Capítulo 5: No quería herirte con mi orgullo.
No voy a negar que me encantó el lindo gesto que hizo Lars por mí; consolarme durante todo lo que quedaba del día. Realmente se me hacía agradable su compañía, creo que hasta soy capaz de decir que es la persona que da los mejores abrazos que he recibido en mi vida.
Pero no me mal interpreten, eh. Lo que yo siento por él, no puedo describirlo, no lo sé... se siente tan bien. ¿Será que yo a él lo...? No. Y mil veces NO. ¿Cómo pude pensar en...? Aghh... Sólo me agrada su compañía, sólo eso, nada más. Ahí está.
Le pedí por favor que si podía dormir en el piso, porque no pensaba en dormir con él. Necesitaba despejar mi mente, despejarla de Lars. No quiero pensar tanto en él. ¿Por qué lo hago? La mejor forma para evitar de hacerlo era no tenerlo cerca.
Al parecer, no lo molestó que lo mandara a dormir al suelo. Igual me dio penita porque justo hoy fue una noche helada, lo llené hasta arriba con mantas. De ahí me fui a acostar a la cama, me costó quedarme dormido por el frío.
Un abracito de Lars no estaría mal...
Aghh... ¡No! Mejor me concentro en dormir, mañana será un gran día y tengo que grabar en estudio.
Me pareció raro hoy no aparecer en el infierno, digo... vi a Satán reírse de mí varias veces. Yo sabía muy bien que estaba soñando, ¿qué clase de prueba es ésta?
Estoy como en el espacio exterior, veo miles de cosas que en el fondo es solo una: Lars.
¿Qué mierda tiene que ver ese idiota con la soberbia?
Ohh, ¡está en todas partes! Riéndose, llorando, ¿bailando? Sí, en un lugar estaba vestido de rojo como si fuera el diablo, bailando y cantaba "¡Soy Lars el malo!".
A... otro lado, se encontraba su cara en el cuerpo de un... ¿gato? Sí, un gato que volaba y del culo le brotaba un arcoiris. Cantando algo así, bien chillón..."Lars Lars Lars Lars Lars"... puta cancioncita, se me quedó pegada y la ando cantando en mi mente.
Corrí de allí tratando de alejarme, aparecían más y más Lars en mi camino. Para colmo, el puto gato-volador-con-cara-de-Lars me estaba siguiendo. Sentí que alguien me tocó el hombro, yo volteé. ¿Adivinen quién? Sí, otro Lars, apuntando a un niño gordo y me dijo:
— ¡Mira Kirk! ¡Ese niño tiene senos!
Arrugué varias facciones de la cara en confusión, ese diálogo ya lo conocía de algún lado... y continué huyendo de allí. Tratando de buscar a algo que NO sea Lars aquí. Soberbia... soberbia... ¿de dónde la saco?
¡AHHH! Me estoy hartando de tanto Lars. Aparecieron miles de él, a modo de ejercito, persiguiéndome. Todos al mismo tiempo con un horrible, largo, cursi y aburrido discurso:
— ¿Kirk? ¿Por qué te cortas? Sabes que la vida es hermosa, ¿verdad? ¿Hay algún problema que me quieras contar? Si no quieres contarme está bien... ¿te puedo abrazar? Claro, ¡no hay nada mejor que ser abrazado por alguien!
Nunca he sido claustrofóbico pero, teniendo a miles de Lars encima, eran como una pared que me estaba aplastando y me estaba entrando un ataque de pánico. DEMASIADO AMOR DE LARS. No, no quiero tanto amor, digo... ¡No quiero amor! Sólo un abrazo de consolación, sólo eso... ¡AHHH!
— ¡La vida es hermoosa! —Continuaron todos al mismo tiempo— Te queremos ayudar, Kirk, ¡ayudaarte! ¿Por qué sufres? ¿Otro abrazo?
— ¡NO! —grité, levantándome del piso y tratando de escapar, me retuvieron y comenzaron a abrazarme todos en conjunto.
— ¡TE QUEREMOS, KIRK! Que no se te olvide, la vida es hermosa... ¡No te cortes!
Tanto amor me está asfixiando, agh...
Logré golpear a uno que otro Lars y pude huir, continuaba ese gato de mierda cantando detrás mío. Choqué con alguien, éste se da vuelta... ¡Oh, otro Lars!
— ¡Mira Kirk! —Se dio vuelta, usando unos pantalones negros de spandex, demasiado apretados— ¡Con esta ropa pareciera como si no tuviera nada puesto!
Y ahí comenzó a sacudir su enorme y gordo trasero.... esperen, ¿qué? ¿en qué me estoy fijando? Vale, tiene buen culo para ser un hombre, no obstante... Ewww. ¿Por qué le miré el culo? ¡Eso es asqueroso! ¡Mierda! De nuevo esta estampida de Lars, y el puto gato volador. Este último se puso a girar en círculos... ALREDEDOR MÍO. No pude seguir corriendo por eso mismo. La puta canción que cantaba me estaba reventando las pelotas y siento que en cualquier momento voy a explotar.
— ¡Kirk! —gritaron los mil y un clones— ¿Quieres un abrazo?
— ¡Lo último que quiero es un abrazo! —cerré los ojos, tratando de concentrarme.
— ¡Es para consolarte! ¿No que amabas nuestros abrazos? ¿Te sientes mal? ¡Te queremos ayudar!
— ¡No, no, no y no! —Me arrodillé y puse mis manos a un costado de mi cabeza, tratando de "retener" la puta canción del gato y también evitar oír a estos idiotas.
— Kirk, ¡nosotros te queremos!
— ¡Mentira! —Cubrí mis orejas lo más que pude- ¡Ustedes no me quieren! ¡No quiero la friendzone, no!
— ¿Kirk? —Ok, ésta era una sola voz, abrí los ojos, ya era de día y... ahora si tenía al verdadero Lars hinchándome las pelotas— ¿Cómo de que no quieres la friendzone?
— ¿Qué? —Me senté en la cama, ahora el que estaba arropado con mantas hasta arriba era yo, me sentí incómodo porque dije eso sin pensarlo y él haya escuchado.
— Me levanté porque te oí hablando mientras dormías, ¿te pasa algo? —negué, mirándolo feo— Aparte andabas temblando de frío, te vine a arropar.
— No me digas —Rodé los ojos y volví a acostarme.
— Kirk, ¿te sientes bien?
— Lars —le cambié el tema—, ¡¿podrías cerrar la puta boca de una vez?!
— ¿Qué mierda? —me agarró de manera violeta del hombro, me giró y me hizo sentarme nuevamente en la cama— Yo sólo vine para ayudarte.
— ¡Eso lo andas diciendo desde ayer! ¡Es suficiente!
— ¿Suficiente? ¿No quieres que te ayude en nada?
— Lars, ¿qué puta parte de que estoy bien no entendiste? ¡Estoy harto de que..!
— ¡No lo estás! —me interrumpió— Deja de hacerte el fuerte, joder, ¿por qué no me dejas ayudarte? ¿No ves lo mucho que me preocupo por ti? ¿No ves lo mucho que me importas?
— ¡Estoy jodidamente bien! No necesito ayuda de nadie, ni mucho menos tuya, estoy harto de que me hinches las pelotas a cada rato. ¡Hablas demasiado!
Se quedó en silencio, hizo una mueca en descontento. Dio media vuelta y comenzó a tomar todas sus cosas.
— Vale, haz lo que quieras, yo que de verdad estoy preocupado y que tu me importas mucho. Me doy cuenta que... si hubiera sabido el tipo de persona que eras —Guardó todo en una de las cajas que habían quedado de cuando nos mudamos—, si hubiera sabido que eres un verdadero enfermo mental, claro, entonces, ¿por qué te haces eso? Por eso mismo, eres un jodido enfermo, claro, si lo hubiera sabido, nunca me hubiera interesado en ti y nunca hubiera echado a Dave de la banda.
— ¿Perdón? —Me señalé a mi mismo— YO soy mil veces mejor que Dave, ¡no entiendo de qué estás hablando! De todos los putos guitarristas que hay, ¡claro que yo soy el mejor! Por algo me elegiste, ¿no es así? Dave no se compara a mí en NADA.
Cargó la caja hasta la puerta y soltó:
— ¿Qué carajos te pasa? Creí que eras diferente, ¿de dónde salió ese Kirk orgulloso?
— ¿Cómo que de donde salió? No sé que mala percepción tenías de MÍ perfecta persona, pero que te quede bien claro que... ¡Estoy harto de que me molestes! Odio que hables, hables y hables, ¿no ves que me siento asfixiado por eso?
Del enojo pasó a un estado de... ¿qué? ¿Por qué carajo tenía los ojos llorosos? ¿Qué le pasa?
— Ok.
No añadió nada más, salió de la habitación y dio un gran portazo.
Joder...
No escuché ruidos de que nadie estuviera despierto a esta hora, debe ser muy temprano todavía. Me daba flojera ver la hora, por tanto, me acosté de nuevo para ver si podía seguir durmiendo.
Puta madre. No pude.
Pasaban horas y horas, no podía dormir.
— ¡Kirk! ¡Ven a desayunar! —Puto James que me jode los momentos reflexivos.
— ¡Ya voy! —grité de vuelta.
De milagro, creo que hoy no desperté todo mutilado (me refiero a que no me salieron nuevos cortes).
Me fui a sentar al comedor, de inmediato, Lars dejó de comer y se fue de allí. Coloqué los ojos en blanco, tomé asiento y empecé a comer lo más rápido que pude.
— ¿Aún no te vistes? —Pregunta estúpida que me hizo James— En un rato más nos vamos al estudio, tenemos mucho que hacer, puesto que ayer casi desperdiciamos el día por tu culpa.
— Lo siento... —murmuré bebiendo té a gran velocidad.
— A todo ésto... ¿ya te recuperaste de... lo que sea que te haya pasado ayer? —Asentí, seguía con el sentimiento de culpa, pero definitivamente, andaba muy cabreado ahora por culpa de Lars— Ah, ¡qué bien!
Cuando terminé, fui a mi cuarto para cambiarme de ropa... Suspiré en alivio al ver que había pasado la prueba, la palabra "soberbia" fue borrado. Sin embargo... ¿qué carajo con la prueba? ¿Cuándo es que he sido orgullo...? ¡Mierda!
¡Qué idiota soy! El hijo de puta de Satán, me hizo soñar eso para que al día siguiente, es decir, hoy, me pusiera a pelear con Lars y yo sea un orgulloso de mierda. ¡Ahí está! Oh, maldita sea... ¿qué hice? Porque estoy retrocediendo un poco, en el momento de la discusión, y me di cuenta de que dije un montón de mariconadas sin sentido, creyéndome lo máximo...
Ya en el estudio, y sintiéndome mejor del estómago —y no en lo psicológico—, nos dispusimos a comenzar DE VERDAD las grabaciones del disco. Recuerdo a la perfección cada vez que Lars evitaba el contacto conmigo, de cualquier tipo, sobre todo el visual. Yo aveces lo miraba y me daba la espalda.
Comencé a sentirme mal de a poco... mi comportamiento fue una mierda, ¿cómo se me ocurrió decirle esas cosas? ¿Se habrá sentido muy mal? ¡Puto Satán que me alejó a Lars de encima!
Al regresar a casa (ya siendo las cuatro de la tarde, más o menos), ya después de almorzar -y teniendo a Lars ignorando mi presencia-, este imbécil en vez de andar tirado encima mío, andaba encima de James, hinchándole las pelotas, como lo hacía conmigo ayer.
Aveces ambos se agarraban a golpes, luego se tranquilizaban, bebían una cerveza, otra pelea, tranquilizaban, cerveza, y así. Durante lo que restaba de tarde. ¿Y yo? Sólo y triste, no quería ir a molestar a Cliff porque estaba en su horario de lectura, y en media hora más, era su hora para practicar con su bajo.
Sí, ya conozco muy bien las costumbres de mis compañeros de banda.
Al menos, pude entretenerme con mi guitarra, tocando canciones de las bandas que me gustaban, aún así... Aghh, la culpa me superaba.
Me tiré sobre el sillón del living, noté que allí al lado estaba la caja con las cosas de Lars, seguro que aquí se va a quedar a dormir hoy. Él y James salieron a no se dónde, ya estaba anocheciendo. Ahh... puta televisión, la señal era una mierda, terminé apagándola porque no podía ver ningún programa.
— ¿Aburrido? —asentí, era Cliff— Si no hubieras tratado tan mal a Lars, tal vez él te estaría entreteniendo.
— ... —Abrí los ojos como platos— ¿Qué? ¿Cómo sabes...?
— Cuando ocurrió eso, James y yo regresábamos de la fiesta que hicieron los chicos de Anthrax, Lars nos pidió dormir con nosotros, dijo que se sentía muy mal... más tarde le pregunté que pasó y bueno, me contó con exactitud todo lo que le dijiste.
— Oh... —me sentí avergonzado por eso— Lo lamento mucho, no quería decirle, es que...
— No me digas nada a mí, dile todo lo que tengas que decir a él. No me metas en esos temas.
— Ah, claro, este... Cliff... —Lo tomé del brazo porque ya se había dado vuelta para irse.
— ¿Sí, Kirk?
— Necesito un consejo.
— Dime.
— Pues... tuve una pesadilla, con Lars, él estaba en todas partes... jodiéndome —Burton se rió— ¡Oye!
— Lo siento, continua.
— Bueno, es que... ¿sabes por qué estoy pensando tanto en él? ¿O puedes darme alguna explicación a...?
— Porque te gusta.
Sentí como mis mejillas agarraban calor con fuerza, cubrí todo mi rostro con mi larga cabellera y me quejé:
— ¡No! ¡Cliff! Eso no.
— Vale, era una bromita, no te me enojes... —Colocó una mano sosteniendo su barbilla, lo meditó bien y...— Tal vez sólo estés preocupado porque te le peleaste con él y estás arrepentido. ¿No es eso?
— ¡Sí! -exclamé— ¡Es eso! Gracias, Cliff.
— De nada —Sonrió y yo partí rumbo a mi dormitorio.
Me encerré a pensar un poco. ¡Vaya susto que me dí! Creí que era algo peor pero no, sólo me siento mal porque lo herí. Sí, no siento nada más. Ya era bien tarde, me entretuve leyendo cómics que tenía guardados (y estoy comenzando a coleccionarlos, además). Mierda, estamos en primavera, todos los días ha hecho un calor de puta madre y justo, pero justo hoy hace un frío de cagarse. Estaba tapado hasta arriba con mantas, en efecto yo todavía tenía frío. Y mucho.
Ahora sí que quiero un abrazo de Lars, uno bien fuerte... mierda, ¿por qué sigo preocupándome y pensando en él? Ya pasé la prueba, debería estar contento por seguir vivo, y no lo estoy.
Me levanté para ir a la cocina, abrí el refrigerador, a ver... Pizza de hace tres días, llena de carne, polvo y pelusas... carne, EWWW... más carne, carne de cerdo... Agarré el filete lo abracé como si fuera mi antigua "mascota", le dí un besito y lo arrojé al tacho de la basura, no quería tener que recordar eso de nuevo.
... opté por tomarme una cerveza en lata, que ya estaba previamente abierta. Le quedaba un poco más de la mitad así que me lo tomé al seco. Y boté el envase.
Pasé por el living, bueno, ya había pasado por ahí cuando me levanté, no obstante, ahora sí presté atención a la presencia de Lars, tirado sobre el sillón, mirando el techo, temblando de frío al igual que yo.
Suspiré, con mucha timidez, me acerqué a él, me agaché para quedar a su misma altura y lo solté de una:
— No era mi intención decirte todo eso, lo siento mucho —me contempló desconfiado, yo hice una mueca—, en serio, es que... te vas a reír de mi por lo que te voy a decir... tuve una pesadilla contigo, y quedé muy picado, eso es todo. Quiero pedirte disculpas, sólo eso.
— Disculpas aceptadas —Tomó asiento en el sillón, sonrió y de la nada frunció el ceño—... ¿qué soñaste?
— No querrás saber, en serio.
— Sí, quiero —volvió sonreír, ahora de forma pícara—, vamos, dime.
— Ehh... algún día te lo diré.
— Claro... este... —Miró a todas partes, y me dijo casi en un susurro— ¿puedo dormir contigo? Hace mucho frío, aparte que no sé, este departamento me da miedo de noche, no quiero dormir aquí.
— Sí, de hecho... venía a disculparme para pedirte eso mismo.
— ¿En serio? ah, bueno, vamos... se hace tarde y tenemos que levantarnos temprano mañana.
— Lo sé, vamos —Sonreí.
Fuimos a ahora nuestra habitación, él iba caminando por delante mío, y por esas casualidades de la vida, me di cuenta que llevaba exactamente los mismos pantalones negros de spandex que usaba en mi sueño.
Es como si no tuviera nada puesto, nada puesto...
— ¿Kirk?
— ¡Ah! Ah, ¿qué? —me alarmé y desvié la vista hacia arriba, ¿me habrá pillado mirándole el...?
— Vamos, no te quedes ahí parado, que tengo sueño.
— Ah, bueno...
No se me hacía ningún problema dormir en la misma cama que él, para nada.
— ¿Abrazo?
— Abrazo —Sonreí al sentir sus brazos rodearme la cintura por detrás, ahora estaba más tranquilo.
— ¿Qué soñaste? —insistió, yo reí por lo nervioso que me puse.
— Nada, cosas estúpidas.
— Dijiste que fue conmigo, ¿soy un estúpido?
— Tú no, el sueño.
— Ok.
Al poco rato se quedó dormido, sentí un leve cosquilleo por mi espina dorsal cuando noté que Lars tenía apoyado su rostro en mi nuca, su respiración calentita en mi cuello... eso me gustaba.
Sonreí.
Y paré de inmediato. ¿Qué mierda me está pasando? Me reía al recordar mi sueño, mi mente estaba cantando la cancioncita del Lars-gato-volador.
"Lars Lars Lars Lars..." , lo siento, es muy pegajoso. Continué riéndome en silencio.
Mañana tocaría pereza, ¿qué deparará para mí ahora?
No quiero volver a herir a Lars... ¿por qué pienso tanto en él? Mierda...
"¡Ese niño tiene senos!" proseguí riendo en silencio. Vaya, la noche es larga y no me siento incómodo al tenerlo respirando en mi cuello, adoro eso.
¿Será que también adoro a...?
"¡Ese niño tiene senos!" . Mierda, no me puedo aguantar la risa.
Puto Lars.
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