15. Tan amado
Jungkook.
Hoy tuve que ir a la editorial para entregar unos informes acerca de unas traducciones, y se sorprendieron mucho porque no llevé mís guantes.
Es un paso bueno, a decir verdad... Es todo un logro.
Ahora estoy volviendo a casa caminando. Sin mis guantes no puedo subirme a un autobús ni a un taxi, de momento no puedo hacerlo.
No me animo y es complicado.
Antes de llegar a casa compro unos muffin porque tengo hambre. Camino las últimas cuadras que me separan de mi hogar y veo el auto de Taehyung estacionado. Me acerco y veo que está durmiendo. Qué extraño, creía que vendría a la noche.
Golpeo el vidrio y él se despierta.
— Hola bebé. —me dice con un bostezo.
— ¿No venías a la noche?
—Me dieron el día libre, al parecer el director contrató a otro secretario porque no le gustan mis servicios.
— Qué mal nacido. Estoy seguro que tus servicios son perfectos.
Él se alza de hombros y sale del coche con unas flores. Me las extiende.
— ¿Para mí?
—No hay nadie más que tú.
Tomo las flores con una sonrisita y le muestro los muffins que compré.
—¿Quieres que prepare café?— le digo entrando a casa.
—Odio el café. Prefiero el té.
—Ah, no lo sabía. A mí el café me mantiene despierto.
—Oye... — dice mirando mis manos — No traes tus guantes.
—Lo sé. — le digo con una sonrisa — quise poner en practica yo solito. No me ha costado mucho.
—¿Te lavaste las manos todo el día cierto? —pregunta con una mueca mientras se sienta en el sillón. — Mira como te dejaste los dedos.
— Bueno, ahora intentaré no lavarlas.
—En realidad, cuando vienes de la calle es mejor que te las laves, no todo el día.
Tiene razón. Me voy a lavar la manos y me paso suavamente el jabón por las heridas, pero aún así me duele.
— ¿Qué pasa, amor? — escucho a Tae detrás de mí.
—Me duelen las heridas.
—¿Tienes primeros auxilios?
Le señalo una cajita y ambos vamos hacia el sillón. Recién me percato que no me he quitado la ropa, ni los zapatos.
No debo pensar. No pienses, Jungkook, no pienses. Nada está sucio, tu casa está limpia igual que tu ropa y los zapatos.
Todo está bien.
Tu puedes con esto, tranquilo. Es normal entrar a casa con la ropa de calle. Es normal, todo el mundo lo hace, yo también puedo hacerlo. Puedo hacerlo.
— Te pondré gasas, tendrás que aguantarte un tiempo así. Tienes la piel reseca también por los guantes. Me alegra que hayas dejado de usarlos.
—Supongo que estoy mejor sin ellos. Iba a tirar las cajas hoy. —le digo mientras él pone gasas y cinta para tapar mis heridas. Solo los dedos me quedan libres, toda mi palma está llena de vendas. — parezco una momia
—Iba a decir lo mismo.
Y ambos reímos.
Taehyung me mira los labios y luego los ojos. Yo me doy cuenta que hago lo mismo. Él se acerca hasta que su nariz choca con la mía.
—¿Puedo...?
— Deberías dejar de preguntarlo. — le sugiero sobre sus labios. No me da miedo hacer esto. De tan solo pensar en todas las emociones que sentí ayer, me es imposible tener miedo. Quiero volver a sentir todo esto.
— Yo solo pregunto porque quizás se te ocurre darme una patada en los huevos que me deje sin hijos.
—No haría eso. No contigo.
Él me sonríe y luego une sus labios con los míos. Disfruto de su sabor, otra vez está usando bálsamo labial, se siente muy rico. Muevo mis labios a su compás y empiezo a sentir como mi corazón golpea más fuerte. Me gusta así y quiero quedarme de esta manera para siempre.
Tan amado, tan querido y tan deseado...
Me siento derretir entre sus brazos.
Taehyung se separa primero y me sonríe.
—¿Vas a preparar un té?
—Claro... o si quieres podemos ir a un Starbucks por algo más rico.
—Pero ya compraste los muffins, me dio hambre.
Le sonrío y me animo a darle un piquito.
—¿De qué quieres el té? tengo de todo.
—¿Realmente?
— Sip. Té verde, té de frutas, té negro, té de jazmines, té de jengibre... té de arándanos.
—El de arándanos suena delicioso.
—Sip, y si lo dejas enfriar es mucho más rico, es como tomar jugos.
Me levanto y voy hacia la cocina para empezar a prepara un poco de té y café. Pronto tengo a Taehyung detrás de mí, tocando mi cintura y besando mi mejilla.
Sus manos están en mi cuerpo.
Está bien.
—Algún día podríamos cocinar un pay de limón — sugiere en mi oído — es lo único que me sale bien en la cocina, después puedo llegar a quemarte el microondas y el horno, todo junto.
—Eres un desastre. — digo riendo mientras preparo la cafetera. El agarre de Tae se intensifica y sus manos pasan directamente hacia mi abdomen. Su cabeza descansa en mi hombro y siento su aliento en mi oído.
— Quisiera ver tus habilidades en la cocina algún día. — susurra dejando un beso sobre mi oído. Me estremezco y casi se me va de la mano la taza.
—¿Qué te gustaría que te cocinara?
No sé porqué pero pienso que él está sonriendo.
— Lo que tu quieras, estoy seguro de que cualquier cosa que cocines será deliciosa.
Y vuelve a dejar otro beso y otro y otro más. No me queda otra opción que echar la cabeza sobre su hombro y disfrutar.
— ¿Te gusta? — susurra con voz ronca, sus labios reccoren mi cuello. Está dejando saliva... ¿qué se supone que haga?
No debo alterarme.
Aun así no puedo controlarme.
—Me gusta, pero no lo hagas... me da cosa.
—Entiendo, amor. — dice y deja de besarme, aún así sigue sosteniendo mi cintura entre sus manos. Me giro para verlo y lo encuentro con los ojos brillosos.
Taehyung me atrae hacia él y me besa en los labios, profundamente.
— La verdad.. encontrarte en esa aplicación es lo mejor que me ha pasado, Kookie.
Le sonrío mientras me da otro besito.
—Yo también lo creo, Tete.
— ¿Te gusta que te llame "amor"?
—Claro... aunque se siente un poco raro, no me llamaron así muchas veces.
— ¿Tuviste otro novio antes que yo?
— Cuando tenía trece años, antes de que me pasara ésto. Igualmente duramos casi un año, yo lo abandoné porque me sucedió algo feo. Eso fue lo que disparó mi misofobia.
—¿Qué fue lo que te ocurrió?
Trago saliva. ¿podría contarle?
— Unos chicos estaban enojados conmigo porque a uno de ellos supuestamente le había roto su celular... me odiaban y siempre me hacían bromas pesadas, era insoportable... Aquel día era mi cumpleaños y me tiraron bichos en los pantalones, también me llenaron de barro... fue horrible. Y una araña me pico el trasero, por suerte no era venenosa. —bajo la cabeza avergonzado, recuerdo que cuando se lo conté a un psicólogo me miró con gracia, fue horrible — también después de días se burlaron de mi porque no podía sentarme... HyunJin solo quería ayudarme, él era mi novio y me quería mucho, pero yo ya no lo quería a mi lado. No podía soportar sus manos encima o sus labios, nada.
— Debió ser horrible... lamento que hayas pasado por todo eso, amor. lo lamento mucho.
Y en su voz hay sinceridad completa. Sé que lo siente... sus ojos también están llenos de lagrimas.
—Me llenaron la boca con barro para que no hablara. Vomité todo. Y aparte el baño estaba sucio. — una sonrisita se asoma a mi rostro —¿gran regalo de cumpleaños eh? me dejaron con una fobia y un asco para toda la vida.
— Lo siento. Eso debió de ser muy asqueroso. ¿por qué tanta maldad?
— Fue repugnante... pero yo creo que lo peor fue que HyunJin me vio de esa manera. Jamás me voy a sacar esa imagen de la cabeza. La humillación, el asco de ser humillado y pisoteado como si yo no fuera nadie.
—Tú eres muy importante, Jungkook — me dice tomando mis dos hombros para abrazarme — al menos para mí eres lo más importante en estos momentos. Estoy alegre de estar contigo.
Sus palabras me sacan una sonrisa.
Apoyo mi cabeza en su hombro, es algo que me cuesta pero aún así lo hago.
—¿Sabes? — susurro — le caerías muy bien a mis padres. Mamá te hubiera preparado galletas y papá te hubiera interrogado con miles de preguntas.
— Me gustaría conocerlos algún día.
Sonrío internamente.
— No creo que sea posible.
—¿Por qué? — pregunta suavemente.
— Bueno, me temo que hacer un viaje al otro mundo solo tiene un pase de ida, Taehyung. — me separo de él para poner el agua en el té y preparar mi café — ellos murieron en un tiroteo, unos días después de mi incidente con los bichos y el barro, ambos eran policías y trabajaban en la misma unidad. — suspiro pesadamente — ¿Quién lo diría? al fin y al cabo cumplir trece años sí me dio mala suerte.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro