Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

13. Tu vecina y amiga Spidergirl

Capítulo 13. Tu vecina y amiga Spidergirl. 

Mis plan inicial se vio truncado al notar que la luz de mi cuarto estaba encendida. Me aparté de la ventana refunfuñando ante el contratiempo y me mordisqueé los labios, resignada a esperar que el intruso abandonara el cuarto.

Hunter que después de discutirme la entrada a su casa estaba sentado en la cama con los ojos clavados en mi nuca. Lo ignoré lo mejor que pude y me di la vuelta, arqueando las cejas con prepotencia.

—¿Qué?

El chico se encogió de hombros.

—Nada, estaba pensando en como vas a llegar a tu cuarto desde aquí.

Crispé los dedos en el alfeizar de la ventana y me apoyé en la pared, manteniendo una distancia prudencial entre ambos. Aunque no tenía ninguna transcendencia no podía pasar por alto la situación en la que me había metido por mis propios medios.

Me había colado en plena noche en el cuarto de mi vecino y ahora estábamos los dos solos sin que ningún adulto fuese consciente de mi presencia.

—En realidad es mucho más simple de lo que parece —contesté sonriendo ligeramente —están a menos de tres metros de distancia y hay un repecho abajo en el que puedo colocar los pies sin temer desnucarme abajo. Solo tengo que calcular la distancia en función de mi fuerza y habilidad para programar un aterrizaje en condiciones. Aunque no lo parezca rechacé un puesto de animadora.

—¿No tienes miedo a la altura?

—Negativo. El miedo a la altura es ilógico. El miedo a caer, por otro lado, es prudente y evolucionista. Y yo sé a ciencia cierta que no me voy a caer.

Hunter se quedó en silencio mirándome sin añadir algún comentario al respecto. Me encogí ante su examen visual y deslicé la vista por la vacía habitación.

Como no sabía que decir (y eso resultaba chocante con mi habitual don de palabras) decidí reanudar un tema que me ocupaba la cabeza desde esta mañana con la corrosiva curiosidad como aliciente.

—Hunter —lo llamé despegando los dedos de la pared —¿recuerdas el trata de hace unas horas? Yo te conté lo de David como pediste. Es tu turno.

Hunter que estaba examinando con interés sus manos alzó la cabeza. Frunció las cejas rubias y me miró con recelo.

—¿Y por qué te interesa tanto? Podemos continuar con el experimento por la mañana. Estoy cansado —para reforzar sus palabras bostezó ampliamente.

Negué con la cabeza y me acerqué a él, tomando asiento sobre el escritorio e inclinando el tronco en su dirección.

—Voy a ser sincera, no tiene relevancia para las pruebas. Es curiosidad porque soy lo bastante observadora como para intuir que un acto más o menos traumático te sucedió.

—No me siento cómodo hablando del tema contigo, sweetie. Ni con nadie.

Bufé molesta.

Trataba de comprender su incomodidad ante la situación pero habíamos hecho un trato. Mis padres me echaban constantemente en cara que no tenía en consideración los sentimientos de los otros y era demasiado agobiante sin proponérmelo. Arrinconaba a las personas a punta de espada metafórica y estas se cerraban en banda. O cantaban como pajaritos.

Con lo fácil que sería implantar una serie de electrodos en esa cabeza de cabello ensortijado y extraer cómodamente la información que requería.

Pero eso no era legal.

Lloricas.

Vamos, Alba, muestra tus dotes sociales.

Tomé una profunda bocanada de aire antes de ponerme en pie y abarcar en un raudo movimiento la distancia interpuesta con anterioridad.

Sin necesidad de pedir permiso de ninguna clase me aposenté a su lado en el colchón y planté las manos sobre sus hombros para obligarlo a mirarme. La mirada que me lanzó fue una declaración abierta de confusión e irritación. Vale, quizás no había sido todo lo sutil que requería la operación.

Tanto daba.

Relajé la presión de los dedos hasta que se amoldaron de su clavícula y profundicé mi gesto.

Por norma general un investigador no podía tener ningún tipo de contacto extra profesional con los sujetos de la prueba. No obstante por muy herméticamente que pretendiera cerrarme seguía poseyendo una profunda curiosidad.

Y Alba Siles siempre consigue lo que se propone. Así que le sonsacaría la información incluso si eso implicaba ser amable con él.

—Solo lo repetiré una vez —comencé en voz queda —por favor, Hunter.

Incluso yo me sorprendí de el matiz de ruego que adquirió la última frase.

Carraspeé enmascarándola.

—Necesito que empieces a confiar en mí. No iré corriendo a anotarlo en ningún cuaderno. Te lo pido sinceramente en calidad de amiga (o lo que sea). ¿En quién si no podrás desahogarte con desaires amorosos más que en la chica que está intentado curar a la sociedad de tal virulenta enfermad?

Hunter suspiró lánguidamente y hundió la cabeza antes de levantarla y asentir. Sonreí victoriosa apartándome de él para acomodarme sobre el colchón.

—Fue hace aproximadamente seis meses —empezó retorciéndose los dedos —o puede que siete, no lo sé, ya sabes que no soy un genio matemático. Yo salía con una chica, Laura, era risueña y encantadora, no era muy difícil enamorarse de ella. Quizás ese fuera el problema. Yo no era el único con el que salía, y no puedo hablar de triángulo porque habría al menos cinco chicos más.

Parpadeé sorprendida, ¿cinco a la vez? Vaya esa chica no perdía el tiempo.

—No fue por el mero hecho de que me engañara, sino la forma en la que lo hacía y como se disculpaba después. Me hacía sentir... —hizo un gesto buscando las palabras —como si fuera culpa mía. Lo peor empezó cuando tuve esa puñetera discusión con mi mejor amigo, ¡por ella! Me jodí todas las amistades que tenía por Laura. Bueno, por suerte me largué.

¿Veis? Esto es justo lo que pretendo evitar con mi estudio. Alguien debe poner freno al afán de un enamorado perdido ya que es peor que un animal herido. Si Hunter hubiera entrado en razón habría cortado por lo sano con una sabandija como esa y sus problemas se habían evaporado.

Pero no.

Él estaba jodidamente ciego. Y no en un aspecto metafórico, sino de una forma mucho más real de lo que se cree. Muchas investigaciones afirman que durante el enamoramiento ciertas hormonas relegan la actividad de los neurotransmisores que en teoría tenían que chillarnos los defectos de los sujetos amados.

—No hagas que eso te cambie — murmuré distraída.

Hunter arqueó las cejas.

What?

—Cambiar por esa situación sería otorgar la victoria al otro. No te martirices Hunter, el pasado es algo que no puedes cambiar y debes aprender a convivir con él. Si eso te impide esforzarte en las materias te afecta en más de un aspecto, gente así no se merece que dejes de ser tú mismo, vecino.

Las comisuras de los labios del chico temblaron antes de estirarse y mostrarme los dientes en una sonrisa sincera de paletos ligeramente retorcidos.

—¿Sabes, sweetie? Puedes ser dulce cuando quieres.

Gruñí por lo bajo ante esa apreciación.

—Ya bueno, no te acostumbres.

Una carcajada fue todo lo que recibí como respuesta. Lo miré reprobatoriamente y descrucé las piernas para incorporarme. Parecía que ya no había nadie cotilleando en mi habitación por lo que tenía el camino despejado.

Abrí con cuidado la ventana y me encaramé hasta posar los pies sobre la repisa.

—¿Te vas?

Me giré manteniendo el equilibrio.

—Sí, lo siento pero tu vecina y amiga Spidergirl necesita dormir —bromeé.

Dos pequeños hoyuelos se hundieron en las angulosas mejillas del estadounidense.

—Buenas noches, Alba.

—Buenas noches, Hunter.

#JuevesDeMalditoKarma y ¡aquí está! Ya llevamos trece capítulos y aún ninguno me ha dado una opinión más o menos extensa de que le parece la historia, ¿qué os parece mundo de plataforma naranja?

Por cierto estoy probando a meter media entre... bueno, entre medias (redundante) ¿qué os parece?

#MeGustaSigue

#ExperimentoFallidoPara

Y sobre los personajes que vais conociendo...

#AlbaEs...

#HunterEs...

Ya iréis sabiendo más de M&M tranquilos.

#MalditoKarma

#FamiliaSiles

#QueremosMás

#TeamSweetie

#LosSilesYSusComplejosAráncidos

#PeticionesAquí

#QuejasAquí

#Adiós 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro