquella chica alta no dejaba su mente. Se sentó y liberó un suspiro cansino mientras peinaba su flequillo.

-Tu sabes que me siento bien, no me duele y bueno, lamento mucho que Jeongyeon se comportara como lo hizo porque un problema minúsculo se convirtió en algo inmenso solo por no querer decir la verdad.

Declaró con su mirada fija sobre su amigo cactáceo mientras se cruzaba de brazos.

-Un poco, tal vez solo esté un poco molesta con ella pero tengo derecho a sentirme así. -afirmó su postura mientras tomaba su celular de la mesita y por otro lado sus auriculares.

Nayeon cambiaba de faceta a medida que el tiempo transcurría. Ya no se encontraba tan dolida pero había algo que la molestaba con frecuencia y no conocía el origen, tal vez era la persistencia de Yoo en sus pensamientos, la situación en general, sentirse confundida o engañada.

-Mira, quitando absolutamente todo el drama, yo reconozco que todavía siento algo por ella. El problema es que todo lo que extraño fue parte de una mentira, digo, aunque luego haya sido sincera, yo no puedo olvidarme de todo lo que hizo.

Conectó los auriculares en su celular y se los coloco en sus orejas mientras buscaba alguna playlist. Al no decidirse, solo decidió presionar el botón de aleatorio para finalmente comenzar a escuchar una melodía.

-Mi amor no es frágil y tampoco siento rencor, Jeongyeon tiene lo que se merece porque seamos sinceros, ella se lo busco. Empezando porque una amistad no se inicia a base de mentiras y mucho menos una relación, son reglas básicas de la vida.

Intentó dar por cerrado aquel tema y volvió a recostarse. Apagó la luz y cerró los ojos centrándose en la letra de la canción antes que en sus pensamientos, y lo hizo hasta que por fin logró conciliar el sueño.

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-No es tan difícil, primero tienen que ordenar los monomios de manera decreciente según su grado. -indicó Sana entre medio de Mina y Nayeon en un intento por explicarles matemáticas, y así salvar a ambas en el examen que tendrían luego del receso.

Las tres recostadas en el tronco de uno de los grandes robles que estaban dispersos por el patio.

Resolvían las actividades siguiendo la explicación de la Japonesa quien se había ofrecido a ayudarlas. Por suerte, para Nayeon, de los 4 temas que debía estudiar solo faltaba aquel, y lo hubiese estudiado sin inconvenientes de no ser porque el día que había designado para hacerlo, fue el día que más había tenido a Jeongyeon en su cabeza y fue imposible retener algo.

-Rescriben la fórmula con el signo opuesto en el divisor y lo multiplican por las bases del dividendo sin la X. -explicaba mientras dibujaba un cuadro en su propio cuaderno y distribuía los números de la actividad que estaba utilizando como ejemplo. -Por último, restan el grado de cada monomio del dividendo por el grado de la X que se encuentra en el divisor y tienen el grado de cada número determinado por su exponente. Aquí escriben el coeficiente, lo cual, en este caso son los primeros tres números y el último lo colocan en el resto.

Finalizó y miró a las dos chicas que aún continuaban con sus miradas fijas en la hoja. Esperaba una respuesta o al menos una pregunta, pero solo permanecían en silencio.

-Creo, creo que lo tengo. -Mina fue la primera en dar su devolución mientras aumentaba la firmeza con la que sostenía su lápiz. Aunque al principio parecía dudosa con sus ojos entrecerrados y su mirada clavada en los números, finalmente pareció entender cuando su rostro comenzó a suavizarse.

-Genial, ahora continúa con las demás actividades. -señalo los incisos restantes. -¿Y tu, Nay?

-¡Qué asco! -gritó alertando a sus amigas quienes voltearon rápido a mirarla pero luego de echaron a reír. -¡Defecó en mi! Ese pájaro, que por cierto tiene poco tiempo de vida, me acaba de defecar.

Pronunciaba con indignación al bajar su mirada y mirar la línea blanca y marrón que manchaba su suéter del uniforme escolar. Aunque ver a sus amigas reír hizo que su molestia disminuyera un poco.

-Mira el lado bueno, si tocas caca de paloma antes de un examen significa que te irá muy bien. -comentó Minatozaki señalando la asquerosa marca.

-¿Eso es verdad? -preguntó Nayeon.

-En realidad no, solo quería ver si eras capaz de tocarla. -confesó riendo. -Ahora hablando en serio, ¿Podemos sacarnos una selfie con eso?

-Debo ir a limpiarlo.

-Aún tienes tiempo -insistió Mina dándole su celular con la cámara encendida a Sana. -Además algún día nos agradecerás por guardar ese maravilloso momento.

Nayeon rodó los ojos riendo y se acercó para tomar la foto. Sonrió y las tres posaron para capturar en momento al que Mina había calificado como "maravilloso"

-Bien, iré a limpiar el acto del pájaro que hace tan maravilloso este momento. -avisó mientras se ponía de pie.

-Espera, te ayudaremos a limpiarlo. -dijo la japonesa, pero en el intento de pararse recibió una negación por parte de Nayeon.

-No es necesario, tu continua practicando -sugirió. -Ya regresó.

Dicho aquello, salió del patio caminando dirigida hacia el baño. Tarareaba la melodía de una canción que había escuchado antes de dormir, la cual quedó grabada en su cabeza.

Una vez llegó hasta el baño, se sorprendió al encontrarlo vacío ya que pocas veces entraba y no estaba lleno de chicas. El lado bueno es que así tendría más espacio para limpiar su suéter.

Se lo sacó con cuidado, quedando con la camisa blanca reglamentaria, y lo dejo sobre el mármol del lavabo. Continuaba cantando mientras tomaba algunas toallas de papel para limpiar la mancha, y una vez quito la suciedad intento eliminar lo restante con un poco de agua.

Mientras estaba concentrada en su tarea, creyó escuchar el sonido de una bisagra de una puerta rechinando. Se detuvo un segundo observando por el espejo las puertas de todos los baños, la mayoría estaban abiertas y tan solo había dos cerradas pero no había gente.

No había pies debajo de las puertas...

Ignoró por completo lo que había escuchado convencida que había sido una corriente de aire y tomó otras toallas para secar la zona mojada; y si bien no había quedado como nuevo, se había asegurado que estuviese limpio.

Volvió a colocarse el suéter y se observó en el espejo mientras peinaba su cabello.

-No voy a reprobar, pero si lo hago será tu culpa Jeongyeon.

Suspiró tras su declaración y negó con su cabeza para si misma para luego dirigirse hacia la puerta de salida.-¡Espera!

Esa voz...

Nayeon se paralizó en su lugar y, con su corazón dando fuertes e intensos latidos, dio media vuelta viendo como una de los baños que antes estaban cerrados, se abría y de esta salía la chica alta que no tenía frente a frente hace dos meses.

Pero aquellos dos meses dejaron de existir cuando esta comenzó a acercarse y sintió sus piernas debilitarse temblor tras temblor.

Así que no había estado tan sola en aquel baño después de todo, y para su desgracia la única chica allí era Yoo Jeongyeon.

-¿Estuviste aquí todo el tiempo?

-Aún no soy invisible ni traspaso paredes, así que si. -respondió agregando una sonrisa al final para aliviar la tensión que había entre ambas pero no dio resultado. Solo suspiró bajando su mirada un momento. -Te escuché entrar y no quise incomodarte. Yo...reconocí tu voz, digo, seria imposible no reconocer esa hermosa manera de cantar y creo que tal vez preferí esconderme solo para seguir escuchándote. Luego escuché mi nombre y pensé que lo correcto era salir.

La situación era extraña y el momento tenso e incómodo, pero aún así, ambas se miraban como si prefirieran quedarse allí un instante más anhelando únicamente que sus presencias. De hecho, Nayeon elegía irse antes que quedarse, y no solo la razón se lo decía sino también su corazón y era difícil que ambos estuvieran de acuerdo pero allí estaba, parada sin ningún motivo frente a Jeongyeon y recordando todo lo que en algún momento sintió.

En el pasado quedaron todos los sentimientos bellos y llenos de ilusión. Incluso si pensaba que apenas había salido un mes con la menor, estaba segura que esas cuatro semanas habían despertado algo tan intenso dentro de ella, sabiendo que solo la había conocido solo por dos meses. Tres si contaba el mes de relación.

Tal vez aquella era la desventaja de lanzarse a una relación al poco tiempo de conocer a una persona. No la conoces lo suficiente, lo que desestabiliza la posibilidad de un futuro juntos si las cosas no salen como lo planeado.

Era innegable la instantánea química que había surgido entre ambas luego de conocerse, más allá de la mentira de por medio, y Jeongyeon era la primera persona que movilizaba su interior de manera tan intensa, por lo que nunca tomó en cuenta lo rápido que tal vez habían ido, arriesgándolo todo.

Y en aquel punto Nayeon ya había clasificado a Jeongyeon como su primer amor fugaz.

-¿Entonces? ¿Para qué me detuviste?

-Ah, sí -pronunció dos monosílabas mientras una leve sonrisa se marcaba en la comisura de su labio. -Es solo que, no sabía en que momento tendría la oportunidad de decirte esto y, en fin, necesitaba pedirte perdón.

Los ojos de Nayeon se ampliaron levemente en señal de sorpresa.

-Necesitaba disculparme. Sé que no sirve de mucho ahora, pero debía hacerlo porque entendí que es una de las muchas cosas que te debo, es decir, eres una gran persona que no merecía lo que hice. -intentó buscar la mano de Im y por un instante logró tomar uno de los dedos de esta.

Lamentablemente, ese pequeño momento terminó cuando, lentamente, Nayeon alejó su mano. -Estuve pensando mucho y me di cuenta que en mi intento desesperado por justificarme, nunca me detuve a pensar en que no se trataba solo de mi; por ello, mi disculpa no solo es por la mentira, también es por mi comportamiento egoísta.

Im de inmediato no supo que responder, pero aún sumida en su sorpresa, asintió con su cabeza.

-Esta bien, te perdono.

-¿En serio? -preguntó confundida. ¿Debía alegrarse o comenzar a llorar otra vez?

-Si. -afirmó sin cambiar su expresión neutra lo que confundía aún más a la alta. -No tengo razón para negártelo, ya todo quedó en el pasado. Además, reconocer los errores propios siempre es importante así que me alegro por ti.

-Claro.

-Ahora debo irme, tengo un examen muy importante. -se excusó retrocediendo con lentitud hacia la puerta. -Pero fue bueno verte, que suerte que todo está claro. Adiós.

Y acto siguiente, abrió la puerta y salió por ella con rapidez. Aumentó la velocidad de su caminata al ritmo de su corazón palpitante, así que por poco no estaba corriendo.

Al regresar al patio, ralentizó su caminar e inspiró profundo llenando de oxigeno sus pulmones para liberar poco a pocos sus nervios.

Se dirigió hacia el árbol donde estaba con sus amigas pero estas ya no estaban allí. Miró hacia diferentes direcciones hasta que divisó la mano de Chaeyoung, agitándose en aire, indicando sus posiciones.

Al menos no estaban sentadas debajo de otro árbol aumentando las probabilidades de que le cayera excremento de paloma otra vez.

-¿Fue divertida tu travesía de limpieza? -preguntó Sana.

-Fue bastante enriquecedora de hecho. -contestó sentándose en el espacio entre Momo y Mina que le habían abierto. -Aunque bueno, luego salió Jeongyeon de uno de los baños y la aventura terminó.

-¿Y? ¿Comenzó a llorar o solo te ignoro? -interrogó Chaeyoung con gran interés en los hechos.

Nayeon comenzó a relatar lo que había pasado desde el momento que entró al baño, hasta que salió de el. Tal vez no había demasiado para contar porque el tiempo que había compartido con Jeongyeon había sido bastante corto, pero su esencia era intensa. Podía hablar más de sus emociones que de los hechos.

-¿Y como te sientes? -preguntó Mina luego de escuchar la historia.

-Extraña, no estoy mal pero tampoco podría decir bien. Al menos no tengo la necesidad de llorar.

Aquella era la explicación más resumida de su interior porque era algo bastante complejo de explicar, como si sintiera muchas cosas y a la vez no sintiera nada.

-Pero aún sientes cosas por ella. -supuso Sana.

-Demasiadas.

-Considero a Jeongyeon una idiota pero, aunque me pese decir esto, ¿por qué no le das una segunda oportunidad? -sugirió Hirai. -Solo digo, ya que la perdonaste y sus sentimientos son recíprocos.

-La había perdonado hace mucho, aunque en un principio fue más una tregua conmigo misma. -respondió esperando clarificar su panorama interno y emocional. -Y además no quiero a Jeongyeon cerca de mí. No me siento cómoda con ella y tampoco con la idea de volver a tener algún tipo de vínculo.

Los nervios, la incomodidad y la desconfianza que le generaba Jeongyeon, era un indicativo exageradamente grande colgado de su cuello que le señalaba que no sería buen momento para darle una oportunidad. No había sentido aquella mezcla de emociones antes de tener a la menor a pocos metros y lo que la confundía aún más, era el hecho de sentir amor por ella.

¿O tal vez no era amor?

¿Era posible sentir amor y rechazo en un mismo sistema? Cuando estaba con Yoo, la quería lejos de ella; y cuando Yoo no estaba, la quería cerca.

¿Capricho? ¿Deseo? ¿Negación? ¿Inmadures? ¿Falsas expectativas?

Tal vez la última. Porque su mente generaba ideas ligadas a sus emociones, y viceversa, creando un mundo que ya no existía, para luego chocar con la situación actual. Puede que en su interior deseara regresar al pasado aún sabiendo que aquello conllevaría seguir siendo engañada.

En fin, comprenderse a si misma le estaba resultando muy difícil. Solo quería sentir que tenía todo controlado, su mente y corazón tranquilos, pero regresar a aquel punto era casi imposible, al menos no lo lograría de inmediato.

Incluso llegaba a pensar que la parte del dolor había sido la más fácil de superar. Ahora se enfrentaba a la reorganización de sus emociones e ideas, y las dudas e incertidumbre, pensamientos erróneos, expectativas, ilusiones, puntos que no podia comprobar, entre otras cosas, que eran aún peores.

-Mientras que tu pienses que estás tomando las decisiones correctas, creo que estarás bien.

°°°°°°°°°
-¡Le pedí perdón! Y solo me dijo "Esta bien, te perdono" ¡¿Qué se supone que deba hacer con eso?!

La voz de Jeongyeon se escuchaba a la distancia por la manera furica con la que soltaba sus palabras.

La calle estaba llena de persona y tránsito lo que opacaba su volumen mientras le relataba la historia a su mejor amiga de camino a la parada de autobuses.

-Deberías sentirte tranquila y no estar gritándome a mi.

-Pero la hubieras visto, su cara no me decía nada y su voz, hablaba tan tranquila y natural que pareciera como si estuviese conversando con la cantinera de la escuela. -describía con molestia el breve momento en el baño. -Y sus ojos, a la distancia podía notar que mi presencia era indeseable.

-Y como no lo sería si estas hablando como una idiota egoísta otra vez. -refutó Park con tedio y molestia. -Tu deberías estar cambiando, pero en vez de eso me hablas como si esa chica por perdonarte y no decir nada más, estuviese debiéndote algo.

-¡No! No estoy queriendo decir eso. -respondió relajándose al instante y permitiendo que su voz sonara con más suavidad. -No esperaba encontrarme con Nay pero lo hice y aproveché la oportunidad para disculparme con sinceridad, todo lo que le dije es lo que siento.

-Jeongyeon, realmente no quiero desconfiar de ti porque eres mi amiga y te conozco, pero la escena que acabas de hacer y lo que dices ahora, me hace pensar que estás actuando con hipocresía.

-Reconozco que me exalte hace un momento sin razón, pero nunca me disculparía por conveniencia. -aseguró -Me molesté, si, pero porque en el fondo deseo que todo vuelva a ser como antes. Me desilusione, pero esperaba que algo así pasara. Y yo soy muy consiente de mis acciones.

-No parece.

-Solo estoy furiosa conmigo misma.

Su mirada bajo hasta el piso, siguiendo el constante movimiento de sus pies caminando.

-De cualquier forma estás adelantándote a los hechos. -declaró Jihyo sintiendo lástima por su amiga y con la intención de animarla un poco. -Esto es paso a paso. Al menos puedes relajarte sabiendo que estás perdonada.

-Pero ahora tengo que pensar que haré para cambiar la opinión de Nay sobre mi.

-Su opinión cambiará cuando tu mejores.

-Pero me estoy esforzando por mejorar.

-Estoy segura de eso, pero esfuérzate más -dicho esto palmeo el hombro de su amiga y continuó caminando hacia el autobús, alejándose de la contraria quien había quedado estática en un mismo lugar.

-¿Esforzarme más?

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La mente de Jeongyeon divagó por sus ideas muchos dias, elucubrando algún plan que se ajustara perfectamente, de tal forma que Nayeon volviera a interesarse en ella.

Pero la realidad es que nada de lo que pensaba acababa bien, siempre sentía que habría más posibilidades de ser rechazada.

Su voluntad estaba totalmente depositada en recuperar a Im pero al parecer no había caso.

Terminó su tarea y dejó su bolígrafo sobre la tapa de su cuaderno luego de cerrarlo. Se colocó de pie para acercarse hasta la computadora portátil sobre la mesa del comedor y volvió a sentarse.

La encendió y fue hasta la página de inscripción de la universidad a la que se supone que iría, el problema era que mirar el formulario que debía llenar le generaba algunas dudas.

Esas dudas, no necesariamente se relacionaban con la carrera que quería seguir, había un poco más y comenzaba a creer que las falsas ilusiones que ella misma creaba con Nayeon la estaban reteniendo, y no le quedaba demasiado tiempo.

-Deajeon...

Dijo en un suspiro con las manos sobre su teclado y sus dedos preparados para escribir.

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