Capítulo 8
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Eso de que me metería en problemas fue una completa mentira. Ya es jueves y no hay ningún rastro del instituto rival haciéndonos bromas. Estos días he estado con el temor de que sucediera algo, pero conforme pasó el tiempo dejé de creer en eso y me tranquilicé.
El timbre suena anunciando que los estudiantes ya deben entrar a clases. Corro por los pasillos ya vacíos, es mala suerte que mi casillero quede lejos de mi clase de Filosofía, voy a llegar muy tarde.
Al llegar, introduzco la combinación y saco todo lo necesario: cuaderno, libro y un lapicero. De improvisto, todas mis cosas caen al suelo; siento cómo mis muñecas son sujetadas por un par de manos, llevadas encima de mi cabeza y mi espalda chocar contra las taquillas.
Por reacción propia he cerrado los ojos, unos segundos después los abro lentamente y observo un par de ojos verdes desprendiendo furia sobre mí. Es él mismo chico que me estaba mirando junto al rubio el día de las audiciones de porristas.
—¡¿Qué haces?! ¡Suéltame! —Hago un intento de salir de su agarre, pero no puedo, me tiene acorralada por completo contra las taquillas.
—¿Eres consciente de lo que has hecho? —murmura.
—¿Quién eres? ¡Déjame ir! —Vuelvo a hacer un último intento de salir corriendo y llamar a un directivo para exponer a este chico, está loco.
—¿No sabes quién soy? —Me regala una sonrisa socarrona—. Sé que eres nueva, pero no puedo creer que el estúpido director no te haya dicho nada sobre mí.
»Mi nombre es Deron Brucker, encantando de conocerte, Summer —Veo uno de sus dedos dirigirse hacia mi frente y da pequeños golpecitos ahí—. ¿Hay alguien dentro de esa cabeza? Porque no creo que nadie en esta escuela haya ignorado las advertencias sobre si se meten conmigo. Pero, para hacerte recordar, soy el "líder" de este lugar, me encargo de toda esta rivalidad con los de Garfield y las bromas, lo cual ahora tengo que arreglar muchas cosas gracias a ti.
Ahora lo recuerdo, Grace me habló de él antes de correr hacia la escuela rival; pero no pensaba que esta persona me metería en la situación que me encuentro ahora.
»Por tu expresión puedo asegurar que sí te hablaron de mí, ¿Grace, cierto? Por supuesto que fue ella, sé que fue tu guía cuando ingresaste. —¿Cómo es que sabe todo esto? —Summer, Summer, Summer..., ¿qué haré contigo? Por tu tonta curiosidad no solo me metiste en problemas, sino a toda la preparatoria, incluyéndote.
»Tendré que resolver lo que ocasionaste y no será fácil. Cuando alguien se mete conmigo de esta forma, la pagan muy caro. Volviste a iniciar una guerra entre ambas escuelas, pero tu castigo no será tan malo como lo he hecho con otras personas; tienes suerte, no quiero que tu linda carita termine arruinada.
»No te molestes por decirle a algún directivo sobre esto, ellos saben de lo que soy capaz de hacer por esta escuela.
Me empuja con más fuerza contra los casilleros y sale a paso rápido fuera de mi vista.
Me quedo inmóvil; sobo mis muñecas, él ha dejado una pequeña marca de sus dedos. Siento una leve molestia en la espalda pero no es algo que me preocupe ahora. ¿Qué es lo que Deron es capaz de hacerme sólo por meterme en una estúpida rivalidad entre escuelas? ¿Qué le hizo a otras personas? ¿Tengo suerte sólo porque me considera bonita? Oh diablos, que mala suerte.
──❀•❀──
Skyler y yo subimos a mi auto mientras le cuento el incidente que tuve en la mañana. Lo he estado pensando todo el día y me ha resultado muy raro el hecho de que prácticamente me haya amenazado.
—¿Qué te puedo decir de Deron Brucker? —dice mientras se abrocha el cinturón de seguridad. Enciendo el auto y avanzo por las calles—. El "líder" y mayor bromista en la historia de nuestra escuela, tal vez el de toda la ciudad; y además, es muy sexy para la mayoría de la población femenina en la preparatoria, algo de su chico malo las atrae. Pensé que ya te habían dicho sobre él para que no te metieras en sus asuntos.
»Escucha, lo que hiciste fue una tremenda estupidez. ¿Arriesgarte a ir a la preparatoria rival sabiendo los problemas que tenemos con ellos?
—No pensé que esto fuera muy extremo, ¿está bien?
—Esto es grave, muy grave. —Me detengo en un semáforo en rojo—. Se desatará la tercera guerra mundial, ya lo he dicho.
»¿No pensaste que esta rivalidad fuera extrema? Déjame decirte que hace cuatro años tuve pulgas en mi ropa, TODA la ropa; hace dos años muchas bombas apestosas fueron lanzadas a todo el instituto; y el año pasado mi auto nuevo resultó con dibujos de muchos aparatos reproductores masculinos junto a frases no aptas para niños de cinco años.
—Lo siento. —Sigo con nuestro camino sintiéndome una pequeña niña siendo regañada por su madre.
Siento culpa, la preparatoria Garfield no sólo le hizo todas esas bromas a Skyler, sino también a la mayoría de los estudiantes de nuestra escuela. Como dijo Max, hubo un "trato de paz" y este se rompería si algún estudiante se encuentra en la escuela rival.
Yo soy esa estudiante.
Estaciono frente al taller, hay otro auto estacionado, el cual, puede pertenecer uno de los chicos o simplemente un cliente.
Los últimos días en el taller fueron simples, Max me ha enseñado muchas cosas al igual que Jayden con Skyler. No es que me sienta una experta completamente, pero puedo admitir que al menos puedo arreglar el problema que había sucedido con mi vehículo.
Debo decir que esta avería no fue la gran cosa, pude haberle pedido a mi hermano que lo arreglara, o a papá.
Pero las cosas ya están hechas, el destino lo habrá querido así por alguna razón.
Ambas entramos por el portón que es donde entran los autos que debemos reparar. Jayden nos recibe con una radiante sonrisa, mientras que Max se encuentra en el sillón sin lanzarnos ni una mirada.
¿Tengo que mencionar algo sobre ello? Pues sí. Primero que nada, me he enterado que Skyler forma parte de un grupo encargado de "contraatacar" las bromas del instituto rival, por lo que, estas personas son las que más odio les tienen a los estudiantes de Garfield. Bueno, pues la rubia no sabe que Max pertenece a esta preparatoria y él no quiere que reconozca su identidad y se forme algo en contra de él, Max no quiere ninguna molestia en el trabajo. Ahora que lo pienso, no es como si ella tuviera el deseo de entablar una relación de compañerismo con él, si a millas se nota que aguanta a Jayden.
Por otro lado, él y yo poco a poco nos estamos volviendo amigos/compañeros gracias a todo este rollo del trabajo, teniendo la confianza de contarme todo lo anterior.
—¿Me extrañaste Skyblue? —dice Jayden acercándose a ella y rodeando sus hombros con su brazo derecho, pasando por completo de mí, pero no es como si me molestara.
—Sigue soñando —le responde mientras se aleja de él—. Cada vez que me miras quiero clavarme un cuchillo en el pecho.
—Sé que me amas. —Río un poco y Jayden me guiña juguetonamente el ojo—. ¿Empezamos con nuestro trabajo?
—Ahora no harán eso.
Todos volteamos hacia donde proviene la voz, Dane viene desde el tenebroso pasillo hacia nosotros con las manos en los bolsillos delanteros de sus jeans. Su camiseta se encuentra con algunas manchas de grasa de auto, son esas de color negro que parecen petróleo.
No me digan que...
»Su prueba a comenzado chicas. Empezamos contigo rubia. —Oh diablos, y yo que pensaba que Max podría enseñarme más cosas, tengo que tener este empleo asegurado. Dane señala hacia una esquina de la habitación—. ¿Castaña, podrías ir a ahí por favor?
Miro hacia donde señala y no hay absolutamente nada, ¿por qué tendría que ir ahí?
Jayden y Max se acercan al lugar señalado, Jayden desliza una parte de la pared hacia la izquierda, revelando un cuarto secreto.
—Es un pequeño salón de descanso para nosotros —explica Max—. Vamos, Summer.
Obedezco y Skyler se queda en el salón principal con Dane. Los chicos y yo entramos al pequeño cuarto, este tiene un mueble, un puff, una puerta (notoria esta vez) en la esquina y un baúl con candado al lado de una mesita.
Me siento en el puff y los chicos se sienta juntos en el mueble, ambos mirándome fijamente, como si me estuvieran vigilando.
—¿Qué sucede? —inquiero—. ¿Tengo algo en la cara?
—No, no, no, no tienes nada —dice Max. Noto el codazo "disimulado" que le da este a Jayden.
—Es que hemos notado... eh —Se rasca la nuca un poco nervioso—. Que eres... muy bonita.
Elevo mis cejas.
—¿Bonita?
—Sí —responde Max—. ¿No los has notado? Tus ojos me parecen muy resaltantes en ti, un azul muy bonito.
—Gracias. —Siento mis mejillas sonrojarse un poco, nadie espera un cumplido así de repente, lo cual es... raro.
Ubico mi mirada en otro lugar, mis ojos ubican el baúl cerrado con candado.
»¿Qué hay ahí?
Jayden tose como si fuera a morirse en este momento.
Me enderezo por si a él realmente le pasa algo.
»¿Estás bien? —Asiente con la cabeza—. Ahora, ¿qué hay ahí? Se ve importante.
—Ropa.
—Herramientas.
Frunzo el ceño, hablaron al mismo tiempo.
Max ríe un poco nervioso mientras se soba las muñecas.
—Por si no entendiste, hay ropa y herramientas dentro. Eh, a veces nos quedamos a dormir aquí y se nos da de adelantarnos de algunas tareas con los autos. —Se encoge de hombros—. No es nada importante, como verás.
Nos quedamos en un silencio incómodo como por cinco minutos más hasta que Skyler entra a la habitación.
Me levanto para que ella pueda sentarse donde yo, y dicho y hecho, cae rendida sobre el puff.
—Terminé al fin. —Se limpia unas manchas de grasa de auto de la cara.
—¿Fue difícil? —pregunto.
—Descúbrelo por ti misma. —Señala con su cabeza la habitación posterior—. Vamos, Dane te está esperando.
Salgo del cuarto y siento cómo deslizan el trozo de pared para cerrarlo. Siento los lindos ojos avellanas de cierto chico observando cada movimiento que hago. Bajo un poco la cabeza para no sentirme algo incómoda, esto es extraño.
—White —murmura y yo esta vez lo miro fijamente—. El auto que está aquí se encontraba afuera, pertenece a uno de mis clientes que vino a verme hace unos días, un Toyota Camry 2015. Si en vez de arreglarlo lo destrozas, tendrás que comprarle a él un nuevo coche.
Gracias por los ánimos...
Me pongo unos guantes de nitrilo que encuentro cerca de mi alcance mientras inspecciono el vehículo frente a mí.
—¿Cuáles son los síntomas? —pregunto.
—Por lo que el cliente dijo, cuando se frena el volante empieza a vibrar peor que... mmm ¿algo que vibra?
Volteo un poco la cabeza y observo que mantiene la vista en otro lugar con las mejillas teñidas de leve color rojo.
—Entonces... puede que suceda algo con los discos de freno.
—Estás en lo correcto. Ahora, ¿me podrías decir qué son los discos de freno?
—Son unos elementos de acero que van unidos a los neumáticos mediante una cosa llamada mangueta para girar al mismo tiempo. —Me acerco hacia el estante y tomo algunas herramientas. Miro por el rabillo del ojo para ver algún gesto en la cara de Dane para asegurarme de que mi respuesta sea correcta.
»Cuando la pastilla de freno roza contra él, reduce la velocidad de giro del disco y, al mismo tiempo, la del propio neumático —agrego—. En pocas palabras, gracias a estos se puede frenar.
—¿Ahora qué harás? —pregunta sin darme alguna señal de que lo que dije este bien, lo cual me empiezo a preocupar. ¿Y si dije algo mal?
—Sólo voy a cambiar los discos de freno.
Me arrodillo frente a un neumático mientras sostengo el gato de tijera y lo posiciono a un lado de la llanta. Tomo el brazo, lo inserto y empiezo a girarlo en el sentido de las agujas del reloj utilizando todas mis fuerzas, logrando que el auto se eleve de un lado.
—Así que... —comienzo para tratar de iniciar una conversación y no quedarnos en un silencio—. tienes diecinueve años.
—Sí.
Empiezo a aflojar las tuercas del neumático girándolas al sentido contrario de las agujas del reloj. Cuando ya quito todas, procedo a sacar la llanta, pero cuando lo hago noto que los discos de freno están bien, por lo que vuelvo aponer el neumático en su lugar y después me dirijo al otro que se se encuentra al lado.
—¿No deberías estar en la universidad? Creo que se nota que paras todo el tiempo en este lugar. —Aflojo las tuercas.
No escucho una respuesta, lo que hace que me sienta nerviosa. No sé por qué casi siempre el ambiente entre nosotros se vuelve incómodo, ¿o somos nosotros lo que lo volvemos incómodo?
Saco el neumático en completo silencio notando que aquí se encuentra el disco de freno averiado, el cual está oxidado y un poco deformado.
Me acerco al estante y busco un disco de freno nuevo hasta que lo encuentro vuelvo donde estaba, saco el disco viejo y lo reemplazo por el nuevo; y vuelvo a poner el neumático con sus respectivas tuercas. Me dirijo a revisar las otras piezas de los demás neumáticos y cuando termino estos estaban en perfectas condiciones.
—Listo, eso es todo. —Me quito los guantes y sacudo mis manos por si algo de suciedad se haya colado. Miro mi ropa y cuando llegue a casa irá directo al cesto de ropa sucia.
—Ve a la habitación donde están los demás. —Asiento con la cabeza y doy media vuelta. Estoy apunto de deslizar el trozo de pared cuando él carraspea llamando mi atención—. Deberías lavarte la cara en el baño de la habitación, en especial por la zona de tus labios, están un poco sucios.
¿Acaso estaba mirando mis labios?
Doy media vuelta y entro al cuarto, me recuesto en la puerta detrás de mí y suelto todo el aire que tenía.
—¿Cómo te fue?
—No tengo la menor idea. —Me enderezo—. ¿Tienen baño?
Max y Jayden señalan la puerta en una esquina. Me dirijo hacia ella y entro, busco un interruptor y prendo la luz. El baño no es enorme, es algo minúsculo. Lo primero que veo es un espejo mediano donde puedo ver mi rostro sucio, debajo de él un lavamanos y al costado derecho el retrete y una pequeña ducha.
Salgo del baño después de lavarme, encontrando a Max y Jayden viendo fijamente a la rubia, como lo hicieron conmigo.
—¿Sucede algo? —pregunto. Todos me miran y niegan con la cabeza—. ¿En qué momento podemos salir?
—Cuando Dane termine de inspeccionar los autos, para así vea que hicieron un buen trabajo —contesta Jayden—; pero es obvio que lo han hecho bien, nosotros dos les hemos enseñado.
Unos veinte minutos después, Dane entra la habitación.
—Ya salgan.
Todos salimos del cuarto. Skyler se ubica junto a mí con el auto que arregle hace unos momentos, Dane se encuentra frente a nosotras y los otros chicos están a un costado observándonos atentamente con unas latas de soda en sus manos.
—Entonces... ¿pasamos? —Ubico mis manos detrás de mi espalda y me balanceo un poco por el nerviosismo.
El chico frente a nosotros solo se voltea hacia el pasillo y se dirige a su oficina.
Miro a los demás confundida, ¿no pasamos? ¿No conseguimos el trabajo?
De repente, algo cae sobre mi cabeza tapándome la vista. Quito lo que se encuentra encima mío y observo un lindo overol negro con mi nombre a un costado y un pequeño y delgado cinturón blanco para ajustarlo a la cintura. Skyler tiene lo mismo, pero de color azul y el cinturón azul oscuro.
—Oficialmente están dentro —anuncia Dane volviendo a estar frente a nosotras.
Skyler y yo chocamos los cinco con unas grandes sonrisas en nuestros rostros, Max y Jayden chocan ambas latas de soda y Dane se mantiene neutral.
Oficialmente tengo un trabajo.
El resto de la tarde converso con Max sobre el trabajo e intercambio algunas palabras con Jayden sobre trabajar junto a ellos.
—¿Por qué no tienen un overol como nosotras? —inquiero cuando los cuatro nos juntamos.
—Sí lo tenemos —contesta Max—. Yo no lo lavé, no sé por qué Jayden no trajo el suyo.
Volteamos a verlo.
—Creo que lo perdí.
El tiempo pasa y se hace de noche, dejo a Skyler en un 7-Eleven cercano (sé que no es su casa, pero ella me pidió que la dejara ahí).
Conduzco con cuidado por la carretera yendo a casa, pero en el camino observo a alguien caminar en medio de la autopista. Me detengo de golpe antes de que pueda atropellarlo, tiene suerte de que no hayan muchos vehículos circulando por esta zona, ¿a caso quiere que lo maten?
Salgo del auto y me acerco a la persona que me da la espalda.
—¡Oye! No deberías caminar en medio de la pista, para eso están las aceras... —La persona se voltea— ¿Ethan?
—Hola Summitten —murmura y me regala una pequeña sonrisa.
—¿Qué hacías caminando por aquí? —No responde—. Ven, sube al auto y vamos a casa.
Ambos subimos al auto y nos abrochamos el cinturón de seguridad, me resulta un poco gracioso el hecho de que ahora estoy en el asiento del conductor y no en el de copiloto, aún recuerdo que mi hermano (y aveces papá) me llevaba a casa después de la escuela, bueno, ahora es al revés.
—Entonces... ¿Qué hacías en medio de la autopista, caminando solo en medio de la noche?
—No lo sé —dice en voz baja. Volteo a mirarlo por unos momentos, él aprieta los ojos y noto sus ojos brillantes, pero de tristeza. Miro la autopista de nuevo.
—¿Qué sucedió?
—No lo entenderías —Él mira por la ventana. Hago que el auto voltee en una calle y en unos cuantos minutos llegaremos a casa.
—Pero...
—¡No lo entenderías, así que cállate maldita zorra!
Estaciono el auto de golpe frente a casa, Ethan sale despavorido del auto para entrar a casa.
Mi vista empieza a ponerse borrosa por una pequeña capa de lágrimas cerca de mis pupilas. Ethan nunca me había gritado de esa forma. Mis hermanos y yo no somos de tener peleas y gritos involucrados en ellas, claro que hemos tenido diferentes conflictos entre nosotros, pero siempre tratamos de resolverlo de inmediato.
Parece que mi hermano hoy no tuvo mucha paciencia conmigo. Acepto que no debí llenarlo de preguntas sobre su estado, pero creo que llamarme "zorra" es pasarse por completo de la raya.
Aprieto mis ojos con fuerza para evitar que las lágrimas caigan como cascadas sobre mis mejillas. Bueno, eso ya no sirve, algunas de ellas ya se deslizaron así que las limpio con el dorso de mi mano.
Apago el auto, me estiro hasta los asientos traseros, cojo mi mochila y también cojo una bolsa que contiene mi overol, el cinturón y los guantes de nitrilo.
Salgo de mi vehículo y entro a casa dejando todo en un sofá.
Me sobresalto al sentir a alguien abrazarme un poco fuerte, por su perfume puedo decir que es mi madre.
—¿Por qué llegas a estas horas? —Mi madre me acaricia la cabeza.
—No es tan tarde —digo y veo el reloj en la pared, son las seis y media de la noche. Me salgo de su agarre y me mira con los brazos en forma de jarras—. Lo siento, pero estaba en el taller haciendo una prueba para tener oficialmente el trabajo, hice unas cuantas cosas más y luego volví.
—A la próxima vez me das una llamada o algo, sabes que me preocupo por ti y tus hermanos. —Me da otro abrazo y luego se separa de mí—. Hablando de hermanos, ¿sabes qué le sucede a Ethan? Antes de que entraras subió las escaleras muy furioso.
Encojo los hombros.
»Anda a ver a tu padre, está cocinando y tengo miedo que incendie la cocina, yo por mientras voy a hablar con tu hermano.
Obedezco y voy a la cocina encontrándome a mi padre con un delantal negro mientras hace espagueti
—Hola papá.
—Hola hija —saluda mientras está concentrado en hacer la cena—. Listo, terminé de hacer esto.
Papá se saca el delantal negro, voltea hacia mí para luego mirarme fijamente.
»¿Estuviste llorando?
Olvidé que se me pusieron los ojos algo rojos por haber llorando.
—Ehh... sí, —Aparto la mirada—. no fue nada importante.
Se cruza de brazos.
—Si fue por un chico, solo dime el nombre y...
—No, no fue por un chico.
—¿Entonces?
—No paso nada, papá, —Me encojo de hombros—. sólo me puse... sentimental.
Ríe levemente y pone una mano en mi cabeza mientras sacude un poco mi cabello.
—Sí que no sabes mentir pequeña Summitten, igual que tu madre, hablando de ella, ¿dónde está?
—Con Ethan.
Frunce ligeramente el ceño.
—Si quieres puedes servirte tu cena, tardaré un poco —dice y sale de la cocina.
Me acerco a un estante instalado en la pared y saco un plato, me sirvo lo que cocinó papá y procedo a comer en la isla de la cocina; tengo que ser sincera, a papá le salió delicioso.
Cuando termino de cenar dejo el plato en el lavaplatos, salgo de la cocina, cojo la bolsa junto a mi mochila y subo hasta a mi habitación.
Al llegar a mi destino, escucho las voces de mis padres en la habitación de Ethan, me sorprende que Fallon no haya entrado a la habitación de nuestro hermano y ver qué sucede, ya que su habitación queda en frente de esta habitación.
Mientras sigo escuchando las voces desentendibles aún para mí, con cuidado abro la puerta de la habitación de mi hermana, y con más razón, la encuentro dormida, ella es difícil de despertar.
Cierro su puerta y ahora me acerco más al cuarto de Ethan, esta se encuentra cerrada. Pego mi oreja a la puerta y escucho un poco mejor las voces en su interior.
—Tengo que ir, tal vez ella aún siga ahí. —Escucho decir a mi padre.
Escucho otra voz, reconozco la voz de mi hermano pero lo que dice no logro escucharlo a la perfección.
—Cuando vuelva a pasar una situación idéntica, avísanos, no hagas tonterías de las que después te arrepentirás —dice mi madre—. Ahora ya sabes qué hacer.
Pasos se dirigen hacia mí, mejor dicho, a la puerta. Despego mi oreja de esta y entro rápidamente a mi habitación, escucho la puerta de Ethan abrirse para luego escuchar pasos por el pasillo y después por las escaleras.
Suspiro de alivio. Dejo mis cosas en una esquina del cuarto y voy a sentarme a la cama en forma de indio, pongo una almohada en mis piernas y descanso mis codos sobre ella.
Hay muchas preguntas rondando en mi cabeza. Sé perfectamente que es un tema que no me incumbe por completo y sólo sea algo entre padres e hijo, pero tengo una pequeña voz en mi cabeza que me dice que es algo importante y que incluye a toda la familia.
¿A dónde tiene que ir papá? ¿Quién es ella? ¿Qué hizo Ethan? ¿Qué hará Ethan?
Toc Toc
Miro la puerta un poco intrigada.
—¿Quién es?
—Soy yo.
Me acerco y abro la puerta, Ethan está recostado en la pared frente a mi habitación.
—¿Qué suce...?
No termino de formular la pregunta cuando siento los brazos de mi hermano alrededor de mí, dándome un fuerte abrazo.
—Lo siento —murmura atrayéndome más hacia él.
Correspondo el abrazo.
—Ya, tranquilízate, sé que tuviste una razón al haberme gritado, a veces soy una hermana muy molesta; pero respecto a lo de zo...
—En serio, lo siento —me interrumpe. Apoya su cabeza en mi hombro y siento mi hombro húmedo, está llorando—. N-No quise llamarte de esa manera, pensaba en otra persona, no estuve consciente de lo que te decía, e-es en serio.
—Ay, Ethan. —Una pequeña sonrisa se forma en mi rostro—. Te perdono, pero ¿quién es esa persona?
Me aprieta más contra él, haciendo que me falte un poco la respiración.
—Nadie importante. —Se separa de mí—. Hay que hacer como que nade de lo que pasó ocurrió, ¿está bien?
—Está bien.
—¿Qué sucedió cuando ingresamos a casa?
—No lo sé, no lo recuerdo. —Me encojo de hombros.
—Bien hecho. —Levanta la mano y chocamos los cinco—. Iré a cenar, tú a la cama, mañana tienes escuela.
Dicho esto se va, yo vuelvo a entrar a mi habitación para ponerme la piyama y más tranquila con respecto al hecho de la discusión con mi hermano. Busco el control de una pequeña televisión postrada en mi pared, pero no duro mucho ya que mi celular empieza a sonar dentro de mi mochila.
Voy y lo alcanzo, quien me llama es Skyler.
—Ho...
—Mañana te preparas.
—¿De qué hablas, Skyler?
—Ya casi es sábado y los del instituto Garfield no han hecho nada. Ellos nunca han demorado tanto en hacernos una broma, apuesto a que quieren que bajemos la guardia y luego... —Se escucha que golpea una superficie con mucha fuerza—. atacarnos.
»Cuida tus espaldas, en cualquier momento te atacarán ya que fuiste la que estuvo en su territorio, ellos jamás olvidan una cara —dicho esto corta la llamada.
Aprendí una cosa de Skyler: es muy vengativa. Ella no es de las personas que se tomarían el tiempo de hacer una broma sólo por una tonta rivalidad entre escuelas, sólo quiere vengarse por cada cosa que le hicieron los del otro instituto mientras estudiaba aquí.
Dejo mi celular en una mesita de noche y me acerco a tomar el control remoto del televisor, enciendo el aparato eléctrico y voy pasando canal por canal buscando algo que me entretenga. Me detengo en un noticiero de la ciudad, quiero saber un poco más sobre lo que sucede en San Diego.
A través de la pantalla, una joven habla sobre el hecho de que haya nacido un hipopótamo bebé en el zoológico dentro del Balboa Park, esto es lo más lindo del mundo. Anuncian que es un macho, pesa como cincuenta kilogramos y no tiene ningún problema.
De repente la programación se corta y aparecen letras en grande.
"NOTICIA DE ÚLTIMO MOMENTO"
Después de eso aparece la imagen de una reportera con micrófono en mano, de fondo árboles iluminados solo por las luces rojo y azul de las sirenas de la policía y la luz de la cámara que proyecta todo.
—Estamos en el parque regional Mission Trails de San Diego, en el cual se ha encontrado el cuerpo, ya identificado, de Cotton Powel con veinte años de edad.
»Este fue hallado sin vida por personas que quisieron encontrar un buen lugar para acampar. Presenta una bala en el pecho y otra en la pierna, por lo que se infiere que murió desangrado.
»La policía a encontrado en los bolsillos de sus pantalones y los de su chaqueta bolsas pequeñas con cocaína, pero no sólo eso, también otros tipos de droga y un arma de fuego. Cotton Powel fue identificado como miembro de una banda de traficantes de drogas, no sabemos con exactitud quién le disparó o dónde están los otros miembros, pero volveremos con más info...
Apago la televisión antes de que termine la oración.
El chico tiene la edad de mi hermano (bueno, tenía) y estaba involucrado en el tráfico de drogas. No me imagino a mi propio hermano haciendo eso, pero las personas tienen diferentes formas de pensar y actuar ante las diferentes situaciones que te presenta la vida.
╚══════❀・°・❀══════╝
Ethan White en multimedia
Hi! Este capítulo me salió más largo de lo normal, pero espero lo disfruten. El próximo me salió más largo que este incluso xD
Si encuentran algún error, pueden notificarmelo :3
(09/01/19)
ℒüḉ¥ ϟ℘αґкℓε
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