Fem!reader × Hinata Hyuga.

Advertencia: No.

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Hinata siempre fue una chica obediente y reservada, sin embargo, desde que el amor había tocado a su puerta, la tentación de estar junto a su amada se volvió casi una obsesión. Ambas se necesitaban mutuamente, ¿pero qué hacer en una aldea homofobica?

Donde dos chicas o chicos  no podían estar juntas por nada, absolutamente nada justificaba algo tan impuro, un pecado.

La Hyuga estaba harta de esto, y a pesar de no tener un carácter fuerte, ya que odiaba pelear, tomo el valor suficiente para contradecir a su padre, no de forma directa, pero si escapando más a menudo de casa, sobre todo en la noche, justo como ahora.

Corría por el bosque, sus pasos sonaban con cada pisada. Al ser de noche en aquel silencioso lugar, todo se escuchaba mucho más fuerte. Ya conocía el camino de memoria, fue cuestión de minutos en llegar a aquel pequeño riachuelo.

Busco con la mirada a su pareja, ya debió haber llegado. Se tomó un tiempo para calmar su respiración, pues correr la había dejado algo agitada.

- ¡Boo! - saliste de las sombras, tocando ambos hombros de la Hyuga con sus manos, ejerciendo algo de fuerza.

Hinata grito primero del susto, y luego casi por instinto activo su Byakugan lista para atacar.

- ¡Hey!, tranquila soy yo - reíste. La de cabello azabache se veía algo molesta, pero más apenada por haber intentado atacarte.

- P-perdón.

- Jaja, no importa. En fin....¿Como te a ido? - tomaste asiento en el frío césped, a orilla de las aguas, Hinata te acompaño en esto, posando una de sus manos sobre la tuya. Sonreíste ante esto.

- Bueno...lo mismo de siempre. El entrenamiento es duro, Neji a pesar de haber cambiado, es muy exigente.

- Ah, lo sé, es un imbecil.

La Hyuga te dio un pequeño golpe, como reprimenda.
- ¡Fue solo broma!

- De igual forma, no te deberías expresar así de otras personas, _____.

- Tsk, lo sé. Perdón princesa.
Si, ese era el apodo que le tenías, el que le llamaras así siempre la hacia sonrojar, como ahora.

Se quedaron en silenció, contemplando el cielo. La luna se veía mucho más hermosa que otros días, no sabias si era porque antes la veías sola y ahora tenías a tu amada al lado, o simplemente, la luna siempre era hermosa de cualquier forma.

- Hinata, debo contarte algo.

- ¿Que pasa? - te miro algo preocupada. Hace días te veía algo diferente, ¿la ibas a dejar?

- Yo debo irme. Es por una misión y no se cuando volveré.

- O-oh, bueno-...

- Hinata, perdóname.

- ¿Por qué te disculpas?, n-no estás haciendo nada malo.

- No te quiero preocupar innecesariamente. Solo debes saber que volveré sana y salva.

- Promete lo, por favor. - sus ojos se cristalizaron, era evidente, quería llorar. Hinata no podía soportar el estar lejos de ti, te necesitaba, eras como el aire que respira, algo vital para vivir.

- Te lo prometo, mi princesa.

- Te amo.

- Te amo más.
Sus labios se juntaron en un beso, explorando la boca de la contraria con sus lenguas. Sus cuerpos, pronto sofocados por el calor, comenzaron a exigir más, empezando con caricias leves, para luego tocar lugares más íntimos.
Estaban en pleno bosque, ¿y que más da?, ya lo habian hecho antes.

Se separaron por la falta de aire. Sus labios parecían temblar por lo recién experimentado. Los sentía entumecidos.

- Hinata....ven conmigo, escapa conmigo.

- ¿Q-que?

- Puedo pedir que me acompañes. Iré a Sunagakure, seguro Gaara nos consigue un lugar y-..

- N-no lo sé.

- ¿Por qué? ¿Que pasa?

- No quiero molestar. Además mi padre no me dejaría por nada del mundo.

- Tsk, ese viejo. Vamos princesa, conseguiré tu libertad.

Hinata sonrió levemente. - De verdad parezco una princesa, y tu el príncipe que me rescatará del castillo.

- Por ti, haría lo que sea. Hinata, no me hagas repetir otra vez lo mucho que te amo.

- También te amo mucho....¡Esta bien, iré contigo!

- ¡Eso quería escuchar! - exclamaste emocionada. Con una sonrisa, acercaste tu rostro al suyo, y nuevamente, se fundieron en un dulce beso, con risas entremedio.

La sola idea de escapar, llenaba de adrenalina a Hinata, se sentía ansiosa.

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El día había llegado. Estabas en la entrada de la aldea, con tus bolsos, llevabas lo justo y necesario. O bueno...quizás te pasaste un poquito, pero ¡hey!, hay que prevenir futuros inconvenientes.

Ya casi era la hora, Hinata lo llegaba. Se supone que debía estar allí, como lo habían acordado el día anterior.

Soltaste un suspiro, debías empezar, pero no te querías ir sin ella. Finalmente,  llena de tristeza, te fuiste, Hinata nunca llego. Y lejos de estar enojada, o decepcionada, sonreíste con el pensamiento de que tal vez, se quedó dormida y estaba bien. Lo más importante es que estuviera a salvo.

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La misión se había aplazado considerablemente. Pues, no contabas con que una guerra fuera a ocurrir. Como cualquier shinobi, debiste ir.

Quizás, esta seria la oportunidad para ver a Hinata.

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La guerra no había dejado más que tristeza y muertes detrás de ella. En ningún momento viste a la Hyuga, llenado tu pecho de angustia. ¿Y si habia muerto?

No, tal vez no fue y está bien en casa.

Bien como fuera, fuiste obligada a volver a Sunagakure de forma obligatoria. ¿Cuánto más debería pasar para verla otra vez?

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Finalmente, luego de dos años de la guerra, volviste a tu hogar. No, ni de visita te dejaron volver. Sobre todo Gaara, quien te pedía ayuda constantemente con algunos papeles, y que trabjaras para su aldea como paga por utilizar una de las habitaciones de su hogar. Si, muy amigos y todos, pero te cobraba igual.

La aldea se veía más alegre que de costumbre. Murmullos por aquí y por allá. Sobre todo de mujeres mayores.

Lo poco que alcanzabas a escuchar era algo sobre Naruto y....¿una Hyuga?, quizás se había fijado en otra chica del Clan.

Mientras más te adentrabas, todo se volvía cada vez más extraño.

Y finalmente...lo escuchaste.

- ¿Sabias que Hinata esta embarazada?

- ¡Vaya!, esos dos no perdieron el tiempo.  Hacen linda pareja, seguro su hijo será igual de lindo que su padre.

¿Hinata?....¿embarazada?

Tu mundo se vino abajo, no lo podías creer. Pelearte una guerra para verla, arriesgarte tu vida en esa estúpida misión que no llevo a nada, solo unos criminales normales.

No podías seguir allí, ya no había un motivo. Tan pronto como llegaste, partiste nuevamente a Sunagakure, tu hogar desde ahora.

Y en Konoha, se quedó tu corazón, tus esperanzas, y todos tus recuerdos más bonitos. Fue el mejor amor de tu juventud, pero ahora, no creías necesario el volver a experimentar algo así.

Y lo que nunca se supo, fue que Hinata fue obligada a casarse con Naruto. Siendo el rubio el enamorado de ella, que la persiguió constantemente, y con ayuda de Hiashi, lo logró. Se caso con ella. Traicionando a la que alguna vez fue su mejor amiga.

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🌷Me gusta el drama , pido perdón qwq, no quedo como quería. Empezó tierno y terminó del pico JAJSJAJAJAJAJA ,,,,perdoooon. 😭😭🖐🏿 no aguante la tentación. Hinata te amo mi reina hermosa.💕💕💕

Mood XD