Despertar, el Baile de Navidad
-Cómo van las cosas? ¿Has sabido algo del torneo?
-Po... Potter logró pasar la primera prueba sin problemas.
-Bien, tenemos que asegurarnos de que Potter gane el torneo a cualquier costo
-Señor, recuerdo que también dijo que quería... capturar a esa niña, pero... ella no es parte del torneo ni nada por el estilo
-De eso no hay problema. Estoy seguro que mi sirviente hará lo que sea necesario para que los dos sean llevados ante mí
-Mi Señor, si no es mucho mi atrevimiento, ¿Por qué esta tan interesado en esa mocosa?
-Porque desde la primera vez que la vi, hubo algo que me llamo la atención. No me fije bien porque solo era una mocosa de once años. Pero ahora que puedo sentir su magia, sé que hay algo que me inquieta y quiero saber de que se trata.
Hubo un incomodo silencio, no se escuchaba nada.
-¡Asegúrate de que el plan siga a la perfección!
-Si... como diga... Mi Señor...
«¿Qué sucede? ¿Por qué vi eso? ¿Por qué Voldemort quiere atrapar a Harry? Pero lo más importante ¿Quién es la chica a la cual quiere Voldemort? ¿A caso se referirá a mí? Pero... ¿yo que tengo que ver con él?»
-Alex, pequeña, por favor despierta
«¿Qué?»
-Por favor, despierta... te necesito...
«¿Quién es? Su voz me parece familiar»
Alex sentía que la cabeza le daba vueltas y también que la sentía algo pesada. Abrió los ojos, pero como no tenía sus lentes no podía distinguir donde estaba y menos que ya estaba oscuro; se incorporó un poco en la cama pero no pudo mover una mano. Volteó y se dio cuenta de que había alguien ahí pero no lo distinguía porque esa persona estaba vestida toda de negro... un momento ¿vestido totalmente de negro? Imposible; con su mano libre tomó sus lentes y se los puso, al mirar sintió un vuelco al corazón al ver quien estaba a su lado; Severus Snape estaba dormido en la orilla de su cama y le sujetaba la mano firmemente.
Trató de moverse un poco para soltar su mano, pero el profesor soltó un gruñido en sueños y le tomó con más fuerza. Alex se quedo quieta, el hombre se removió un poco y hablo en sueños.
-Alex... perdóname...
La chica sintió que se sonrojaba violentamente, desvió la mirada y se dio cuenta que estaba en la enfermería. Lo último que recordaba es que anduvo deambulando por los jardines del castillo bajo la lluvia, alguien debió de haberla encontrado y la trajo de regreso. Ahora no le interesaba quién, solo que se sentía confundida; por lo que acaba de ver y escuchado en sueños y ver que Severus estaba junto a ella. Miró fijamente a su profesor durmiendo plácidamente y no pudo evitar apretar su mano.
-Severus ¿Por qué? ¿Por qué de repente te portas de esta manera conmigo? Tu me llamaste Sangre Sucia y ahora me estas cuidando ¿Qué es lo que quieres? ¿Qué es... lo que en realidad sientes por mí?
Un torbellino de sentimientos y pensamientos se arremolinaban en su cabeza, el profesor hacía que estuviera confundida y más porque —en opinión de cualquiera— aun era muy pequeña para estar involucrada en este tipo de cosas; pero ella quería saber que era lo que pasaba en realidad. Que era lo que el oscuro profesor quería de ella y el porqué.
Sin soltarse de Severus —y aunque quisiera no podía porque el hombre la tenía fuertemente sujetada de la mano— se volvió a recostar y lo miró una vez más.
-Quisiera que dejaras de usar esa mascara de frialdad, para que de esa manera pueda saber cuales son tus sentimientos y poder entenderte mejor. -Con su pulgar, acarició un poco la mano de Severus-. Descansa Severus... te amo -y se durmió.
Alex despertó un poco más tarde, el sol estaba en lo más alto y supuso que debía de ser mediodía. Se levantó sobresaltada y al mirar junto a su cama comprobó que el profesor Snape ya no estaba. Se sintió triste por no verlo ahí, quería hablar con él y dejar en claro algunos asuntos pendientes.
-Gracias al cielo, ya despertaste
-Madame Pomfrey
La enfermera se acercó a ella con una bandeja con comida, la cual puso en el regazo de la chica.
-Gracias -tomó su tenedor y se llevó un bocado de su desayuno a la boca-. ¿Cuánto tiempo llevo aquí?
-No me lo vas a creer... pero llevas aquí una semana
La chica se atraganto con el jugo de calabazas que estaba bebiendo y Madame Pomfrey le dio unos golpes en la espalda para que se recuperara.
-¿¡Una semana!?
-Sí. Ya lo pensaras dos veces antes de ponerte a vagar por los jardines del castillo bajo la lluvia
-Eh... perdón
-Ya no importa. Lo principal es que ya estas mejor, tus amigos y tu novio estuvieron viendo a verte
-¿Mi novio?
-Claro, ese chico de Durmstrang. Desde que llegaste no ha parado de venir a verte, aunque me parece extraño que no fuera él ni tus amigos quienes dejaban diario esas flores
-¿Flores?
-Si. Esas
Alex volteó y comprobó que había un pequeño florero con unos lirios blancos y rosas rojas.
-Aunque tampoco entiendo porque el profesor Snape quiso hacer las guardias nocturnas en la enfermería
-¿Qué?
-Claro, después de que le pedí de favor que me proporcionara más pociones él solo se ofreció a vigilar la enfermería. Y eso es muy extraño viniendo de él.
Alex se sorprendió bastante ante el cometario. Snape... había aceptado vigilar la enfermería solo para estar con ella... era imposible, pero la chica deseaba que fuera verdad.
La puerta de la enfermería se abrió y por ella entraron sus amigos. Hermione, Xóchitl y los chicos se alegraron mucho al verla sana y salva; al principio la riñeron por el susto que les metió pero al final se alegraron de ver que ya estaba mejor. En el transcurso del día sus amigos venían a verla, pero ya casi en la noche Curio llegó a verla.
-Hola Curio
-Hola Alex ¿Cómo te encuentras?
-Ya mejor, Madame Pomfrey me dijo que mañana me daba de alta.
-Me alegro mucho, me tenías muy preocupado
-Lo sé. Y de verdad lo siento
-Tranquila, no es nada
Siguieron hablando hasta que se hizo tarde y Madame Pomfrey echó a Curio de la enfermería.
-Bueno, nos vemos después
-Sí, hasta mañana
Sin que Alex se lo esperara Curio le dio un fugaz beso en los labios. Alex se puso toda roja porque Curio le había robado su primer beso.
-Que descanses, mi princesa -y salió de la enfermería, siendo seguido por un par de ojos negros como la noche que lanzaban chispas de odio.
Severus tuvo el impulso de seguirlo y golpearlo por atreverse a besar a su pequeña. Entró bruscamente a la enfermería y se encaró a la chica.
-¿Cómo te atreves?
-Uh... Buenas noches
-¿Cómo te atreves a dejar que un patán como ese te bese?
-No me di cuenta cuando lo hizo, solo sentí de repente sus labios sobre... un momento ¿Por qué se enfada conmigo por eso? ¿A usted que le perjudica?
Severus desvió un poco la mirada pero después volvió a mirar a Alex a los ojos.
-¡Eso no le incumbe!
-¿Vamos a volver a tener la misma discusión? Recuerde lo que pasó la última vez
Severus sintió que eso fue un golpe bajo pero tenía que reconocer que eso lo haría entrar en razón. No quería volver a cometer el mismo error por dejarse llevar por los celos; se prometió a sí mismo que esta vez lucharía por la mujer que amaba aun cuando su rival fuera un chiquillo de Durmstrang.
Se enderezó y se acercó a la ventana mirando a la nada.
-¿Cómo se siente?
-Ya mejor. Mañana me dan de alta
-Me alegra
Hubo un momento de incomodo silencio. Ninguno de los dos se miraba pero tampoco podían evitar mirar al otro de reojo. Por hacer algo, Alex tomó un lirio y una rosa y jugó un poco con ellas entre sus manos. Severus se sorprendió de que la chica supiera que estaban las flores ahí.
-Por cierto, ¿Quién fue el que me encontró y me trajo de regreso al castillo?
-Fui yo
-Muchas gracias
-De nada
-También... ¿sabe quien me trajo estas flores? No creo que las trajera Curio y tampoco mis amigos
-Esas... yo las traje -confesó Severus, algo sonrojado y sin mirarla-. Quería que tuviera algo hermoso que ver en cuanto se despertara
-Muchas gracias por el detalle. No se hubiera molestado
-Al contrario, fue un placer
Otra vez hubo silencio, pero esta vez era más ligero.
-Profesor
-¿Sí?
-Si no es mucha molestia... quisiera saber...
-¿Qué es lo que siento por usted? Y la razón por la que me enojo al verla con ese patán -Alex se molestó por el último comentario, pero asintió con una débil cabeceada-. Bueno, lo que pasa es que yo... yo la...
-Severus, que bueno que llegaste. Necesito que me traigas algunas pociones por favor
Madame Pomfrey había salido, literal, de la nada; interrumpiendo la confesión del oscuro profesor.
-Sí... no hay problema
-Aquí esta la lista de las que necesito. Espero no causarte muchas molestias
-No, no es nada «¡A excepción de lo que acabas de hacer!»
Severus dio media vuelta, y con paso firme, salió de la enfermería dejando a Alex con una enorme duda. Yo la... ¿Qué? ¿Qué era lo que le iba a decir?
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Alex salió de la enfermería y siguió con las clases como si nada. Logró ponerse al corriente con todos sus deberes e incluso trataba de ayudar a Harry a descifrar el enigma del huevo.
-Creo que ya me puedo hacer una idea de cómo es el lamento de la Llorona -bromeó Xóchitl, después de que Harry cerrara el huevo rápidamente
-Esto es algo complicado ¿no tienes otra pista? -preguntó Alex
-No, esto es extraño
-Ni que lo digas
Siguieron tratando de descifrar el enigma, pero no tuvieron suerte. De pronto llegó Hermione y les mostró que había encontrado la entrada a la cocina y ahí encontró también a Dobby y a Winky. Dobby les contó como se conocieron y como llegaron al castillo; Dobby se veía muy feliz siendo un elfo libre, pero no se podía decir lo mismo de Winky, ella se veía totalmente devastada por eso. Salieron de ahí comentando algunas cosas que a Winky se le había escapado decirles (Bagman es un hombre malo) pero también sobre el asunto de los elfos y de la P.E.D.D.O.
Sí a Harry le pareció todo un reto enfrentarse al dragón, ahora el hecho del tradicional Baile de Navidad del torneo y de buscar pareja, prácticamente le parecía una Misión Imposible. Todos en el castillo se alborotaron por la idea; Harry y Ron tenían problemas para poder invitar alguna chica al baile, pero como todas siempre iban en grupos, se les hacía muy difícil hacerlo.
La Navidad cada vez estaba más cerca y con ella el baile. Harry y Ron estaban sumamente desesperados por encontrar pareja al igual que Neville y alguno que otro chico. Casi todas las chicas esperaban con ansias que algún chico guapo las invitara al baile; y se puede decir que casi todas, porque a Hermione y a Alex no les interesaba mucho el tema que digamos. Las dos estaban en la biblioteca haciendo deberes lo más lejos posible de los demás porque todos murmuraban sobre el baile y no la dejaban trabajar.
-No puedo creer que hagan tanto escándalo por un estúpido baile -dijo Hermione fastidiada del tema
-Tú también te pondrías así, si te interesara -comentó Alex
-Pues ya vez que no
-Pues tendremos que ver que hacemos ese día
-¿De que hablas?
-Que si un chico no nos invita, o vamos en grupo de amigos con alguien más o simplemente no vamos. Porque para ser honesta, no van a llegar de repente un par de chicos guapos a invitarnos.
De pronto de la nada apareció Curio acompañado del mismísimo Viktor Krum. Alex y Hermione se miraron entre sorprendidas y confundidas; el comentario que había dicho Alex solo lo dijo a modo de chiste, no literal.
-Hola Alex
-Ho... hola Curio
-Hola -saludó Krum de manera grave y profunda
-Hola -saludó Hermione
-Oigan chicas, queríamos preguntarles algo
-¿Qué se les ofrece, Curio?
-Nos prreguntabamos si querrian irr al baile con nosotros -dijo Krum
-¿Eh?
-Yo iría contigo Alex y Hermione podría ir con Krum.
-Entonces ¿Qué dicen?
Las chicas se miraron un momento algo dudosas, pero después se volvieron hacia los búlgaros.
-Claro, nos gustaría -contesto Alex
-Que bien. Bueno, nos vemos después -dijo Curio
-Nos vemos
-Nos vemos Alex. Nos vemos Ez-miope...
-Hermione
Viktor se sintió tonto, pero se alejo de las chicas, detrás de Curio. En cuanto los búlgaros se perdieron de vista, las chicas comenzaron a comentar lo que acababa de pasar.
-Eso fue extraño -comentó Alex
-¿Viste que iban a llegar o cómo hiciste eso? -preguntó Hermione, sin poder creérselo
-Yo no hice nada. Solo fue un comentario sarcástico.
-Bueno, como sea. Al menos ya tenernos pareja para el baile
-Eso que ni qué
Las dos rieron y siguieron con sus deberes. Harry y Ron seguían desesperados de encontrar pareja; Harry intento invitar a la chica de Ravenclaw, Cho Chang, pero ella ya tenía pareja y no sabía con quien ir. Incluso Ron intentó invitar al alguien, a quien intentó invitar fue a Fleur Delacour, pero le salió todo mal y salió huyendo del lugar, más pálido que un fantasma.
-Si que son hábiles los dos -comentó Alex-. En cuanto nos dijeron lo del baile, hubieran aprovechado para invitar a las chicas que querían invitar.
-No es necesario que nos los restriegues en la cara -dijo Harry
-¿Tú no te vas a quejar, Ron? ¿Ron?
El pelirrojo miraba a las chicas como si de repente las viera bajo una luz nueva.
-Oigan, Neville tiene razón: ustedes son chicas...
-¡Que observador! -dijo Hermione ácidamente
-¡Vaya! Gracias por el comentario -dijo Alex, sarcásticamente
-¡Bueno, entonces pueden ir con nosotros!
-No, lo siento —espetó Hermione.
-¡Oh, vamos! —Insistió Ron—. Necesitamos una pareja: vamos a hacer el ridículo si no llevamos a nadie. Todo el mundo tiene ya pareja...
-No podemos ir con ustedes —repuso Alex, ruborizándose—, porque ya tenemos pareja.
-¡Vamos, no te quedes con nosotros! —Dijo Ron—. ¡Le dijiste eso a Neville para librarte de él!
-¿Cuándo te preguntó Neville? -preguntó Alex confundida
- Eso no importa... ¿Ah, sí Ron? —replicó Hermione, y en sus ojos brilló una mirada peligrosa—. ¡Que tú hayas tardado tres años en notarlo, Ron, no quiere decir que nadie se haya dado cuenta de que somos chicas !
Ron la miró. Luego volvió a sonreír.
-Esta bien, esta bien, ya sabemos que son chicas. ¿Y ahora quieren venir?
-¡Terco! ¡Ya les hemos dicho! —exclamó Alex muy enfadada—. ¡Tenemos pareja!
Y salieron como un huracán hacia el dormitorio de las chicas.
-Hay tercos y Ron -comentó Alex, echándose a la cama
Xóchitl, quien estaba dormida en una cesta al lado de la cama de Alex, se despertó y comenzó a desperezarse.
-¿Y ahora que tanto pelean?
-Ron trató de convencernos de ir al baile con él y con Harry... pero le dijimos que no porque ya tenemos pareja las dos
-¿Qué? ¿A que hora paso eso?
-Hace unos momentos nos los pidieron Curio y Viktor Krum en la biblioteca
-¿¡QUÉEE!? ¿¡VIKTOR KRUM!?
-Si, Curio le pidió a Alex que la acompañara y Krum me lo pidió a mí -respondió Hermione, sentándose en la cama de Alex
-No inventen
-Me dieron ganas de golpear a Ron
-¿Por qué? -preguntó Hermione
-Por idiota. ¿Cómo es que hasta ahora cae en cuenta en que tú y yo somos chicas? Además de que nos vio como planes de reserva si él y Harry no conseguían pareja
-Que hábil es Ron -dijo Xóchitl
-Ya vez
-Tienes razón -dijo Hermione-. Además de que ya están lo suficientemente grandes para resolver sus problemas solos
-Gracias
Aun cuando comenzaron las vacaciones, el castillo estaba casi tan lleno como siempre. Ron no desaprovechaba ninguna oportunidad de volverle a preguntar a Hermione con quien iría al baile de Navidad, pero la chica siempre lo ignoraba.
El único que no le agradaba estas fechas era a Severus y más porque había escuchado cuando Curio le pidió a Alex que lo acompañara al baile de Navidad. Es verdad que se puso celoso pero también se lo esperaba, porque entre que no le había dicho nada sobre lo que sentía por ella, tampoco podía ir con ella porque sería muy extraño ver a un profesor con una alumna. Se resigno a que las cosas debían de ser así porque ella de seguro —y más porque, para él, debía de ser lo más lógico— ella no sentía nada por él, así que no le veía el caso de confesarle sus sentimientos; por lo que decidió alejarse de ella y seguirla tratando como una alumna, aunque le doliera en el alma esa cruda realidad.
Más de una vez en las vacaciones, antes del baile, siempre se la topaba. Él intentaba decirle algo, aunque fuera un simple "hola"; pero Alex fruncía el ceño y se alejaba de ahí; Severus entendía que la chica siguiera molesta por lo que le dijo, pero no quería que las cosas siguieran así, por lo que la mandó llamar, con la excusa de que tenía que hablar con ella respecto a su ultimo trabajo de pociones. No le interesaba si sonaba extraño el recado porque estaban en vacaciones, pero quería arreglar todo de una vez por todas.
-¿Me llamó, profesor? -preguntó Alex, asomándose un poco por la puerta cuando llegó al despacho a las ocho de la noche en punto
-Si, pasa
Alex entró luciendo el entrecejo un poco fruncido. No sabía porque ese día opto por ponerse una playera verde botella de manga larga y una falda de mezclilla azul claro que le llegaba a las rodillas y una flats negras ya que por lo general vestía jeans, sudaderas y tenis. Su cabello lo llevaba suelto pero adornado con un listón verde, igual que su playera cuando por lo general lo llevaba en una coleta de caballo baja.
Se sentó enfrente del escritorio del profesor y hubo un incomodo momento de silencio. Los dos se miraban a los ojos y ninguno hablaba hasta que Alex rompió el silencio.
-Señor, tengo el presentimiento de que no me mandó llamar para revisar mi último trabajo, honestamente ¿Para que me mando llamar?
Severus se sorprendió, no espera que la chica adivinara sus intenciones. Alex supuso que el profesor quería decirle algo respecto a ese día, no quería tocar ese tema, así que se levantó y se encaminó hacia la puerta. Severus se percató de lo que quiso hacer y se levantó rápidamente para evitar que se fuera.
Alex estiró el brazo para alcanzar la perilla pero una fuerte mano masculina aprisionó su muñeca suavemente y la hizo voltearse hasta que quedo frente a frente del profesor de pociones.
-¿Qué quiere?
-Solo quiero hablar contigo, eso es todo
-¿Hablar de que? ¿Ese día no termino de insultarme? ¿Le faltó decirme algún otro insulto o quiere improvisarlo?
-¡No es nada de eso! ¡Quiero disculparme!
-Si, claro. Como si de verdad lo sintiera
-¡Ya es suficiente! ¡Se que estas enojada y lo reconozco PERO POR FAVOR DEJAME EXPLICARTE!
Alex se soltó de golpe y trató de irse otra vez, pero Severus fue más rápido y la pegó contra la pared levantando los brazos a los lados de la cabeza de la chica para que no se moviera. Alex sintió que su corazón latía a mil por hora a causa de tener al hombre que amaba tan cerca de ella; Severus estaba haciendo uso de todo su autocontrol para no cometer una locura, pero le parecía imposible.
Estuvieron así por unos momentos hasta que Alex reaccionó y apartó a Severus de un empujón. El hombre la volvió a sujetar de la muñeca y a hizo volverse, pero de repente se abrió la puerta haciendo que le pegara a Severus por la espalda y chocara con Alex.
-¿Están seguros de que Alex vino a hablar con Snape? -se escucho una voz detrás de la puerta, era Harry
-Según nos dijo... si —dijo una segunda voz, era Ron
-Pero... aquí no hay nadie —dijo otra tercera, Hermione
-Seguramente ella ya va de regreso a la Sala Común y el murciélago a quien sabe donde -dijo Ron
-Oigan ¿no les pareció escuchar como que alguien se caía? -dijo Harry
-Si, yo también pienso lo mismo -dijo Hermione
-De seguro fue el murciélago. Vamos a ver -dijo Ron
El trío de oro salió corriendo de ahí sin darse cuenta de lo que había pasado en realidad. A la hora que Harry abrió la puerta de golpe, le dio a Severus en la espalda y chocó con Alex, dando como resultado que... ¡Severus cayera justamente encima de ella!
Los dos sentían que en cualquier momento se les iba a salir el corazón y los dos podían sentir la respiración del otro rozando sus labios. Lo peor de todo es que Alex puso las manos en el torso del profesor para que no le cayera encima, pero lo único que logró fue que la levita y la camisa del profesor se abrieran de golpe, arrancándole los botones. Severus puso las manos para no lastimar a Alex cuando le cayó encima; pero no contaba fue que —sin querer —con sus piernas le subiera la falda hasta un poco más arriba de los muslos.
Cualquiera que los viera en esa posición se escandalizaría enseguida porque la escena era demasiado prometedora; estuvieron mirándose a los ojos por unos momentos hasta que Severus reaccionó, y totalmente ruborizado, se levantó y fue hasta el otro lado del despacho, sentado y completamente rojo. Alex hizo lo mismo en el otro extremo pero con la diferencia de que con sus brazos trataba de cubrirse lo más que podía.
-Yo... perdón... no... fue mi intención
-No... no se preocupe. Se que... fue... un accidente
Los seguían sumamente rojos y no podían quitarle la mirada al otro.
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El día del baile de Navidad finalmente llegó. Todos estaban sumamente emocionados y nerviosos; las chicas alistaban los últimos detalles de sus atuendos al igual que los chicos (aunque ellos con menos delicadeza); aunque Ron tenía problemas con su atuendo, porque era una túnica de segunda mano realmente horrenda y trataba de mejorarla pero la dejo peor. Los que estaban más nerviosos eran los cuatro campeones, porque ellos abrirían en baile.
De milagro Harry y Ron encontraron pareja, eran las gemelas Patil aunque una de ellas estuviera en Ravenclaw. Ninguno de los dos supo quienes eran las parejas de las chicas, pero el suspenso acabaría esa noche.
Hermione y Alex terminaron de arreglarse y se sentían extrañas luciendo así ya que ninguna de las dos era como las otras chicas que siempre se preocupaban por su apariencia y querer impresionar a los chicos.
-Me siento muy extraña luciendo así -comentó Alex, mirándose en el espejo
-También yo -concordó Hermione
-Pero si las dos se ven hermosas -puntualizó Xóchitl, echada en la cama de Alex
-Por cierto Xóchitl ¿Qué vas hacer mientras estamos en el baile?
-Pues... hay le veo que puedo hacer
-No tienes remedio
-Alex, tenemos que irnos. Recuerda que las dos entraremos al baile con los de Durmstrang por... ya sabes... -Hermione se sonrojó un poco ante lo que trataba de decir
-Uuuhhh... -Alex comenzó a picarle una mejilla a Hermione por molestarla-. ¿Quién tiene una cita con un campeón?
-¡Ya basta! -Hermione le aparto la mano de un manotazo-. ¡No es divertido!
-Solo bromeo. Vámonos, que se nos va hacer tarde. Luego nos vemos Xóchitl, no te acuestes tarde, por favor
-Sí, patrona
Las chicas rieron y salieron del dormitorio, como habían quedado de verse con los chicos en el barco de Durmstrang una hora antes de que empezara el baile, se fueron a arreglar tres horas antes y como terminaron antes se fueron a reunir con ellos. Se alegraron de no toparse con nadie y mucho menos con los chicos porque las estarían molestando.
Llegaron a los jardines y las sorprendió una terrible corriente de aire, haciendo que se abrazaran a si mismas y temblaran.
-Mala idea no traer las capas -tiritó Alex, temblando de frío
-Ya lo note -dijo Hermione
Las dos ya iban a salir cuando vieron que Curio y Krum se les acercaron, al principio en cuanto las vieron se quedaron hipnotizados porque les parecía que se veían hermosas, pero cuando escucharon que estornudaron reaccionaron y les ofrecieron sus respectivas capas.
-Gracias
-¿Por qué no se trajeron las suyas? -preguntó Curio
-Pues...
-Ya olvídalo amigo -intervino Krum-. Ez-miope, te ves muy hermosa -tomó la mano de la chica y le plantó un dulce beso, provocando que la castaña se sonrojara
-Gracias, Viktor
Curio le tomó la mano a Alex entrelazando sus dedos con los de la chica; Alex se sonrojó enseguida y miró al chico, quien le sonreía dulcemente.
-Tu también te ves hermosa, Alejandra -y le dio un dulce beso en la mejilla
-Gra... gracias
Los chicos estuvieron platicando en el barco de Durmstrang (aunque a Karkarov no le hizo gracia ver a las chicas en su barco) hasta que el director les dijo que era hora de ir al castillo para el baile. Los cuatro se pusieron nerviosos pero siguieron a los demás alumnos búlgaros.
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Severus estaba en sus aposentos acostado bocarriba con las manos detrás de la cabeza y mirando al techo en un punto indefinido sumergido en sus pensamientos. Aun se sonrojaba al recordar lo que pasó en su despacho ese día, pero... por otra parte tampoco podía olvidar lo que sintió cuando la tuvo aprisionada entre su cuerpo y la pared. Aunque la tenía bajo su merced no pudo evitar sentir una excitación tan grande con el simple hecho de tenerla tan cerca, controló su impulso de quererla besar porque sabía que estaba mal y porque la asustaría si hacía eso porque no ha podido decirle lo que siente por ella y esperaba hacerlo hasta que se lo confesara.
No pudo evitar recordar que hoy era el baile de Navidad, le entristecía el simple hecho de pensar que Alex iría al baile con ese extranjero, ya que no podía ir con ella de ningún modo; aunque eso no impedía que podía ir a verla de lejos, le dolería verla con otro, pero era mejor así... para los dos.
Escuchó que alguien golpeaba a la puerta y supuso que debía de ser Dumbledore, frunció el entrecejo a modo de fastidio e ignoró los golpes pero seguían sonando. Empezó a fastidiarse pero no tenía ganas de hablar con él, le dio la espalda a la puerta acostándose de lado aún molesto.
-Severus -se escuchó la voz del viejo director-. Muchacho, se que estas ahí. Por favor ábreme, quiero hablar contigo
-Pues yo no, Albus
-Severus
El hombre soltó un bufido y a regañadientes se levantó y abrió la puerta.
-¿Ahora que quieres?
-Solo quiero asegurarme de que vayas al baile de Navidad
-Pierdes tu tiempo -le dio la espalda entrando a sus aposentos y deteniéndose en medio de la habitación-. No pienso ir, aunque me obligues
-Pues tienes que ir. Todos los docentes deben de ir
-Olvídalo
Dumbledore suspiro a manera de cansancio.
-Se que será muy doloroso para ti ver a un ser querido con otra persona -Severus se tenso un poco ante ese comentario ¿Cómo...?-. Pero si tú no haces algo, será demasiado tarde como la última vez.
Severus se sintió extraño a cada palabra que el viejo le decía. De verdad ¿Cómo es que ese viejo lograba enterarse de todo?
-Lo digo porque de verdad te aprecio muchacho, y por eso siempre quiero ver por tu felicidad.
-Albus...
-Solo piénsalo. Te veré en el Gran Comedor -y salió del lugar
El pocionista estaba tratando de procesar todo lo que el director le comento hace solo unos momentos. Odiaba admitirlo, pero debía de reconocer que el viejo tenía razón... como siempre. Comenzó a alistarse para ir al baile de Navidad; aunque no se notara una gran diferencia, quería lucir bien ante ella y solamente ante ella. Cuando estuvo listo, salió y se dirigió hacia el Gran Comedor. Al llegar se encontró enseguida con Dumbledore, quien lo recibió con una sonrisa sincera.
-Me alegra que decidieras venir, Severus. -se le acerco y le dijo en un susurro-. Espero que te ocurra un milagro. Porque como dicen "La Navidad es la época de los milagros"
-Tú si que realmente estas loco
-Solo un poco -le contestó con una sonrisa
Por fin el baile dio comienzo; Dumbledore dio un pequeño discurso cuando todos tomaron sus lugares en diferentes mesas y después cenaron. Todos estaban charlando mientras cenaban y todo el mundo se la estaba pasando muy bien. Cuando la cena terminó, todos se levantaron para que las mesas y sillas se apartaran y apareció la pista de baile. Los campeones abrieron del baile y poco a poco las parejas se les unieron. Severus buscaba con la mirada a Alex pero no la encontraba puesto que ella y su pareja estaban un poco lejos de los demás.
-¿Quieres bailar, Alex?
-Pues...
-¿Qué pasa?
-Esto es algo penoso, pero... no se bailar
-¿En serio?
-¡Que pena! ¡Perdón!
-Si que eres muy inocente. Ven, yo te enseño; y no tienes porque ponerte nerviosa, lo haremos lento y suave ¿si?
-Está bien
Si todos se sorprendieron de ver a Hermione con Viktor Krum cuando empezó el baile, ahora ver a Alex con un guapo alumno de Dumrstrang, estaba casi cerca. Severus al fin pudo verla cuando paso a la pista de baile con ese tonto y casi se le salía su expresión de asombro al verla. Llevaba un vestido azul marino largo hasta el suelo, con tirantes plateados; a pesar de tener el cabello corto, logro hacerse unas perfectas ondas y unos mechones lacios que enmarcaban su rostro y para que no se juntara con la parte ondulada traía una diadema plateada. Se dio cuenta de que no traía sus lentes, pero es que Alex les había hecho un encantamiento para que se hicieran invisibles, así podría aparentar que no los traía y poder seguir viendo sin problema.
Severus no podía quitarle la mirada de encima, le pareció muy tierno verla intentando bailar pero se molesto al ver que el chico se pegaba más de la cuenta hacia ella. Inconscientemente imagino por un momento que era él quien le estaba enseñando a bailar, hasta le parecía sentir el calor de su cuerpo.
Severus y Alex estaban solos en el Gran Comedor, el lugar estaba totalmente vacio pero se sentía una hermosa calidez en el ambiente. Estaban a mitad de salón bailando al son de la música, o bueno, más o menos.
Alex se veía algo nerviosa porque no quería pisar a Severus, pero se le torció el tobillo y casi se caía de no ser porque Severus la sujetó de la cintura a tiempo y la acercó a su cuerpo.
-¡Lo siento!
-Tranquila, si que eres algo distraída -Alex se mostró algo cabizbaja por el comentario, pero Severus la rodeó con sus brazos en un abrazo-. Pero aun así te quiero mucho
-Severus -la chica se apartó un poco para poder mirar al hombre a los ojos-. Yo también te quiero mucho
Severus le sonrió dulcemente, los dos comenzaron a acercarse y cuando ya estaban a milímetros de que sus labios se rozaran cerraron los ojos...
-Si sigues fantaseando de esa manera, van a pensar que estas loco
-¡Albus! ¡De verdad odio cuando te me apareces de la nada!
-Eso es algo que no puedo evitar
-Yo quisiera poder evitarte
-¿Qué dijiste?
-No, nada
Los vio seguir bailando hasta que vio que Alex se cansó y salieron de la pista. El chico se alejó a buscar algo de beber mientras que Alex se acercaba a sus amigos, pero por lo que vio al parecer Weasley y Granger discutían y Alex y Potter se sentían incómodos ante la situación porque ellos estaban justamente sentados entre ellos. Después vio como Granger se ponía de pie y se llevaba con ella a Alex; no sabía que pasó pero tampoco le interesaba.
De pronto sintió que alguien lo sujetaba del hombro, él y Dumbledore voltearon y se toparon con Karkarov. Se le veía una expresión sería y ambos docentes suponían de que se trataba.
-Disculpa Albus, necesito hablar con Severus por un momento
-Si, no hay problema
Los dos se dirigieron a los jardines y por lo que Karkarov le comenzó a insinuar adivino de lo que quería hablarle.
-Ya sé a donde quieres llegar y honestamente no veo a qué viene tanto revuelo, Igor.
-¡No puedes negar lo que está pasando, Severus! —La voz de Karkarov sonaba nerviosa y muy baja, como si estuviera tomando precauciones para que nadie pudiera oírlo—. Ha empezado a ser cada vez más evidente durante los últimos meses, y estoy preocupado de verdad, no lo puedo negar...
-Entonces, huye —dijo la voz de Snape—. Huye: yo te disculparé. Pero yo me quedo en Hogwarts.
Snape y Karkarov doblaron la esquina. Snape llevaba la varita en la mano, e iba golpeando los rosales con una expresión de lo más malvada. Muchos de los rosales proferían chillidos, y de ellos surgían unas formas oscuras.
-¡Diez puntos menos para Hufflepuff, Fawcett! —Gruñó Snape, cuando una chica pasó corriendo por su lado—. ¡Y diez puntos menos para Ravenclaw, Stebbins! —Añadió cuando pasó tras ella un chico—. ¿Y qué hacen ustedes dos? —preguntó al toparse de improviso con Ron y Harry.
Karkarov, según notó Harry, pareció asustado de verlos allí. Se llevó nerviosamente la mano a la perilla y empezó a ensortijarse el pelo con un dedo.
-Estamos paseando —contestó Ron lacónicamente—. No va contra las normas, ¿o sí?
-¡Sigan paseando, entonces! —gruñó Snape.
Karkarov lo siguió apresuradamente. Harry y Ron prosiguieron su camino.
-Terminaremos esta conversación en otra ocasión -dijo Severus, y antes de que Karkarov pudiera decir otra cosa, el pocionista ya se había ido
Severus regresaba al castillo pero le pareció ver a dos personas escondiéndose en unos rosales. Se acercó y escuchó lo que decían, pero al reconocer sus voces sintió un vuelco al corazón.
-Alex, se que apenas llevamos tres meses de conocernos pero... quiero decirte... que te quiero mucho, mucho más de lo que llegue a querer a alguien
-Curio...
-Alex ¿quieres ser mi novia?
Tanto Alex como Severus se sorprendieron ante la declaración de Curio. La chica estaba roja y sentía que el corazón se le saldría del pecho en cualquier momento. Estuvo a punto de contestarle, pero...
-¡Macías! ¿Se puede saber que están haciendo?
-¡Profesor! Bueno... nosotros solo...
-No era nada malo si es lo que piensa, pero interrumpió algo sumamente importante. Así que si es tan amable de disculparnos.
Curio tomó a Alex por los hombros con la intención de irse, pero Severus tomó al chico del brazo de manera brusca y lo encaró.
-Se le esta olvidando que esta tratando con un profesor y con la que esta hablando es con MI alumna, así que le pido que se mantenga alejado de las alumnas de Hogwarts ¿entendido?
-¡Profesor!
-Más que cuidar a Alex... parece que la esta encelando
-Lo que yo haga no es asunto suyo. Así que váyase ya
Curio se soltó del agarre y miró a Alex.
-Piensa lo que te dije, por favor. Nos veremos después
El chico tenía la intención de darle un beso en los labios a Alex, pero Severus la apartó bruscamente y le lanzó una mirada de profundo odio al búlgaro, el cual le correspondió con el mismo desprecio. Curio se alejo de ahí dejándolos solos. Alex se alejo de él con brusquedad y lo encaró.
-¿Se puede saber que fue eso?
-No debería de confiar tanto en esos alumnos
-Me lo dice el que tiene mayor obsesión por las artes oscuras. Claro ¡el experto al habla!
Los dos se dieron la espalda pero no se alejo ninguno del otro. La música del Gran Comedor se alcanzaba a escuchar sin problema hasta el patio principal; de pronto sonó una tonada lenta que Alex reconoció en seguida porque era una de sus canciones favoritas.
-Beauty and the Beast
-¿Cómo?
-Es una de mis canciones favoritas, aunque no creí que la conocieran por ser muggle
-La música no tiene nada que ver con el origen, porque sigue siendo lo mismo; música.
Tale as old as time
True as it can be
Barely even friends
Then somebody bends
Unexpectedly
Severus no supo como, pero se acercó a Alex y le ofreció su mano ante la mirada de sorpresa de la chica.
-¿Quiere bailar?
-Bueno... yo... supongo que me vio bailar hacer rato, lo hago espantoso
-Es porque no tiene mucha confianza. Le puedo ayuda, si gusta
Alex dudo un momento, pero aceptó la invitación del oscuro profesor y tomo su mano.
Just a little change
Small to say the least
Both a little scared
Neither one prepared
Beauty and the beast
Comenzaron a bailar lentamente, pero Alex, todavía se sentía muy insegura de sus movimientos. Miraba al piso para evitar pisar a su profesor, quien al ver como estaba la chica, la sujeto con más firmeza y la pegó un poco más a su cuerpo.
-Tranquila, solo déjate llevar
Eso intentaba, pero al tenerlo tan cerca la ponía más nerviosa. Respiro un poco y se dejo llevar por los movimientos de su profesor.
Ever just the same
Ever a surprise
Ever as before
And ever just as sure
As the sun will rise
Los dos se sentían extraños estando en estas circunstancias, pero a la vez se sentían muy bien; se sentían en paz y tranquilos. Lo bueno era que el lugar estaba vacío, así podían bailar con tranquilidad y sin miradas indiscretas.
Ever just the same
Ever a surprise
Ever as before
And ever just as sure
As the sun will rise
Severus no podía creer la suerte que tenía. Estaba bailando con Alex y no desaprovecharía esta oportunidad para decirle finalmente sus sentimientos hacia ella.
Tale as old as time
Tune as old as song
Bitter sweet and strange
Finding you can change
Learning you were wrong
Alex no podía describir con palabras todo el mar de emociones que sentía en esos momentos. Felicidad, dicha, confusión, tranquilidad... todo lo que no sentía al lado de Curio, lo estaba sintiendo con el hombre con quien estaba bailando junto en este momento. Un momento... estaba bailando... logró bailar sin problemas con toda naturalidad.
Certain as the sun
Certain as the sun
Rising in the east
Tale as old as time
Song as old as rhyme
Beauty and the beast
Como posó su mirada en sus pies, Severus le levantó la mirada sujetándola de la barbilla con delicadeza.
-No desvíes tu mirada, por favor
Alex todavía se sentía algo aturdida, pero le hizo caso y no volvió a mirar al piso.
Tale as old as time
Song as old as rhyme
Beauty and... the beast
La canción terminó, pero ninguno de los dos se separo del otro, porque tenían su mirada perdida en los ojos del otro.
Era ahora... hora de confesarle a la chica lo que sentía por ella.
-Alex... -la castaña se sorprendió al escucharlo tutearla-. Yo... quería decirte algo. Algo que ya no pude decirte antes
-¿Se refiere a... lo que quiso decirme en la enfermería?
-Sí
-Bueno ¿Qué era?
-Yo... yo quería decirte... que yo te...
-¡Severus! ¡Muchacho! ¿Dónde estas? ¡Necesito hablar contigo!
Los dos se quedaron en shock por la interrupción del director.
«¿En serio?» preguntó sarcásticamente Severus, en su cabeza
-Bueno, me tengo que ir. Feliz Navidad, profesor
Alex ya se iba, pero de pronto sintió mucho frío. Severus lo noto y se quito su levita y la puso con delicadeza en los hombros de Alex.
-Pero... profesor
-No quiero que se vuelva a enfermar de gravedad.
-Gracias
-Al contrario. Gracias a usted
Los dos entraron al castillo y se fueron en diferentes direcciones, pero sin poder dejar de sonreír y sentirse sumamente felices por lo que acababa de pasarles. Sin duda esa fue la mejor Navidad que ambos tuvieron en sus vidas.
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