La noche más oscura
Todos salimos de ahí, nos subimos a los coches y manejamos, cuando llegamos a nuestra casa, él sol se estaba escondiéndose eso significa que en poco tiempo va a anochecer, las personas iban a descargar las bolsas, pero yo le dije que no lo hicieran y que lo mejor es huir de aquí, porque si él ve todo lo que los zombis ven, significa que sabe dónde estamos y estoy casi seguro que él volverá a aquí, a matarnos, de echo estoy seguro, así que tengo que sacar a todos lo más rápido que pueda. Corrí a mi habitación y vi a Miranda, como siempre, así que me acerqué a ella.
- ¡Miranda! – ella me miro asustada - ¡Necesitamos irnos ya!
- ¿Por qué? ¿Qué pasa?
- ¡Nos van a atacar! Solo dime donde se habla con el micrófono, para avisar a todos.
- sígueme, adivino que tengo que alistar los motores y todo eso, para irnos pitando leches, dejar esto lo más rápido posible – yo moví la cabeza de arriba para abajo, afirmando – bueno ¡Chicos vengan! – varias personas se nos acercaron - ¡Necesitamos irnos de aquí ya, pero ya es ya, alisten todo y larguémonos, todos vamos a irnos de aquí, así que vayan por los carros y esperen a que todo pase, cojan todas las armas que puedan y defiendan ese lugar! – todos se quedaron quieto - ¡Muévanse, no tenemos todo el tiempo del mundo! – todos las personas se fuero – listo – me volteó y me sonrió – sígueme – ella empezó a caminar.
- corre, hay que correr, no tenemos tiempo y todo puede salir mal – ella empezó a correr y yo la seguí, era rápida, pero yo me quedaba cerca, era rápida, pero no tanto para mí. Llegamos y ella toco la puerta con fuerza.
- ¡Abran ahora, es una urgencia! – alguien abrió la puerta.
- ¿Qué pasa? – Miranda lo empujo para adentro, ella se veía más preocupada por esto que yo.
- tenemos que dar una pequeña información.
- no pueden hacer esto porque sí – Miranda lo agarro de la camisa.
- literalmente si puedo, es una orden, así que o nos haces caso o te tiramos por una ventana, gracias.
- está bien, hagan lo que quiera – Miranda lo soltó y se acercó a los controles.
- ¿Cómo funciona? – él señor que estaba sentado ahí se alejó un poco de ella.
- no te preocupes, yo lo arreglo, yo hago todo y te aviso cuando tengas que hablar – él chico presiono unos botones y yo me acerqué a Miranda – listo, acérquese al micrófono y solo hablé – yo hice caso.
- hola – escuche mí voz, así que eso significa que funciono – soy su jefe y les vengo a dar una noticia, paren lo que estén haciendo en este momento y agarren sus cosas y salgan de aquí, puede que en cualquier momento podemos ser atacados, hay que ir a la sala de vehículos, hagan lo más rápido que puedan ¡Ahorra! – hice señas que apagaran el micrófono.
- listo, se apagó, ahora ¡¿Qué demonios pasa?!
- es complicado – tocaron la puerta y el chico que Miranda lo agarro de la camisa lo abrió, era un compañero de Miranda.
- ¡Ya están aquí! – Miranda se acercó al compañero, pero antes de que pudiera pronunciar una palabra, un zombi lo ataco y todos fuimos para atrás.
- ¡Mierda! – ese grito del chico hizo que llamara la atención de ese zombi y se acerca a él.
- aléjate – mire a su compañero, para ver si tenía alguna arma en la mano, pero él solo estaba asustado sin poder moverse.
- quítate – el zombi lo agarro, pero Miranda saco rápidamente su pistola y le dio en la cabeza.
- gracias, tenemos que irnos, ahora, no quiero que esas cosas vengan – luego de eso, un zombi vino, y ataco a Miranda, la tumbo, se hizo arriba suyo, puso de manera vertical su arma, para que no lo mordiera, pero, no podía dispararle, solo le disparaba a la pared, pero por suerte, el chico cogió una hacha y le pego en la cabeza, varias veces, hasta matarlo – vámonos, ya, antes que se ponga peor – él se volteó y un zombi lo ataco, él puso el mango del hacha en su boca y resistió; debemos cerrar esta maldita puerta.
- ¡Yo me encargo! – corrí hacía el zombi, lo agarré del poco cabello que tenía y lo estrellé contra la pared que estaba ahí y lo golpeé varias veces, hasta romperle la cabeza, cuando se dejó de mover, lo solté y el zombi cayó al suelo - ¿Tienen armas aquí? – él chico saco unas cuantas armas, a mí me dio un mache, él se quedó con el hacha y el compañero que temblaba, dejo de temblar y agarro un martillo, todos nos preparamos para salir – listos – todos movieron la cabeza y yo salí del cuarto, mire por ambos lado, nada había – está libre, tenemos que ir a mi oficina, ahí hay algo importante.
Todos salieron y empezamos a correr, teníamos que llegar a mi oficina por el mapa, con eso las personas se podían ubicar donde hay que ir, por si acaso, todos los camiones o la mayoría de ellos tienen una radio para comunicarse, así que podremos ubicarlo más o menos donde es, y si se pierden, tiraremos una bengala para que sepan donde es, eso llamaría a los zombis, pero si lo que dicen del lugar es cierto, no tendremos ningún problema. Todo estuvo bien y el camino despejado, hasta que estuvimos cerca de llegar, nos encontramos con un grupo de zombis, para llegar ahí, teníamos que matarlos, así que primero disparo Miranda a la cabeza de unos tres zombis, matando a dos y dejando a uno vivo, la bala si le dio, pero la bala no le hizo mucho daño. Todos estábamos escondidos en una esquina y cuando los zombis lo cruzaron, ahí atacamos, el primer zombi le corte primero brazo y luego el brazo, luego me vinieron dos zombis, esquivé a uno de ellos y al otro le clave el machete y lo empuje, el otro se estaba acercando, así que lo empuje contra la pared y le golpeé en la cara, me alejé y vi al zombi con mi machete, se lo arranque y le corte el cuello, no lo mate, pero no importaba, porque mi problema era el otro, así que le clave el machete en la cara y murió, antes de que cayera, yo le arranque el machete y fui al otro zombi, y le corte una pierna, no se la arranqué, pero eso hizo obligarlo a caer, ya cuando estaba abajo, le corte poco a poco su cuello, este era más resistente que de algunos zombis, así que tuve que golpearlo cinco veces para que le la cabeza se despegara del cuerpo y este muriera, cuando me iba a levantar, un zombi me ataco por la espalda y caí de nuevo, rápidamente me gire y vi al zombi, él se lanzó delante encima de mí, yo agarre el machete y lo puse en la boca, él mordía, pero nada pasaba, intente cortarle la boca, pero su cráneo era muy fuerte, por suerte él chico que tenía el martillo le golpeó la cabeza varias veces, hasta que abrió su cabeza, toda su sangre me cayó en la cara, yo cerré la boca para no tragar esa sangre. Él zombi cayó muerto, pero el siguió pegándole a lo que le quedaba de cabeza, que no era mucho, luego se levantó, parecía que todo iba bien, pero un zombi inmortal lo cogió del cabello y lo golpeó contra la pared, yo me acerqué y le quise cortarle, pero el me agarro el machete y paro la trayectoria, dejo de mirarlo y me miro a mí, no podía sacar el machete, por suerte, el chico que estaba siendo agarrado aún tenía el martilló y le pego en el hueco que le dejo la bala, que no era demasiado grande, pero si le hizo daño, porque hizo una mueca de dolor, me soltó y le cogió el brazo del martillo y se lo rompió, yo aproveche y le clave el machete en la espalda, pero no hizo nada, luego de unos segundos de solo ver a su presa, se volteó a verme y me agarro del cuello y me lanzó contra la otra pared. Me golpeé duro contra la pared, veía algo borroso, solo vi que alguien, muy borroso, le hizo algo, le clavo algo en las costillas, eso hizo que lo soltara, luego empecé a ver mejor y vi a Miranda dispararle, no sé dónde le dio, pero sé que le dio, pero no le hice mucho daño o no lo que veía. Cerré los ojos y me los frote con las manos y ya pude ver con exactitud, vi a mi derecha y vi unas ventanas, tengo una idea, les dije que corrieran y que me siguieran, corrí cerca de la ventana y paré, luego les señale la ventana y todos me entendieron, solo éramos tres, el del brazo roto, el zombi vino y corrió hacia a nosotros, miranda le dispara en el pecho, obligándole a parar, luego el otro le pega en la pierna, saca el hacha y lo empuja hacia la ventana, yo lo que iba a hacer es romper la pared de la ventana, mientras estaba distraído, corrí rápidamente donde estaba el otro y le cogí el martillo, luego me devolví y vi que él estaba intentando llevarlo a la venta, así que aproveche y le golpeé varias veces a la ventana, hasta que esta se derrumbó. Me volteé y vi cómo le cortaron un poco la cabeza, pero seguía normal, como si no fuera nada, me acercó por detrás y le pego, eso lo distrae y eso le dio un tiempo para que el chico del hacha lo empujara al hueco que hice, un pequeño, pero capaz de lanzarlo, luego lo ayude, éramos dos contra uno y Miranda le disparaba en la cabeza cuando intentaba hacernos daño, poco a poco lo mandábamos para atrás, hasta que estaba muy cerca del borde, pero el se agarró de los borde, evitando que se cayera, luego pateó a mi compañero y me agarro de la camisa, Miranda le dispara y le voló el ojo, pero aun así seguí de píe, él me tiro lejos, pero no me golpeé contra nada, Miranda le disparaba para que no se acercara, pero tarde o temprano se le acabaría las balas. Por suerte, él señor de brazo apareció y empujo al zombi, ambos cayeron, ambos nos asomamos y vimos a los dos, quizás muertos, yo me acerqué al otro y le puse en su hombro.
- lo siento – le di unas palmaditas.
- no es nada, así es la vida, no puedo llorar, no es momento para hacerlo, vamos.
- sigamos – caminamos sin ninguna molestia hasta llegar a la puerta – aquí estamos – Miranda se separó por un momento.
- espérenme – luego de un tiempo ella saco un arma – escondí esto por si acaso, es un arma.
- ¿Me la prestas? – Miranda lo miró como con asco, como que nunca le va a dar eso.
- no, lo siento, es para mí, tú tienes tu hacha.
- eso no es justo – ¿Enserió van a pelear en este momento? – tu entrenaste muchos años, se ve que eres buena.
- bueno, la vida no es injusta – Miranda le sacó la lengua, ya me cansé.
- ¡Paren, son como niños chiquitos! – ambos al tiempo dijeron, es su culpa y yo me reí – si claro, vámonos – abrí la puerta, entramos y cerré con llave – vamos, busquen el mapa y algún arma, estoy seguro que tengo algunas armas por ahí – todos nos pusimos a buscar, yo encontré el mapa, Miranda unas armas, una escopeta y una pistola y él otro chico solo vio mi peluche.
- ¿Qué es eso?
- mi peluche, me lo regalo mi mejor amigo – yo sonreí.
- es Fred, el de esa serie – yo me emocione un poco.
- ¿Te gusta?
- no está mal, su historia es regular, pero en la segunda es mejor y las canciones son lo mejor que había en eso – a partir de ahora eres uno de mis amigos.
- bueno amigos, si ya se cansaron de hablar de esa serié o esa cosa, vámonos, si quieren, podemos quedarnos unos momentos más – yo reí y me acerqué a la puerta, pero sonó golpees, pensábamos que era un zombi, pero escuchamos una voz humana, así que abrimos.
- gracias – estaba sangrando en un costado – está feo allí.
- ¿Estás bien?
- sí, nada del otro mundo, solo un pequeño dolor – él se quiso parar, pero no pudo.
- ven te ayudo – él puso su mano sobre mi cabeza – vámonos – caminamos por un largo tiempo, yo cargaba a esa persona, porque no quería caminar, la herida no era tan grande, pero creo que solo es un perezoso - ¿Me ayudas un poco? – él no me miró, tenía la cabeza mirando al suelo.
- no puedo, me duele demasiado, no me puedo mover – escuche pasos – ahí vienen, ve más rápido – ya no lo aguanto más, yo lo solté y él cayó - ¡¿Qué hacen?! ¡Ya vienen, levántenme y vámonos! – yo camine.
- ¿Quién te crees que eres para ordenarme cosas?
Todos corrimos, cuando estábamos llegando, una horda de zombis venia de todos lados, así que lo que hicimos fue ocultarnos en una habitación que estaba ahí, entramos y la cerramos con llave y luego el chico del hacha tiró un armario y quedo cerca. Empecé a buscar una salida, y la encontré, había una ventana, pero la caída era muy grande, nos romperíamos las piernas, y aún falta un poco para llegar, así que de nada sirve tirarnos, Miranda empezó a hacer nudos con las cobijas que estaban ahí, las apretaba fuerte, creo que va a hacer una soga, así que la ayude. Los golpees se ponían peor, incluso rompían la puerta y las paredes, pero nuestro amigo del hacha les quitaba los brazos otra vez; nosotros fuimos más rápido y la soga llegaba al suelo, pero no todo era perfecto, porque la puerta se rompió y empezaron a entrar, nuestro compañero sacó el arma y empezó a disparar hasta que se acabaran, yo iba a sacar la pistola y pelear, pero él me miró y me dijo lárgate o algo así, sabía que no iba a vivir, gracias amigo. Baje por la cuerda y lo último que vi fue a él clavándole el hacha a un zombi en el costado, ya había sido mordido, pero seguía luchando; baje rápidamente, y me aleje de la puerta, Miranda estaba esperando a que el saliera, pero nunca paso, yo la agarre del brazo, pero ella se resistía a irse, hasta que un zombi saltó de la ventana, cayó de cara, pero aun así seguía vivo, se rompió la cara, se veía deforme y horrible; él zombi se arrastró hasta nosotros, pero antes de que pudiera hacer algo, Miranda le disparo en la cabeza, matándolo, pero luego saltaron más y más, saqué mi escopeta y empecé a dispararles a todos lo que podía, mientras retrocedía poco a poco, no tenía mucho tiempo que pensar, así que no vi si había una salida cerca. De repente, escuche una puerta abrirse y después escuche disparos, de un rifle, matando a varios zombis, nos dio tiempo para retroceder, lo alcancé a ver, era un anciano de sesenta años aproximadamente o un poco más; él señor tiró una granda, matando a todos los zombis, nos sacó de esa habitación y la cerró con un palo.
- ¿Están bien chicos?
- sí, gracias señor.
- gracias papa.
- espera ¿Dijiste papa?
- sí, él es mi padre – dijo algo apenada
- hola un gusto – sacó su mano y yo sé la estreche.
- un gusto, soy Gabriel – él sonrió.
- sí, lo sé, todos aquí lo saben, pero bueno, ese no es el punto – él guardo su rifle atrás – tenemos que irnos – un zombi corrí hacia nosotros, yo le quería disparar, pero él señor lo hizo antes, al parecer su palo para sostenerse en realidad es una escopeta.
- vaya ¿Cómo lo hiciste? – él empezó a caminar, Miranda y yo lo seguimos.
- le pedí un pequeño favor a un amigo y me hizo esto, antes del apocalipsis, para defenderme – llegaron a una puerta – aquí es – él la empujo, pero no se abría – mierda, la bloquearon, esperen – él empezó a empujar, se le veía unos músculos, pero aun así con esa fuerza no pudo abrirla del todo, solo un poco – me puedes ayudar hijita.
- claro – los dos hicieron fuerza, pero no pudieron, así que me les uní y los tres lo abrimos, era un cuarto normal, ya se dónde estamos, falta poco para llegar.
- ya sé de dónde saco Miranda esa forma tan especial suya – él señor se río.
- no la sacó de mí, su forma de ser, valiente, ruda y regañona, salió de su madre, no de mí, yo solo soy fuerte y bueno en las matemáticas, de echó una vez, ella y yo salimos a caminar y recuerdo que pasamos por la piscina, yo dije algo ofensivo, un chiste de humor negro, ella no se lo tomo bien, y me tiró al agua y después me empezó a ahogar, no recuerdo que paso, seguramente me ahogue, porque lo siguiente que recuerdo es estar fuera de la piscina, luego de eso fuimos su casa, para cambiarnos la ropa, nueve meses después Miranda nació – yo sonreí y Miranda se sintió muy apenada – ese día aprendí dos cosas, uno, tengo que ser fuerte, para que la madre de Miranda, mi hermosa mujer, no me matara, no es que ella fuera muy fuerte, es que yo era exageradamente débil, así que hice ejercicio para sentirme más seguro a su lado y la segunda fue, nunca, pero nunca, llevarle la contraria a mi linda esposa, Mariana, así se llamaba, porque si lo hacía, me pegaba con el sartén y posiblemente, después de eso, me llevaría a su casa a curar la herida y nueve meses después otro hijo, eso ya sería demasiado para mí – él se río – hay que pasar por aquí – él abrió otra puerta y seguimos caminando.
- ¿Cuántas personas han llegado al lugar?
- cuando yo me fui, pocas personas habían llegado, fue como hace veinte minutos, incluso un poco menos, pero creo que todos están ahí.
- yo creo que se fueron – no seas amargada Miranda, yo tengo fe.
- no lo creo, sé que no lo hicieron – yo sonreí y Miranda la miro confundida – son buenas personas, nunca dejarían a su líder atrás.
- tú no eres mi padre – Miranda se acercó a él y le toco el pecho - ¿Quién eres? – él se río.
- estoy siendo positivo – él sonrío – y les robe las llaves a todos los camiones – mete las manos a los bolsillos y saca unas cuantas llaves – así que sin mí no se pueden morir y sería un suicidio ir caminando – volvió a guardar las llaves en sus bolsillos.
- sabía que no eres tan optimistas – ella abrió una puerta, pero debió haber visto primero que había afuera, porque afuera había otro grupo de zombis.
Ella se asustó y cayo para atrás, eso hizo que llamaran la atención de los zombis y empezaron a entrar, yo saqué mi arma y le disparé, para darles tiempo, pero creo que eso empeoro todo, porque llame más atención de los zombis, pero le di tiempo a Miranda para que se levantara, el padre de ella saco su rifle y empezó a disparar a todos los zombis, matando a la mayoría que estaban cerca, ese rifle era muy potente y poderoso, destruyendo todo, no era tan poderosa como mi escopeta, pero este era más lejos. Acabamos con unos cuantos zombis, y nos dio tiempos para recargar y esperar a más, el padre de Miranda es el que primero dispara, su arma es la mejor de todas, yo solo tengo escopeta, con unas cuantas balas, no tantas como él o eso creo y cuando está recargando, yo espero que se acerquen y les disparo, con ayuda de Miranda y su pistola, éramos una formación muy sólida y él plan estaba funcionando. Luego de unos dos cinco o cuatro minutos, dejaron de aparecer los zombis y salimos de la habitación y corrimos hasta llegar a la puerta; cuando llegamos, está estaba cerrada, así que tocamos varias veces, hasta que nos abrieron y volvieron a cerrar. Yo me apoyaba en la puerta y golpeaba como si mi vida dependiera de ello, cosa que era cierto, así que cuando la abrieron, yo caí al suelo, me levanté apenado y mire alrededor, vi que varios de los camiones estaban llenos y algunos carros también. Estábamos casi completos o éramos la mayoría, no lo sé, éramos muchos y eso es lo que importa, vi como el padre de Miranda les dio las llaves de los carros y se disculpó, pero tenía que ver algo más importante; pasando entre la gente la vi, vi a Juliana, corrí rápidamente hacía ella y la abracé.
- pensé que te iba a perder.
- tranquila, nunca lo harás, siempre estaré a tú lado – me separé un poco de ella y la besé por un tiempo - ¿Estás bien?
- ¿Por qué pasa todo esto?
- luego te explico – ella me volvió a abrazar, más fuerte que antes.
- ¿Por qué seguimos luchando, si de todos modos vamos a perder a los que queremos? ¿Por qué seguir adelante, si al final, tú vas a perder todo? ¿Por qué seguir adelante?
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