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"EPÍLOGO"


         Jinhwan había conseguido una licencia para el fin de semana. Debido a que apenas pasó su primer año en el servicio militar, los superiores seguían siendo muy inflexibles.

         Cuando bajó del tren, suspiró al ver que nadie estaba esperándolo. Una parte de él ansiaba ver a Junhoe y creía que tal vez querría darle la bienvenida.

         El horario para el uso de teléfono era muy corto y la base a la que lo habían asignado carecía de buena señal. Después del divorcio de sus padres, él nunca más vio a su padre, quien aún lo culpaba por la muerte de su hermana y no aceptaba su preferencia hacia los hombres.

        Pidió un taxi y justo antes de subir a este, alguien tiró de su muñeca. Su corazón se agitó de inmediato y al girarse vio al más alto con el cabello revuelto lleno de hojas y el rostro arañado. Incluso la sangre aún estaba fresca.
―Pero... ¿qué te pasó?

        Jinhwan levantó la mano para quitar una hoja de su cabello cuando Koo tomó su mano entre las suyas y una expresión lastimera se apoderó de su rostro.
―En verdad quería llegar a tiempo, incluso salí una hora antes pero estuve atrapado en el tráfico, entonces hice toda una vuelta por un camino alternativo y un balón atravesó la ruta, un niño venía detrás y maniobré para esquivarlo, venía muy rápido y fui a parar contra un jardín ajeno. Los dueños no iban a dejarme ir porque llamaron a una ambulancia. Oh, el niño está bien pero tuve que escaparme para llegar aquí.

        Jinhwan sonrió, pero luego de procesar bien sus palabras le dio un golpe en el brazo con el puño cerrado a modo de reprimenda.
―¿Por qué tenías que conducir a toda velocidad? ¡Eso es muy peligroso! ¡Pudo haberte pasado alg...!

          JunHoe lo calló con un beso. Extañaba tanto al menor y sus muestras de afecto sin importarle el momento o lugar. Sus piernas parecían fideos cuando se apartó y lo miró como si tuviera delante suyo a una especie de ángel.
―El uniforme te queda jodidamente bien hyung.
―Estoy seguro que a ti te quedaría mejor.
―No digas eso, ni siquiera quiero imaginar cuando me toque alejarme de ti nuevamente cuando sea mi turno.

            Jinhwan tampoco quería pensar en eso. Un fuerte carraspeo los sacó de su propia burbuja, un hombre de mediana edad con aspecto cansado y cargando varios equipajes estaba parado junto a ellos.
―¿Subirán al taxi?
―Oh, no, lo siento ―Jinhwan se apartó de su camino ―adelante.

         Junhoe acarició su mano antes de tomarla y entrelazar sus dedos.
―Estacioné la motocicleta por allá.

          Jinhwan notó los rayones en la pintura del biciclo. Entonces Koo le extendió un casco extra.

           Para cuando Kim subió tras él y se abrazó a su cuerpo apoyando su mejilla contra la espalda ajena recordó un pequeño detalle.
―June...
―¿Mm?
―Mi equipaje de mano ya estaba en el taxi.

          Junhoe no pudo evitar reírse del mayor.
―Vayamos por la parada del taxi entonces. Aigoo, mi lindo novio es tan despistado.
―Es que estaba tan emocionado al verte que no pude pensar en nada más.

             Junhoe sintió cómo si una flecha de cupido lograra atravesar su corazón nuevamente. ¿Cómo podía ser tan lindo?

             Ciertamente Koo estaba un poco nervioso. Iba a dejar a su novio con su madre pero el sábado iba a ir a su casa a pasar dos días y una noche.

             Aunque había dudado demasiado, su padre notó cómo Junhoe lo miraba cada vez que lo veía, como si quisiera hablar de algo pero al mismo tiempo no se atreviera a hacerlo.
―¿Tienes visión de rayos X o solo quieres preguntarme algo? ―lo había afrontando su progenitor.

          El rostro de Junhoe se puso completamente rojo y ante las cejas levantadas de su padre él se rindió.
―¿Cómo se supone que debo preguntarle a mi novio si quiere hacerlo? ¿Cómo le dijiste tú a mamá o simplemente pasó?

          Su padre escupió su café y comenzó a toser. Lo sabía, era una mala idea preguntárselo a alguien hetero. Se levantó dispuesto a irse de la sala.
―Espera, hijo ―su padre se limpió la boca ―solo me tomó por sorpresa, creí que ya lo habían hecho.
―¿Por lo que dijo esa vieja chismosa?
―No, solo... Pregúntale directamente, creo que es importante que establezcan los roles y todo eso.

          Junhoe asintió y fue a investigar por su cuenta. Sin saber que su padre también haría lo mismo.
La noche anterior incluso Yejin irrumpió en su habitación.
―Mamá y papá están viendo porno gay, incluso están tomando notas. Pensé que ustedes ya lo habían hecho.

         Junhoe le lanzó una almohada y la pelinegra la esquivó. Su hermano no pudo sentirse más avergonzado. Se suponía era un tema entre él y su padre, pero ya toda su familia estaba más que involucrada.

         El rostro de Jinhwan se veía más bronceado y también notó que tenía un mejor estado físico. Ya no llevaba el cabello tan corto y lo mantenía con su color natural.

          Aunque la señora Kim intentaba mostrarse de acuerdo con su relación, aún parecía como si intentara forzarse a estar de acuerdo con que su hijo fuera homosexual.

          Junhoe esperaba que las cosas mejoraran entre ellos, por los sentimientos de Jinhwan.

          Cuando fue a recogerlo nuevamente para llevarlo al pueblo, Jinhwan llevaba un ramo de flores. Visitaron el pequeño nicho junto al arroyo antes de ir a la casa de su novio.

           Muchos de los vecinos fueron amables al volver a verlo mientras que otros mostraron su desagrado en el rostro, Junhoe ya estaba acostumbrado.

          La familia de Junhoe fue cálida con su novio y cerca del anochecer todos comenzaron a actuar extraño inventando planes para esa noche, dejándolos solos en casa. Junhoe se sonrojó una vez en su habitación esperando que su hyung no notara lo obvios que habían sido.
―Entonces... ―murmuró Kim paseándose en su habitación notando los cambios en ella ―tu abuela tiene una noche de bingo con sus amigas, tus padres una cena importante y Yejin esta improvisada pijamada con sus amigas.

          Jinhwan levantó las cejas y luego tapó su sonrisa con el puño. Se sentó en el borde de la cama ajena y lo miró.
―¿Deberíamos aprovechar que estamos solos?

          Jinhwan sacó una nota de su bolsillo y cuando Junhoe la leyó su rostro parecía arder por completo.

         "Hijo, no olvides tratarlo con delicadeza."

―Estaba en la heladera.

         Mierda. Junhoe pasó de estar humillado a desconcertado cuando el mayor comenzó a desabotonarse la camisa y se quitó el pantalón, colocándose en una posición que lo transportó a varios años atrás en su memoria.

         Cargó su peso contra sus codos sobre la cama y le sonrió. Incluso su ropa interior era del mismo color. ¿Acaso lo había planeado?

         Casi podía sentirse como en la cabaña en la que se dieron su primer beso, solo que esta vez, Kim no estaba invitándolo a besarlo, sino a algo más.
Jinhwan bajó su mirada a su entrepierna y luego volvió a mirarlo a los ojos con la misma expresión coqueta.

         Mierda. Junhoe se mató pensando en discursos y propuestas ingeniosas, románticas, poéticas. Pero su mente quedó completamente en blanco cuando vio a Jinhwan invitándolo a hacerlo con solo su expresión corporal.

          Lo amaba, se inclinó para besarlo y cuando Kim movió los labios a un ritmo tentadoramente lento y lleno de lujuria, Junhoe pegó sus cuerpos haciendo que la espalda del mayor tocara por completo las sábanas. Sintió las manos ajenas colándose por debajo de su playera y sonrió en medio del beso.
―¿También te has estado ejercitando? ―preguntó su novio curioso.
―Necesitaba verme mejor que todos esos chicos que ves a diario.

           Junhoe se quitó la playera y notó los ojos castaños recorriéndole cada centímetro y entonces Jinhwan se mordió el labio inferior.
―Mierda, June ―soltó un jadeo mirando la línea de su ropa interior sobresaliente por encima de su pantalón y luego el bulto bajo este ―te amo.

        Junhoe volvió a inclinarse para besarlo, completamente satisfecho por la expresión llena de deseo del mayor.

        Luego de finalmente hacerlo, los dos se acurrucaron juntos mientras se acariciaban mutuamente en lo que recuperaban el aliento.

       Jinhwan dejaba besos ocasionales en el rostro o labios del menor y le repetía lo mucho que lo amaba. Junhoe también lo había dicho muchas veces cuando estaba dentro de él mientras Jinhwan solo era capaz de emitir gemidos suaves y avergonzados.

        Junhoe incluso le llevó el desayuno a la cama la mañana siguiente. Su familia regresó para la hora del almuerzo y ambos habían hecho un desastre en la cocina. Entonces Jinhwan recordó acomodar la sudadera del menor a modo de ocultar las marcas en la piel de su clavícula completamente avergonzado. Obviamente no era necesario, todos sabían lo que había acontecido, la pareja se veía tan feliz y radiante que era demasiado obvio.
―Cocinas increíble Jinan-oppa, siento tanta envidia de mi hermano justo ahora ―murmuró Yejin.

             Jinhwan sonrió. Después de eso, un año más no significó nada. Los dos se mudaron a vivir juntos apenas Jinhwan terminó su servicio militar.

            La madre de Jinhwan nunca dejó de mostrar esa sonrisa incómoda y su padre se había perdido en el alcohol ―así decían los rumores de los vecinos ―, después de perder su casa tras su segundo divorcio, del cual también tuvo una niña.

            Y aunque el puesto de chapa se había derrumbado y las flores en él habían muerto, Junhoe tenía consigo a la única flor que le importaba. La más hermosa de todas, la única que siempre quiso cuidar y contemplar todos los días.

Fin.











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