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26. Nuevo hobbie juntos.

Hi~ La actualización de hoy llegó super tarde, pero llegó porque justo ayer quedamos en una parte bien importante y cómo les comenté, ya tocaba adentrarse más en la perspectiva de Eiji y cómo reaccionaría a esto.

Muchas gracias por el apoyo y el cariño, se les quiere caleta.

Ash no volvió.

En el fondo, sabía que eso sucedería ya que lo conoce, es hilarante cómo Ash se burla diciendo que tiene nulo instinto de supervivencia si él es peor. Injusto. Siempre le resultó injusto el cómo Ash se sacrificaba bajo la excusa de que era el jefe, por ende, debía estar en la primera línea de fuego, odiaba la forma en que arriesgaba tan irresponsablemente la vida como si tuviera menor valor que la del resto. Se hacía el fuerte. Todos lo sabían. Se tragaban esa fachada. Eiji no podía. Intentó. Una y otra vez. Porque a Ash le dolía que vieran su vulnerabilidad, no obstante, tragarse su actuación era imposible si compartían cuarto y lo oía sollozar en las noches hecho una bola, igual que un niño. Asume que por eso nunca pudo odiarlo. Gracioso ¿no? Él es más inteligente, grande y fuerte que Eiji, pero siempre sintió que tenía que protegerlo.

¿Por qué?

Era un Golzine, cuando llegó racionalmente trató de convencerse que era peor que Arthur dado que precisaba creer en intenciones escondidas para sobrevivir, pero Ash nunca fue un Golzine.

Sus ojitos verdes que brillaban repletos de añoranza se lo dijeron y poco a poco fue observando cosas que eran una última y desesperada señal de auxilio. No era necesario compartir la pieza. No era necesario dormir en la misma cama. No tenían que desayunar juntos. Ni comprarle ropa u otras nimiedades que lo hacían feliz. No era necesario plantar girasoles en el jardín porque a él le gustaban. No era necesario que actuaran como un viejo matrimonio. Pero lo hacían porque ambos querían esa pizca de costumbre e incondicionalidad. Eiji era el sitio donde descansaba.

Y claro que Ash haría lo que sea para ampararlo, Eiji nunca dudó de lo protector que Ash llegaba a ser, sin embargo, al parecer Ash subestimó lo suicida de su comportamiento, porque si creyó que se sentaría a esperarlo tranquilamente viéndolo pudrirse en las manos de Dino u Arthur se equivocó horriblemente.

—Entonces quieres hacer un plan para salvarlo ¿no?

—Así es. —Yut-Lung y Eiji se encuentran discutiendo en el salón, no le han comentado sobre la situación a externos—. No dejaré que se resigne así, no le permitiré ser un leopardo.

—Debe ser una estúpida metáfora de algún libro. —Yut-Lung chista—. Por más que apoye todo ese espíritu kamikaze que tienes ahí, tenemos un gran problema y es que no tenemos de fuerza bruta para defendernos, Lynx tuvo su momento de reina del drama y Shorter aún está en plena recuperación, nos quedamos sin músculos, Okumura. Solo somos dos delicadas flores.

—Podríamos comentarle a Cain.

—¿Confías lo suficiente en él?

—¿Qué otra opción tenemos? Además nos deja quedarnos en Harlem, esa debe ser prueba de que no quiere a Arthur como gobernante ni heredero.

—Bien, Black Sabbath es un buen inicio, pero ¿qué más? Contamos con la mitad de los chinos porque desde el incidente con la droga mis hermanos no quieren saber nada de mí, se sintieron traicionados y mucho más cuando se enteraron de que estuve involucrado en el rescate, fue lo mejor a fin de cuentas, pero perdimos recursos valiosos por mi culpa, estamos pobre de mano de obra.

—¡Nosotros estamos aquí! —Bones alza la mano, molesto—. Y queremos salvar a nuestro jefe.

—Sí, sí, los trogloditas. —Yut-Lung sopla, subestimándolos adrede—. ¿Qué más? Necesitamos de algo decente si queremos rescatar al desnalgado trasero de Lynx.

—¡También estoy aquí! —Sing alza la palma—. ¡Shorter me nombró como el líder provisional si algo le llegaba a pasar!

—Un enano, yei, el escenario no mejora, estamos perdidos.

—Yo igual estoy aquí ¿saben? —Max alza la voz—. Y soy un exmilitar, sirvo como fuerza bruta.

—Entonces tenemos a los tres chiflados, a un vejete atravesando la crisis de los 40 y a Shorter junior.

—¡Yue! —Eiji lo regaña, están usando una mesa redonda improvisada en honor a la que explotó en la mansión de Ash, extraña el lugar, mentira, extraña la sensación que estar con Ash le daba.

—¿Qué? —Finge inocencia batiendo sus pestañitas, llenando una copa de vino en la cabecera de la mesa—. No he dicho nada que sea mentira ¿no es así?

—¿Tienes que ser tan cruel con quienes quieren ayudar?

—Perdón, es mi mecanismo de defensa. —Musita—. Estoy nervioso por la situación, ese sujeto me caía espantoso, tenía un gusto horrible para vestir, una personalidad asquerosa, se pasaba todo el tiempo coqueteando contigo, tenía planes estúpidos que me hacían poner en duda ese IQ "superior", torturaba a Skip con libros mortales, pero... pero es el mejor amigo de mi hombre.

—Yut-Lung. —Eiji suaviza su mirada y su voz, ha aprendido a vislumbrar a través del veneno del más joven, se presenta como una planta carnívora, sin embargo, esconde una frágil dalia.

—Y no quiero que mi hombre recupere su lucidez solo para perderla porque el idiota de su "bro" se fue a una misión suicida, no dejaré que Lynx arruine su recuperación rindiéndose ante Dino.

—¿Por qué no solo admites que lo quieres? —Max usa un tono paternal que le estruja el pecho porque todavía es duro pensar en conceptos como familia o crianza—. A su generación le gusta complicarse la existencia por qué sí, todo sería distinto si fueran más francos consigo mismos.

—¿Y así no quiere que lo llamen viejo? —Bones le susurra a Alex—. Si suena como todo un fósil.

—¡Pónganse serios! ¡Debemos pensar en un plan para salvar a Ash!

Y así lo hacen.

Pasan las siguientes horas haciendo una lluvia de ideas sobre cómo infiltrarse en los territorios de Arthur, si bien no saben dónde se encuentra hospedado conocen los burdeles que frecuenta y maneja como proxeneta y traficante, también necesitan considerar el estatus de Arthur como el mafioso más temido y respetado en la actualidad, aunque no le han dado un termino formal a la competencia se rumorea que Ash ha caído en sus garras, Arthur es un alfa, por ende, puede oler tanto a Eiji como a Yut-Lung y sumándole un obstáculo extra se encuentra esa persona que le disparó y es lo suficientemente poderosa para que Ash se haya entregado en vez de reñir, les dijo que era su maestro, la persona que lo entrenó, no podrán ganarle en combate físico, tienen que pensar esto con pinzas.

Lo más sensato será idear una estrategia y huir, no ir a la confrontación, ¿pero cómo? Inclusive si convencen a Cain de ayudarlos y prestarles fuerza bruta hay muchos cabos sueltos.

—Podemos pagarle a alguien del burdel para que nos dé información. —Max plantea—. Vamos a necesitar un contacto dentro de su red criminal para saber acerca de los horarios y seguridad, si nos va bien hasta podemos obtener un plano del sitio, ¿qué les parece?

—Bien, así no entramos a ciegas. —Yut-Lung lo aprueba y Max infla el pecho con orgullo al otro lado de la mesa casi presumiendo sus años de militar—. ¿Cómo entramos? No podemos sacar a Ash si Arthur está con él y no podemos noquear a Arthur si tiene tanta seguridad, deberíamos atacar de frente, como un caballo de troya, ya saben, démosle un regalo envenenado.

—Puedo ir yo. —Silencio—. ¿Qué?, ¿por qué me miran así?

—No te ofendas, Eiji. —Bones alza la voz en nombre de todos—. Pero no es una buena idea que tú estés cerca de Arthur y menos considerando que el jefe probablemente se entregó por eso.

—Dijiste que los omegas pueden manipular con sus feromonas ¿no? —Yut-Lung asiente—. Voy a tratar de usar eso para ponerlo dócil, no creo que me haga daño. —E incluso si lo hiciera nada nuevo estaría pasando, lo ha herido tantas veces que ya le da risa, su relación es una asimetría casi graciosa—. Lo mantendré ocupado mientras buscan a Ash y lo sacan de donde lo oculten.

—No. —Yut-Lung odia ese plan—. Es una pésima idea.

—Es una buena idea. —Alex rumia en voz alta—. Podemos colarnos por una ruta poco vigilada porque la mayoría de la seguridad estará con Arthur, asumo que si alguien tiene vigilado a Ash es ese tal maestro y de eso será más difícil encargarnos, podría ser útil que tú lo atontes usando esas técnicas de acupuntura, puedes paralizarlo ¿no es así, Yut-Lung?

—En teoría, pero...

—Y no podrá vencernos a todos, no si sumamos a los hombres de Cain, podría funcionar, si los dividimos vencemos y una vez tengamos a Ash escapamos creando una distracción, así Eiji se puede ir libremente, es simple pero efectivo. Es perfecto.

—Excepto que Eiji estará solo ahí dentro. —Yut-Lung tensa sus puños alrededor de la copa llena de bordados florales en vidrio colorido, parece un cáliz repleto de vino tinto—. Y odio esa idea.

—No tenemos mucha más opción. —Eiji declama—. Además todo lo que he vivido con ustedes ha sido gracias a Ash. —Y ha sido vida prestada, desde que cayó en manos de Arthur ha estado preparado para el instante en donde lo confronte cara a cara, por supuesto, Ash lo ama al punto de sacrificarse por Eiji, pero no contó con que Eiji haría exactamente lo mismo—. ¿Entendido?

—Sí.

⊱✿⊰

Pasan semanas y no sabe nada de Ash.

⊱✿⊰

Pasa un mes y no sabe nada de Ash.

⊱✿⊰

Es doloroso encontrarse con el pasado, a veces cerramos las puertas a presión, usando juegos de llaves imposibles de abrir, comprando las cerraduras más finas, instalando sistemas de lujo con tal de que no salga, tiramos las llaves, olvidamos las contraseñas y lo dejamos ahí pero sin importar qué tan fuerte imploremos que esos pedazos de nosotros se queden difusos como si fuera una pesadilla lejana siempre hallan la manera de volver. Cuando menos lo esperamos. A veces cuando menos lo necesitamos. Se paran ahí como fantasmas. Esperando que crucemos las miradas y si los ignoramos deliberadamente pegándonos en el hombro igual que un extraño bajándose del metro. Están esos momentos.

Crudos. Fríos. Crueles.

—Puedes volver a Japón. —Y justamente ahora...

—¿Qué?

—Me escuchaste, puedes volver a Japón. —Eiji se está enfrentando cara a cara con una puerta que se abrió sin su permiso—. Lo conversé con Charlie y Jenkins, tendrías que volver utilizando el apellido de soltera de tu madre y aceptar la protección policial por un tiempo pero es factible.

—¿Puedo irme? —Eiji golpetea la mesa con el bolígrafo siguiendo el ritmo del reloj. Tic. Tac. Tic.

—Es cosa de que lo pidas. —Tac—. Te dije que lo conseguiría, Ei-chan.

—Lo hiciste. —Ríe porque debería estar feliz, todo lo que deseó estando secuestrado era volver a esa normalidad que dio por sentada y valorarla—. Gracias, Ibe-san. —Pero Ash. No ha sabido nada de Ash. Eiji desliza sus manos hacia la cadena de plata que cuelga en su cuello y apretuja el ónix como si eso lo acercara más al lince. No lo hace, ¿dónde estás?

—No te ves muy contento.

—¡L-Lo estoy! —Se levanta de la mesa, exaltado—. Realmente agradezco el trabajo que hiciste por mí, debió tomarte mucho esfuerzo. —Están sentados en el lobby del complejo de viviendas en Harlem, Ibe se siente incómodo con la violencia en el aire y la tensión palpable, lo sabe por cómo mira los grafitis en las paredes, las pozas de mugre en el piso o las goteras del techo.

—Ei-chan. —El adulto usa una voz lenta y calma—. Independiente de lo que yo piense o quiera, sé que amas a Ash.

—Sí, pero...

—No te pediré que lo dejes de amar, sé que no podría, al final solo me llevarías la contraria con más ganas. —Ríe—. Pero te pido que no lo ames más de lo que te amas a ti mismo, por favor ni siquiera se te ocurra tomar una decisión anteponiendo su bienestar, si lo sigues por él y no por ti tarde o temprano lo resentirás, te lo prometo. Necesitas tomar esta decisión como un adulto, me parte el corazón, eres un niño para mí todavía, sin embargo, ese es nuestro escenario.

—Lo sé. —Eiji se deja caer en la silla y se acaricia compulsivamente los nudillos—. Sé que debo ser responsable con lo que elija.

Ambos yacen en silencio por varios minutos, la ferocidad de sus latidos va in crescendo al igual que su respiración, debe calmarse, no quiere sufrir de un ataque de pánico en estos momentos y menos frente a Ibe, intenta convencerlo de que está compuesto en vez de sacar lo destrozado que está ante la partida de Ash. Simplemente lo dejó. Y sí. Eiji entiende que fue "para salvarlo". Sí. Comprende que fue un sacrificio y sino le dijo nada es porque no pretendía volver. Enfadarse sería estúpido. Pero lo resiente. ¡Maldita sea! ¡Lo resiente tanto que le desgarra el alma en miles de pedazos que metió en puertas cerradas! Sin importar qué tantas llaves les ponga o lo fuerte que cierre esos trozos hallan la manera de colarse.

Eso le duele. Ash le pidió un "solo por ahora" fue tonto darle el "para siempre" si ni siquiera se proyectó a su lado. Pero Eiji realmente quería... aprieta la cadena y aguanta las lágrimas porque debe ser fuerte, no puede actuar como una carga, no ahora. Pero Eiji realmente quería...

—No quiero presionarte porque veo que esto te afectó. —Ibe rompe el silencio incómodo, tiene un tono serio de ultratumba que le pone los pelos de punta y aun así, sabe ser paternal y suave, es tanta la urgencia de consuelo que siente que llorará si lo escucha un poco más—. Pero esta decisión debes tomarla pronto, me costó convencer a los chicos, no sé cuánto me aguantarán.

—Lo entiendo. —De verdad lo hace—. Tomaré una decisión pronto, apenas sepa de Ash porque no sé nada de su paradero.

—Ei-chan, no te veo convencido.

—Me cuesta entender la urgencia que tienes para que me vaya. —Balbucea sin estar seguro de qué está sintiendo, aprieta los labios y clava su mirada en el suelo—. Estoy bien acá, en serio.

—Casi te matan. —Eiji se abraza a sí mismo y siente la herida que Shorter le hizo con la navaja, le dijo a Ash que estaba dispuesto a arreglar las cosas porque son amigos, no obstante, ha sido cobarde, realmente cobarde e incluso si el chino presenta mayor lucidez no ha bajado a charlar porque ¿qué pasa si lo vuelve a intentar matar?, ¿qué pasa si la memoria de Shorter quedó para siempre contaminada?—. No solo me refiero al periodo donde estuviste con Arthur, veo lo que pasa en las noticias y esa guerra que tienen los Golzine te tiene en medio, quieras o no, es real.

—Lo sé. —Traga duro—. Pero me estoy recuperando del disparo.

—Cierto, más encima te dispararon. —Mierda, no se ayuda a sí mismo—. No perteneces a este mundo de violencia, esto no es para ti.

—¿Y acaso Ash sí pertenece?

—No podemos elegir por él. —Le tira un balde de agua fría—. No puedo velar por ese niño, pero sí puedo velar por ti y aunque tampoco puedo obligarte, nunca me perdonaré sino te hablo con franqueza, si te quedas por Ash y vives tu vida girando alrededor de él y sus necesidades eso te terminará matando de una manera mucho más cruel que todo lo que has pasado.

—¡¿Cómo puedes estar tan seguro?! —Eiji alza la voz, la tensión en el aire explota igual que una bomba cargada de dinamita, hunde sus uñas en la mesa y respira como un animal herido.

—¡Porque ya te vi pasar por eso una vez! —Ibe le responde con la misma intensidad, pero tiene los ojos cristalizados y está al borde del llanto—. Toda tu vida te vi vivir para molestar lo menos posible al resto, cuidaste de tu madre y tu hermana, fuiste el hombre de la casa cuando apenas eras un niño y luego pasó esto y tampoco pudiste vivir tu vida. Quiero darte esa libertad porque me preocupo por ti, tú me salvaste con esa fotografía, déjame devolverte el favor.

—Ibe-san.

—Por eso es muy frustrante escucharte decir eso, deja de pensar en qué diablos quiere el resto, piensa en qué quieres tú. Si lo que quieres es Ash, perfecto. No insistiré más. Pero si hay alguna otra cosa resonando por ahí es distinto, entonces te pediré que lo mires, tendrás que recolectar valor porque da miedo abrir esa clase de cosas, pero es la única forma en que estarás seguro.

—Me da miedo que mi camino no sea con Ash. —Finalmente admite—. Me da miedo quererme ir a Japón y dejarlo porque siento que le debo, sé que no es así, él me lo ha dicho, nuestro amor no está condicionado por una deuda, aun así...

—Ei-chan. —Ibe acuna sus palmas con ternura—. Solo piénsalo, pero con honestidad genuina.

⊱✿⊰

—Te mataré si te mueres, Okumura.

—Lo sé.

—Hablo en serio. —Yut-Lung lo sostiene de los hombros—. Te mataré con mis propias garras si te atreves a morir, ¡este plan nos tomó demasiado tiempo y trabajo para que lo jodas!... cuídate.

Eiji sonríe permitiendo que lo termine de arreglar, Yut-Lung lo vistió con un pantalón de tela que le queda como un guante, una camisa en tonos pasteles que resalta su silueta y sus brazos, es un conjunto simple, no obstante, es lo suficientemente atractivo para distraer a Arthur. Es hora.

Durante el mes le pagaron a un informante, Ash se encuentra atrapado en el club, no es donde Arthur yace en estos instantes y ahí principia su plan: mientras Eiji se encarga de distraerlo con cumplidos los hombres de Cain y la pandilla de Ash se colarán al otro lugar para salvarlo, tienen fuerza bruta para lidiar con los guardias, Yut-Lung irá en caso de que sea necesario adormecer a ese tal Blanca y le dejará algunos de sus secuaces chinos como respaldo. Deben ser rápidos.

—Apenas lo tengamos Sing te avisará. —Yut-Lung le promete—. No dejes que ese idiota te trate mal otra vez, por favor. No te expongas innecesariamente, solo distráelo inflándole el ego.

—Lo sé. —Eiji sonríe, listo para salir—. Cuídate también.

El show empieza.

Entra al burdel metido en un personaje, la suave música de fondo contrasta con los alaridos en las habitaciones de terciopelo y las sábanas de seda, el personal lo conoce y le sonríe divertido porque lo ven como un perro que se arrastra de regreso a su dueño, el perfume entremezclado a las feromonas le pica en la nariz y le da un aire aún más pesado y tenso al ambiente, odia este lugar, siendo franco le alegra que Ash esté en un club y no en un prostíbulo, pero él está metido acá y debe concentrarse. Sabe dónde queda la oficina de Arthur. Conoce su rutina. Conoce los fetiches que tiene y los defectos. Debe ser valiente. Así que abre otra puerta que no quería abrir.

—¿Eiji?

Arthur lo mira anonadado desde el sillón de cuero oscuro, por supuesto, hay chicas rodeándolo y a juzgar por su aroma deben ser omegas, ha aprendido a reconocer mejor sus feromonas, las puede controlar hasta cierto punto, lo intenta liberando una discreta bruma dulce que sin duda no deja indiferente al alfa, saca a sus acompañantes sin mover un solo dedo, le sonríe con una pizca de malicia y un brillo entretenido ardiendo en sus pupilas, hace un gesto con la boca para llamarlo a sentarse sobre su regazo. Es la primera vez.

—No sabía que podías ser tan atrevido. —Al alfa lo descoloca la confianza que emana y choca con el aura inocentona que siempre irradiaba, Eiji cierra la puerta y obedece no sin antes dejar un papel en el suelo para que puedan encontrarlo por cualquier cosa. Es un camino de migajas.

—Nunca me conociste del todo. —Arthur ensancha su sonrisa y se relame, lo atrae con fuerza tirándolo de la cintura a su cadera para luego deslizar las yemas por la marca que sigue intacta.

—Sigues siendo mío. —Susurra con lo que pretende ser sexy, más, le resulta asqueroso—. Alfa y omega están hechos el uno para el otro y tú eres mío, no de Ash.

—Intenté pertenecerle a Ash. —Mantente en personaje—. Pero sus feromonas no me provocan de la misma manera que las tuyas. —Es decir, no miente, el olor de Arthur le da asco de verdad.

—Extrañaba tu dulzor. —El alfa hunde su nariz en sus glándulas aromáticas y aspira con tanto descaro que le pone los pelos de punta y sin embargo no rompe la actuación, le hace creer que tiene el control para mitigar la crueldad latente que envuelve su corazón, Eiji se reclina y lo deja hacer lo que quiera, le permite que lo mire como un depredador a su presa—. Es delicioso.

—¿Te gusta?

—No sé si es porque le perteneces a Ash o porque te cogí cariño, pero me gustas. —¿Eso debe ser interpretado como una confesión romántica? Eiji esconde la mueca de desagrado que esto le genera—. No mentí cuando dije que quería hacerte otro hijo. —Vaya premio de mierda.

—Estás en tu derecho. —Eiji baja la voz y suelta más feromonas para adormecerlo, espera que sean lo bastante calmas para que se quede dormido—. Eres el ganador de la herencia, ¿cierto?

—Aún no. —Chista—. A pesar de todo mi padre se niega a aceptar la inferioridad de Ash porque está obsesionado con esa puta, no importa qué tan bajo lo ponga o que tan barato lo venda, él no se rompe, quiero verlo hacerse trizas, mierda, sino fuera un alfa sería más fácil manipularlo.

—Así que Ash es un alfa. —Dice para sí mismo confirmando las sospechas y aguantándose las ganas de vomitar al escuchar por lo que su amado ha pasado, sabía que era posible porque no es ajeno a la crueldad de Arthur, no obstante, tener la certeza de que Ash... no, si llora va a joder el plan y los chicos están arriesgando sus vidas al otro lado—. Pero no es un alfa real, no es uno como tú. —Dice porque se le quedó viendo con suspicacia.

—No te gusta ¿o sí? —El teléfono suena—. No estás acá para convencerme de que suelte a esa puta ¿verdad?

—Si me gustara ¿estaría acá contigo?

—No. —Eiji le quita el teléfono, teme que sea una alerta o los hayan descubierto—. Y estás acá.

—Estoy acá. —Le recuerda, Arthur impresiona totalmente encandilado al verlo tan atrevido, no debe ni gustarle, Eiji está seguro porque nunca mostró ese tipo de interés, más, la satisfacción de "quitárselo" a Ash está nublando su juicio—. Nunca te valoré como debía, tienes razón, debí ser más agradecido contigo, me salvaste la vida al quererme de regalo.

—Ya estamos hablando, ven acá, mi mascota.

Eiji se aguanta el asco acercándose un poco más, curvando una sonrisa que esconde el miedo porque es duro sobrellevar la asimetría en su relación, Arthur lo destrozaba bajo el pretexto del cariño cuando quería probar los límites de su cordura solamente y aun así se encargaba de unir sus escombros una vez terminaba. Nadie además de ellos supo qué pasó en la relación. Eiji lo odiaba, estaba claro. Más habían momentos donde era benevolente y entonces sentía que algo muy enfermizo remecía su interior. Amo y esclavo. El que rompe y el que está roto. El que daña y el dañado. Alfa y omega. Aún tiene pesadillas.

El padre de su bebé. El asesino de su bebé. Su abusador. Destructor. Secuestrador. Inquisidor.

—Nunca te imaginé tan dispuesto. —Arthur finalmente toca donde quería tocar, con brutalidad mete sus manos dentro de su camisa, simplemente rasga los botones y lo ensucia—. ¿Ya estás en celo?, ¿por eso viniste a mí?, ¿quieres empezar un nuevo hobbie juntos?

—¿Eh?

—¿No sabías? —Arthur desliza su lengua por su cuello disfrutando la tensión, una chispa negra arde en sus ojos, una mezcla de poder y deseo, de torturar y amar—. Alfas y omegas pasan por periodos de celos en donde se necesitan el uno al otro o será una tortura. —Enrolla sus caderas con brusquedad para darle vueltas en el sillón, la cabeza le rebota y la espalda le duele.

—N-Nunca he tenido uno.

—Pero a juzgar por tus feromonas ya debes estar a punto de tenerlo. —Arthur susurra, tocando más y más abajo—. Debes estar tan mojado por mí, no seas tímido, puedes mostrarme tu culo.

—Yo no...

—Tú me tienes muy duro a mí. —Arthur guía su mano hacia el pantalón para que palpe su pene, Eiji aprieta con firmeza el sillón, el contacto es autoritario y pronto son las feromonas de Arthur las que lo empiezan a sofocar, no puede ver lo repugnado que está, si se le cae la fachada sabrá que algo anda mal e incluso alguien tan tonto como él podrá sumar dos más dos—. Tienes todo el permiso de tu amo para tocarme, esa será tu recompensa por ser un buen chico.

—No lo merezco.

—Insisto. —Arthur se desabrocha la cremallera del pantalón—. ¿No quieres oler de más cerca?

¡Claro que no!, ¿quién querría semejante atrocidad? Pero debe fingir una sonrisa aunque yazca temblando por dentro mientras Arthur le hace un espectáculo de strip porque está encantado con lo que está pasando, para el alfa este es un juego de sumisión disfrazado de seducción, no hay nada que lo excite más que el poder, le fascina cómo Eiji se ha entregado, así que cuela las manos hacia el pantalón del omega porque pretende tomarlo ahora mismo.

—¡Tengo una entrega! —Eiji reconoce inmediatamente la voz de Sing afuera—. ¡Todo está listo!

—¡Fuera! ¡Estoy ocupado ahora!

Eiji siente el aliento de Arthur en su oído, por un momento el tiempo parece detenerse y eso es todo lo que necesita para aguantar un poco más. Fue la señal. Lo lograron. Pudieron sacarlo. Y le da lo mismo lo que de ahora en adelante pase con él. Porque Ash está a salvo. Así que no va a romper la fachada, sino que seguirá repitiendo un solo nombre en su mente: Aslan.

Aslan. Aslan. Aslan.

Te amo, perdón.

—No puedo esperar a meter mi pene en tu culo, extrañaba tu agujero como no...

De repente, Arthur queda inmóvil y se cae encima de él, Eiji parpadea, le toma tiempo entender que Sing ha entrado y le ha reventado un jarrón contra la cabeza hasta noquearlo, tiene los ojos llorosos y su mueca de impotencia aumenta aún más al verlo con las ropas desordenadas, Eiji le ofrece los brazos diciéndole que no pasa nada, más Sing se quita la chaqueta para protegerlo del frío, le extiende la mano y lo saca de ahí.

¿Sing es el mejor personaje en todos los universos? Absolutamente, pero ya en serio, mañana volvemos con Ash porque esta es oficialmente nuestra patita final.

Nos vemos mañanita~

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