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Aknamkanon

Han pasado varias horas desde que Mahad vino a visitarme, por lo que despierto en la oscuridad de la noche.
Me siento con cuidado en la cama y miro a mi alrededor por lo que noto al faraón dormido en una silla junto a la cama. Estoy sonrojada ya que la luz de la antorcha que alumbra la habitación lo hace ver atractivo, radiante y lleno de una increíble tranquilidad.
Deseo tocar su rostro mientras esta dormido pero no me atrevo ya que no recuerdo nada de él, así que sin hacer ruido trato de abandonar la cama para dirigirme a inspeccionar el lugar con la esperanza de poder recordar algo más sobre mi vida.
Abandono la habitación y tomo una de las antorchas que alumbra el pasillo del palacio. Camino lentamente hacia una habitación que llaman "El salón de los faraones" debido a que en ella se encuentran la descripciones de todos los faraones anteriores a Atem.
Después de algunos minutos llegó al mural del faraón Aknamkanon en donde leo su historia, sus logros, su creación y la increíble bondad con la que rigió a Egipto.

-Aknamkanon, creador de los artículos milenarios con el único fin de proporcionar seguridad al bajo y alto Egipto. Subió al trono de Egipto a sus veinticinco años de edad. A sus cincuenta años los dioses lo bendicieron con un heredero al trono.
A sus cincuenta y cinco años comando las tropas para proteger las aldeas de Egipto de ataques forasteros, en donde salvo la vida de mucha gente entre ellos de huérfanos -leí sin acabar la inscripción en voz alta mientras miraba la pintura del antiguo rey, quien se me hacia una persona amorosa, gentil y muy valiente.

Toco la pintura con delicadeza y es en ese momento que recuerdo que él me salvo la vida y me dio un hogar en el palacio, cuando los forasteros de la inscripción acabaron con mi aldea y mi familia.

...RECUERDO...

Era una noche fría en Egipto ya que si comprender mucho de ciencia las noches eran frías y los días muy cálidos. De noche la aldea de Akner se veía desolada ya que todos sus habitantes dormían a causa de que era un lugar seguro hasta el día en que aquellos vándalos vinieron a hacer cenizas mi hogar.
Mi familia y yo dormíamos tranquilamente aquella noche hasta que a las afueras comenzaron a escucharse ruidos extraños sin olvidar los gritos de las personas. Mi padre, un hombre tierno y cariñoso salio ha ver lo que sucedía y pudo notar que unos hombres comenzaron a incendiar mi aldea y a matar personas inocentes con sus filosas espadas.
Entró nuevamente a mi hogar y le informo a mi madre quien era una gran hechicera que estábamos siendo atacados y que teníamos que escapar inmediatamente. Mi madre me tomo en sus brazos y abandonamos mi casa para evitar morir incendiados, sin embargo uno de los forasteros vio cuando intentábamos escapar, así que sin pensar en sus acciones enterró el frío metal de la espada en el corazón de mi padre.
Mi madre grito mientras yo lloraba al ver a mi padre sangrando y sin vida en la arena.

-Dame a la mocosa -dijo aquel hombre de cruel mirada mientras me señalaba.

-¡Jamás te daré a mi hija! -Exclamo con valor mi amada madre.

Después de aquellas palabras lanzó un conjuro que lo dejó ciego por algunos minutos, lo que nos dio tiempo de escapar de aquel lugar, sin en cambio mi mamá sabía que no tendríamos mucha suerte para sobrevivir ambas así que me escondió en un gran jarrón.

-Mana, cuídate mucho y cuando todo esto haya acabado busca al faraón, estoy segura que el te ayudará de acuerdo. No olvides que te amamos tesoro -dijo para que al concluir me diera un beso en la frente y cerrará con una tapa el jarrón gigante en el que me encontraba.

Pasaron las horas y deje de escuchar ruido, así que salí de la vasija en la que me encontraba escondida y vi que a lo lejos venían varios hombres a caballo. Se parecían a los guardias del faraón, pero yo temerosa de todo mundo por lo vivido aquella noche volví a esconderme hasta que estos se acercaron más a lo que era mi hogar.
Tenía miedo, no sabía que hacer hasta que oí una voz varonil y gentil que le decía a sus guardias que habían llegado demasiado tarde pero que buscarán indicios de vida o peligro y se lo hicieran saber, por lo que ellos al escuchar la orden respondieron "como lo ordene faraón".
Al escuchar la palabra faraón de aquellos hombres salí inmediatamente de mi escondite llorando ya que no podía evitar el dolor y la soledad que estaba sintiendo, por lo que el rey al verme pequeña, sola, temerosa y desprotegida bajo de inmediato de su corcel para abrazarme con ternura y dedicarme algunas palabras.

-Tranquila pequeña, estas a salvo no temas -me dijo con dulzura mientras acariciaba mi cabello castaño.

-Faraón, mataron a mi familia y... Y mi madre me dijo que acudiera a usted -dije llorando mientras escondía mi rostro en su túnica.

-¿Cuál es tu nombre pequeña?

-Mana, mi rey -dije con dificultad a causa del sollozo incontrolable.

-Mana no llores, tu madre tenía razón por lo que apartir de ahora vivirás conmigo en el palacio te parece, tengo un hijo de cinco años con el que podrás jugar y estudiar -dijo mientras me colocaba en sus hombros para llevarme de caballito.

-¿Usted y el príncipe será mi nueva familia? -pregunte sorprendida ya que nunca imagine que fuera a ser parte de la familia real.

-Todos en el palacio ahora son tu familia pequeña, así que ya no llores -dijo mientras daba pequeños brincos para provocar en mi una risilla simpática.

Me sentía feliz y protegida con el faraón Aknamkanon, jugaba conmigo como alguna vez lo hizo mi padre, hasta que a lo lejos logro percibir una sombra. Me bajo de sus hombros y me coloco en su caballo para dirigirse a investigar el lugar donde vio la sombra de alguien.
Tenía miedo de que aquella sombra fuera un forastero, así que sin que el faraón se diera cuenta baje de su corcel para ir tras de él. Caminaba lento y con cautela revisando que nadie fuera a tomarlo por sorpresa, hasta que de la oscuridad de una casa hecha añicos salieron los siete sujetos que incineraron mi aldea y rodearon al faraón.
Sus guardias estaban lejos de él ya que buscaban sobrevivientes, así que sin ser experta en la magia lance en aquellos maleantes el conjuro de la ceguera, lo que ayudó al rey a dejarlos inmóviles con la magia que el conocía.
Una vez que ya los tenia bien sujetados con cuerdas que aparecieron gracias a un conjuro que hizo, volteó a verme y a sonreírme con alegría para después proceder a agradecerme.

-Gracias por ayudarme Mana, tienes un gran talento y con ayuda lograrás ser una gran hechicera de mi corte -dijo tiernamente.

Después de aquel agradecimiento el faraón me tomo de la mano para dirigirnos nuevamente a su caballo, en donde una vez ahí procedió a darle la orden a sus guardias de llevar cautivos a los maleantes que terminaron con la vida de mi familia.

...FIN DEL RECUERDO...

Aquel recuerdo fue hermoso, me sentía frágil pero él me dio la fortaleza y la esperanza de que no estaría sola. Me arrodille y volví a mirar su pintura sin dejar de tocar el mural, hasta que detrás de mi una voz me dirijo unas cuentas palabras.

-Mi padre fue una persona tan llena de amor, compasión y misericordia. El te quería como si fueras su hija y para serte franco agradezco el día que llegaste al palacio con él -dijo Atem detrás de mi mientras sostenía una antorcha en la mano derecha.

-¡¡Faraón!! No quise preocuparle es que...

-Tranquila Mana, pero dime ¿recordaste algo del anterior faraón? -dijo mientras miraba fijamente el mural de su padre ya que en su memoria aun existía su recuerdo.

-Si, recordé cuando me dio una chispa de esperanza al traerme al palacio -respondí sin verlo a la cara ya que mis ojos estaban llenos de lágrimas.

-Mana, ven conmigo tengo que llevarte a un lugar muy especial fuera del palacio -dijo mientras me ofrecía la mano para ayudarme a levantar del suelo.

-¡¿A estas horas?! No cree que es algo peligroso para que él faraón abandone el palacio con una chica que no recuerda ni su propia sombra -respondí un poco preocupada mientras tomaba la mano del faraón para levantarme.

-Si, pero eso jamás nos ha importado así que andando -dijo mientras caminaba lentamente con la antorcha en mano.

Me asustaba aquella aventura y más porque no tenía idea de adónde iríamos, sin embargo el me inspiraba confianza así que lo seguí para comenzar su descabellada idea.

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Holaa! a todos, les agradezco a todos los que siguen esta bella historia que surgió una noche que no tenía sueño jeje, en verdad agradezco sus votos y comentarios ya que me inspiran mucho a continuar y bueno espero puedan visitar mi fic de LAZOS DEL DESTINO se que les gustara mucho porque disfruto mucho escribiéndonos al igual que este.
Bueno amados lectores espero sus comentarios y votos, nos vemos en el próximo capítulo XD

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