Cinco
Observe al chico mientras nos daba a todos una enorme sonrisa. Mirando atentamente cada una de nuestras respuestas mientras la señora Shim lo presentaba, JungKook, otro voluntario. Uno muy inusual porque cuando lo vi yo esperaba que fuera un alumno. Aparté la vista de ese aparato en su oído e hice una reverencia cuando escuché mi nombre.
— Un gusto. — Respondió lento y con un acento extraño.
Mis demás compañeros hicieron lo mismo y a todos les respondió de la misma forma. La señora Shim dejo que JungKook se explicara por sí mismo y él no tuvo problema. Pérdida auditiva casi total, un problema con el cual nació, el aparato le ayudaba pero no lo suficiente. Manejaba el lenguaje de señas pero más que eso podía leer los labios con bastante eficiencia, así que nos pidió que en la medida de lo posible siempre le habláramos de frente. Se disculpó si a veces había problemas con su pronunciación, era algo sobre lo que estaba trabajando desde hacía mucho y avanzaba poco. JungKook de inmediato fue asignado al grupo de los esposos sordos junto a YoonGi y eso fue más que sorprendente una decepción para mí. Esperaba tener la oportunidad de hablar con él tan pronto como este llegara a la clase.
Básicamente yo le enseñe todo a JungKook, donde encontrar las pinturas, los lienzos, en que partes colocar las sillas y los caballetes, como lavar los pinceles y cómo usar los disolventes. También le expliqué la manera de preparar la arcilla aunque no era necesario, me enteré por azar que él también estudiaba artes pero especializado en la escultura y los elementos móviles.
— Un consejo. — Le dije suavemente. — Por ahora no le digas eso a YoonGi.
— ¿Por qué? — Preguntó pero cuando estaba por responderle apareció TaeHyung junto a su madre, SeokJin y también YoonGi.
— Después te digo. — Dije susurrando y me aparté a seguir con los demás utensilios.
Cuando la clase estuvo completa llegó el momento de la presentación. JungKook habló de todo, sobre su capacidad para leer labios, su edad, sus intereses y sus aspiraciones sobre la clase, omitiendo deliberadamente ese pequeño detalle sobre sus estudios, sonriendo al verme de reojo. A mi me tocó estar con SeokJin junto con mi pequeña amiga Sarang.
El chico alto no era tan bueno como lo era Yoongi, pero su estilo era bastante particular y llamativo, siempre simétrico con formas proporcionales entre sí, a pesar de todo me gustaba su pintura sin importar la carencia completa de emoción. Entre revisar el trabajo de SeokJin y el de Sarang daba vistazos a YoonGi y JungKook que sostenían aparentemente una animada conversación. Y yo estaba allí con las palabras y las disculpas en la cabeza pero sin poder decirlas.
— No dejas de mirar a YoonGi. — Dijo SeokJin tomándome por sorpresa.
De inmediato volví a ver hacia YoonGi, temiendo que SeokJin hubiese hablado demasiado alto.
— Imaginas cosas Jin. — Reí nervioso y eche un vistazo a su pintura, buscando un pretexto para desviar su atención señale hacia esta. — Deberías probar con un rojo, seguro que le da más vida a esta obra.
— No me gusta el rojo. — Replicó de inmediato y yo abrí la boca sacado de lugar.
— Mi cabello es rojo.
— Lo sé, es ridículo. No me me gusta y no me agradas.
Me quedé sin palabras, sorprendido y apunto de reír de nervios, atónito. Sarang río bajito tal como una pequeña ardilla en tanto se concentraba falsamente en su dibujo. Me acerque a ella de nuevo.
— ¿Tampoco te gusta el rojo?
Sus ojos se hicieron dos pequeños arcos.
— A mi me encanta el rojo y te ves muy bonito así.
Sonreí aliviado y frote su suave cabellera con una de mis manos.
— Pero Jin oppa tiene razón, no has dejado de ver a YoonGi oppa en todo este rato.
— Yo no miento. — Susurro SeokJin inclinándose más en el lienzo, procurando hacer la línea de pintura lo más recta posible.
Mire a SeokJin quien no dijo más, su silencio y su espalda laxa me hicieron irritar solo un poco, después me giré a Sarang, con su sonrisa insolente en el rostro. Pero qué perspicaz era aquella niña, dios tan pequeña pero tan atenta. Le dedique una mirada de reproche mientras seguía sus trazos y ella tan sólo me ignoró. No dijimos mucho por la siguiente hora. Seguí dando miradas a YoonGi y mis nervios fueron en aumento. Entonces no resistí un momento más. Una última revisión a Sarang y a SeokJin. Me levanté y caminé con sigilo hasta detenerme unos pasos antes. JungKook me notó y cuando estaba por hablarme coloque el dedo índice en mis labios. El entendio y no dijo nada. Pronuncie una petición silenciosa con sólo el movimiento de mis labios, JungKook echo un vistazo a YoonGi y luego a mi. Asintió con una suave sonrisa y se levantó. YoonGi de inmediato se percató del movimiento pero antes de decir nada yo ya estaba sentado a su lado, viendo como JungKook ahora iba camino a SeokJin y la pequeña niña en silla de ruedas. Respire profundo con las manos en mis rodillas, tontamente nervioso.
— HoSeok. — Mi nombre deslizándose por sus labios, un sonido tan agradable como nada más podía serlo en el mundo, al menos pensaba eso en aquel instante.
— Hola, YoonGi. — Dije con mi lengua seca. — ¿Te molesta si te hago compañía un momento?
No obtuve respuesta verbal pero su silencio mientras continuaba deslizando el pincel contra el papel sin pedirme que me fuera fue suficiente. Espere callado a su lado, pasando los pinceles que necesitaba y limpiando los otros en el pequeño frasco con agua. YoonGi empezó a dar trazos temblorosos mientras sus mejillas se coloreaban de rosa, avergonzado. Hubo un momento en que finalmente se detuvo dejando pincel y pintura en la mesa, aferrando sus puños a la tela de su pantalón.
— ¿Estas bien? — Pregunté con algo de inseguridad.
YoonGi suspiro con el entrecejo formando una pequeña "V". No respondió solo apretó su mandíbula, mordiendo su labio inferior.
— ¿Hay algún problema conmigo YoonGi?
Sin respuesta. Suspiré suavemente intentando hablar con tranquilidad.
— TaeHyung tuvo una charla conmigo ayer.
Los ojos de YoonGi se abrieron con sorpresa, tal vez incluso con enojo. Se levantó y llamó a SeokJin. Su amigo de inmediato llegó hasta nosotros, YoonGi se sostuvo de él y le pidió llevarlo al baño. Bloqueado completamente no pude decir nada, solo lo vi salir del aula mientras los demás también nos veían curiosos. La señora Shim pronto me intercepto, me cuestiono pero yo no supe responder, solo me disculpé como pude. Lo que resto de clase YoonGi permaneció con SeokJin en el baño, esperando que alguien llegara por ellos. Antes de que finalizara la clase apareció de nuevo TaeHyung. Estuvo un largo rato con ellos. JungKook estaba ayudándome con lo último de las pinturas cuando TaeHyung junto a la señora Shim me abordaron.
— El hermano de Jin me ha contado. — Dijo la señora. — Debí darme cuenta antes.
La mujer hizo una suave mueca antes de sonreír y palmear mi hombro.
— No es tu culpa. — Me dijo. — Habla con él.
Expresé mi preocupación de poder causar una reacción similar de nueva cuenta. Pero TaeHyung me interrumpió a las pocas palabras que salieron de mi boca.
— Lo he convencido, ayer no tuve la oportunidad como te he prometido así que no está contento conmigo pero seguro que ahora te escuchara. — TaeHyung sonrió grande y cuadrado. — Aprovecha que ahora está molesto conmigo y no contigo.
Eso me divirtió bastante, quitándome un peso de encima. TaeHyung me llevó hasta el baño donde YoonGi aguardaba sentado junto al lavamanos, frente suyo un SeokJin que no apartaba la vista del suelo. TaeHyung tomó del brazo a su hermano y le llevó consigo a pesar de que SeokJin no mostraba querer hacerlo. Ambos hermanos salieron dejándonos así a YoonGi y a mi solos. Me recargue en la pared metálica de uno de los cubículos, justo frente al pelinegro, lo mire y detrás suyo mi tonto reflejo en el espejo. Hubo un silencio largo, muy largo, demasiado diría yo, fue incómodo y sofocante. Como YoonGi se mantenía en silencio fui yo quien de nuevo empezó a hablar.
— Disculpa si te he ofendido. — Dije con la cabeza gacha, tomando palabras muy distintas a las que había planeado sin importar que estaba por decir algo que realmente no quería. — Yo no volveré a molestarte, entiendo que estoy interfiriendo con tus clases así que creo que lo mejor será que abandoné mi puesto como voluntario.
Escuche a YoonGi jalar aire pero no me atreví a alzar la mirada, solo pude observar sus manos apretando con fuerza el borde del lavamanos. Me aclaré la garganta.
— Realmente lamento haberte molestado, juro que no era mi intención, no volverá a suceder. — Finalice, me enderece y caminé hacía la puerta.
YoonGi dió un paso y me detuvo al hablar.
— ¿Realmente crees que soy bueno?
Me giré y lo vi allí, el atardecer colándose por la ventana y sus ojos fijos, puestos de alguna manera en mi persona.
— Sí, en verdad lo creo. — Respondí suavemente. — ¿Por qué te mentiría?
— Por lástima.
Y la palabra me golpeó directo al corazón, estrujando.
— Yo no te tengo lástima YoonGi.
— Claro que la tienes, soy ciego no tonto. Estudias arte, se que lo que hago debe parecer amorfo y sin sentido pero tu no eres capaz de decirmelo.
Otro golpe que hizo arder mis mejillas. Lo pensé pero no lo suficiente y sólo hable.
— Pues parece que sí, ciego y tonto. — YoonGi abrió la boca con sorpresa y sentí todo mi cuerpo temblar. — Porque yo no te tengo lástima y te he dicho la verdad, creo que eres muy bueno, pintas los trazos con delicadeza y con una limpieza que me sorprende, porque eres ciego, obviamente lo noto pero a pesar de eso tienes una buena técnica que a muchos que sí podemos ver nos cuesta conseguir porque después de todo tienes tus propias habilidades así como yo tengo las mías. Además de eso en general el cómo pintas y representas las cosas me gusta, es algo único porque la forma en que percibes el mundo obviamente es distinta a como lo hace una persona cualquiera, común y corriente. Y eso es increíble.
Entonces YoonGi bajo la cabeza y se encogió de hombros, se llevó la mano a la nuca y froto suavemente.
— Yo... — Dijo muy bajito pero no tanto pues pude escucharlo. — Lo siento, en realidad el del problema soy yo.
El hizo una mueca mientras fruncia el ceño y se mostraba avergonzado.
— No te preocupes. — Le respondí sonriendo. — Entiendo que a veces tenemos inseguridades y de verdad lamento haberte incomodado, se que debí notarlo antes.
— No es tu culpa. — Se apresuró a decir YoonGi, le vi un poco alarmado. — En verdad, no hiciste nada más que ser agradable y cumplir con tu labor de voluntario.
Guarde silencio sin saber qué responder pero YoonGi continuó.
— No dejes el taller. — Me dijo y yo me quedé estático. — Por favor.
Y me sentí tontamente alegre por esa pequeña oración porque realmente dejar el voluntariado no era algo que quisiese, menos después de los amigos que había hecho en aquellos pocos días. Asentí en silencio hasta que me di cuenta de mi estupidez.
— ¿Podré platicar contigo durante las clases?
— Por supuesto. — Sonrió moviendo la cabeza de arriba abajo con lentitud. — Es agradable hablar contigo.
— Lo sé, soy una persona muy amistosa. — Dije canturreando y recuperando los ánimos al hablar, eso le saco una suave risa ronca.
— Solo promete algo.
— Claro, dime.
— Promete que siempre que haga algo sin sentido o poco artístico o algo que se vea horrendo me lo dirás sin contemplaciones.
Entonces fuí yo quien junto el entrecejo por escuchar una petición así.
— ¿Sabes que el arte es subjetivo no? Qué algo no me parezca bonito o agradable a la vista no quiere decir que no tenga valor artístico o que no sea hermoso para alguien más.
— Lo sé. Solo... — Suspiró. — Estoy siendo muy tonto, olvidalo, no hay condiciones.
— Bien pero igual si algo no me gusta te lo diré sólo si no pierdes de vista... — Me detuve en seco y YoonGi se rió, me golpeé mentalmente. — Solo si no olvidas que mi opinión no es absoluta ¿De acuerdo?
— De acuerdo, HoSeok.
Sonreí antes de mojarme los labios y entonces mi lado bromista apareció.
— Eso sí, por favor no me digas que el rojo es feo o algo así.
— Oh no, por supuesto que no. — Dijo riendo. — No podría, no soy como Jin Hyung. Yo aprecio todos los colores.
Entonces un murmullo fuera de la puerta se escuchó y YoonGi rió otro poco más, empezando a caminar directo hacia mí. De nuevo me sorprendí de lo rápido que podía moverse aún cuando mantuviera una de sus manos sobre cualquier cosa que pudiera guiarle.
— Parece que dos personitas... — Empezó a decir al tomar el pomo de la puerta sólo para abrir en un dramático movimiento y sorprender a TaeHyung y SeokJin. — Nos han estado espiando.
Los chicos se fueron de culo al suelo al perder el equilibrio, SeokJin se levantó rápidamente apartando la vista y señalando a TaeHyung acusatoriamente.
— Ha sido idea suya.
— Traidor. — Respondió el castaño. — Tu también querías escuchar.
YoonGi negó desaprobatoriamente aunque al igual que yo no podía ocultar su diversión. Ya ninguno de nosotros dijo nada, sobre entendiendo que las cosas estaban resueltas. TaeHyung acompañó a YoonGi y SeokJin por sus cosas. Ya no había nadie excepto un par de los voluntarios y también JungKook quien seguía allí subiendo las sillas a las mesas. Nos sonrió al vernos entrar, posiblemente el pudo darse cuenta de nuestra cambio de humor. Finalmente ese día pude decirle "adiós" a YoonGi con completa confianza y fue reconfortante cuando el me devolvió la despedida mientras me sonreía y decía mi nombre.
🌼🌻 Creo que esta vez no he tardado tanto en actualizar ¿O si? Jeje. ¿Ustedes que opinan?
Aquí en México ya estamos en cuarentena así que espero actualizar dos o tres capítulos en este mes. ESPERO. U_U
Si están aburridos les recomiendo mis otras historias, también las estaré actualizando en este periodo. 💙
Bueno eso es todo, por favor cuídense mucho, beban mucha agua, duerman bien, mantenganse resguardados en casita y coman muchas proteínas (recomendación de una biotecnologa). Los amo, fuerza y muchos animos. 🌻🌼
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