especial uno;
Eres la indicada para mí.
𝙀𝙨 𝙘𝙤𝙢𝙤 𝙖𝙩𝙧𝙖𝙥𝙖𝙧 𝙪𝙣 𝙧𝙖𝙮𝙤, 𝙡𝙖𝙨 𝙥𝙤𝙨𝙞𝙗𝙞𝙡𝙞𝙙𝙖𝙙𝙚𝙨 𝙙𝙚 𝙚𝙣𝙘𝙤𝙣𝙩𝙧𝙖𝙧 𝙖 𝙖𝙡𝙜𝙪𝙞𝙚𝙣 𝙘𝙤𝙢𝙤 𝙩𝙪́ 𝙚𝙨 𝙪𝙣𝙖 𝙚𝙣 𝙪𝙣 𝙢𝙞𝙡𝙡𝙤́𝙣.
𝘿𝙚𝙟𝙖 𝙦𝙪𝙚 𝙡𝙡𝙪𝙚𝙫𝙖, 𝙙𝙚𝙟𝙖 𝙦𝙪𝙚 𝙙𝙞𝙡𝙪𝙫𝙞𝙚, 𝙫𝙖𝙡𝙚 𝙡𝙖 𝙥𝙚𝙣𝙖 𝙡𝙪𝙘𝙝𝙖𝙧 𝙥𝙤𝙧 𝙡𝙤 𝙦𝙪𝙚 𝙩𝙚𝙣𝙚𝙢𝙤𝙨, 𝙨𝙖𝙗𝙚𝙨 𝙦𝙪𝙚 𝙘𝙧𝙚𝙤, 𝙦𝙪𝙚 𝙚𝙨𝙩𝙖́𝙗𝙖𝙢𝙤𝙨 𝙙𝙚𝙨𝙩𝙞𝙣𝙖𝙙𝙤𝙨 𝙖 𝙚𝙨𝙩𝙖𝙧 𝙟𝙪𝙣𝙩𝙤𝙨.
— Can i have this dance.
Diez meses y muchas risas después:
La búsqueda de la felicidad a menudo implica una serie de cambios en la vida de una persona.
A medida que uno avanza en su viaje hacia la felicidad, pueden surgir transformaciones significativas que alteran la química en nuestro cerebro. La búsqueda de la felicidad a menudo implica salir de tu zona de confort, tomar riesgos calculados y aprender de tus errores. La adaptabilidad y la resiliencia son habilidades claves que nos hacen entender que todo tiene un porqué y debemos luchar para cambiar.
Las relaciones desempeñan un papel crucial. A veces, es necesario alejarse de personas tóxicas o establecer límites saludables. Al mismo tiempo, cultivar amistades positivas y amorosas puede traer una gran alegría y una enorme cura al corazón.
Y yo, tengo mi cura justo a mi lado, durmiendo de una manera tan adorable que no dudé ni un segundo más para tomar mi celular y sacarle una foto, para sonreír embobado mirando el artefacto en mi mano y con la otra, le daba caricias en su cabello rubio.
Desde que Nabi entró en mi vida todo comenzó a brillar de una manera diferente. Era como si su presencia tuviera el poder mágico de transformar cada aspecto de mi mundo en algo mejor.
En primer lugar, ella trajo consigo un torrente de alegría y optimismo que inundó mi vida cotidiana. Sus risas eran contagiosas, tanto que siempre me hacían reír aunque no tuviera ganas de hacerlo y cada día se convertía en una aventura. Donde antes había rutina y malos tratos, ahora había emoción y reciprocidad. No importaba cuán sombrío fuera el día, ella traía la luz y el calor a cada rincón de mi mundo.
Y siempre estaría tremendamente agradecido que ella hubiera aceptado navegar en este barco, junto a mí.
—¿Por qué me miras tanto? Me da vergüenza. — su voz salió tenue, casi en un murmuro y aún mantenía sus ojos cerrados.
—Porque eres preciosa y no me aburro de admirarte. — respondí con simpleza, sin quitar la sonrisa de mi rostro. Quité algunos mechones que tenía en su frente y me acerqué para depositar un tierno beso justo ahí.
—Eso es trampa, me pillas volando bajo y no sé cómo responder a esas palabras.
—Solo di que yo también soy precioso.
—¿No tiene que nacer decir esas cosas?
Le dediqué una mala mirada para terminar haciéndole unas cosquillas que sabía que odiaba con su alma y que quizás me ganaría un golpe de su parte.
—¿Ahora te nace?
Sus carcajadas se resonaban en nuestra habitación y eso me hacía sentir una calidez en mi pecho. A pesar de estar completamente feliz, no podía mentir que hay veces que el miedo me invadía por completo. Aquellos momentos como estos eran los responsables de que yo tuviera algunos pensamientos negativos.
La amo tanto que me aterra que todo sea una ilusión, que ella en cualquier momento desaparecerá de mi vida dejándome con un vacío en mi interior que estoy seguro que sería difícil de superar.
Porque Jang Nabi es especial, todo de ella era único y dejaba huellas en tu interior irreemplazables. Y es donde me preguntaba:
¿Así es estar enamorado de la persona indicada?
—¡Basta, basta! Amor, me rindo, lo juro, no volveré a bromear... no volveré a decir algo como aquello, te lo prometo... — su risa se seguía escuchando, pero llegó un momento em que sabía que no aguantaría más y se giró tan rápido dejándome perplejo debajo de ella. — ¿sorprendido, tesorito?
—¿Cómo...
—Habilidades ocultas qué tiene una. — se encogió de hombros ordenando sus cabellos y secando las lágrimas que habían caído a causa de las carcajadas. — ¿por qué me haces cosquillas si sabes que puedo hasta golpearte por hacerlas?
—Porque amo tu risa.
—¿A mi no?
—La pregunta ofende. — enarqué una ceja admirándola justo de aquí abajo. Levanté mi mano para tocar su mejilla con suavidad, dándole leves caricias logrando que ella cerrara sus ojos ante el contacto. — te amo tanto que me asusta, Nabi.
Ella abrió lentamente sus ojos, para observarme de manera curiosa.
—¿Qué te asusta?
—Perderte.
Ella se agachó para unir su frente con la mía, mirándome fijamente. Cuando miro sus ojos mieles, siento como si estuviera siendo arrastrado a un universo paralelo, donde el tiempo se detiene. Es como si sus ojos tuvieran el poder de iluminar incluso el día más gris, inyectando calidez en mi vida. Cuando sonríe, sus ojos se iluminan con un brillo especial, hasta luminoso, como si el sol mismo estuviera en sus pupilas.
—No me perderás. Estoy aquí, Jungkook. Tú eres todo lo que he querido desde que te conocí, ¿por qué me iría?
—Porque cometo errores y yo...
—Eres humano. — me interrumpió, besando cortamente mis labios. — todos cometemos errores. Pero amor, desde que comenzamos nuestra relación solo me has demostrado cuan importante soy para ti.
—¿Lo he hecho?
—Claro que sí.
—¿Lo he hecho adecuadamente?
—Sí, Jungkook. Con palabras y con acciones. — confirmó besando mi nariz. — Estoy loca y perdidamente enamorada de ti, guapo. Estos diez meses han sido felicidad absoluta, seamos felices hasta la eternidad, ¿Qué dices? No es mal plan, ¿verdad?
No pude esperar mas para atacar sus labios de una manera feroz. Cada vez que nuestros labios se encuentran, siento una electricidad en cada célula de mi cuerpo que me hace querer sonreir. Sus labios son el elixir de la vida, me hacen entrar en un trance en donde el mundo exterior desaparece completamente y solo existimos nosotros.
¿Siempre fui así de romántico?
Tomé su rostro para intensificar aún más, logrando que ella soltara un leve gemido cuando mis labios fueron a parar a su cuello, aquel punto débil de Nabi.
—Te deseo.
Sus ojos ahora tenían una chispa, eran fuego vivo y con tan solo decir aquellas palabras, Nabi ya estaba quitándose su playera logrando que suspirara pesadamente al ver sus perfectos pechos justo frente a mí.
—Soy toda tuya.
Me senté con ella encima de mi, para quitar mi camisa que solo me estaba estorbando en estos momentos y volví a besarla de manera salvaje, en donde nuestras lenguas se encontraban sin pudor alguno, creando una lucha que no tendría tregua.
El resto de la ropa estaba esparcida por la habitación y nuestros gemidos resonaban por todo el lugar, en donde nuevamente estaba haciendo mía a la persona que me volvía loco. Sus expresiones cuando me hundía en su interior eran simplemente majestuosas que me hacían perder el control absoluto y la cordura. Enterré mis manos en sus caderas para intensificar los movimientos, logrando que un pequeño grito saliera de su garganta.
—No te detengas, no lo hagas, Jungkook...
En ese momento, el tiempo se convierte en un aliado, y la hora transcurrida pasa como míseros minutos cuando se trata de Nabi, cuando se trata de ella es que todo se disfruta muchísimo más. El tacto es una sinfonía de sensaciones. Cada roce, cada beso, despierta el cuerpo y el alma, creando una experiencia que va más allá de lo físico. Se convierte en un intercambio de energía, un flujo de amor que recorre cada partícula de mi ser.
—Eres perfecta.
Mis movimientos ya estaban siendo algo torpes cuando escuché el grito de Nabi cuando tuvo su merecido orgasmo y fue el indicador que debía buscar mi propia liberación. El sonido que se escuchaba cuando nuestros cuerpos chocaban, su rostro de placer, su cuerpo moviéndose al compás, los gemidos que salían en lo profundo de su garganta. Cerré mis ojos al sentir el placer invadir cada parte de mí, sentí como mis músculos se tensaban y las cosquillas se avecinaban para finalmente expulsar todo dando la última estocada tan profunda qué hizo que Nabi soltara un gruñido.
—¡Dios, que intenso! — mordió su labio mientras escuchaba los latidos de mi corazón latir de una manera desenfrenada. — te amo, cariño.
Besé sus labios sin salir aún de su anatomía, tratando de recuperar el aliento.
—Te amo mucho mas, vida.
Y así, completamente desnudos, ambos nos volvimos a dormir aquella tarde de lluvia en donde fue el escenario perfecto para corroborar una vez más que el lazo que teníamos cada día se fortalecía más y más.
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Catorce meses y una que otra discusión después:
—¿Por qué estás enojada?
La observaba con el ceño fruncido, también sus labios y aunque lo intentara ocultar mientras comía cereal sentada en la isla de muestra cocina, era demasiado obvio que algo ocurría con ella.
—¿Por qué piensas que estoy enojada?
—Pues, la pobre cuchara está pagando las consecuencias de quizás que cosa. — apunté con mi barbilla su mano, en donde tenia agarrado el utensilio de una manera algo... peculiar. — además, la muerdes cada vez que te echas un bocado a la boca, logrando que haga ese ruido que odio y lo sabes.
Nabi levantó una ceja y soltó una risa nasal.
—Wow, sí que me conoces.
—Claro, ahora escúpelo, soy todo oído, lo sabes. — me senté a su lado, acariciando su mano.
—Me siento una completa idiota por sentir esto cuando nunca me has demostrado nada por lo cual yo deba desconfiar...
Intenté que mis comisuras no temblaran por querer sonreir sl comprender el porque de su molestia. Nabi no era para nada celosa, cuando mi rostro aparecía en las revistas de los hombres mas influyentes de Corea y uno de los mas guapos, miles de comentarios llegaban a oídos de ella, quien solo alardeaba afirmando en cada oportunidad que era una suertuda por tenerme.
Cuando claramente era al revés.
—Sabes que puedes decirme cualquier cosa y lo arreglamos en el momento. No tengas miedo, que yo jamás cuestionaré tu sentir, amor.
Hizo un leve puchero logrando que ahora no pudiera evitar reír. Tomé sus mejillas y me acerqué a besar sus labios.
—Sully no me gusta. — admitió, agachando la mirada. — no quiero ser esas novias celosas, lo detesto, lo juro. Pero es que ella... no lo sé, cuando me ve solo te saluda a ti y a mi me ignora olímpicamente, puedo notar que en cada oportunidad que puede, te coquetea, te busca y eso, me enoja. No está respetando que tú tienes una relación y que yo estoy ahí presente. Quiero golpearla.
Reí al escuchar lo último.
—Tonta, no digas eso. — le di leves palmadas en su cabeza. — comprendo y estoy totalmente de acuerdo contigo. Ella sabe que yo tengo a la novia mas preciosa y estaba cruzando los límites.
—¿Estaba?
—La despedí. — respondí robando un poco de su cereal. Ella estaba absorta y no decía palabra alguna. — ¿Qué? ¿No tuve que haberlo hecho?
—No... digo, sí. Aish, no quería que todo terminara así. — estaba ofuscada y la entendía. Nabi no acostumbraba a ser de aquella manera.
—Pero tranquila, que escribí buenas referencias sobre ella, así no le cuesta encontrar otro empleo.
Kang Sully fue contratada hace tres meses cuando en nuestra empresa se necesitaba una experta en mercadotecnia quien pudiera impulsar aún más las ventas de nuestros productos. Y sí, nos fue bien el tiempo que estuvo ella a cargo de promocionar, pero también estaba claro de sus intensiones y la frené muchas veces recalcando que ya tenía a alguien en mi vida, pero ella estaba empeñada en querer tener algo de mí que jamás obtendría.
Así que no me quedó mas remedio que despedirla. Podría encontrar a otra persona que cubriera su puesto.
—Que considerado, bonito.
—Siempre, guapa.
—Hice algo muy bueno en mi vida pasada para encontrar a alguien como tú.
Aquellas palabras salieron desde lo mas profundo de su corazón, lo sabía. Ella conoce mi historia con Hani, yo conozco su historia con Jungwon. Ambos terminamos con inseguridades a causa de personas que no estaban preparadas para entregar amor en absoluto.
—Quizás yo salvé a algún perrito en mi vida pasada, porque también me cuesta comprender un poco la dicha de conocerte aquel día. — me sinceré apoyando mi cabeza en mi mano, mientras con la otra le daba caricias al muslo de mi chica.
—He estado un poco enojada estos días, discúlpame mucho, ¿sí? Hemos tenido discusiones tontas por mi culpa.
—Tú discutes sola, mi vida.
—¡Eso no es cierto!
—Si algo te molesta, para la próxima intento de todo corazón no hacerlo para evitar que me digas lo mismo, porque sé que es agotador. Entonces ya no tienes motivo para discutir, pero es increíble que busques algo para hacerlo. — sonreí al recordar cuando se me olvidó bajar la tapa del inodoro y ella me dio un sermón de casi una hora. No lo volví a hacer, pero le molestó que dejara ropa tendida en el piso, que en mi defensa llegué cansado y dije que al otro día la echaría a lavar. Y así, pequeñas cosas por las cuales hemos tenido algunas discusiones tontas pero que para mí no tienen importancia.
—Ay, ahora me siento pésimo. — murmuró ofuscada, encogiendose en la silla. — estoy a punto dd graduarme y preparar mi tesis me está dejando un colapso mental.
—Lo sé, no te he dicho absolutamente nada porque lo entiendo.
Y era totalmente cierto. Yo también pasé por la misma situación y sabía lo desgastante que era aquel proceso.
—Te amo, bonito mío. — su voz salió temblorosa y me alejé un poco para ver como su rostro se veía gracioso por querer aguantar las lágrimas. — eres tan paciente, tan comprensivo, mereces... mereces todo lo bonito de este mundo y yo solo...
—¿Tú solo?
—Solo he sido una molestia...
Suspiré para negar rápidamente con mi cabeza.
—No eres eso. Yo no he tenido problema con tus recientes cambios de humor porque sé por lo que estás pasando, lo comprendo y trato de ayudarte en lo que puedo. Son unos meses extenuantes, pero ve todo lo que has logrado solita y todo lo que lograrás en el futuro. Todo estará bien, amor. Solo unos meses más y todo terminará, serás la mejor arquitecta y yo estaré en primera fila dándote ánimos el día de tu graduación. Recuerda que debes planear nuestra futura casa. — concluí sonriendo abiertamente al pensar en aquello.
Yo aún seguía viviendo en la misma casa. Nabi prácticamente pasaba mas tiempo aquí, que en casa de su madre y a pesar de que yo lo siento un hogar porque ella está aquí conmigo, sabía que debía cambiar el ambiente porque había un recuerdo del cual ya no quería que estuviera presente. Debía comenzar de cero en lo que sería nuestro hogar definitivo, un espacio grande para nuestros futuros hijos.
Porque no hay nada mejor que encontrar a la persona correcta en tu vida, a la persona que tiene los mismos planes que tú a futuro. Ser profesional, tener una carrera y querer formar una familia.
—Sí. — limpió las lágrimas con el dorso de su mano. — será la casa mas bonita, no tengo pruebas pero tampoco dudas. — ambos reímos ante lo último. — voy al baño, espérame.
—Okey, me comeré tu cereal.
Arrugó su nariz para sacar la lengua y corrió hasta el baño. Tomé la pobre cuchara que estaba siendo maltratada por las manos de Nabi y comencé a comerlo mientras revisaba mis mensajes.
La mayoría eran de Suni y Namjoon, éste último se volvió alguien muy cercano, considerándolo casi mi mejor amigo. Él aún seguía flechado por Suni, quien todo este tiempo lo ha rechazado de todas las maneras posibles, últimamente de manera mas amable y Namjoon poco a poco lo está aceptando. Desde que Nabi es mi novia, se integró a nuestro pequeño grupo, llevándose de maravilla con los chicos.
—¡Jungkook, dejaste nuevamente la tapa del inodoro arriba!
Pegué un brinco al escuchar su grito y solté una carcajada al recordar que sí lo hice.
—¡Lo siento, mi vida!
Seguía riendo porque es algo que no podía evitar. Seguiríamos teniendo algunas diferencias y algunas discusiones, pero quiero que siempre sean con ella.
Quiero que Nabi siempre esté en mi
vida.
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Veinte meses y un perro después:
Manejaba por las calles sintiendo un pequeño malestar en mi cabeza luego de mi ajetreado día de trabajo y luego de encontrarme con personas que hace mas de dos años no veía.
Sí, me encontré con Jang Hani.
Intenté que no notara mi presencia cuando iba saliendo del edificio, pero cuando uno quiere algo, sucede completamente lo contrario.
—¡Jungkook! ¿Cómo estás?
Cerré mis ojos con fuerza cuando escuché su voz a mis espaldas. Mi plan de salir corriendo no funcionó en absoluto. Me giré lentamente y medio sonreí, observando a la persona de quien dije en algún momento estar enamorado.
Estaba completamente diferente. Su cabello ya no era largo, estaba corto, muy corto y ahora también estaba rubia. Aclaré mi garganta, sintiéndome un poco incómodo de estar en esta situación.
—Hani, ¿qué tal? Yo estoy bien, gracias por preguntar.
—No estés tan tenso. — palmeó mi hombro. — ha pasado mucho tiempo, estás igual.
—Bueno... — rasqué mi oreja sintiéndome nervioso de pronto. Odiaba estar en esta situación. — yo no me noto igual. Estoy cambiado, aún mas maduro y todo es gracias a la persona que me acompaña ahora.
—¿Aún estás con... ella?
—Sí. Ella es la persona que me hizo querer cambiar y mejorar. — mi voz salió firme al decir aquello. — todo lo que sucedió entre nosotros, me llevó a encontrar al verdadero amor de mi vida.
—Nada es eterno en esta vida. — se encogió de hombros, sonriendo socarrona y esas palabras solo me confirmaron que a pesar del tiempo transcurrido, ella no había cambiado nada, seguía exactamente igual. — me alegro que estés feliz, eres un gran chico y yo no supe valorarlo...
—Sí, no supiste. — la corté de inmediato antes que se fuera por las aguas del pasado que a estas alturas eran completamente innecesarias. — ahora hay alguien que sí lo hace. Me ama, me respeta y valora los esfuerzos de uno. Así como yo, espero que tú también encuentres aquella persona a la que ames profundamente, la respetes y valores.
Ella guardó silencio un momento y pude notar como sus ojos se cristalizaron ante mis palabras. Asintió, limpiando de manera veloz una lagrima traicionera que había caído por su mejilla y me dio una tenue sonrisa.
—Sé que no se puede encontrar a la misma persona dos veces, pero anhelo encontrarme con alguien igual a ti. Tú fuiste lo mejor de mi corta vida, Jungkook y nunca me perdonaré el haberte lastimado tanto.
—Hazlo. — le di unas pequeñas palmadas en su cabeza, acto que hizo que los ojos de ella se cerraran. — yo te perdoné, Hani. Hazlo tú también. Yo soy libre de rencores... ahora soy completamente feliz. Tú también puedes hacerlo.
—Gracias, yo... creo que necesitaba escucharlo de ti. — mordió su labio, que temblaba levemente. — Nabi... ella... ella tiene mucha suerte de tenerte...
—Yo soy el que tiene suerte. Yo soy el mas afortunado por tener a esa mujer en mi vida y ahora ya debo volver, debe estar esperándome para cenar. Cuídate y... espero seas feliz.
—Lo dudo. — aquellas palabras salieron en un leve susurro, pero a pesar de todo, pude escucharlas con claridad. — me puso feliz verte. Cuídate muchísimo.
Le hice una leve inclinación con la cabeza, para voltear nuevamente y caminar en busca de mi auto.
—¡Jungkook! — giré mi cabeza para notar que ella ya no estaba aguantando las lágrimas. Ahora lloraba sin pena alguna. — sigues... sigues tan lindo como la primera vez que te vi fuera de mi universidad.
Claramente no respondí a eso y me fui de ahí lo mas rápido posible. Ahora mi dolor se intensificaba y puedo asegurar que el dolor era más producido por Hani que por el trabajo. Luego de lo ocurrido jamás quise hablar con ella, tampoco la veía en ningún lugar y para mí estaba perfecto. Pero a pesar de mis malestares, esto era necesario. Siento que debía decirle que la perdonaba, que yo seguí adelante y sí, fue completamente liberador decir aquellas palabras.
Nabi si estaría orgulloso de mí.
Miré el reloj en mi muñeca. Iba un poco tarde dado al encuentro sorpresivo y quizás llegaría más tarde, porque a un lado de la caletera, divisé a un pequeño cachorro sentado a pesar del frío que hacia justo en estos momentos. Repiqueteé mis dedos en el volante y mi corazón de abuela no pudo ser indiferente ante la situación. Frené el auto justo a un lado encendiendo las luces de adventencia y me bajé para comenzar a acercarme lentamente hasta donde estaba el cachorro, quien comenzó a ladrar de manera asustada al observarme como una amenaza.
—No te haré nada, amigo. Quiero ayudarte.
Pude tomarlo entre mis manos, percatándome que temblaba del frío y del miedo. Lo acurruqué muy bien en mi chaqueta, para subir nuevamente al auto, observando la bola de pelos que estaba debajo de mí. Su semblante era triste, tanto que sentí una profunda tristeza por aquel indefenso animal.
—Nada malo te sucederá. Te cuidaremos.
En unos quince minutos ya estaba estacionado fuera, viendo las luces encendidas desde aquí. Nabi estaba en casa, ella estaba aquí. Sonreí al imaginar la cara que pondría al ver aquella mota de pelos.
Abrí la puerta quitándome el abrigo y Nabi apareció en mi campo de visión con un delantal puesto y una coleta, observándome de manera curiosa.
—Te demoraste en llegar amor, ya casi te estaba por llamar y... ¿Por qué traes un bulto en tu chaqueta?
A ella nada se le pasaba por alto, ni el mas mínimo detalle. Con cuidado saqué al pequeño perrito y dudé un poco de su reacción.
Quizás se enojaría.
Quizás no quería animales.
Quizás...
—Ow, es una cosita pequeñita... — se acercó tan rápido que me sorprendí. — es precioso, ¿dónde lo encontraste?
—Estaba abandonado al lado de la caletera. Era muy peligroso que estuviera ahí, pasan muchos automóviles y yo no pude dejarlo a la deriva.
—Hiciste muy bien. — su sonrisa era tan amplia mirando al cachorro que me sentí un idiota por creer que ella tendría una reacción negativa. — hay que adoptarla. ¿Es macho o hembra?
Lo levanté para cerciorarme de que efectivamente era una hembra.
—Es una cachorrita.
—Ven aquí preciosa. — estiró sus manos para tomarla entre sus brazos. — seremos tus nuevos padres y te daremos mucho amor. Jungkook, ¿cómo la llamaremos?
Observé a la perrita de pelaje blanco y que con suerte se le veían sus ojos.
—Es una mota de pelos.
—Motita. — murmuró observándola. — motita, me gusta, ¿te gusta a ti?
Verla mirar con tanto amor, como la acariciaba sutilmente y la manera en la que le hablaba, es que sentía que todo a mi alrededor dejaba de existir, creando un recuerdo que en un futuro sería increíble.
—Motita es perfecto, mi amor.
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Cuarenta y ocho meses y un nuevo hogar después:
—Hoy es el día, amorcito.
Observé a Nabi quien se arreglaba en el espejo de la habitación, tan preciosa como siempre.
Las obras de construcciones habían cesado, le pusimos todo nuestro esfuerzo y dedicación a la casa de nuestros sueños, dejándola como nosotros deseábamos.
Aquel día que Nabi llegó con una sorpresa y era el plano de nuestra futura casa, supe que estaba un paso mas cerca de lo que alguna vez le dije a Suni aquella vez en la oficina.
“Venderé en la que estoy ahora. No quiero seguir estando en un lugar donde mis recuerdos no son gratos. Si quiero comenzar una nueva etapa de mi vida, quiero que sea en otro ambiente y algo que sea planeado por Nabi. Además, ella me dijo que quería construir su futura casa. Y quiero que esa sea su futura casa, junto a mí, siendo felices, ¿no suena bonito?”
Tardó, pero llegó. Y yo era el hombre mas feliz del planeta con este paso tan importante que daríamos. Haríamos una pequeña reunión para inaugurar la casa en donde asistirían las personas mas cercanas para nosotros.
—Ah, Joonyi estará muy feliz por esto. — sonrió con alegría. — la amo.
—Sabes que ella también te ama.
La relación que habían forjado ambas era maravillosa. Mi madre y mi hermana lo son todo y tener a una compañera que entienda que mi vida siempre iba a estar dividida por ayudarlas, es que sabia que no podía pedir nada más.
Con Nabi lo tenía absolutamente todo.
—Hoy es nuestro último día en ésta casa, que no extrañaré nada la verdad. — aclaré mi garganta. — ahora construiremos nuevos recuerdos, en nuestro hogar definitivo. Aquel lugar que fue creado por ti, al que le pusiste todas tus energías para que saliera todo como lo tenías planeado. Estoy orgulloso de ti, amor. Sigamos así, cada paso adelante, tomándonos de las manos cada vez mas fuerte.
Mis palabras salían con total sinceridad. Porque era algo que me hacía completamente feliz poder vivir estos procesos que una vez mentalicé y ahora se estaban haciendo realidad.
—Eres tan, pero tan lindo. — se acercó hasta a mí para posar sus brazos por mi cuello, poniéndose de puntillas para besar mis labios. — te amo mucho, amorcito.
Salimos con Motita en busca de mamá y Joonyi para la cena que tendríamos en nuestra nueva casa. A pesar de que todo estaba preparado hace días, aún no habíamos querido mudarnos hasta que las personas importantes en nuestras vidas estuvieran presentes.
Hoy finalmente se dio la oportunidad.
Estaba ansioso, feliz, emocionado. Ni siquiera podía explicar muy bien lo que estaba sintiendo en estos momentos. Llegamos en el auto hasta la casa de mamá, para llevarlas al destino. Tomé en brazos a mi hermana para sentarla en el automóvil colocando muy bien el cinturón de seguridad y en el maletero guardé su silla de ruedas.
—Ya quiero conocer su nuevo hogar.
Mamá iba conversando con Nabi, quien había perfeccionado el poder comunicarse a través de las señas. Fue ella misma la que se inscribió en clases para poder tener una mejor comunicación con mi madre.
Sí, siempre llegaba alguien mejor.
—Le encantará. No estuve casi seis meses haciendo los planos para que quedara fea.
Solté una risa nasal mientras manejaba, porque sabía muy bien el esfuerzo detrás de todo esto.
—Naabi... quiero... quiero llevar a... motita...
Mi hermana estiró sus brazos queriendo tomar a nuestra adorable perrita quien iba de vestido también, acorde a la ocasión.
—Claro, corazón.
Motita amaba a Joonyi y ella amaba a Motita, eso era indiscutible.
—¿Ustedes tienen todo listo para la cena? No me dijeron nada, pude haber ayudado. — mamá movía sus manos rápido y arrugó su frente.
—Ustedes son nuestros invitados, ¿cómo ibas a estar cocinando? — pregunté enarcando una ceja.
—Con las manos.
—Que graciosa andas, eh. — respondí riendo lanzandole un beso por el espejo retrovisor.
La casa estaba un poco apartada y eso es lo que queríamos... tranquilidad.
Nabi estaba hablando por celular con su madre quien iba en el auto con Namjoon y Suni, también próximos a llegar por lo que escuché.
—Nos vemos. — colgó la llamada soltando una risa. — Namjoon dijo que por lo lejos que quedaba la casa debías echarle bencina a su auto.
—Ese maldito tacaño. — negué con la cabeza divertido. — lo veré y lo golpearé.
Media hora después habíamos llegado al destino. Desde el exterior se puede corroborar que es una obra maestra de líneas limpias y minimalismo. Una de las partes que mas se esforzó Nabi, fue en el precioso jardín delantero lleno de flores de diferentes colores.
—¡Es preciosa! — mamá me observó con los ojos llenos de lágrimas. — estoy tan feliz por ti, hijo mio. Te mereces todo lo bueno de este mundo, mereces ser feliz junto al amor de tu vida.
—Sí, mamá. — sequé sus lágrimas, aguantando yo las ganas de llorar. — merezco ser feliz junto al amor de mi vida.
El abrazo que nos dimos fue interrumpido por un silbido a lo lejos. Namjoon venía caminando con un regalo en sus manos, Suni venía hablando animada con mi suegra y cuando me observó, movió su mano de manera enérgica en mi dirección.
—¡Dios mío, esto es majestuoso! Como siempre el rico humillando al pobre. — Suni como siempre comenzaba a parlotear. — ya es momento de otro aumento, yo también quiero vivir este sueño... Hola, señora Jeon. — finalmente dejó de hablar para saludar a mamá. Me pidió muchísimo que le enseñará a saludar para cuando viera a mamá o a otra persona con la misma condición.
—Hola, mi niña.
—Nabi, esto está increíble. Definitivamente esto es lo tuyo. — Namjoon admiraba todo desde fuera. — tengan, un presente para su nueva casa.
Tome la pequeña caja entrecerrando los ojos. No dudé en abrirlo desconfiado. Cuando observé el regalo, no pude evitar reír.
—¿Vasos?
—Siempre son necesarios. — levantó sus manos en señal de inocencia.
—¡Están muy lindos, a la luz se pueden ver los colores!
Nabi me los arrebató de mis manos para observarlos y no pude evitar mirarla enternecido.
—¿Ves? Ella es feliz con poco. — murmuró cerca de mi oído. Lo miré de reojo para asentir con una sonrisa boba en mi rostro.
—Lo es. — confirmé palmeando el hombro de mi mejor amigo. — gracias, hermano.
—Para eso estamos, para traer vasos cuando sea necesario.
Ambos reímos para finalmente entrar a la casa, no sin antes saludar a mi querida suegra quien nos felicitó por este nuevo paso que estábamos dando. Ella ha sido un diez conmigo, es amable y muy comprensiva. Sabe muy bien que su hija es todo para mí y siempre estaría cuidándola de absolutamente todo.
Al ingresar, un amplio vestíbulo con suelo de mármol y techos altos da la bienvenida. Las áreas comunes son de diseño abierto, creando una sensación de amplitud y fluidez en el espacio. La sala de estar está equipada con mobiliario moderno y obras de arte contemporáneas que añaden un toque de elegancia.
Cenamos, nos reímos un montón y el rato fue sumamente agradable dando la bienvenida a nuestro nuevo espacio. Me puse de pie en el momento en que Nabi estaba conversando con mamá, llamando la atención de los presentes.
—Quiero dar las gracias por haber venido a este encuentro tan importante. Aquí se encuentran las personas valiosas para nosotros y queríamos que ustedes fueran parte de este proceso... — hablaba firmemente mientras movía mis manos para que mi madre pudiera entender. Joonyi aplaudía feliz. — leeré ante ustedes una carta que le hice a Nabi durante este tiempo y ella ni cuenta se ha dado... — Saqué la hoja del bolsillo de mi pantalón, extendiendola y aclaré mi garganta. — oh, ten mamá. — le tendí otra hoja para que ella pudiera leer lo que yo estaría a punto de decir.
—¿Voy a llorar? — preguntó Nabi tocando su pecho.
—Quizás yo llore. — respondí riendo.
—Vamos, tórtolo. Queremos oírte. — Suni habló mientras terminaba su postre. Suspiré con nerviosismo mientras volvía a abrir la hoja. Carraspeé levemente y comencé a leer.
❝ Amada Nabi:
Hoy me encuentro aquí, ante ti y ante todos los presentes, para expresar con palabras lo que mi corazón siente en cada latido.
Quiero agradecerte de todo corazón por ser la razón por la que mi vida es un lugar lleno de amor, alegría y significado. Desde el momento en que entraste en mi vida, todo cambió. Tu presencia iluminó mi camino, y cada día a tu lado ha sido un regalo. Has sido mi apoyo en los momentos más oscuros y mi compañía en las alegrías más brillantes.
Tu amor ha sido el faro que me ha guiado en los momentos de confusión y duda... A través de tu amor y apoyo incondicional, he crecido y me he convertido en una mejor persona. Tu paciencia, comprensión y generosidad me han inspirado a ser más compasivo, tolerante y a dar siempre lo mejor de mí.
Has sido mi mayor fuente de fortaleza y una de las razones por la que nunca más me volví a sentir solo. Cada risa que compartimos, cada abrazo, cada gesto cariñoso, son actos que atesoro profundamente en mi corazón. Tú eres mi refugio en este mundo a menudo tumultuoso, y me haces sentir amado, valorado y aceptado por quien soy.
Hoy, quiero que sepas que te agradezco de todo corazón por ser esa persona especial que ha dado sentido a mi vida. Eres mi confidente, mi cómplice, mi apoyo y, sobre todo, mi gran amor.
Aprecio cada sacrificio que has hecho, cada sonrisa que has compartido y cada sueño que hemos construido juntos. Mi amor por ti es eterno, y mi gratitud hacia ti es infinita. En cada amanecer y en cada anochecer, en cada canción y en cada suspiro, en cada paso que damos juntos, quiero que sepas que mi amor y agradecimiento son inquebrantables.
Gracias por ser la persona que ilumina mi vida y llena mi corazón de felicidad. Te amo más allá de las palabras y estoy agradecido por cada día que paso a tu lado. ❞
E
l nudo ya estaba instalado en mi garganta y levanté la vista para observar a la señora Haemin llorando, a Suni aguantando las lágrimas junto a Namjoon, mamá también lloraba leyendo la copia que le había dado y Nabi... ella estaba perpleja. Podía notar que quería largarse a llorar, porque cuando las palabras no dichas se convierten en letras, uno puede expresar de mejor manera todo lo que el corazón tiene guardado.
—Amor... esto es...
—Y por ser la persona que ilumina mi vida, por ser Jang Nabi, por ser única entre la multitud... — me arrodillé escuchando los chillidos y gritos. Nabi tapó su boca sorprendida, no aguantando más las lágrimas. — ¿te casarías conmigo?
—¡SÍ! ¡Dios, claro que sí! — asintió de manera efusiva, al momento en que se levantaba para abrazarme fuertemente. La envolví entre mis brazos, inhalando su perfume que era uma droga para mí y saqué el anillo para colocarlo en su dedo anular. — te amo, te amo mucho, te amo muchísimo, Jungkook...
Me alejé solo un poco y besé su mano con sutileza.
—¡Felicidades!
—No me esperaba esto en absoluto...
—Son el uno para el otro. Muchas felicidades, mis niños... — la señora Haemin nos abrazaba a ambos de manera efusiva. — mi bebé se casará...
Nabi volvió a darle otro abrazo a su madre y caminó hasta donde estaba Joonyi, quien no entendía muy bien la situación. Ella le mostró el anillo y vi como le explicaba con una sonrisa en el rostro lo que en algunos meses mas adelante sucedería.
Al estar aquí, tuve pequeñas regresiones de como era mi vida antes de que Nabi llegara. Era monótona, siempre ansiando algo con la persona equivocada. Cuando finalmente dejé ir a Hani, es que comprendí todo de mejor manera. Cuando estaba en un pozo profundo, supe que Nabi valía mil veces la pena... ella era diferente.
A veces, lo que parece una pérdida es en realidad un regalo, porque siempre llega alguien mejor en el momento adecuado.
Me di cuenta en este instante, en este lugar y con ella, es que todo estaba en su lugar, como si el universo entero conspirara para crear este momento. Y en ese instante, mientras la observaba, supe que había encontrado la belleza y la perfección en la persona que amaba, y que esa era la esencia misma del amor: hacer que todo se sienta absolutamente perfecto.
Nabi, definitivamente eres la indicada para mí.
Si, sorpresa 😲. Quise traer este pequeño regalito porque no me aguanté a darles contenido de estos dos bebecitos 😭🫶🏻.
Este será el único especial que tendrá la propuesta, porque lo otro estará en la mini historia de Nabi QUE ALGÚN DÍA TERMINARÉ 😭.
Jungkook es todo un agradecido y amo, amé escribir esta historia y wow, gente sigue añadiéndola a sus bibliotecas 💐😘. Gracias por darle una oportunidad a esta pareja que está enamorada!!!!!!
Como dato lloré escribiendo la carta de Jungkook hacia Nabi porque en nuestro grupito AFBF comenzamos a hablar de euphoria y escuchándola es que todo estaba perfecto (perfecto para llorar)
GRACIAS y espero les guste, besitos mis culonas, las kiero mucho 💜🥰.
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