[13]
Color de ojos: (c/o)
Color de pelo: (c/p)
— Tiene clase de chino — ella se encogió de hombros indiferente—. No sabía que él estudiaba chino, ¿para qué? — ella frunció el ceño, preguntándose si él sentía interés por viajar a China o algo parecido.
— Ni idea, amiga — se cruzó de brazos negando.
— ¡Nino! ¿Qué hay? — el chico vio a la distancia a dos compañeras más.
Más bien, las mismas de la otra vez.
— Marinette, Alya — él levantó su mano, esperando a que ellas se acercaran y chocarán las manos, aunque ellas rieron y negaron.
— ¿Adrien estuvo aquí? — la pelinegra preguntó mirando hacia dentro del café.
___ accedió, presionando sus labios.
— Linda bufanda — comentó Alya con una sonrisa. Marinette puso atención hasta oír su voz.
— ¿Qué? — la chica de ojos azules miró la bufanda que tenía al rededor de su propio cuello.
— No no — su amiga rió—. La de ___ — le dio un codazo en el hombro.
Marinette se veía confundida al ver a su amiga, hasta que vio la bufanda azul al rededor del cuello de la chica de pelo (c/p).
— Me suena esa bufanda — Nino se adelantó.
— Es una historia un poquito... Larga — contestó ___, recordando la mirada que le dio el rubio hace unos minutos antes de salir.
— ¿Qué tal si vamos a comer algo? No he comido en todo el día, ¿qué hay de ti, ___? ¿Quieres venir con nosotras?
— Yo me apunto — contestó el chico.
___ no estaba segura, ni siquiera los conocía bien.
— U-Uh, Okay... Solamente necesito llamar a alguien — sonrió insegura, sacando su celular, para revisar entre sus contactos y llamar a su primo.
****
— Por fin mi prima quiere salir conmigo, y no con un rubio desconocido que de repente apreció en mi casa — habló Elliot. Se oía casi indignado.
— No exageres, que ya sabes que me caes bien — contestó ella de vuelta, mientras se acomodaba bien la bufanda—. La verdad, es que no podía atreverme a salir con desconocidos a un lugar, y si dicen que son del mismo colegio que tú, si los conoces me sentiré más tranquila — continuó caminando. Los tres compañeros estaban esperando en un restaurante no muy lejos de donde estaban ahora.
— ¿No saliste un una bufanda roja? Espera ¿qué pasó con la bufanda roja? — Elliot no tenía vergüenza de preguntar todo.
— E-Esa bufanda la use hace... No recuerdo, la uso muy seguido.
— ¿Y dónde está?
— ¿Dónde está tu botón de apagado? Preguntas mucho — habló con el sarcasmo de siempre cuando tenía confianza.
— Ya, perdóname — él rió—. Tal vez estoy algo emocionado ¿quiénes son?
— Unos chicos que tienen los nombres de... Uh, Nino, Lila y... Merinette.
— ¿Lila? No recuerdo ninguna Lila, ¿estás segura?
— Nope, ese es el problema — negó levantando una ceja, llegando a la puerta y Elliot abriendo para que ella pase primero—. U-Uh, gracias.
Al adentrarse al lugar, un aroma a comida llego hacia ellos, Elliot inhalo encantado, mientras que ___ buscaba al rededor al grupo de chicos del colegio.
— ¡Aquí! — Nino los llamó desde una mesa no muy lejos de ellos.
Ambos dejaron de avanzar, y Elliot pareció ponerse nervioso al verlos a todos.
— M-Marinette... — susurró, embutiendo sus manos a los bolsillos de su sudadera verde—. Okay, genial. ¿Me veo bien? — volteó a su prima quien se encogió de hombros.
— Supongo — contestó—. Ya sabes lo que tienes, no empieces a dudarle — se aclaró la garganta—. Vamos...
Se prepararon entre ellos, y avanzaron hacia la mesa. Alya y Marinette los vieron de pies a cabeza de la manera más discreta posible, Nino revisaba en su celular.
— Adrien estará ocupado en su clase de chino el resto de la tarde, no sé qué hará después.
Marinette se vio al decepcionada al decir eso.
— Hablando de chino, ¿cómo está tu mamá? — Alya intentó quitar el tema de conversación sobre Adrien.
— ¿Su mamá habla chino? — Ellio se adelantó a preguntar, recargando su codo en la mesa.
— Soy mitad francesa y mitad china — la pelinegra le sonrió—. Por eso está le relación con el tema...
— Perfecto, a demás de que debe sentirse bastante contenta con tu trabajo... — sonrió ella—. Lo estás haciendo muy bien...
___ solamente se dedicaba a oír, y analizar, y pensar sin parar.
— Gracias, aunque sigo batallando en saber qué color podría ser esta vez... — se rascó la nuca tímidamente por los cumplidos de su amiga.
Elliot y la chica de ojos (c/o) no podían evitar su confusión.
— Ella es diseñadora, se le da muy bien — mencionó Nino, dando un golpe suave al brazo de Elliot.
— ¿Diseñadora de ropa? Eso debe ser muy entretenido, la verdad — comentó ___, para no ser la única en silencio.
Y de repente, su cabeza comenzó a jugar con ella.
Adrien: modelo.
Marinette: diseñadora de moda.
Adrien: bueno en hablar chino.
Marinette: familia china.
___ cerró sus puños, mordiendo su labio inferior con cierta preocupación.
Ellos eran completamente perfectos, la pieza de rompecabezas, el uno para el otro.
— Hng... — gimió a lo bajo mientras seguía escuchando.
— Gabriel llegó con ella una vez, por qué uno de sus trabajos fue muy bueno — Alya no sonaba con ninguna mala intención, pero seguía picándole a la chica.
— ¿Eh?
— ¿Gabriel? ¿El padre de Adrien? ¿No lo conoces? — le preguntó la de lentes.
___ cubrió la mitad de su rostro con la bufanda azul.
— L-Lo recuerdo, ya me acordé — mencionó ella, casi en un susurró asfixiado.
— La verdad, es que a como lo haces sonar... Es como, si estuviesen... Hechos el uno para el otro — Elliot habló, con la voz algo dubitativa—. ¿Familia china, y clases de chino? ¿Modelo y diseñadora de modas? — él se cruzó de brazos—. Me apunto a su boda.
— ¿¡Eh!? — Marinnette reaccionó sorprendida, y su rostro se puso rojo.
____ casi se atragantó con su propia saliva al oír a su primo, mirándolo con una mueca. No podía creer que estaba diciendo eso, y no se había puesto a pensar en la razón por la que la molestó tanto.
"¿En qué equipo está?" Se preguntó ___, mirando a su primo como si estuviese loco.
— N-No lo sé, él es... — Marinnette comenzó a tartamudear—. Es muy lindo y-y genial pero-- DIGO, él es muy bueno en lo suyo, por supuesto — se corrigió demasiado tarde.
Quedó claro para ___, Adrien y Marinnette estaban casi nacidos para vivir juntos, y la pelinegra estaba encantada, completamente enamorada del rubio.
Perfecto.
— Si, la verdad... Es que lo es — mencionó Nino—. Es muy cool en todo lo que hace.
— ¿Y tú, ____? No has dicho mucho de nada — preguntó Alya con interés.
La chica de pelo (c/p) se acomodó en su lugar, frunciendo el ceño, y mirando hacia sus manos y fijando su atención a sus uñas.
— Él... Es todo un... — ___ no sabía qué decir, nunca se había puesto a pensar de él así—. A-Adrien es todo un gat-- GABRIEL, ES TODO UN FUTURO GABRIEL — se interrumpió a sí misma en pánico—. Sé que le irá muy bien como... Modelo — se encogió de hombros—. No sé, tal vez si sea bueno que trabaje contigo, ya que eres diseñadora de modas y-y... Todo eso — puso sus manos en su cabeza, sintiendo cómo se ahogaba en un estilo de abismo.
"Todo lo que yo no puedo ser capaz de hacer" pensó "ya que ella es todo lo que yo no puedo ser jamás" la chica de ojos (c/o) sintiéndose tan inferior repentinamente.
— ¡Es verdad! ¡Sería genial! — Nino sonrió—. ___ pudo verlo trabajar hoy, a lo que me acaba de sonar en la cabeza.
— ¿A una sesión? ¿Qué hiciste ahí? — Elliot se veía confundido—. Oye oye, esperen, paren el auto — guardaron silencio unos segundos—. ___, es verdad ¿el chico con el que saliste no fu--.
____ le pisó debajo de la mesa, entrando en pánico una vez más.
— E-Eh, yo estaba-- — intentó explicar, mirando hacia todos.
— Te tomaste varías fotos ¿no? Se veían muy bien — se adelantó Nino, y ___ deseó que la tragara la tierra.
Marinnette se vio dolida al respecto, y algo en ___ se sintió igualmente.
___ no quería molestar a nadie, prefería ser herida a herir a alguien más.
— A-Ah, lo hice pero... Realmente no fui para eso — ___ agitó su mano suavemente—. Solamente estuve ahí... Ya sabes — ella rió, aguantándose un dolor en el pecho.
****
Al final, el día comenzó a anochecer, y era hora de despedirse para regresar a casa. ___ no dejó en paz su cabeza de tanto pensar en lo cruel que sería quitarle un amor a alguien, sobretodo cuando encajaban tan bien, era como desperdiciar una gran oportunidad.
Ella se cruzó de brazos malhumoradamente durante el camino, su corazón se sentía apretado, y su garganta se sentía como si se aguantase la respiración.
— Llevas esa cara desde que entramos al restaurante, ¿qué no eran amigos tuyos?
____ refunfuñó como niña pequeña, alejando la vista de su primo, y frunciendo el entrecejo, mientras se mordía el interior de la mejilla suavemente.
— L-Lo son, creo pero... — ella bajó la vista al suelo húmedo por la nieve que suele caer últimamente. Suspiró pesadamente, debatiendo si debía preguntar, pues ella se sentía casi ofendida—. O-Oye...
— ¿Khé? — su primo estaba completamente ido, perdido en el aire, desaparecido adentro de su loca cabecita.
— ¿En qué equipo estás? — se giró bruscamente hacia él, sin dejar de cruzar los brazos, y deteniéndose de repente—. ¿A qué fue con ese comentario?
— ¿Cuál de todos?
— Elliot, el chico que vino a la casa era el mismo del que hablaron durante no sé... Las tres, cuatro horas que estuvimos ahí — ___ colocó sus dedos en el puente de su nariz, cerrando los ojos—. No sé cómo no tenían ningún otro tema de conversación — sonó amargada al respecto.
— ¿Adrien? Waoh, no le había visto bien la cara, hasta ahora siempre uso esa bufanda roja que... — él se calló de repente, mirándola sospechosamente—. ____, ¿le diste tu bufanda?
— ¿Eh? ¿Mi bufanda? — ahora era ella quien se sentía nerviosa—. ¿Hablas...de la que hablamos hace un momento? — preguntó esperando que no se refirieron a eso.
Él accedió.
— ¿Por qué tienes una bufanda azul, en lugar de esa roja? — señaló lo que ella tenía cubriendo su cuello—. ¿Es tu novio secreto? Le diré a tu mamá — sonrió maliciosamente.
— De verdad — se quejó mirándolo a los ojos—. No es mi novio... — ella bajó la vista—. Y si lo fuese, ya lo habría dicho, en serio...
— Debería serlo-- oh, es por eso que me preguntaste — aseguró—. ¿Por eso me dijiste que en qué equipo estoy?
— S-Sabes que, mejor dejemos esto a un lado — murmuró—. A un lado... Muy al lado — continuó más para ella misma.
— Bueno, si las cosas son así... Creo que... — él se puso a pensar, y volvieron a empezar a caminar en silencio—. Pero, es que no sabes chino...
— Ya lo sé...
— Y la verdad, eres demasiado inexpresiva como para modelar, a demás de que nunca has decidido coser — le comentó sin intención de molestar.
— Ya... Es cierto — ella se oía algo molesta.
— Y... Bueno, hasta ahora, Marinnette parece estar muy enamorada de él desde hace tiempo... ¿Qué hay de ti?
___ dejó de avanzar, dejando a su primo pasar de ella.
Es verdad, ¿por qué le molestaba tanto que ella no fuese perfecta para él? ¿Por qué se tomaba tan en serio algo tan tonto como eso?
Muchas cosas pasaron por su cabeza, una vez más.
— ¡Mi cerebro va a explotar! — se quejó, hundiendo su rostro en la bufanda, para gritar sin hacer mucho escándalo—. De verdad, odio todo esto... No sé nada — tanta desesperación estuvo a punto de llevarla a las lágrimas.
— Respira, ___.
— Es que... No entie--.
Una energía recorrió el cuerpo de ____ para sentir su negatividad dirigirse hacia su cabeza, y llenándola por completo de dolor.
— ¿Cabeza demasiado preocupada? Tal vez sé cómo podrías hacerte cargo de eso — una voz masculina resonó en su mente, y ella no supo cómo controlarlo ya más.
Una mariposa morada apareció frente a sus ojos, y desapareció para cuando Elliot volteó a verla.
— ¿___, estás bien?
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