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O7 ; primera cita

Ya había transcurrido una semana y días de aquel día lluvioso, Jimin se quedó en la casa de los Jeon a petición de JungKook, lo cual agradecía infinitamente ya que no tenía a ningún a dónde ir. La manada del sur era mejor que su antigua manada, aquí los omegas eran respetados y tratados con amor. Aunque todo tiene su defecto, en esos días descubrió que a la manada le encantaban los rumores

— Jimin, vamos a pasear juntos para que conozcas el lugar — hablo JungKook suavemente

— ¿Una cita? — cuestionó con emoción y una pequeña sonrisa

JungKook se sonrojo levemente y el omega al ver eso se quiso golpear por decir eso.

— Yo... Lo siento, no quería que te sintieras incómodo. De seguro tienes omega, perdóname — hizo una pequeña reverencia

— ¡No! — grito, no quería que su destinado pensara que tenía omega — Quiero decir, no tengo omega. Y sí, te estoy invitando a una cita

— Entonces, vamos — sonrió tiernamente

JungKook sujeto con cierta timidez la mano del contrario antes de salir de la casa y empezar a caminar juntos por alrededor, algunas personas miraban la escena con asombro, nadie había visto a ese omega.

— Es el omega que rescató — aseguro evitando a toda costa ver al alfa y omega

— ¿Es él? — la otra asintió — vaya es muy bonito

— ¿Crees que sean algo? Me refiero a novios

— Posiblemente, se ven muy enamorados y felices — soltó un suspiro — y pensar que hace una semana andaba rodeado de chicas

Ambas miraron la escena del JungKook y Jimin sonriendo felizmente mientras estaban sentados en una banca.

— Jungkookie, está pan delicioso. Me encanta — siguió comiendo de los panecillos que le había comprado el pelinegro

— Me alegra que te gusten en la próxima cita te voy a comprar más — comento

— ¿Próxima cita? — pregunto con un lindo sonrojo en sus mejillas

— Sí. Está es nuestra primera cita... ¿No quieres tener más citas conmigo? — cuestionó

— Sí, me encanta estar contigo — sonrió levemente

— Ven, te quiero mostrar un lindo lugar — jalo la mano de Jimin y ambos empezaron a correr hasta que el pelinegro se detuvo

— Bien, Jiminnie... Este lugar es muy especial para mí, espero te guste — caminó un poco más antes de llegar al lugar

Jimin iba visualizando todo, está manada tenía lugares muy bonitos. Sonrió en grande cuándo vio una pequeña cascada y el área, todo estaba verdoso y había lindas flores

— Es muy lindo — opinó

— Sabía que te gustaría, ven. Hay que sentarnos, déjame ayudarte — habló JungKook ayudando al rubio a tomar asiento— Gracias... — siguió admirando el bello lugar

— ¿Cómo siguen tus moretones? — cuestionó JungKook

— Mejor, ya no duelen tanto — respondió feliz

— Me alegra escuchar eso, no quiero que te nada malo te pase y más sabiendo que eres mi predestinado.

Si, ambos decidieron hablar sobre ese tema y quedaron en que se conocerían y ya verían después si iniciar una relación.

— Uh, oye. — se acercó más al mayor — tu manada es muy chismosa

— Lo sé pero no te preocupes, solo son chismes

— ¿Es cierto que hacías las cositas que hacen los papás con muchas omegas? — cuestionó con un leve rubor en sus mejillas

— Sí... — admitió, no quería mentirle

— Oh. Yo no he hecho eso, soy muy pequeño — sonrió levemente — Si nos llegamos a casar te prometo que me esforzaré

— No tienes porque esforzarte, estoy seguro que me va a gustar porque eres el omega que amo — confesó

— ¿Me amas? — pregunto

JungKook asintió levemente con una sonrisa, Jimin se sonrojo, hizo sus manos puños antes de robarle un beso de piquito al alfa. Se separó con un sonrojo, el alfa también estaba sonrojado y antes de que se alejara más lo sujeto por la cintura para abrazarlo

— Me encanta tu aroma — comento el mayor

— tú también hueles bien... Kookie

— ¿Te gusta? — cuestionó su padre mirándolo fijamente

— Me gusta — hablo sin dudar

— Cuídalo muy bien, hay gente muy mala aquí y espero te esperes a que el tenga la mayoría de edad antes de que lo marques, te recuerdo que es un niño, apenas tiene catorce — hablo su padre — también espero que dejes de revolcarté con cualquier omega, respetaló

— Desde que llegó no he estado con ningún omega, es mi predestinado y no le haré daño, lo voy a proteger

—  ¿Sabes cómo murió tu madre? — cuestionó

— Se cayó del caballo... — respondió

— No. El líder de la manada del este la mando a matar porque no le quise dar parte del territorio y como sabían que tú madre era lo que más amaba la mato — confesó — te aconsejó que si quieres a Park, no le demuestres a nadie que él es tu debilidad, que lo amas, porque le puede pasar algo malo

— Yo...

— Vete, necesito estar solo

JungKook obedeció sin protestar, caminó hasta la habitación donde estaba Jimin y golpeó la puerta varias veces antes de entrar. Esperaba ver a Jimin dormido o algo pero nunca escondido en un rincón mientras se abrazaba así mismo.

— ¿Jiminnie, te sientes bien? — cuestionó preocupado antes de sacudirlo levemente

— Le tenemos miedo a la pirotecnia — respondió

— ¿Tenemos? — pregunto confundido

Jimin levantó su cabeza y JungKook pudo ver un pequeño cachorro metido en la blusa del castaño.

El alfa miro por la ventana la pirotecnia, hoy fue un día especial y sabía que estarían lanzando hasta la medianoche. Se acercó al omega y lo abrazo junto al cachorro, empezó a acariciar el brazo del menor mientras que con su mano acariciaba al cachorro

— ¿De dónde salió este pequeño? — cuestionó

— Uh, no sé. Cuando llegue estaba aquí

— Es muy lindo — opinó

— ¿Me puedes dar un besito en mi frente, kookie? — cuestionó con un tierno mohín

— Por supuesto... — dió un casto beso en la frente del rubio y unos cuantos más por toda la cara del menor

JungKook estaba nervioso, ¿Cómo le decía a su predestinado que se tenía que casar?

— Jungkookie, mira, mi plantita creció — hablo con una sonrisa Jimin mostrando la pequeña planta que estaba en una maceta.

— Minnie, ven, te quiero decir algo...

El rubio lo miro confundido mientras borraba su sonrisa, al parecer era algo serio por el rostro del alfa

— Él sucesor del líder se tiene que casar al cumplir los veinte con un omega para tener cachorros  — habló

— ¿Quien se casará? ¿Un primo tuyo? — interrogó

— Yo soy el sucesor, yo me tengo que casar con el omega que amo y tener cachorros

Jimin soltó la maceta que tenía en sus manos, quería llorar, sonrió forzosamente mientras juntaba los pedazos de la maceta con delicadeza.

— Déjame ayudarte, te puedes cortar

— No. Yo puedo... — juntos los pedazos lo más rápido posible, una vez listo salió casi corriendo de ahí

JungKook estaba confundido pero no dudó en ir detrás de Jimin, vio como se escondía debajo de una mesa. Levantó el mantel y se metió junto con él

— ¿Por qué lloras? — cuestionó

— Te vas a casar... Pensé que me querías — sollozó

— Ah eso venía. Te quería preguntar si estás dispuesto a casarte conmigo, sino para escapar juntos e irnos muy lejos — limpio las lágrimas del omega

— ¿Escapar? — cuestionó

— Sí, se que solo tienes dieciséis y eres muy joven para casarte. Si no te quieres casar aún, podemos escapar — respondió

— ¿Y que pasaría si no quiero casarme pero tampoco escapar? — pregunto

JungKook se desanimado al escuchar eso, pensó que el omega quería estar con el siempre pero al parecer no.

— Me obligarán a casarme con alguien que sea adecuada para mí — contesto

— ¿Cuando nos casaremos? — pregunto

El alfa miro con sorpresa al omega — ¿Si te quieres casar conmigo?

— Sí. Te amo, JungKook — respondió —Se que soy muy chico estoy seguro que quiero estar a tu lado

Jimin sonrió levemente antes de besar los labios de su mayor con delicadeza, el alfa correspondió casi de inmediato.

— No te preocupes, no haremos nada que no quieras. No quiero lastimarte — hablo JungKook quitándose el vestuario blanco

— ¿Nos podemos dar besitos? — cuestionó

— Sí, pero hay que cambiarnos de ropa. Está es muy incómoda — comento

— Ayúdame, por favor — pidió

JungKook obedeció y se acercó al omega para empezar a quitarle el vestuario. Nunca había visto el cuerpo de Jimin semidesnudo, solo una vez llegó a ver su espalda pero fue por accidente ya que se estaba bañando y el solo fue a lavar su rostro.

— Tu piel es muy suave... — susurro dejando pequeños besos en la espalda del rubio, quitó la camisa por completo antes de besar los hombros del menor y abrazarlo por detrás

— Jungkookie... — soltó un pequeño suspiro

— Lo siento... — se disculpó para después ayudar al rubio con su ropa.

Después de unos minutos ambos ya estaban acostados en la cama muy tranquilos dándose pequeños besos.

— Desde hoy está habitación es de los dos, nuestro pequeño nido — habló con una sonrisa

JungKook miro al rubio para recibir una repuesta pero este ya estaba dormido, al parecer estaba muy cansado. Dió un suave beso en la frente del rubio antes de cerrar sus ojos. Era muy feliz de estar junto a él

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