Para: Jimin
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Me frustra saber que estoy leyendo esto jodidamente tarde. Yo también he comenzado a odiar mi yo del pasado, ese que estaba envuelto en cables y tratamientos con protones.

Sin embargo, sé que ese "yo", te hubiese dejado caer de sus brazos por lo débiles que eran. Hubiese tintado tus labios de sangre e interrumpido tus caricias con un desmayo.

Has aguantado tanto, que estoy orgulloso. Aún cuando me duele leer que te has quebrado por mi. Jimin, debes seguir adelante.

No quiero seguir leyendo si me recriminaras por dejarte, mucho menos que me acreditas tu inestabilidad. Dios, solo quiero que entiendas que no necesitas a nadie para ser feliz, y eso me incluye.

En esos tiempos, cuando pedí darme de baja en mi último semestre, la secretaria me pidió firmar unos papales y vaciar mi casillero.

Fue grata mi sorpresa al ver 9 cartas de distintos colores, esparcidas por todo el espacio. No creí que me escribieras.

Yo protegí celosamente las primeras y las conserve para el momento en que estuviera listo para responder. Pero no pude evitar sentirme curioso por tus palabras, por lo que abrí una y lloré con mi alma.

Me recordó a nosotros, en un momento en el que por fin estaba haciendo algo positivo para que te abrieras conmigo y luego todo se derrumbó.

Elizabeth, ese nombre me quiebra aún después de tanto tiempo. No puedo creer que te pensaste que te cambiaría por ella.

Ella era una mala persona Jimin, pero no tuve tiempo de explicarte.