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Unos invitados peculiares

Arturo se fue y nos segundos después Carolina entro, algo tímida, seguramente sabe que es lo que le voy a decir o que vamos hablar.

- toma asiento por favor – ella se sentó.

- y ¿Por qué querías verme?

- creo que es algo claro, dime ¿Cómo te sientes?

- algo cansada la verdad, cuando la muerte te respira en el cuello, aprecias más lo que viviste.

- es verdad, cuando ves cara a cara a la muerte, tu percepción sobre las cosas cambia, a veces drásticamente.

- sí, pero bueno no podemos hacer nada.

- quien sabe, quizás sí y quizás no ¿Me puedes mostrar?

- ¿Qué te muestro? – me miro con cara pervertida.

- pues el mordisco, no tengo tiempo para estas cosas.

- ¿No tienes tiempo o no quieres hacerlo conmigo?

- es la segunda – yo reí – ahora enserio, enséñame donde te mordieron – ella se quita un poco el pantalón y sube la pierna mostrando la mordida – no se ve nada bien.

- lo sé y tengo miedo a morir.

- todos en algún momento lo tenemos, yo lo siento, pero te tendré vigilada.

- sí, yo lo sé, yo lo que pido es que cuando me transforme en uno de ellos, mátenme por favor.

- eso haremos, también vas a ir a todas las misiones.

- ya se, porque estoy corta de tiempo, como ya estoy cerca de morir, no importa si muero realmente, total, ya iba a morir, ya escuché tu discurso.

- de verdad lo siento.

- no te disculpes, no es tu culpa, además no me puedo salvar, lo último que hare es disfrutar mi vida o lo que me queda de ella.

- es lo mejor que puedas hacer.

- es momento de celebrar y después cuando nadie me vea llorar.

- haz lo que quieras, solo te deseo buena suerte ¿Ya me puedo ir?

- claro, pasa tiempo con la persona que más amas.

- lo hare, aunque no la puedo besar.

- eso no es cierto, si lo puedes hacer, yo bese a alguien que se iba a convertir en zombi y mira, aquí estoy, quizás se inmune, si la quieres besar, hazlo, bésala.

- ¿Cómo sabes que es mujer?

- pues, lo supuse, le pregunté a Isabela que a quien más amaba y me dijo que tú, al final me dijo que están intentando tener una relación, pero es difícil porque literalmente es el fin del mundo, así que ve Carolina con ella, pero eso sí, cuidado, no duerman juntas porque te puedes convertir en zombi.

- ¿No sabes cuánto dura la transformación de zombi?

- creo que normalmente un día, pero esto a veces es menos o puedes durar hasta más.

- bueno, gracias por todo ¿Quieres que llame a alguien de afuera?

- si por favor, llama a cualquiera, la verdad no importa, al final hablare con todos – ella salió y unos segundos después entro alguien con bata de doctor, ese debe ser el científico – hola, por favor tome asiento.

- hola ¿Por qué querías verme?

- creo que tú ya sabes – le mostré el mapa - ¿Qué sabes de eso? – él se emocionó.

- claro que sé que es, es sorprendente, esto lo busque por mucho tiempo.

- ¿Qué es esto?

- un mapa – no me digas, yo lo mire muy serio – un mapa donde señala cosas tecnológicas muy avanzadas, puede que hayan descubierto el origen de la plaga.

- y si sabemos el origen podemos hacer una cura.

- exacto, esto es muy importante, siempre me gusto descubrir y crear y con esto, puedo hacer maravillas, así que te lo suplico, vayamos.

- ya tengo un equipo preparado para ir allá ¿Quieres ir? – él sonrió - ¿Por qué te pregunto? Si la respuesta obvia es que si, mañana por la mañana.

- claro, gracias por todo.

- no me lo agradezcas, antes tú me vas a ayudar a descubrir todo y hacer armas.

- claro que sí, es lo que más me gusta hacer – él río - ¿Te puedo pedir un favor?

- claro, pídeme lo que sea.

- necesito un laboratorio para mis experimentos.

- no tenemos uno, pero te lo podemos dar, te podemos construir uno en tu habitación y no podrás hacer lo que quieras

- ¿Enserio? ¿Hasta experimento con humanos?

- no, eso no, solo los podrás ver, porque podrán pasar normal, pero tendrán a dos personas detrás por si algo malo pasa.

- está bien y ¿Cuándo estará listo?

- no lo sé, primero tienes que dormir en una de invitados hasta que tu cuarto esté listo, déjame preguntar a mi asistente cuando estará ¡Miranda! – ella entro a la habitación.

- ¿Sí señor?

- una pregunta, tú vas a construir un cuarto para nuestro amigo ¿Cómo te llamas?

- llámame doctor, no me gusta mi verdadero nombre.

- ¿Dime, quiero saber?

- Benemérito – yo me reí y luego él también se río.

- está bien, te llamare Doc, bueno, como decía, vamos a construir un cuarto para él y necesita un laboratorio ¿Cuánto se tardaría?

- no sé, creo que unos tres días.

- quiero que sean dos.

- está bien, en dos días estará su habitación.

- gracias, hablamos después, ahora vete – ella cerró la puerta.

- bueno, mientras esperas que tu cuarto este, te voy a asignar un cuarto de invitados y cuando te llames, llama a alguien, pero a quien quieras.

- gracias, eso hare, pero ¿Dónde queda eso?

- dile a Miranda que te lleve, recuerda que te tienes que levantar temprano para la misión.

- claro que sí y ¿Estará la que mordieron?

- sí, ella hace parte del equipo.

- más razón de estar en la misión ¿A qué horas es la misión?

- nosotros te llamamos – él se fue y yo espere a que alguien más entrara, pero no lo hicieron, hasta que después de un tiempo entraron dos personas, supongo que le debieron haber puesto problema al entrar, porque no tiene razón de haberse demorado tanto – hola por favor tomen asiento – por suerte tengo dos sillas, así que se pudieron sentar.

- hola, lo siento por no poder entrar, es que somos dos y casi no pudimos entrar, por eso nos demoramos tanto, es mientras mi hermanito consigue confianza del lugar y su gente – él le despeino con cariño, pero su hermano le quito la mano amablemente – mi nombre es Freddy y el de mi grosero hermano se llama Nicolas.

- ¿Yo que hice?
- no aceptar mi cariño, yo solo estoy siendo cariñoso – el río.

- bueno, veo que se llevan bien, adivino que quieren dormir juntos.

- claro que sí.

- ¿Me pueden decir algo sobre ustedes?

- pues, somos dos hermanos, como ya sabes, mi hermanito es muy tímido y un poco ciego, por eso usa gafas – el chico que se llamaba Nicolas era rubio, se le veían los huesos, parecía que no comía, pero al parecer así es, y el sí come mucho – sus mayores fortalezas es tener un buen oído, la historia y poder escribir historias de asesinatos – no sé de qué nos sirve escribir historias en esta vida, pero alguna utilidad tendrá – y como vez, yo soy guapo, pero mi hermano más – él era pelinegro y una piel blanca, muy blanca, no había nada más que destacar de su físico, solo que su voz es como intimidante, sientes presión cuando hablas, sientes que tus padres te estén castigando, no lo quiero ver enojado – soy, no se describirme la verdad, yo siempre pongo la cara entre los dos, no soy el más fuerte, ni el más audaz, pero soy el que pone la cara a los problemas por los dos o por lo menos en las situaciones más difíciles, como cuando están regañando a mi hermanito, yo lo defiendo, aunque no lo creas, mi hermano tiene un temperamento más enojado, pero no dice nada hasta que son amigos – su hermano lo miro feo – y ya, es todo.

- ¿Quieren unirse al ejército?

- yo si quiero – Nicolas hablo, eso hizo que su hermano se sorprendiera.

- acabas de hablar.

- si ¿Algún problema?

- no, ninguno, pero ¿Por qué?

- no te lo diré, es algo privado.

- ¿Puedo saber yo? – ambos me miraron – quiero saber, no es obligatorio que me lo digas, pero yo no diré nada, solo quiero saber, me da curiosidad.

- ¿Tú crees...? - su hermano lo interrumpió

- claro, pero solo él y yo – miro a su hermano – por favor.

- está bien, me iré, los espero afuera – el salió.

- ¿Por qué no querías hablar con él? Y ¿Por qué conmigo sí?

- pues, la razón es porque es por él, por él voy al ejército y eso no es bueno y te lo digo a ti porque vas a ser mi jefe y hay que tenerles confianza a nuestros jefes.

- pues, no pienso lo mismo, pero está bien, me gusta que me tengas confianza, ahora dime ¿Por qué te unes a nuestro ejército?

- pues es fácil, no sé si lo has notado, es que, mi hermano me opaco, él es perfecto, o es mejor que yo, yo no puedo hablar mucho, me da pena, incluso ahora, yo me siento opacado, soy la sombra de mi hermano, él no quiere eso, es tan amable, mierda, es que me siento una sombra, me quiere unir al ejército para mostrar que soy bueno en algo.

- pues, eres más guapo.

- eso no cuenta, porque la belleza es algo subjetivo, además está siendo cordial y es un chiste, no lo dice enserio.

- tal vez no es así, yo me veo como una fea persona, pero muchos me dicen que soy guapo y no es mi familia, tal vez él se ve feo, así que tú eres hermoso.

- puede ser, pero quiero demostrar que puedo hacer cosas sin ayuda de él, que soy independiente, además podre presumir que estoy dando la vida por mi hermano y varias personas, así que si, lo hago para ser mejor que él.

- está bien, pero no será fácil, si quieres ser mejor que el, pues te tienes que esforzar.

- espera, ¿Te preocupa que ese sea mi razón de estar en el ejército?

- sí, esa es mi idea, porque puedes ser una carga para nosotros.

- tranquilo, no lo seré, total, me gusta matar zombis y personas, así que por ahí no hay problema, quizás llegue a no importarme eso, pero no lo creo, mientras me sienta la sombra de mi hermano, seguiré teniendo las mismas metas.

- está bien, mientras no sea un problema para todos, te dejo estar aquí, pero cuando seas un problema, te sacare ¿Listo?

- está bien, te lo prometo.

- bueno, ya te puedes ir, si quieres practicar tiros, ve a la sala de tiros.

- ¿Dónde queda eso?

- Miranda te lo va a mostrar.

- ¿Quién es Miranda?

- mi empleada ¡Miranda! – ella abrió la puerta.

- ¿Qué pasa señor?

- quiero que lleves a Nicolas a practica de tiro – Nicolas se levantó – no te preocupes si no habla mucho, el normalmente no habla y llámame al último que falta.

- está bien, lo voy a hacer, ven chico – Nicolas se acercó si a ella y se fueron, después entro otra persona.

- hola, mi nombre es Gabriel y soy el que manda aquí, te quería conocer.

- un gusto – me dio la mano y se quedó quieto mirando a la nada, hasta que reacciono y me soltó.

- creo que él gusto es mío – él sonrío y se río – bueno ¿Por qué querías verme?

- para conocerte.

- conocernos – este debe ser el que está loco.

- ¿Cuántos hay?

- no sé, pero es más de uno, además si fuera uno, igual fuera plural.

- tienes razón y ¿Tienes alguno que tenga una piel muy pálida, pelo y ojos negro, voz sexy y su nombre es Fred? – él río, eso significa que, si entendió mi referencia, eso me puso feliz.

- estuvo bueno, pero no los veo, los – se quedó callado – solo escucho su voz, ni se si como es, tampoco sé si tiene cuerpo, solo los escucho.

- y ¿Cómo te sientes? – él se río.

- pues, sigo vivo, así que está bien.

- ¿Qué me dices de ti?

- nada nuevo, estoy seguro que no – se quedó callado y en voz baja dijo – todos hablan de lo roto que estoy.

- si han hablado de ti, pero nada malo, solo lo que hiciste, como salvaste a Arturo.

- somos amigos, muy buenos amigos – él me miro y sonrío – nos acabamos de conocer, pero espero que sigamos siéndolo en el futuro – el miro para un lado asustado, empezó a temblar y mover los labios, no creo que hablaba, y si lo hacía no lo podía escuchar, no me acercaba por miedo, no sabía que iba a pasar, así que cogí una pistola y no la deje ver, para que él no se alterara y pensara que lo quería matar. Él golpeo la mesa y grito, luego me miro y sonrío – lo siento, dijeron algo – él se río – algo que no me gusto, pero lo solucionamos.

- que bien, porque me preocupe de ti.

- ¿Por qué lo hiciste?

- a partir de ahora eres parte de este barco, yo soy el capitán y me preocupo por todos los integrantes, así que me preocupare por ti.

- no tienes que hacerlo, soy el sobrante – su sonrisa desapareció – nadie se preocupara por mí, nadie – él se río – estoy solo, siempre estaré solo.

- quizás pueda cambiar eso – él se río.

- no creo, nací roto, nací especial, diferente, pero de la manera mala, las personas se alejan de mí, pero no los culpo, doy miedo – él río y se levantó de la silla y se levantó y fue al balcón, obviamente lo seguí.

- es una vista algo triste ¿Verdad?

- no lo sé, cuando eso paso, yo estaba encerrado – se puso la mano en su pecho – como un león con mucha hambre, que se quiere comer una persona – él miro al suelo y sonrío - ¿Quieres saber algo gracioso?

- claro, dime lo que sea.

- todos los que me llamaron loco y quisieron hacerme cualquier tipo de daño, ahora están muerto, ya no están, ahora están tirados por la ciudad o si tuvieron suerte los enterraron.

- los zombis debieron hacerlo, se lo merecían, aunque estes loco, deben tratarte con un poco de respeto.

- no fueron ellos, yo los mate, a todos – él sonrío y miro al cielo – y disfrute hacerlo, porque nadie me lastima y salen vivos, algunos le saque los ojos, otros los obligue a matarse entre ellos, lástima que solo pude matarlos una vez – él se río, incluso se ahogaba por reírse mucho – lo mejor de todo o lo más gracioso de esa situación es que había alguien, un chico que apoyaba el amor, que por ser diferentes, no nos podemos alejar y él fue el primero en alejarse al saber que soy diferente – se volvió a reír – que ridículo si vas a defender a la gente por ser diferente ¿Por qué a mí no me defendiste? Yo era el más diferente de todos y se alejó.

- así es la gente, dice unas cosas, pero hacen otras, pero que se puede hacer, él pensaba así, pensaba que podía hacer una excepción contigo, es estúpido, pero así pensaba.

- no me importa ya, tampoco a él, porque está muerto – yo me reí.

- quizás esto si pueda cambiar.

- ¿Qué cosa?

- tal vez si podre tener amigos, ya tengo uno, Arturo – él se quedó callado y se puso serio – bueno, amigo físico – se volvió a quedar callado y se puso enojado - ¡No eres real! Eres parte de mí ¡Así que, si tengo razón, Arturo es mi único amigo físico! – se quedó callado y gruño, como si fuera un perro - ¡Eso no me importa! Yo tengo el cuerpo, ustedes solo dan sugerencias – se quedó callado y su cara paso a la de una persona triste, como si sintiera lastima – lo siento, sé que han intentado ayudarme siempre y que intentan hacer lo mejor, pero, solo no son reales, no los puedo abrazar, no los puedo tener aquí. Los quiero chicos y lo siento por enojarme, sé que quieren lo mejor y yo también los quiero – yo no sabía que decir, todo lo que paso me dejo sin palabras – listo, ahora somos amigos – me miro – lo siento por lo que paso, estaba en una peleíta, pero no importa ¿Dónde estará nuestro cuarto? – en este momento pude volver a ser yo, pude reaccionar.

- Miranda te va a llevar, por cierto, los nuevos invitados tienen guardias, si ves uno no te asustes.

- ¿Por qué?

- pues, son nuevos, así que las personas desconfían de los nuevos y pueden a llegar a hacer una locura.

- entendido, está bien ¿Dónde está mi habitación?

- ¡Miranda! – ella abrió la puerta.

- ¿Qué necesita señor?

- puedes mostrarle el cuarto al señor.

- si claro, sígueme.

- antes de irte, pon a dos personas a protegerlo, como a los otros invitados especiales que tenemos, menos a Nicolas que está en entrenamiento, solo hazlo cuando pare de entrenar – espero que entienda lo que dije.

- si – dijo algo dudoso – lo hare, solo que tardare un poco, ya que se me olvido, lo siento señor, fue mi culpa.

- no pasa nada, todos cometemos errores, te perdono.

- gracias, ahorra vámonos – se fue ella con ese chico.

Vaya, tenemos un doctor que nos puede servir, con un nombre raro que sabe que es ese mapa, puede ser muy útil, además su manera de hablar genera confianza, así que no creo que tenga malas intenciones, solo quiere investigar, descubrir, experimentar y así, porque le gusta mucho la ciencia y se nota, también tenemos dos hermanos, uno ciertamente amable, con voz algo gruesa, muy amigable y quiere mucho a su hermano, hablando de su hermano, él es algo resentido, se siente la sombra de su hermano y que él es mejor que él, yo me he sentido así unas veces, pero al final descubrí que soy bueno en otras cosas, pero es normal sentirse opacado por alguien, pero eso no importa, mientras haga un gran trabajo, no me importa él porque lo hace, solo importa los resultados que me dé, por ultimo tenemos a alguien que está mal de la cabeza y ciertamente me da un poco de miedo, se ve que le falta más de un tornillo y que puede ser un peligro para las personas, pero está bien, se ve algo amigable y algo gentil, aunque en cualquier momento puede perder la cabeza y querer matarnos porque le dio la gana, así que siempre tendrá dos personas cerca suyo, por si algo malo pasa, puede que las cosas se salgan de control y ellos evitaran que ese escale a peor. Luego de un tiempo Miranda entro al cuarto y se acercó a mí.

- ¿Me explicas que está pasando?
- ¿Con que?

- pues con él chico que dijiste que le pusiste compañía ¿Por qué fue?

- está loco, aunque creo que lo sabes.

- lo sospechaba, pero no estaba seguro, adivino que lo vigilas si se le suelta un tornillo.

- también si alguien se pasa de la raya y quiere lastimarlo, cuando lo lastiman, él los va intentar matar, o esa es la idea que el me dio, pon dos de tus mejores hombres y que sean muy confiables para protegerlo.

- está bien, lo hare ¿Quiere algo más?

- no, creo que me voy a mi cuarto a descansar y a pensar en el ataque de mañana – me quede callado, me di cuenta que si necesito algo más – lo siento, pero si necesito una cosita más, puedes por favor llamar a Arturo y dile que vaya a mi habitación, que tengo que hablar con él.

- sí señor, voy para allá – camino hasta la puerta, pero antes de abrirla se pare de repente – se me olvido decirte algo – me miro – Juliana está afuera, creo que quiere hablar contigo.

- está bien, dile que pase por favor.

- claro – ella salió y unos segundos ella entro.

- hola ¿Cómo estás?

- bien – ella se sentó – la verdad es una locura, tener a ese chico conmigo y Simón es una locura.

- ¿Por qué?

- él se equivoca hablando y se estresa Simón por no poder hablar bien y normalmente él chico quiere jugar con los carros e inventaba a Simón, pero él no quería jugar y lo llamaba cada rato, hasta que acepta, aunque Simón le cae bien, son muy buenos amigos, solo a veces es insoportable olleros gritar y pelear.

- solo llevas un día, eso suena como una locura.

- pues, solo he visto una pelea entre ellos, los otros son lo que me han contado Daniel y Simón, porque normalmente salgo a visitar el lugar y hablar con personas.

- que bien, pero ¿Para qué has venido?

- ¿Acaso no puedo verte? – yo reí – vine para practicar tiro, quiero ser uno de tus guarda espaldas.

- ¿Qué?

- eso, quiero hacer algo y pienso protegerte, además siempre quise practicar con un arma.

- está bien, puedes hacerlo, ya hice que dos de mis hombres protejan a alguien de mis invitados, así que hay dos puestos vacíos.

- ¿Cuántos son?

- cinco, ahora seremos seis contigo.

- está bien, lo hare.

- ahora, todo lo que diga me harás caso y a Miranda también – ella miro hacia un lado un poco molesta.

- está bien – no volvió a mirarme, así que me acerqué y la abracé, creo que quiere estar cerca de mí, por eso quiere ser mi guarda espaldas, pero al saber que Miranda es la más cerca de mí, eso le debe dar celos, o me estoy volviendo loco o he leído muchas historias de amor – solo ten cuidado, si quiere hacerlo, hazlo, pero ten mucho cuidado, puede ser peligroso.

- tranquilo, estaré bien, además, yo por ti doy mi vida y más – esas palabras me erizaron mi piel – tú no te preocupes por mí, yo estaré bien – ella me sonrío y se empezó a acercar a mí, mi corazón iba a mil, pensé que me iba a morir, ella se acercaba más a mí. Pero, la maldita de Miranda toco la puerta y la abrió, así que ambos nos alejamos y aparentamos que nada pasaba.

- lo siento por molestarlo, pero Arturo está muy ansioso por verlo, además los dos guardias encargados quieren saber por qué hay que cuidarlo, yo les dije que era muy importante y que nada puede pasarle, además los que construyen quieren saber cómo será la habitación del científico, así le dicen, el que me pidió que le hiciera la habitación ¿Qué les digo?

- primero, dile a Arturo que espere, por favor y que me vea en mi habitación – ella quería hablar, pero yo la interrumpí – segundo, no lo sé, pregúntale eso a él, la habitación es de él, no mía, ¿Por qué yo tengo que saberle que le va a gustar? Pregúntenle ustedes, yo no sé y tercero y, por último, dígales que él es un poquito peligroso tenga cuidado, por nada del mundo le apunten con su arma si no es en defensa propia y que tengan mucho cuidado.

- está bien, lo siento por interrumpir – maldita.

- no pasa nada – ella se fue y yo miré a Juliana y le sonreí - ¿salimos por la noche?

- claro, será un gusto – ella me abrazo y se salió, yo sonreía, no podía evitar sonreír, maldigo a Miranda por interrumpirnos, otra vez, pero por lo menos recibí un abrazo de ella. El sonido de mi puerta abriéndose me saco de mis pensamientos, era Juliana quien la abrió – hola, lo siento, pero no sé dónde está la practica o el entrenamiento.

- debí suponerlo, pregúntale a Miranda ella te guiara.

- está bien – dijo algo molesta y cerró la puerta, creo que está molesta con ella.

Me arreglé un poco, para no salir como un completo loco y despelucado; cogí mis cosas y salí del lugar, me despedí de Miranda, que más que una guarda espaldas parece una secretaria, pero está bien, me puede ayudar en todo y me puede defender, yo me puedo defender solo, pero dos son mejor que uno. Le dije que me siguiera, ambos caminamos hasta llegar a mi cuarto y lo cerré con llave, no quería que nadie escuche esta conversación.

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