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|Capítulo 6|



Despues del partido Steven se reunió con sus amigos en las afueras de los camerinos, recibiendo un gran abrazo por parte de Adam e Ivanov al momento de verlo. Los tres caminaron rumbo a uno de los pub mas concurridos de la ciudad de Oxford. En el camino se encontraron con varios conocidos de la Universidad, los cuales felicitaban a Steven por el partido. Caminaron y hablaron durante todo el trayecto, en donde solo eran dos cuadras de distancias. Al llegar varios de sus compañeros de clases y conocidos se encontraban ahí, junto con algunos integrantes del equipo de rugby.

—¡Capitán, por fin llega!—exclamó Wellington con una botella de cerveza en la mano—¡Ahora podremos brindar!

Young se acercó a Steven y le tendió una cerveza, quién se la acepto y agradeció con una sonrisa.

—¡Por el mejor equipo de rugby del Balliol college!—exclamó Young alzando su botella—¡Cheers!

—¡Cheers!—exclamaron todos los presentes para luego seguir conversando entre ellos.

—Sabía que ganarían—dijo Markus acercándose hasta donde se encontraba Steven—linda Rose, gané la apuesta—agregó observando a la castaña quién se ruborizó ligeramente.

—¡Tranquilo Phelps!, solo somos amigos...

—Por ahora—agregó él guiñándole un ojo

—¿En serio?, ¿todos apostaron?—inquirió incrédulo Steven observando a Markus quién no comprendía lo que quería decir.

—Ya te lo dije, Mcfadden.—respondió Adam, bebiendo otro sorbo a su cerveza —lo típico en un juego es apostar.

—Hablando de apostar—habló Ivanov quien mantenía su mirada en un chico que acababa de entrar al bar—Luke nos debe pagar, Byrne.

—Cierto—asintió fijando su mirada en la misma persona—¡Hey Luke!—exclamó Adam caminando hacia el chico seguido de Ivanov, dejando a Steven junto a Markus y Rose.

—Y...mejor ni siquiera pregunt que tipo de apuesta hicieron—dijo Steven arrugando el ceño para luego beber de su cerveza.

—Bien pensado Mcfadden—respondió Markus, a la vez que Rose solo reía.
Steven solo arrugo el ceño y bebió otro sorbo mucho mas prolongado que los anteriores. Se giró hacia la barra y pidió otra, la cual fue entregada de forma inmediata por el barman.

—Siento la demora chicos.

Steven al oir aquella voz se giró de forma rápida y vió aquellos ojos azules que lo observaban con una pequeña sonrisa. Su mirada era tan tierna que podría tranquilizar el torbellino azul de Steven con tan solo observarlos de forma prolongada perdiéndose en ellos.

—Felicidades, Mcfadden—sonrió Samantha—el partido estuvo increíble.

—¿Fuiste a ver el partido?—inquirió extrañado. Había pensado que habría ido a verlo jugar exclusivamente a él.

—Si, fue con nosotros—respondió Phelps sonriéndole. A esas alturas Markus ya se había percatado que Steven había observado a Samantha de una forma distinta.—Bueno, iré a conversar con los demás. Vamos Rosie—agregó abrazándola a la castaña de la cintura dejando a solas a Samantha y Steven.

—Creí que me habías visto en las gradas—agregó con un dejo de decepción.

—Humm.. no, no te ví—mintió a la vez que se giraba a la barra y tomaba de su cerveza.—habían muchas personas—respondió, para luego pedir otra cerveza y entregársela a Samantha.—¿Te gusta la cerveza, cierto?

—Si..—dijo ella soltando un suspiro— Es mi favorita, gracias.—sonrió y bebió un sorbo—juegas bien.

—Lo sé—sonrió de forma altanera a la vez que ella lo observaba sorprendida por aquella actitud—me lo han dicho bastante.

—Tanto así, que tu ego se inflo tan rápido como un globo—respondió ella con una ceja alzada.

—Siempre he tenido mi ego alto—respondió él con el mismo gesto de ella.

El silencio se mantuvo entre ellos, ninguno de los dos quería decir palabra alguna, sobre todo Steven quién comenzaba a sentirse incomodo por la respuesta que le había dado a la pelinegra. Mcfadden suspiro y bebió otro sorbo de su cerveza esperando así, que la incomodidad se esfumara.

—¿Juegas billar?—preguntó ella observándolo a los ojos con sus cejas alzadas.

—Mas o menos. No me gusta mucho en verdad—corroboró Steven con una mueca.

—¿No te gusta o no juegas bien?—preguntó en tono de estarlo retando a un partido improvisado de billar.
Steven la observó de forma sería. Nadie ponía en duda sus capacidades, menos una novata como ella. Mcfadden apretó la mandíbula y mantuvo su mirada fria en ella, pero Smith ni siquiera se inmutó y mantuvo una pequeña sonrisa desafiante.

—Te arrepentirás el haberme desafiado, Smith—dijo el rubio caminando hacia una mesa de billar que estaba desocupada.

—No lo creo—respondió ella entregándole uno de los tacos.—¿Quién comienza?

—Por favor...—respondió él haciendo un ademán para que comenzara.

Smith comenzó con el primer golpe, con el cual por poco le da a una de las bolas. Steven solo sonrió y rodeo la mesa hasta el otro lado de donde el se encontraba. Se posiciono para golpear una de las bolas, y sonrió para luego dar el golpe, logrando que la bola que casi le da Smith, el lograra dar con uno de los agujeros que se encontraban en los extremos de la mesa.

—¿Dónde aprendiste a jugar?—pregunto él a la vez que observaba como Samantha se posicionaba para dar un buen golpe.

—¡Si!—exclamó ella sonriendo en dirección a Steven, quién solo la observaba con sus cejas alzadas—mi padre me enseño—respondió sin dejar de observarlo.

—Ya veo—murmuro observando la mesa de billar para luego volver a golpear una de las bolas—¡Soy el mejor!—agregó con suficiencia observando a Samantha.

—Eso creo...—dijo ella observando de distintos ángulos alguna posible jugada, pero eran muy difícil—Me rindo.

—¿Te parece si vamos a comer?, muero de hambre.—dijo Steven dejando los dos tacos en sus lugares.

—Si, claro—asintió ella con una sonrisa, dirigiéndose a la barra para pagar su cerveza.

—Yo invito la cerveza, Smith—dijo el impidiéndole que pagara—además, te la entregue sin haberte preguntado antes.

—Esta bien, gracias—asintió—¿Conoces algún lugar para comer?

—Por favor, llevo un año viviendo aquí. Conozco esta ciudad como la palma de mi mano. —dijo el pagando las dos cervezas y tomando su pequeño bolso, para salir junto a Samantha.

Salieron del bar y comenzaron a caminar por la ciudad universitaria. Desde que había llegado a Oxford, los primeros días Steven se dedico a recorrer la ciudad en compañía de Adam y semanas después se les unió William. Desde ese día, ninguno de los tres se separó.

Steven observaba por el rabillo del ojo a Samantha, la chica observaba todo a su alrededor como si fuera una niña pequeña en un parque de diversiones. Aquello le causó ¿Ternura? A Steven. Sintió como algo extraño sucedida en su pecho, una sensación que nunca antes había experimentado.
Siguieron caminando en completo silencio, hasta que llegaron a un pequeño local de comida rápida. Steven observo a Samantha y le sonrió.

—Aquí venden los mejores sandwich que probaras en tu vida.

—Ya lo creo—respondió ella observándolo con una pequeña sonrisa ante lo cual el solo arrugó el ceño.

(...)

El transcurso de la tarde paso de forma rápida, ya casi eran las ocho y treinta de la noche cuando decidieron caminar un rato por los alrededores. Steven comenzó a nombrarles los lugares mas concurridos por los universitarios y también los mas divertidos; además de mostrarle la biblioteca de la ciudad y el campanario de la iglesia; la *Christ Church, lo cual era importante.

—¿Por qué es importante?—preguntó ella interesada caminando a un lado de Steven.

—Porqué es quién nos indica la hora del toque de queda para nosotros—Samantha lo observó confundida— la Universidad toca aquella campana a las nueve en punto. Son ciento un campanadas. Si llegamos después de la última campanada, tendríamos que buscar un lugar para dormir en la calle.

—¿Es en serio?—inquirió asombrada ella, para luego posar su mirada en una florería.

—Si, sino pregúntale a Ivanov—rió al recordar aquello, para luego observar en dirección en donde Samantha observaba—¿Necesitas comprar algo?

—No.., bueno, recordé que el lunes tengo mi primer examen y debo llevar una clavel blanco.

—Oh, el famoso clavel—rió él—No te preocupes, no es necesario llevarlo.

—¿Ha no?—Steven negó a la vez que reanudaban su camino.

—No—dijo para luego volver su mirada a aquella florería y arrugar ligeramente el ceño.

Samantha comenzó hablar de algo que Steven no estaba prestando atención, la mente del rubio se encontraba aún en aquella florería. Si, Mcfadden tenía una idea clara en mente pero ¿Qué pensarían los demás si lo vieran comprando una flor?, bueno podría decir que es para él, pero de seguro no le creerían ¿Mcfadden comprando una flor para el examen?, siempre eran sus conquistas quienes le regalaban aquello. Pero si analizaba esa idea, no era del todo descabellada.

Observó por un momento a Samantha quién seguía hablando muy animadamente y pensó en que si le hiciera aquello, podría tener un acercamiento mucho mas productivo con ella. Steven siguió caminando en compañía de Samantha, hasta que unas campanadas hicieron que el rubio se pusiera en alerta.

—Silencio—dijo el deteniéndose de forma abrupta—¡Mierda, corre Smith!—exclamó a la vez que comenzaba a correr seguido de Samantha.

—¿Esas son las campanadas?—inquirió ella con su respiración entre cortada.

—¡Si, pero apresúrate!—respondió él observando hacia atrás— ¡No pretendo dormir en la calle como Ivanov!—exclamó

—Lo siento—respondió ella tratando de correr a la par de Steven pero le era imposible.

Steven al percatarse que al ritmo de Samantha, no llegarían a tiempo, la tomo de la mano y corrió junto a ella. Aun le faltaban tres cuadras para llegar al college. A pesar de que Steven se sentía algo incomodo tomando de la mano a Samantha, no la soltó y siguió corriendo a toda velocidad que sus piernas le permitían.

Al llegar al college, entraron raudos en el preciso momento en que las puertas se cerraban. Los dos se observaron con sus respiraciones agitadas, ella con una sonrisa y él la observaba confundido.

Steven bajo su mirada y pudo darse cuenta que seguía tomando la mano de ella, la solto de forma rápida y desvió su mirada, aún confundido con todas las sensaciones que comenzaban a surgir en él.

—Bueno... Gracias por...

—El recorrido por la ciudad—interrumpió él con semblante serio.

—Si, a pesar de todo, fue una linda tarde.—asintió ella avergonzada—debo irme—respondió moviendo sus manos, indicando el camino—debo terminar de estudiar.

—Claro—asintió él a la vez que observaba como ella se despedía de él moviendo su mano.

Poco a poco Steven comenzaba a experimentar sensaciones que nunca antes había sentido y por ello se sentía débil y estúpido. Mas aún cuando aquello lo estaba provocando una novata. Pero ¿y si ella fuera una de las piezas que le faltaba para sentirse completo?.

Por favor. Alguien como yo no necesita un complemento para seguir siendo el mejor.








Nota:
Crhist Church: Su torre es uno de los símbolos más importantes de Oxford ya que tiene una campana de 7 toneladas que toca 101 campanadas todos los días a las 21:05h.
Los alumnos saben que a las 21 hrs tocan las camapanadas y corren a sus respectivos college, ya que a las 21:05, las puertas se cierran.

(Fuente: https://blubale.com/blog/universidad-oxford-colleges/ )

Clavel blanco: El clavel es usado en la solapa de la vestimenta. El color del clavel es muy importante porque determina en qué momento de su carrera se encuentra cada alumno: blanco (principio de carrera o exámenes), rosa (en el medio) o rojo (final).

(Fuente: https://blubale.com/blog/universidad-oxford-colleges/)

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