Capítulo Seis.
-Además de ser un gran abogado y un maestro en el sexo eres un gran chef, amor. - elogió Kagome.
-Mi padre me enseñó.
-Hablas mucho de tu padre. ¿Y tu madre? Nunca la mencionas.
Sesshomaru agachó la cabeza, algo tristón. Dejó caer la cuchara en el plato y bebió un sorbo de agua. Kagome lo miró intrigada. ¿Qué le pasaba?.
-¿Me dirás?. - preguntó sonriente la muchacha.
Sesshomaru se levantó del taburete y se dirigió a la nevera, sacando gelatina que Kagome había preparado al llegar. Volvió y se sentó. Se sirvió un poco de gelatina y comió.
-Sesshomaru...
-¿Hmp?. - respondió.
-¿Qué pasa?. - con su mano retiro un poco de gelatina roja de los labios masculinos. -¿Nos vas a responder mi pregunta?.
-Ah... - suspiró. -Mi madre... Murió hace un tiempo. - dijo al fin. Kagome se quedó boquiabierta.
-¿Muerte natural o...?. - masculló.
-Un asesinato.
-¿Un asesinato? No comprendo. ¿Podrías explicarlo?.
-Vale, pero que quede en secreto. Y también te pido que no sientas lástima por mí después de contártelo.
-Ok. Soy toda oídos. - se sentó en el taburete al lado del albino. El suspiró.
-Fue cuando tenía 14 años. Un día soleado de verano y una posible salida familiar. Mi madre tenía una pequeña boutique famosa en el centro de la ciudad y se había dejado el móvil en su despacho. Mi padre y yo nos quedamos en casa mientras que ella se fue a buscar su teléfono...
Flashback
-¡Mamá, nos vamos!. - grita. La mujer de cabellos blancos voltea aún rebuscando en su bolso.
-No encuentro mi celular. - menciona.
-Te lo habrás dejado dentro. - dice Toga Taisho.
-Ya he revisado en toda la casa. ¿No lo tendrás tú?. - señala a su hijo dentro del auto negro. El joven niega con la cabeza y devuelve su mirada a la laptop acomodada en su regazo. -No se en donde podría estar...
-¿Te lo habrás dejado en la boutique?. - sugiere el mayor. La albina sonríe y corre a su auto rojo estacionado detrás del negro.
-Iré a ver. ¡Vuelvo enseguida!. - gritó desde dentro del auto y se fue a toda velocidad.
-Siempre es así. Nunca cambia. - suspira Toga.
...
Irazue entró a velocidad de la luz en su boutique. Subió escaleras arriba y entró al despacho. Rápidamente localizó su móvil sobre el escritorio y lo tomó. Suspiró. Fue más rápido de lo que había pensado.
Cuando estaba a punto de voltearse, la puerta de la entrada de su despacho fue golpeada abruptamente. Miró asustada al hombre calvo que entraba a su oficina junto a una mujer y otro hombre de pelo castaño.
-"Ladrones". - pensó. Con cuidado y tratando de pasar inapercivido su movimiento presionó el botón rojo que mandaba una señal de emergencia a la policía. -¿Quiénes son?. - preguntó tratando de mantener la calma. -¿Cómo se atreven a entrar a mi boutique?.
-¡Silencio, zorra! ¡¿Tú qué demonios haces aquí?! ¡Se supone que estás de vacaciones junto a tu marido y mocoso!. - gritó la mujer con ropas algo extrañas.
-Jakotsu, no le saques conversación. - regañó el castaño.
-¡Cállense ambos! ¡Escucha, mujer, si haces algo estúpido te pego un tiro! ¡¿Escuchaste?! ¿Sabes que significa eso?. - el tipo calvo apuntó al pecho de Irazue, ella tembló. -Si jalo del gatillo más nunca podrás ver a tu marido... Y mucho menos a tu chiquillo.
-Sesshomaru... - susurró. Las lágrimas comenzaban a salir de sus ojos azules. -No le hagan daño a mi hijo y esposo. Por favor, ellos no han hecho nada malo.
-Sí, claro. - bufó Jakotsu.
-Tu maridito no nos ha pagado el dinero de la droga que le vendimos. Dice que nunca nos ha comprado droga y que jamás iba a pagar. - informó Suikotsu.
-Mi marido sería incapaz de comprar droga a unos lunáticos como ustedes. ¡Mi esposo es la persona más pura en el mundo! ¡Él no compraría algo tan podrido como eso!. - gritó a toda voz. La sirenas de la policía comenzaban a escucharse desde fuera de la boutique.
-¿Qué dijiste, puta?. - murmuró entre dientes Renkotsu.
-¡Mierda! Renkotsu, déjala. La policía está fuera. Si no salimos ahora nos atraparán. - casi gritó Suikotsu. Pero el mencionado no respondía. Continuaba apuntándole a la mujer de cabellos blancos con el arma. -¡RENKOTSU, DÉJALA!.
-¡MÁTALA!. - gritó la alocada mujer de pelo negro.
Se escuchó un disparo y el cuerpo de Irazue Taisho calló en el suelo. El agujero en su pecho sangraba como una gigantesca cascada, manchando el piso y las ropas de la mujer. Renkotsu se rascó la cabeza, arañándose y sacando sangre de la zona pelada. Jakotsu reía mientras un oficial le ponía las esposas y Suikotsu lloraba por la muerte de esa mujer.
-¡Dijiste que no ibas a matar a nadie!. - gritó el muchacho. Lloraba sin parar. -¡Ella sólo defendía lo que más amaba! ¡¿Por qué la mataste?! ¡¿POR QUÉ?!. - entonces Renkotsu también lloró. -Ella tenía una familia... Tiene un hijo. ¿Acaso crees que se dieron un último beso? ¿Tal vez un abrazo? ¿O terminaron peleados? ¿Sabés lo mucho que esto le va a afectar a su hijo?. - Renkotsu se tiró al piso mientras el oficial terminaba de ajustar las esposas. -Acabas de hacer lo mismo que te pasó a ti de niño.
-¡Ya basta!. - gritó el calvo entre lágrimas.
-Mataron a tu madre frente a ti. Tú has hecho lo mismo. Mataste a la madre de un joven que aún la necesitaba. - dijo. Los sacaron a todos de la oficina y luego llegaron los forenses.
-¿Ya le han informado a los familiares?. - preguntó la oficial al mando mientras observaba el cuerpo sin vida de la difunta Irazue.
-Su esposo está afuera y a su hijo lo han llevado al hospital. Entró en un estado de shock grave para su salud. - dijo el otro oficial.
-La causa de la muerte es obvia: le han disparado directamente al corazón. - observó el reloj en la pared y pudo deducir la hora de la muerte -Son las 10:40. Debe haber sido disparada entre las 10:30 y 10:35. - dijo el médico forense.
-Infórmenle al esposo y también quiero saber cómo se encuentra el hijo. Recojan el cuerpo. - ordenó la oficial al mando. Dejaron pasar a los otros oficiales que recogerían el cuerpo y los restantes salieron de la oficina.
Fin del Flashback.
-Eso fue lo que pasó. - terminó de decir el albino. A Kagome le habían salido algunas lagrimitas. -No debí haberte contado eso. Mira como te has puesto. - con su mano retiró los rastro de lágrimas en sus ojos. Ella lo abrazó con fuerza.
-¿Lloraste?.
-Por meses. Después de recuperarme en el hospital, creía que todo era un sueño, que ella estaría viva a mi lado. Cuando abrí los ojos vi a mi padre observando el anillo de compromiso de mi madre, llorando y susurrando disculpas y lamentos. Lo entendí: ella si había muerto. Me había dejado para siempre y no puedo tan siquiera recordar el último beso que me dio. - sus ojos se aguaban. Iba a llorar. Si no se aguantaba iba a llorar. -¿Vamos a dormir o quieres ver la tele?.
-¿La extrañas?. - preguntó ella retirándose las lágrimas.
-Demasiado.
-¿Podrías mostrarme una foto? Sólo quiero verla.
Sesshomaru señaló un cajón de la mesa del televisor y Kagome fue a ver. Abrió la gaveta y vio la foto de una hermosa mujer albina de ojos azules junto a un niño, parecido a ella, pero con ojos dorados.
-Ella es mi madre y a su lado estoy yo cuando tenía 9 años. - explicó.
-Un niño muy guapo. - susurró coqueta.
-Siempre he sido guapo. - se levantó y se acercó a ella. Beso su mejilla y luego su cuello.
-Sus ojos son hermosos.
-Lo eran, mucho más cuando sonreía. Su sonrisa era hermosa y siempre venía acompañada de dos adorables hoyuelos. - Sesshomaru sonrió. Por fin un recuerdo bonito de su madre sonriendo le visitaba la mente. -¿Vemos la tele o vamos por la segunda ronda de sexo?.
-Lo segundo está bien. - Kagome lo miró a los ojos. El zafiro femenino chocó con el dorado masculino, brillaban con intensidad.
Sesshomaru se llevó a Kagome a su habitación cargada como princesa. Iban por su segunda ronda de pasión.
Día siguiente.
-Kag... - fue el diminuto susurro a lo lejos que escuchó. Abrió lentamente los ojos y encontró la dorada mirada de Sesshomaru posada en ella. -Good morning, honey. - susurró el albino mientras le acomodaba el flequillo de su frente.
-Buenos días. - contestó la muchacha adormilada.
-Hice panqueques y jugo de fresa para desayunar. Están abajo esperándonos.
-De seguro ya te comiste un pedazo de mis panqueques. - Kagome se levantó y se dio cuenta de que aún estaba desnuda. Cubrió enseguida sus pechos, sonrojada, mientras Sesshomaru se reía.
-Sabes que sí... - limpió las pequeñas lagrimitas de sus párpados que se habían acumulado después de reír. Revolvió el cabello azabache y salió de la habitación sin decir algo más.
-¡Voy a comerme los tuyos!. - gritó Kagome.
La joven se puso de pie completamente desnuda y corrió las cortinas. La hermosa luz solar se coló en toda la habitación, calentando su piel y el cuarto. Corrió al baño y se dio una ducha rápida y lavabó su cabello negro. Al estar envuelta en la toalla recordó que las únicas prendas de vestir que tenía eran las que había traído la noche anterior y, definitivamente, no iría a trabajar con eso puesto.
Bajo las escaleras envuelta en la toalla y buscó a Sesshomaru en la cocina. Su cabello goteaba agua por todas partes. Localizó a su novio en la puerta con unas bolsas en la mano y hablando con alguien. Cuando cerró la puerta corrió hasta él y lo jaló del brazo.
-¿Qué pasa?. - Sesshomaru la vio toda empapada en agua. Si continuaba con el pelo húmedo se iba a enfermar. -Necesito a mi asistente y novia en perfecta salud así que sécate el cabello y el cuerpo, cariño.
-No tengo ropa para cambiarme. - dijo ella. Un leve sonrojo se formó en sus mejillas.
Sesshomaru río y le tendió las bolzas. Ella las tomó y abrió una, encontrándose unos jeans azules con un suéter blanco. La otra bolza traía unos zapatos con tacón de aguja y unas cajas pequeñas que parecían ser de joyería y maquillaje. Kagome abrazó a su novio y le besó la mejilla.
-Sabía que no irías a trabajar con tu faldita y medias apretadas así que compré esto y pedí entrega urgente a domicilio.
-Gracias, eres el mejor. I love you. - corrió escaleras arriba y lo último que escuchó Sesshomaru fue la puerta del baño cerrarse fuertemente.
-Estás loquita, Kagome. - susurró el albino.
Su teléfono vibró, anunciándole que un mensaje había recibido. Tomó el aparato y frunció el ceño al leerlo. La asistente de su padre le recordaba que tendría que irse hoy al extranjero. ¡Era molesta esa mujer!. Y la llamada, también de la asistente, lo había sacado más de quicio. Contestó molesto la llamada.
-Buenos días, Sesshomaru. Espero que hayas estado haciendo la dieta que te recomendé la semana pasada. No queremos verte gordito. - se burló la muy osada. Yura era una mujer insoportable.
-No hice la asquerosa dieta que me mandaste. Sé mantenerme a la raya. ¿Qué quieres?. - preguntó. La mujer río por la otra línea.
-Tu padre me pidió que te recordara que hoy a las 3:00 PM es tu vuelo rumbo a París. Me dijo que te advirtiera que el caso que te ha encomendado es muy importante para la compañía Taisho.
-Eso ya lo sé. ¿Quién me acompañará en este ridículo viaje? Al menos eso lo debes saber.
-No tuve que memorizar el nombre de tu acompañante. Tu padre me ha encomendado acompañarte en este viaje. - por el otro lado la mujer de cabello corto sonreía feliz.
-Esto es una locura. Comunícame con mi padre ahora mismo. - pidió apretándose el puente de su nariz. Estaba cansado de toda esa locura y tener a Yura a su lado sería la gota que derramaría el vaso de su calma y paciencia.
-Lo lamento pero él no te puede atender ahora. Está en una reunión con algunos abogados que están dispuestos a colaborar y unirse a la firma Taisho. Tendrás que esperar o callarte y aguantarme por esos tres días en París. - Yura río. Las cosas que hacía esa mujer le sacaban de quicio.
Después de unos meses de la dolorosa muerte de su madre; su padre volvió a ponerse de pie y levantó el imperio Taisho. Contrató a nuevos y experimentados abogados, creó e inauguró nuevos bufetes Taisho en todo Japón y el extranjero, dio clases en Facultades de Derecho y me entrenó a mi para ser un gran abogado como él. Sin embargo, mi padre se sentía sólo. Yo aún estudiaba en el extranjero cuando me enteré que había contratado a una asistente que se especializaba en asistir a abogados. Eso me llenó de curiosidad. Mi padre nunca había necesitado que alguna persona lo ayudase en sus cosas de trabajo. Y mucho más fue mi sorpresa al darle cuenta de que aquella mujer sólo quería una cosa: enamorar a mi padre. Yura Sakazagami siempre me pareció la peor de las mujeres. ¡Incluso trataba de seducirme al inicio de mi carrera como abogado! Fueron millones de veces las que le imploré a mi padre que la despidiera, pero nunca me hizo caso y nunca no hará.
-Debes estar de broma... - su odio creció. Colgó la llamada y subió escaleras arriba hecho una furia.
-¿Pasa algo?. - le preguntó Kagome. Se lo había encontrado a mitad de la escalinata mientras bajaba. Sesshomaru la ignoró y de un fuerte portazo se encerró en la habitación.
Kagome subió y abrió la puerta. Encontró a su novio metiendo ropa desorganizadamente dentro de una maleta negra. Verlo así le dio un poco de miedo pero aún así se acercó a él.
-¿Ocurrió algo?. - volvió a preguntar pero no obtuvo respuesta. -Sesshomaru...
-Dime.
-¿Qué te pasa?. - ella lo calmó tomando de su brazo e invitándolo a sentarse a su lado. El peliplateado obedeció y se sentó a su lado. -¿Estás bien? ¿Ocurrió algo?.
Sesshomaru de cubrió el rostro con ambas manos y suspiró. Estaba cansado. Cansado de Yura, de su padre, de todo. Suspiró una vez más y abrazó a Kagome. Ella aún no entendía el porqué su novio estaba actuando de esa manera.
-Me iré de viaje a París esta tarde. Mi padre me ha encargado su cliente y debo defenderlo frente al juez y la Corte... y también voy a ser un extra en una película. Sólo apareceré en una toma.
-¿Eres actor? Bueno, en las redes se dice que además de ser abogado eres actor de papeles secundarios y papeles no tan importantes pero eres muy bueno. ¿Has sido el protagonista principal en alguna serie o algo?.
-En algunas películas románticas y de acción. La verdad es que no me dedico mucho a mi carrera como actor. Sólo estudié eso porque mi madre decía que sería un gran actor si estudiaba para serlo. - explicó. A Kagome le brillaron los ojos. Su novio además de ser un gran abogado era un excelente actor. Sin duda alguna buscaría todas las películas en las que participó.
-¿Estarás mucho tiempo en París?. - preguntó ella mientras le peinaba el cabello. Su cabello blanco era suave y hermoso. Sentía que tenía hilos de cascada blanca entre sus dedos.
-Tengo planeado estar tres días. Aunque puedo estar más tiempo. Todo puede depender de la grabación de la toma. El juicio no creo ya que es el último en el que aplicará la justicia a la persona correcta.
-Te deseo mucha suerte y si me extrañas puedes llamarme. Te sabes todos mis horarios así que ni se te ocurra llamarme en horario laboral. - la muchacha le besó la mejilla a su novio. Lo extrañaría pero debía dejarlo irse. Después de todo sólo serían tres días.
-Habrán algunas horas de diferencia pero trataré de llamarte o enviarte un mensaje diciendo lo mucho que te amo y extraño. - susurró cerca de sus labios.
-Voy a ayudarte a hacer tu maleta porque se nota que no sabes. - dijo la azabache. Se puso de pié y sacó el montón de ropa desorganizado del interior de la maleta. -Vamos. Levántate.
Sesshomaru con una hermosa sonrisa se levantó y ayudó a esa chica que lo volvía más loco de amor cada día. Kagome era muy enérgica y alegre pero también podía ser despistada y algo malhumorada. Su carácter era muy diferente al suyo. Sin embargo, Sesshomaru creía que ambos eran la química perfecta. Eran como la arena y las olas saladas del mar. Eran y siempre serían Sesshomaru y Kagome.
En el aeropuerto.
-No era necesario que me acompañaras. - le dijo él entrelazando sus manos y dándole un beso en los labios.
-Quería despedirme de ti. - susurró la azabache. Sesshomaru la abrazó con fuerza.
-Sesshomaru, ¿tu padre sabe de la relación que tienes con tu asistente?. - lo llamó Yura.
La mujer de cabellos cortos y ojos color rojo traía puesto unos jeans rasgados en las rodillas con una ombliguera amarilla. Su abrigo estaba amarrado en su cintura y sus gafas sobre su cabeza esperando a ser colocadas en el lugar correcto. Antes de darse cuenta de lo que hacía la pareja de jefe y asistente, ella publicaba lo que haría en sus redes sociales; presumiendo de su viaje a París con el famoso abogado Sesshomaru Taisho.
Sesshomaru rodó los ojos y le dedicó a la de cabellos cortos una mirada de odio. Yura levantó los brazos en forma de rendición y se subió al jet privado que tenía Toga Taisho, padre de Sesshomaru.
-Debo irme. - anunció el mayor. Kagome lo abrazó con cariño. -Volveré pronto. No me extrañes demasiado, ¿vale?.
-Ya te extraño y no te has ido. - dijo la muchacha de pelo negro. Sesshomaru le dio un último beso de despedida y se subió al jet.
Sólo cuando el avión se fue Kagome se dirigió al taxi en el que habían venido. Se subió de nuevo y le dio la dirección de su trabajo. Revisó su celular y vio un mensaje nuevo de su novio. Abrió la aplicación y sonrió al leerlo. Iba extrañarlo muchísimo.
Nuevo mensaje de:
Jefe acosador súper sexy( Sesshomaru Taisho)
-Te amo. Apenas me fui y ya te hecho de menos. No me dejes por favor... :'( <3
-Yo también te amo y te extraño. Nunca te dejaría por nadie. Más te vale que tú no me dejes por otra. ¡Te amo, te amo, te amo, te amo, te amoooo!.
Respondió. Kagome sonrió e inmediatamente cambió el nombre del contacto de su jefe y novio. Ya no era "Jefe acosador súper sexy (Sesshomaru Taisho)" ahora era...
-El amor de mi vida... - pensó ella al mismo tiempo que terminaba de editar el nombre del contacto y lo guardaba con una gran sonrisa.
Continuará...
Lo lamento mucho pero este no será el capítulo en donde nuestra querida Kagome sale de party. Pensaba que este sería pero debía aclarar que le había ocurrido a Irazue y cuando iba a ponerlo recordé que en otro capítulo anterior (creo que fue el 4) dije que Sesshy iría de viaje por unos días así que tenía que poner cuando se iba aquí luego vuelve en el próximo capítulo (si es que no se me ocurre cambiar algo).
De cualquier manera se sigue manteniendo que Kagome irá a una fiesta (aún no decido si va con Sesshomaru o va sola o se encuentra a Sesshomaru en la fiesta o no pasa nada) ya me iré decidiendo.
¿Les va gustando It's Good?
Háganmelo saber en los comentarios porfis.
Lamento actualizar tan tarde, soy perezosa para escribir y siempre ando escasa de ideas e inspiración. Espero que alguien me entienda :-(
Nos leemos próximamente.
Bye-Bye!!
By: Mary__🌸
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