15.1 Ellos, ella y una sorpresa.
SEGUNDA PARTE
La gente empezó a desaparecer y Rafa se despidió de nosotros. Una vez más, le agradecí todo y quedamos de vernos pronto, a pesar de su negación logré que me aceptara un sobre con dinero. Después de todo lo que hizo por mí, era lo mínimo que podía hacer.
Cuando se marchó, los cuatro nos abrazamos y nos fuimos a comer para celebrar lo que había pasado.
—Todo acabó, mi niña —celebró Anny.
—No me lo creo aún —sonreí—. Todo gracias a vosotros —cogí de las manos a Henry y a Anny—. Eternamente agradecida.
—Sabes que por ti hacemos lo que haga falta —anunció Henriqueto.
—Y yo por vosotros —le hice un gesto a Dael para que se uniera.
—Con vuestro permiso, Dael y yo os vamos a dejar solitas un ratito —Henry miró cómplice a Dael como si se trajeran algo entre manos.
Anny y yo nos miramos sin comprender nada. Luego, los observamos a ellos.
—¿Dónde vais? —preguntó Anny.
—Tenemos cosas que hacer.
—¿Vosotros? —pregunté.
—Somos amigos —habló Henry.
—Y los amigos tenemos secretos y cosas que compartir —agregó Dael.
—Cuanto secretismo —dijo Anny—. Dejadnos acompañaros, si no vamos a dar ningún ruido.
—No —movió la cabeza Henry.
—Pues nada, nos iremos de putiferio así desmeleno a Eliette.
—Eh...
Lo cortó el monosílabo mi amiga.
—Tranquilo Dael, no dejaré que se vaya con otro —le guiñó el ojo y él no se quedó muy conforme.
—Y tú tampoco —le hizo un gesto de advertencia Henry con los dos dedos señalando sus ojos y los de ella.
—Eso está por verse y el coche, nos lo llevamos nosotras. ¡Chao!
Mi amiga tiró de mí y empezamos a caminar. Cuando nos dimos cuenta, los teníamos tras nosotras.
—¿Sabéis que es de mala educación no despediros de nosotros?
Nos giramos para quedar frente a ellos.
—Os he dicho Chao —enfatizó.
—Pues a mí ella no me dijo nada —me señaló Dael.
—Pues Chao, Dael y Henry —me mofé.
—Que idiotas son cuando quieren —le dijo a Dael y se acercó a mí amiga.
—Idiota serás tú —bramó ella cuando él se despidió con un beso en los labios. Anny en lugar de rechazarlo, lo apretó contra ella y le correspondió.
Después de estar un par de minutos de espectadores mientras nuestros amigos se daban el lote. Dael se pronunció.
—Ten cuidado con lo que haces.
—Lo que quiera —defendí y cuando no lo esperaba, el hombretón me rodeó por la cintura y estampó sus labios sobre los míos.
Me quedé anonadada ante su gesto. Agregué más intensidad sin pensarlo al beso y mis brazos le rodearon el cuello.
Sentía electricidad cada vez que me acariciaba y se fundía entre mis labios. Dael y yo debimos de olvidarnos del mundo entero porque cuando quisimos reaccionar y poner distancia, nuestros amigos nos estaban mirando.
—¿Qué? ¿Nos vamos ya o queréis seguir?
—Me parece que le dimos envidia —Anny se acercó a nosotros—. Vámonos, que no queremos presenciar una escena subida de tono en medio de la calle —tiró de mi.
—No nos disteis envidia —repliqué.
—No, ni ná.
«¿Qué acababa de pasar?».
Dael se puso rojo como un tomate.
—Arreando, Dael —le dio un empujoncito nuestro amigo.
Los cuatro escogimos caminos distintos de dos en dos. Cuando ellos se fueron, Anny y yo nos metimos en el coche.
—¿Se puede saber qué es lo que me he perdido? —preguntó Anny mientras conducía.
—Nada.
—¿De verdad me estás vacilando?
—Siempre.
—¿No decías que no teníais nada formal? Pues... esa despedida era digna de una película romántica —expresó dramática—. Ya puedes largarlo todo o te digo lo que pienso.
—Entre nosotros hay mucha química —confesé.
—¿Y ya estáis formalmente? Él babea por ti y tú... no te quedas atrás.
—Si —respondí sin pensar.
—¡Eureka! Lo admitió —después de un rato aparcó el coche en un centro comercial.
—¡No! No quise decir eso.
—¿El qué? —echó el freno de mano y apagó el motor.
—Él sí está coladito por mí pero entre nosotros solo hay una amistad.
—Ya claro. Es lo más normal que dos amigos se besen como una pareja —se puso de lado y se apoyó en la puerta del coche.
—Es complicado.
—Porque quieres —dijo—. Te estás enamorando de él poquito a poquito y no te atrevas a negarlo. Todos nos estamos dando cuenta menos tú. Y eso de estar coladito... se queda corto. Dael ya está enamorado de ti.
Empecé a hiperventilar y me entró mucho miedo.
«¿Yo? ¿Enamorándome de Dael? ¡Eso no podía dejar que pasase! ¿Él, de mi? Tampoco era factible».
—Anny, no te niego que le guste pero enamorarse es una palabra muy fuerte —cogí aire—. Yo no me estoy enamorando de nadie.
Anny sacó un espejo de la guantera del coche y me lo puso enfrente.
—Mírate, tú expresión ha cambiado y eso es porque estás experimentando y sintiendo cosas bonitas —comentó—. No lo dejes escapar —me aconsejó.
—Me gusta un taco pero no puedo hacerme ilusiones.
—Dale una oportunidad o si él no se atreve, pídesela tú y empezad algo bonito —pausó la frase—. Aunque eso ya lo tenéis.
—No es buena idea.
—Pórtate mal, haz el amor con él y si de verdad sientes algo es que ahí es.
—Podría intentarlo.
—Provócalo, sedúcelo y verás que es fácil que caiga.
—Lo pensaré aunque si te digo, él no insinuó nada.
—Para eso estás tú —me señaló.
—Ya vale, ¿y tú qué? ¿No tienes nada que contar? Mucho yo... pero tú no has tenido la decencia de contarme nada —le pregunté abiertamente.
—¿Sobre?
—¿Ya te has acostado con Henry?
Negó con la cabeza.
—Debes saber algo, fijo.
—Henry está loquito por ti y eso que vi... era una escena de una pareja que se atrae mucho. ¿De verdad no tienes nada que contar?
—Henriqueto se me ha declarado —reconoció.
—¿Y no tienes el valor de contármelo antes?
—Te lo pensaba contar pero me pilló de sorpresa —fue sincera—. ¿Él y yo algo más que amigos? Nunca se me pasó por la cabeza.
—Pues es real —hice memoria—. El día en que llegaste de imprevisto no sabes en qué situación estaba.
—¿Qué quieres decir?
—Bonica, te pilló con otro y lo destrozaste —relaté—. Le aconsejé que te lo dijera.
—Y lo hizo.
—¿Y...?
—Illa, tú sabes que yo nunca he querido nada formal con nadie.
—Pero ya es hora de que te centres y le des una oportunidad —afirmé—. ¿Te gusta? No hay mejor muchacho que él. Sois perfectos, un friki y una chica de los pies a la cabeza.
—Henry es especial para mí y eso de centrarme con él es algo abrupto para alguien como yo.
—Responde.
—Creo que de siempre me gustó y por eso me centré en divertirme con otros. Me daba pánico atarme con él y fastidiar lo que nos unía. Es mi friki particular —manifestó—, y eso de yo ser una chica de los pies a la cabeza... si. De momento mi cuerpo no ha mutado a extraterrestre.
Nos reímos.
—Si os lo hubieras dicho antes, hace tiempo que estaríais juntos —sonreí—. Cuéntame cómo lo hizo.
—Fue a recogerme al trabajo y al venir a casa, me encontré con todo súper... bonito. No sé decirte, nunca habían hecho eso por mi.
—¿Velitas y esas ñoñadas?
—Exacto, en lugar de decírmelo a la cara lo comunicó a través de un proyector.
Anny sacó el móvil y mientras me lo explicaba como Henry se lo había currado. Me mostró un cortometraje donde aparecían ellos y miles de fotos significativas con texto. Al final del video, lo concluyó con un "No sé ni dónde ni cuándo pero lo que siento por tí libra las mil batallas. Desde niños me gustaste y ahora no quiero dejarte escapar. ¿Aceptarías darme una oportunidad?".
Qué romántico podía ser Henry cuando quería. Era tan original que hasta rimaba la declaración.
—También nos hizo esto con sus propias manos —me enseñó dos figuras hechas a mano unidas con un corazón.
Me emocionó tanto todo que empecé a lagrimear.
—Ey, no llores.
—No sabéis cuánto he esperado para ver algo tan bonito entre vosotros.
—Tu lo veías porque nosotros ni por asomo —me secó las lágrimas.
—¿Le darás una oportunidad?
—Se la daré el día en el que tú se la des a Dael.
Le pegué un golpecito por invocarme.
—No me hagas chantaje, bruja.
—Tu eres... puro chantaje —tarareó la canción de Maluma y de Shakira.
https://youtu.be/6Mgqbai3fKo
Me crucé de brazos.
—Farfollas eres.
Anny guardó el móvil y salió del coche.
—Anda, vamos a entrar al centro comercial antes de que te pongas más sentimental.
Salí del vehículo y ella cerró el coche. Se acercó a mí y me rodeó con un brazo por la espalda.
—Así que si quieres que Henriqueto tenga un final feliz, inicia una relación con el granjero. ¿Ya le viste la armadura? —preguntó de forma curiosa y picarona con una sonrisita en los labios.
—Le voy a ver la armadura solo para dejarte a ti espeluznada.
—No me refería en ese contexto —se tronchó de risa—. Pero, vamos a comprarnos algo bonito para deslumbrarlos.
Anny y yo compartimos las siguientes horas viendo trapos y comiéndonos dos buenas porciones de tarta de chocolate con toppings. Amaba con locura a mí mejor amiga.
Horas después los chicos nos avisaron. Algo nuevo le comentó Henry vía telefónica que no me quiso contar.
Cuando llegamos al vecindario de mis chicos, después de aparcar nos reunimos con ellos. Estaban delante de un coche Kia Picanto en color verde.
—Ojo... como se nota la pasta —me quedé mirando el coche desde todas las perspectivas posibles.
Los tortolitos se saludaron con un beso y Dael me dio un llavero. Lo cogí sin entender y lo miré.
—¿Porqué me das las llaves? ¿Te lo has comprado?
—Es nuestro —dijo con ilusión.
—¿Cómo?
—Se acabó el ir a Génave en tractor.
—Oye, bien feliz que voy y gracias a eso voy a todos los sitios.
—Esto es más manejable y cómodo —Dael abrió mi mano y la cerró con las llaves—. Acéptalo.
—No puedo aceptar algo que te ha costado tanto esfuerzo conseguir.
—Si puedes, lo compartiremos como tenemos en común a nuestra estrella —recordó esa magnífica noche.
—Di que sí, hermana —me animó Henry.
—Lo sabíais —Henry asintió.
Miré a Dael emocionada.
—Solo si compartimos los gastos.
—Contigo compartiría mi vida completa —espetó Dael y a mí se me aguaron los ojos.
Mis amistades me alentaron mientras Dael y yo nos convertimos en uno mediante el abrazo más grande de todos los tiempos.
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💫La fuente de mi inspiración💫
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🌟Farfollas es dícese de aquél que habla sin saber, presume sin razón o cuenta historias inventas.
Ej: No te fies de ese, que es un farfollas.
Como que tú eres mas ligón que nadie, tu lo que eres es un farfollas.
🌟Me gusta un taco es me gusta mucho.
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Palabras según wattpad: 1761.
Palabras según word: 1757.
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