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Todo puede acabar mal

Luego de que se fueran, ayude a Samuel a lavar todo y organizarlo, luego abracé a Samuel y me fui de ahí, llegue a mi cuarto, estaba muy feliz, nada podía arruinar este día. Pero, escuche una explosión, yo rápidamente cogí mi arma y corrí a donde se había escuchado el ruido, antes de llegar, escuche disparos y vi a varias personas sospechosas, ellos eran demasiados además no tenía muchas balas, tenía que agarra más, así que rápidamente fui a la armería. En la armería cogí una escopeta, una pistola, muchas balas y varias granadas, tenía que estar preparado. Fui primero a la cocina, para ver si estaba Samuel, para mi sorpresa si estaba ahí.

- ¿Cómo estás?

- bien, supongo ¿Qué paso?

- nos atacan.

- mierda ¿Qué hacemos?

- primero voy a intentar encontrar a Juliana y sus amigos, después veremos qué hacer.

- que gran plan.

- ¿tienes algún plan?

- no, la verdad es que no.

- bueno, primero toma esto – le doy un arma - ¿sabes cómo utilizarla?

- sí, algo así.

- cuando veas a alguien te escondes, disparar el arma es lo último que vas a hacer para defenderte, primero te escondes, mientras yo busco a los amigos de Juliana, tu piensas que podemos hacer.

- está bien, lo hare, me ocultare y te esperare, buena suerte, no mueras.

- tranquilo, no te desharás de mi tan fácil.

Salí de la cocina corriendo, tenía que encontrar a Juliana, cuando estaba cerca de su cuarto, vi a varias personas, bandidos, yo les dispare a todos en el pecho, matándolos o dejándolos cerca de la muerte, cuando estaban en el suelo, saque mi cuchillo y se lo clave en el cuello, para asegurarme que han muerto. Luego de eso, abrí la puerta y la busque, pero no la encontré, cuando estaba de irme escuche un pequeño ruido dentro de la pieza, así que volví a buscar, encontré a Simón debajo de la cama.

- hola ¿Cómo estás?

- no muy bien y ¿tu?

- peor que tú, eso te lo aseguro ¿Qué paso aquí?

- fui donde Juliana y vi cómo se la llevaron, se la llevaron, se la llevaron lejos, yo me escondí debajo de la cama.

- ¿sabes a dónde fue?

- no, no se lo siento.

- no importa, sígueme, te voy a llevar a un lugar seguro ¿me vas a seguir?

- sí, por favor.

Salimos de la habitación, esta vez íbamos más lento, ya que el lugar estaba más lleno de antes, así que moverse era más difícil, también evitaba los enfrentamientos, por miedo a que el chico fuera lastimado. Mate a unas cuantas personas que me encontré cerca, le dije a Simón que se escondiera debajo de una mesa, yo le puse un delantal a la mesa para disimular un poco, cuando escuche unos disparos, puede que alguien este en peligro, me acerque a la mesa donde se escondía.

- Voy a ver que fueron esos disparos, no salgas de aquí.

- tranquilo, estaré bien.

- yo vere que fue ese sonido, puede que sea tu amiga en peligro.

- por favor salva.

- eso hare.

Corrí hacia el lugar donde sonó el disparo, llegué al mercado donde vendíamos las cosas, vi a varias personas arrodilladas o en el suelo, les estaban preguntando cosas y si no les respondía, los mataba. Ahí estaba Juliana y Arturo, también estaba más personas, pero ellos no eran los que más me importaban, además cerca del lugar estaba la espada de Arturo. No se me ocurría nada así que solo entre sin pensarlo mucho y tampoco tenía tiempo para hacerlo, ya que en cualquier momento podían matar a mis amigos. Entre al lugar, eran diez personas, tres con armas de fuego y los demás con cuchillos, hachas, machetes o a puño limpio, así que primero mate a los que tenía armas, luego les dispare a dos más hasta que las balas se me acabaran. Intente recargar, pero una persona me golpeo y me intento clavar, pero yo saque mi arma y le dispare en el pecho tres veces, luego mate a cuatro personas más, dos le di en la cabeza, uno en el cuello y al último le pegue dos tiros en el pecho, no pude matar a más porque se me acabaron las balas. No podía recargar porque lo enemigos estaban muy cerca, así que no tenía tiempo para hacerlo. Uno me intento pegarme con un hacha, pero yo lo esquive, le cogí el brazo y le clave mi cuchillo, no pude sacárselo porque el otro me pego un puño en la cara y me empujo lejos de él, el otro iba a mano limpia, así que era más fácil o eso pensaba, porque cada vez que lo intentaba golpear el me esquivaba, era bastante bueno, pero no era mi único problema, porque el otro me intentaba pegar con su hacha, tuve que esquivar cada golpee, hasta que tuve la oportunidad de quitarle el hacha y le lo clave en el cuello, matándolo. Su compañero grito y me agarro de la camisa y me puso contra la pared y me empezó a pegar en la cara varias veces, luego me pego una pata en el estómago y me lanzo al suelo, yo me intente levantar, pero él se tiró encima mío y me empezó a ahogar, yo no podía soltarme, era más fuerte que yo, pensé que me iba a morir, hasta que me cayó un poco de sangre en la cara, al parecer el me escupió sangre y me soltó, no sabía que pasaba, lo aparte de mí y ya entendí, Arturo le había atravesado con su espada y lo mato.

- gracias por la ayuda.

- no fue nada, tú nos salvaste, es lo mínimo que podía hacer.

- ¿pero porque no me ayudaste antes?

- me fue difícil soltarme de la cuerda con la que estaba amarrada.

- no sabía que estaban amarrados.

- sí, por eso te ayude un poco antes.

- no importa, lo importante es que me pudiste ayudar, sin ti estaría muerto.

- bueno ¿Qué hacemos?

- primero, Juliana tu sígueme, vamos a donde esta Simón y tu Arturo, no sé cómo, pero vas a cerrar el lugar, porque lo zombis pueden entrar, no sé cómo, pero tú vas a cerrar eso, luego voy a ayudarte, primero voy a llevar a Juliana a un lugar con Simón, luego voy a hablar con el jefe y por último te ayudo con eso.

- está bien ¿tienes un arma?

- pues si ¿no la ves?

- eso no me refiero, lo que me refería era ¿me la puedes prestar?

- claro toma – le doy mi rifle – yo me quedo con la escopeta – saco mi escopeta – ahora ve, este lugar te necesita – le explique donde habían entrado los bandidos – nos vemos allá, buena suerte.

- sí señor, nos vemos después – se fue de ahí.

- bueno, estamos tú y yo.

- ¿Dónde está Simón?

- escondido, estará bien.

- ¡¿lo dejaste solo?!

- sí, lo siento, pero no podía traerlo aquí, podía morir, era muy peligroso, el estará bien, te lo prometo.

- está bien, lo siento, debo calmarme, no debí gritarte, sé que intentas lo mejor posible.

- no pasa nada, sé que te preocupa en este chico, así que vamos para allá – caminamos hasta llegar a la mesa, yo toque la mesa - ¿estas bien Simón?

- si ¿Cómo te fue?

- traje a Juliana – el salió de su escondite.

- ¡Juli! – corre y la abraza – te quiero, pensé que te había perdido, pensé que te habían matado.

- te dije que siempre estaría a tu lado.

- gracias por mentirme para sentirme mejor, sé que no es verdad, pero agradezco que estes aquí – Simón me miro – tú también, ven aquí, por ti es que estoy junto a ti, ven aquí – el corrió y me abrazo – gracias por todo, eres una gran persona.

- de nada, fue todo un honor salvarla.

- ahora ¿Qué hacemos?

- ustedes se quedan aquí, yo voy a entrar aquí, a la cocina y buscare a Samuel, tomen esto – le di un arma a Juliana - ¿sabes cómo utilizarla?

- sí, se me defender.

- bueno, ocúltense aquí, solo la utilices el arma hasta que sea la última opción, si no salgo en unos diez minutos, entren ustedes, pero tengan cuidado.

- está bien, lo haremos, nos vemos después.

- tengan cuidado.

- tú también Gabriel.

Entre al cuarto y mire a mi alrededor, saque mi escopeta y grite el nombre de mi amigo, pero no hubo respuestas, lo buscaba por todos los lugares, pero no lo encontraba, me empezaba a preocupar, pero alguien me ataco por la espalda, me pego en la cabeza y me empujo contra la pared, intente apuntalarle con mi arma, pero él la cogió y la levanto, luego me la quito y me pego con ella, luego me la lanzo lejos, luego me golpeo en la cabeza y me pego con una sartén, ese fue un golpe muy doloroso, luego me pudo contra la pared y me pateó, luego me cogió de la camisa y me pego un cabezazo.

- ya fue suficiente muchachito – dos personas aparecieron detrás de él.

- ¿Quién eres?

- eso no importa ya, no importa quién soy, importa lo que me hicieron, a mí y a mi gente.

- ¿Qué te hiciste?

- nos mataron, mataron a todos mis amigos y mis hermanos, mataron a todos, ahora lo que vamos a hacer es devolverte el favor.

- ¿Qué quieren?

- primero, serás nuestro prisionero, tú me dirás donde esta tu estúpido jefe y luego veras como todo se explotará.

- les diré donde esta nuestro jefe se llama Samuel, Samuel es nuestro jefe, Samuel es el que manda todo Samuel – no pude seguir diciendo el nombre de Samuel porque me interrumpieron.

- ya sé que su nombre es Samuel, solo dime ¿Dónde es?

- es el piso más arriba, es la habitación más grande que hay, su puerta es de roble negro y ya, es simple.

- ¿Nos llevara?

- ¿Quieres que te lleve donde Samuel?

- si.

- pues solo espera, el vendrá.

- no tengo tiempos paras chistes, yo – el no pudo seguir hablando, porque mi amigo empezó a disparar.

Samuel saco su arma y le disparo al amigo que estaba más atrás y lo mato, se usó casi todo el cargador del arma, pero está bien, al final lo mato. Él señor que me estaba sujetando se distrajo por un momento, yo aproveche este tiempo para soltarme, sacar el cuchillo y clavárselo en la garganta, matándolo, pero, él único sobreviviente, le disparo en el pecho a Samuel, dos veces. Yo corrí rápidamente hacia nuestro enemigo y le pegue un puño en la cara, le cogí el brazo y le quite el arma, pero el saco el cargador y lo pateó lejos de nosotros y la bala que estaba adentro, la gaste, le apunte cerca de la cara, pero le falle por poco el disparo, aunque la pistola no tenga balas, aun la puedo utilizar, así que le empecé a pegar con la pistola, tenía tanto odio, quería matarlo a golpes nada más, él se empezó a defender y a esquivar mis golpes, lo cogí del cabello y prendí el fogón de una estufa y le puse la cara en el fuego, pero el me pego un codazo en la panza y se soltó, cogió un cuchillo he intento acuchillarme, pero yo esquive todos sus golpes, hasta que choque contra una pared y él puso el cuchillo debajo de mi cuello, pero yo le cogí el brazo he evite que me matara, pensé que moriría, pero no fue así, porque mi amigo le clavó un cuchillo en el cuello, matándolo. Él se iba a caer, pero yo lo agarré y lo acosté.

- ¿Cómo lo hice?

- muy bien Samuel, me salvaste la vida, gracias.

- no fue nada, tu harías lo mismo.

- es verdad, porque me importas.

- tú también, fuiste mi único amigo por mucho tiempo, incluso fuiste mi mejor amigo en la vida.

- es un gran placer serlo – yo reí – no te quiero perder – se me cayeron unas lágrimas.

- tranquilo, si muero, que sea por dar la vida a mi mejor amigo – lo abracé.

- te extrañare – escuche pasos – creo que vienen personas.

- vete de aquí, yo me encargo, cárgame el arma – le cargue el arma y se la di – gracias, ahora vete.

- ¿estás seguro?

- sí, voy a morir – tose – así que vete, yo ya estoy muerto, te puedo dar tiempo, ahora vete.

- no quiero, yo no quiero dejarte, estoy seguro que puedo hacer algo.

- ¿Eres doctor? No, no lo eres – tose varias veces – no vas a poder ayudarme, además no me puedo parar y estoy empezando a sentirme cansado, no viviré – tose sangre – no viviré por mucho tiempo, vete por favor, no te quiero perder – empiezo a llorar fuerte.

- está bien... - lo abracé fuerte – eres lo más importante para mí, te quiero, te prometo que tu muerte no será en vano.

Recuperé mi arma y me iba a ir, lo vi una última vez y dije gracias por todo susurrando y me fui, te quiero amigo. Salí del lugar y vi a Juliana y le dije que me siguiera, yo no podía pensar en nada, estaba lleno de odio, lo único que hice fue caminar hasta mi cuarto, Juliana me hablaba, pero no le puse mucha atención, no quería perder a nadie más, así que la pondré en un lugar seguro, mi cuarto. Llegamos a mi cuarto yo solo la mire, quería romper de llanto, pero no podía, me retenía de llorar, de derrumbarme, aun necesito hacer unas cosas y esas cosas son más importantes que llorar.

- ¿Qué le paso a Samuel? – mierda, esas palabras me destrozaron.

- esta, muerto.

- oh, lo siento de verdad – ella me abrazo – si quieres llorar, hazlo.

- si quiero, pero necesito hacer otras cosas más importantes, después voy a llorar.

- ¿seguro?

- sí, luego voy a llorar, si quieres me acompañas, pero tengo dos cosas que hacer.

- yo estaré para ti siempre, me puedes buscar – la abracé.

- gracias, quédate aquí, por favor, no quiero perder a más personas, voy a cerrar el lugar con seguro, no podrán salir.

- está bien, hazlo, nos veremos después – me soltó – no te mueras.

- no lo hare, te prometo que volveré.

Salí del lugar y la puerta la cerré con seguro, las únicas maneras de abrirla era con la llave que yo tengo o tirando la puerta, pero la puerta es de metal, así que será difícil de derribar. Camine hasta la sala presidencial, con mi escopeta, mate algunas personas con mi escopeta, cada bandido muerto era una venganza para Samuel. Llegue a sala presidencial, mate a los guardias que estaban ahí, active una granada y la lancé, matando a todos, le dispare a la puerta y la abrí, había alguien con un arma, se alegró de verme, pero yo le dispare en el pecho, y le apunte a mi jefe, por culpa de él es que Samuel está muerto, él tiene que pagar. Él tenía un chaleco antibalas y un arma en la mesa, yo le pegue en el chaleco, eso lo mando lejos de la mesa, él se levantó un poco adolorido.

- adivino que quieres vengarte.

- ¿Tú crees?

- solo hice lo correcto, ese mapa vale más que todas las vidas que están en este lugar.

- ¿Cómo se te ocurre decir eso?

- es la verdad, tengo que sacrificar algunos para que otros sobrevivan, no es una decisión fácil y es dolorosa, pero todo valdrá la pena, todas esas vidas que perdimos no importaran.

- te voy a matar.

- si quieres, pero prométeme una cosa, vas a seguir con el proyecto.

- ¿Qué proyecto?

- pues el papel, el mapa, eso vale más que cualquier vida humana, esto es el futuro.

- es un simple papel.

- más que eso, si voy a morir, hazlo ya, tengo mejores cosas que hacer.

- tranquilo, esto va a doler.

Le dispare a la pierna y se la quite, luego lo cogí de la camisa y lo puse contra la pared y le golpee en la cara varias veces, lo levante y lo tire contra la mesa, rompiéndola, le dispare en la mano, haciéndola pedazos, luego le mordí la nariz y saque mi cuchillo, le clave el cuchillo en la rodilla, se lo saque y lo tire por la ventana, cayo como tres pisos, si no ha muerto, ya no podrá servirnos, no tiene una mano y creo que no puede utilizar ninguna de las dos piernas, solo nos serviría como carnada para zombis. Cogí el arma de nuestro jefe y el mapa, si esto era importante mi jefe era por algo, necesito saber porque, pero ahora es más importante ir donde esta Arturo, creo que el necesitara ayuda, agarré todo lo que necesitaba y me fui.

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