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T6E07: Khanna explota


Kalea estuvo insistiéndole a sus amigos que dejaran que Nessa entrara nuevamente al Paraselene, aunque a la mayoría no le parecía tan buena idea: Kai fingió no haber escuchado la propuesta, Mei negó con la cabeza, Toph dijo que preferiría no hacerlo... únicamente Khanna mostró algo de apertura al respecto.

Honestamente, solo estaban Khanna, Kalea y ella en este primer acercamiento. La otra mitad del grupo estaba muy ocupada por ahí, fingiendo que tenían cosas que hacer. Kai salió por ahí a hacerse cargo de un patrullaje con chicos del Apex Lupus, Mei dijo algo sobre ordenar el departamento y Toph simplemente decidió irse a dormir temprano ese día (apenas era pasado el mediodía).

Nessa entró al refugio una vez más después de algún tiempo. Acarició el forro de su sillón favorito y se asomó por la ventana que daba al exterior de la biblioteca.

— Gracias, chicas.

— No hay de qué - Respondió secamente Khanna, sin saber bien qué debería decir a continuación.

— Chicas... ¿por qué tanto compromiso con Alba Dorada? - Soltó repentinamente Nessa, dándole igual su situación dentro del Paraselene tan pronto como la trajeron de vuelta.

— Tengo familia aquí - Dijo Khanna - Y yo vivo aquí también. No quiero que un criminal nos corte el cuello mientras dormimos.

— ¿Cómo sabemos que a todos estos criminales no los trajo Kai en primer lugar? Fue después de su llegada que malasangres y otros... sicarios, empezaron a pasearse por las calles.

— Tú misma has verificado los registros, Vanessa - Refutó Khanna - Kalea y tú estuvieron con la cara enterrada ahí por meses, ¿no?

— Vale, es verdad. ¿Qué dices que casi no haya agentes del Alba varones? La estadística oficial dice que el balance ronda el 60/40, y a veces, la diferencia sobrepasa la quinta parte.

— Quizá porque las mujeres tenemos más huevos - Sugirió Kalea.

— O porque los agentes hombres suelen ser torpes y mueren antes - Aportó Khanna.

— O ni siquiera pasan los filtros básicos.

— Puede ser.

Nessa suspiró.

— ¿Y qué con Kai y la guerra que trajo a nuestras puertas? ¿Se les olvida que cuando ocurrió la invasión, vinieron tres locas a intentar torcerle el pescuezo personalmente? No sabemos exactamente qué hizo en su pasado para inspirar tanto odio en tanta gente distinta. ¿En serio no piensan ni por un segundo que tanta gente podría tener, de hecho, un motivo justificado?

Kalea y Khanna se vieron fijamente, la una a la otra. Al menos, Nessa no estaba perdiendo los estribos como de costumbre: realmente quería dialogar.

— Supongo que elegimos confiar - Reconoció Khanna - Porque Kai nunca nos ha tratado mal.

— A nosotras. Del resto, no...

— Sí sabemos. Hay grabaciones, data de Kai antes de venir a Xalapa. Vanessa, ¿por qué es tan difícil confiar en él?

— Porque desde que llegó, solamente se ha dedicado a arruinarnos la vida - Espetó ella - Cada semestre, en algún momento, llegaba un psicópata a querer matar gente del campus solo porque Kai estaba ahí. Tal vez sea buena persona, pero no lo quiero cerca de mí, ¿lo entienden? El Cazador, Caleidoscopio, la Nightstalker, esas chicas del Triskelion, Arze, la invasión... ¿me van a decir que no están cansadas de pelear contra los enemigos de otras personas? ¡Nos la vivimos peleando contra la gente que Kai ha ofendido!

— Criminales.

— ¿Y él no?

— Será mejor que te vayas - Dijo Khanna, sabiendo que ya habían llegado al límite. No quería cometer ninguna estupidez. No quería...

— La primera en aceptarme, la primera en echarme - Le echó en cara Nessa - Pensé que eras diferente y no le lamerías a Kai...

El sonido de la mano abierta de Khanna estampándose contra su mejilla la hizo callar. Kalea enmudeció, pero por una vez, no se puso de parte de Nessa.

— Largo.

— ¡Manos en alto, desgraciado! - Vociferó Franco, del Apex Lupus, mientras le apuntaba con el taser al pandillero.

— ¡Apégate al maldito protocolo! - Chilló Kai - ¿Es mucho pedir?

— Esquivo, esquivo, leo tus derechos, no tienes - Se burlaba Franco mientras otro pandillero le aventaba utensilios de cocina desde varios metros de distancia.

Kai disparó un dardo desde su muñequera, pero el arrojador de vajillas se cubrió con una cacerola y desvió el dardo.

A su lado, Amelia, la otra agente responsable de aquél pelotón, disparó un cable que se enredó en las piernas del pandillero arrojador de vajillas, haciéndolo tropezar. Ya en el suelo, Kai volvió a dispararle con otro dardo. Amelia soltó esa porción del cable.

— ¿Cómo van las cosas allá afuera? - Preguntó Amelia por auricular a sus compañeros.

— Ya casi... los tenemos bajo control, jefa - Le aseguró Nara, a un par de calles de distancia - Pero están oponiendo mucha resistencia.

— ¡Pues duérmanlos! - Ordenó ella.

Kai disparó otro dardo al pandillero que Franco intentó detener hacía un momento. Al suelo.

— Ya acabamos aquí - Dijo él, suspirando.

Se quedaría a supervisar que los Apex Lupus los maniataran correctamente y un par de vehículos blindados los llevarían directamente a la Prisión Vertical.

Casi un cuarto de hora después, Kai se retiraba junto a Amelia: él, para ir a casa. Ella para llegar a tiempo a su clase de defensa personal. Cuando Kai se estacionó en una esquina del campus, pudo notar que había un corillo de personas afuera de la entrada, entre ellas Khanna.

— Creo que me bajaré contigo - Comentó Kai, cerrando la puerta del carro tras de sí.

— Bueno, yo no creo que de verdad ese Rivera se haya jugado el pellejo en la invasión - Acusó un chico de entre la multitud - Nadie lo vio pelear en ningún frente en Xalapa.

— ¡Le cayó el edificio de gobierno encima, idiota! - Le alzó la voz Khanna - ¿Dónde estabas tú? ¿Acosando a las chicas de nuevo ingreso?

— ¡No te atrevas a hablarme de ese modo, Julia. Recuerda que...

— ¿Me vas a chantajear? No soy ninguna niña ni tengo diecisiete, Rodrigo. No tienes derecho a decir nada cuando te la pasaste encerrado en casita durante toda la invasión, pidiendo comida a domicilio como si no estuviéramos en ZONA DE GUERRA.

Kai pudo ver al chico contra el que discutía Khanna: era un candidato recurrente y consejero reelecto cinco veces de la facultad de idiomas. Era conocido por ser de los alumnos con más años acumulados estudiando ininterrumpidamente, y por otras cosas. Había como él uno que otro fósil regado por distintos campus de la universidad. Un agitador.

— Yo... - Balbuceó Rodrigo antes de que Kai interviniera.

— Retírate. Espero que la próxima vez, me digas todo lo que piensas en la cara. Directamente. ¿O no hay huevos?

El corillo de estudiantes que los rodeaban emitió un sonoro: "UUHHH" y Rodrigo se ruborizó.

— Khanna, vámonos.

Ella ni siquiera se quejó, acompañándolo al auto. Una vez cerraron las puertas, pero antes de arrancar, Kai preguntó:

— ¿Estás bien?

Ella exhaló profundamente.

— Siempre me pongo mal en estas fechas, cerca de mi cumpleaños.

Kai no iba a ahondar en detalles si ella no estaba muy dispuesta a contarle: se enteraría en su momento, si ella quería.

— ¿Es algo de tu familia?

Khanna asintió.

— Solo porque no tengo un techo a dónde caer...

— No tenías - La corrigió Kai - ¿Hay alguien en tu casa ahora? Haz maletas. Al lado del cuarto de Mei hay un dormitorio vacío.

— No lo dices en serio, ¿verdad? Al menos déjame cooperar con los gastos.

— Que la alacena no quede vacía - Se limitó a decirle él.

— Hecho.

— Hecho.

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