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Capítulo Cinco


Horas después ambos amantes estaban rendidos en el sofá. La película había terminado hace un buen rato. La pasta... Ni hablar de eso. Lo importante era que los dos adultos estaban por fin juntos, amándose como es debido.

Sesshomaru fue el primero en espertar. Se levantó con cuidado y apagó lo que era antes su comida. Abrió la nevera y sacó algunas manzanas y peras y se puso a pelarlas. Morir de hambre no sería una opción y de seguro Kagome estaría hambrienta cuando despertara.

Después de pelar casi todas las peras, Kagome despertó con un sonoro bostezo. Sesshomaru se acercó con las manos bañadas en jugo de fruta y la besó.

—Buenas tardes, princesa. Pera rebanada en el cuenco sobre la mesa nos espera, vamos. — la azabache se levantó y se sentó en el taburete frente al tazón de color cobrizo. Efectivamente dentro de el había muchos trozos de pera.

Kagome no dudo en llevarse un trozito a la boca y saborearlo. Sonrió aún con la boca llena. —Gracias. — dijo y Sesshomaru -ahora pelando y cortando manzanas.- también le sonrió.

La puerta principal se abrió y se adentró al apartamento una mujer un poco más mayor con los cabellos igual de negros que los de Kagome. La nueva personaje los miró a ambos en la cocina y se acercó. Observó a Sesshomaru y luego a Kagome, tratándole de sacar alguna información en su mirada.

—Ah, perdón. Mamá, el es Sesshomaru Taisho, mi jefe y novio. Sessh, ella es mi madre. — presentó. Naomi relajó sus facciones confundidas y le sonrió al muchacho, ofreciéndole la mano.

—Mucho gusto, señor Taisho. Mi hija me ha hablado regular de usted pero siempre menciona el buen jefe que es. — Sesshomaru correspondió al saludo de su ¿suegra, tal vez? Y también le sonrió.

—¿Regular? ¿A qué se refiere con eso, señora Higurashi? Y por favor nada de formalidades conmigo. Llámeme Sesshomaru.

—Lo mismo digo, Sesshomaru. Puedes llamarme Naomi. Con regular me refiero a las veces en las que acosaba a mi hija y le decía cosas relacionadas com tener sexo o algo así. — Kagome palideció. Sesshomaru y Naomi rieron en conjunto. —Pero veo que eres un gran caballero con métodos más modernos, Sesshomaru. De no ser por ello tú y mi hija no serian pareja. ¿Por qué no me dijiste que habían terminado siendo novios, Kagome? Soy tu madre, puedes confiar en mí.

—Bueno mamá... Es que empezamos siendo pareja desde hoy. — la azabache se mantenía roja de la vergüenza. Debió haberle hecho caso a ese presentimiento de no contarle sobre las cosas pervertidas que hacía Sesshomaru con ella.

—Ya veo. Espero que duren para siempre. También espero una boda y muchos nietos. — Naomi sonrió.

—¡Mamá...!

—No se preocupe, Naomi. Le aseguro que tendrá nietos en un futuro no muy tardío. Kagome, debo irme. Tengo una reunión urgente. — le besó la frente a su amada y se despidió de Naomi. —Te llamo luego. — y al fin se fue.

—¿En un futuro no muy tardío? ¿Es decir que ya estás embarazads?. — miró a su hija y comió una rodaja de manzana.

—No, mamá. Por cierto tu cama está desordenada, no preguntes por qué. — Kagome tomó el cuenco y lo metió en la nevera. Apagó la tele y se fue en dirección a su cuarto.

—¿Por qué está desordenada?. — preguntó la azabache mayor.

—¡Te pedí que no preguntaras!. — chilló la joven. —Lo limpiaré después. — se encerró en su habitación. La madre se quedó en la cocina analizando las palabras de su hija.

—¿Por qué está sucio y desorganizada la cama?. — pensó en voz alta. Pensó una posibilidad y dio con lan respuesta de todas sus interrogantes. —Ohhh, ya entendí. Entonces creo que debería salir a hacer las compras y dejarle mi habitación a ella. — salió del apartamento, en dirección al supermercado.

...

6:30 PM.

Nuevo mensaje de: “Jefe acosador súper sexy (Sesshomaru Taisho).

La notificación de su celular la hizo despertarse de su pequeña siesta. Sonrió al ver el largo apodo que le había puesto a su novio antes de que lo fueran. Presionó la app de mensajería y leyó el mensaje completo de su amor.

Hola, nena. ¿Cómo estás? Recién acabo de terminar la reunión de la que hablé antes de irme de tu casa. Estaba viendo en Instagram unas cosas y vi la venta de un pent-house, te la envio por Messenger ahora y luego me dices que te pareció. Para está excelente y además de estar a un precio asequible. ¿Hubo algún problema con tu madre después de irme?. Te amo, cariño.

—Hola, precioso. Estoy bien y no
hubo ningún problema con mi madre después de que te fueras. Lamento la hora en la que terminas tu reunión, debes estar cansado. Veré las fotos de la venta más tarde, ahora sólo quiero hablar contigo. ¿Estás en casa?.

—Pensé que dormías. Estoy en casa, recién voy preparando la cena. ¿Vienes a cenar? Recuerda que me lo debes.

—Claro. Mi hermano trajo a su novia y mi tía también a venido así que mi madre comerá y dormirá acompañada. ¿Mencionaste algo de un viaje después de hacerlo?.

La respuesta tardó mucho en llegar. Había pasado una media hora y él no le respondía. Se dedicó a buscar algo de moda y vio un hermoso vestido negro que le maravilló.

Escote en forma de V, con abertura alta en ambos muslos y tirantes. También venía con unos zapatos plataforma negros y un bolso de mano con diseños en diamantes blancos. Se enamoró perdidamente de ese conjunto oscuro.

Una llamada entrante la hizo bajar de su nube. Era su Sesshomaru.

≥—Perdona por no responderte antes. Recibí un mensaje de un empresario importarte y no pude evitar la conversación con él. ¿Sigues en tu casa?.

Pensé que se te había caído el WIFI o se te había apagado el celular. Resulta que hablabas con otra persona.

≥—Lo lamento... — se disculpó, su voz se escuchaba algo apenada. —¿Voy a buscarte? Dijiste que ibas a cenar conmigo.

—Claro que sí voy, tontito. Voy a prepararme ahora. Puedes venir en media hora si te apetece. Tengo planeado extrenar una falda de pliegues un poco corta de color rosa pastel, ¿tú que crees?. — preguntó con una obvia lascivia en su voz. Sesshomaru rió desde el otro lado de la línea.

≥—Yo creo que aparcaré el auto en el medio de un bosque y no llegaremos a cenar, ¿tú que crees?. — preguntó, la hizo suspirar y morder su labio inferior. ¿Desde cuando se había hecho tan pervertida? Sesshomaru de seguro la había contagiado con su perversión.

—Yo creo que también extrenaré una bonita braga roja hecha de encaje a juego con mi sostén hecho del mismo material. — murmuró, casi susurrando. Se acercó al armario y sacó la falda y las prendas interiores que había mencionado, también sacó una blusa de mangas largas color blanco. Dejó todas las ropas sobre su cama y luego se sentó en ella.

≥—Me parece que éste caballero no usará bóxer ésta noche. — dijo con algo de picardía y morbosidad.

—Y me parece que ésta dama se lucirá frente a su caballero. Te veo en 20 minutos.

≥—¿No dijiste 30?. — dijo casi alarmado. Subió escalera arriba para cambiarse el short rojo de nailon y la camisa negra. Se puso unos pantalones de mezclilla y un abrigo gris, nada de camisa. Para qué si al final sólo usar más prendas me ocuparía más tiempo a su amada en desnudarlo.

—Eran 30 pero nos demoramos 10 minutos hablando. ¿Te gustan las medias largas hasta los muslos?. — preguntó.

—Son sensuales. ¿Por?.

—Esntonces te van a encantar mis medias blancas casi trasparentes. Posdata: se ajustan muy bien a mis muslos. — deslizó las medias por sus pantorrillas hasta dejarlas en la mitad de sus gorditos muslos. Sonrió y prosiguió a ponerse la braga roja junto con la falda y para terminar los Converses blancos.

≥—No veo la hora de verlas. Te amo, Kag. Por cierto, ya sólo quedan 15 minutos para vernos. — terminó la llamada dejando a una Kagome relajada. Ya había terminado de vestirse y salía de su casa en busca de su camioneta roja, calentó el motor y emprendió su camino hasta la casa de la familia Higurashi.

Kagome ya terminaba de vestirse. Estaba lista. Las bragas y el sostén puestos en sus respectivos lugares esperando a ser retirados por las manos masculinas. La mini-falda bailaba al compás del viento que entraba por la ventana. Las medias no se corrían de su lugar y sus Converses estaban listos para emprender camino hacia la lujuria y pasión que le brindaría su novio. Tan sólo faltaba peinarse un poco. No quiso hacerse un peinado ya que sólo faltaban unos pocos minutos y ya escuchaba el motor de un auto estacionarse frente al edificio. Dejó su cabello suelto y se asomó a la ventana: su amado ya entraba por las puertas de edificio.

Kagome aguardó en su habitación hasta que la puerta o el hombre fueran tocados y alguien abriera para recibir a su novio. La puerta fue tocada tres veces y su madre fue a abrir, mostrando una cara de felicidad al invitado. Supo que su momento de salir de su pequeña jaula había llegado.

Atrapó el pomo de la puerta con su mano y lo giró para llegar hasta la sala. Saltó a los brazos de su novio, aguantando la parte trasera de la falda para que no se levantara y los demás familiares descubriera las claras intenciones de su supuesta "niña inocente" con su novio. Sesshomaru la bajó y le dio un beso en la frente.

—Kagome querida, ¿quien es este muchacho tan guapo?. — preguntó incrédula su tía quien miraba con una gran sonrisa a la pareja.

—Es mi novio, tía. Los presento. Sesshomaru ella es mi tía Kikyo, hermana melliza de mi madre. Tía, el es mi novio Sesshomaru Taisho. Listo, nos podemos ir. — jaló de brazo de su amado y casi a punto de irse la voz de su madre la detuvo.

—¿No van a comer aquí?. Pensé que habías invitado a Sesshomaru para eso. Además, ni siquiera le presentaste a Sesshomaru tu hermano y cuñada. ¿Donde están los modales que te enseñé, Kagome Higurashi?. — la madre cruzó de brazos, notablemente molesta. La tía Kikyo ocultó su sonrisa burlona detrás de la servilleta de papel. Kagome volteó a verlos.

—La invité a cenar en mi casa y a Sota lo conozco un poco ya que Kagome me habla siempre de él. Su novia en sobrina de un amigo mío así que no tiene porqué presentármela también. — intervino el albino. Se acercó a Sota y le ofreció su mano abierta, el muchacho aceptó gustoso. —Ya sabes mi nombre, Sota. Puedes llamarme por mi nombre: Sesshomaru. Espero que nos llevemos bien.

—Soy Sota Higurashi. Un gusto conocer el novio de mi hermana mayor. Será un placer ser un gran amigo tuyo, Sesshomaru. — el muchacho de cabellos negros le sonrió.

—¿Y sólo irás a cenar con esas fachas, Kagome? ¿No harás algo más? ¿O tal vez sí?. — preguntó la tía. Kagome ardió en ira. Amaba a su tía porque era muy buena consejera, le compraba mucha ropa bonita y siempre la llevaba a donde quiera con ella. Pero lo entrometida y chismosa con ese aire de víbora de cascabel lo odiaba hasta el último de sus cabellos negros.

La vio a la cara, dispuesta a decirle alguna barbaridad frente a su madre, hermano, cuñada y Sesshomaru. Aunque éste último ya conocía un poco el vocabulario casi vikingo de la azabache. Se tragó el sinnúmero de malas contestas y le sonrió a su tía.

—No tenía mucha ropa limpia y esta falda nunca me la había puesto. Seré buena, tía. Y si llego hacer algo malo te aseguro que todo estará bajo una fiel protección. ¿Nos podemos ir, mamá?. — le dirigió la sonrisa a su madre, ésta asintió con el comentario de invitar a Sesshomaru a cenar o almorzar alguno de estos días. La pareja bajó las escaleras corriendo y subieron a la camioneta hasta perderse de ese lugar.

Sesshomaru cumplió su palabra. Se llevó a Kagome al bosque cercano a su casa. Se sabía ese bosque de memoria ya que muchas veces había salido a cazar con su padre y algunos primos o amigos, no podría perderse en un lugar tan conocido como ese bosque. Detuvo la camioneta el la mitad del bosque y ahí comenzó la ardiente faena de ir desnudándose y comerse hasta lo más profundo del alma.

Kagome, sentada a horcajadas sobre el regado de Sesshomaru, bajaba el ziper del abrigo gris hasta descubrir el dorso de su amante desnudo. Lamió el trabajado pecho, chupando los pequeños pezones masculinos hasta dejarlos como pequeños botones rojizos. Le sacó varios suspiros, gruñidos y gemidos a su novio con sólo lamer sus pechos.

Sesshomaru hizo la misma jugarreta que ella hizo con él. Quitó la blusa y observó como un tigre el brazier de encaje rojo. Bajó los tirantes y sacó la prenda para luego supcionar, lamer y mordisquear los erectos pezones femeninos. Kagome gemía como loca.  Sesshomaru dejó las tetas y quitó la falda junto con las medias y Converses, dejando a la chica con su diminuta braguita roja; la cual ya estaba más que humedecida por el fluido de Kagome.

Sesshomaru metió su mano en esa dulce intimidad sin quitar la prenda, acarició el clítoris y lo pellizcó hasta saciarse del principio de la tortura de la Higurashi. Ella le iba a suplicar más. Abrió la puerta del conductor y salió cargando con ella, se metieron en el asiento trasero y, acostándola debajo de él, volvió a acariciarle el botón que estaba más que hinchado. Fue Kagome quien entre gemidos y temblores se quitó la prenda que dejó su cuerpo completamente desnudo y retiró el pantalón de Sesshomaru. También fue ella misma quien metió su mano dentro del calzoncillo y acariciarle el ya erecto miembro. Sesshomaru le sacó la mano e intrudujo su lengua en la mojada vagina.

—Parece un mar, no, un océano dulzón y meloso. — Kagome enrojeció viéndolo ver y decir esas cosas sobre su intimidad. ¡Al diablo de como se encontraba su vagina! Lo que quería era el grueso miembro de Sesshomaru dentro de ella.

—Sesshomaru... Por favor. — se removió casi llegando al orgasmo. Pensó que al fin su amado la dejaría sentir el primer orgasmo en la noche luego de casi provocarle otros cinco anterior (casi porque en el momento que sentía a la pelinegra más estrecha y gritaba aún más se detenía; eso la torturaba de sobremanera.)

—¿Qué quieres? ¿Tu orgasmo, mi miembro o ambos?. — preguntó deteniéndose de nuevo. La azabache suspiró agitada y gritó:

—¡Todos! ¡Los quiere todos!. — chilló. Sesshomaru sonrió.

Retiró su ropa interior y dejó libre la erguida verga. Se posicionó entre sus piernas y y se adentró a esa cavidad con una lentitud tortuosa. Comenzó el lento vaivén mientras continuaba estimulando el botón rosado e hinchado de Kagome con sus dedos índice y corazón. Arremetió más fuerte. Kagome gemía aún más todavía, estrechándose y apretando el miembro aún más. Sesshomaru lo supo: ambos iban a llegar al auge deseado muy pronto.

La explosión llegó mucho antes de lo esperado. Sesshomaru deramó todo su ser dentro de su azabache quien también había llegado al éxtasis a la par que él. Calló abrazado a Kagome mientras que ella le acariciaba el sudado cabello y su espalda también perlada en fluidos sudorosos. El albino se levantó y volvió a ponerse la ropa para volver a salir y colocarse en el asiento del volante. Kagome lo miró con incredulidad mientras regresaba a la carretera que llevaba a su casa.

—La comida nos espera. — dijo mirádola por el espejo.

—Muero de hambre. — contestó ella acercando una de sus piernas a la cara de Sesshomaru, su cavidad íntima rosada y llena de la semilla de Sesshomaru se reflejaba en en espejo. El de ojos dorados acarició la pierna de su mujer, porque después de ese primer momento en que lo hicieron ella se había hecho suya y el suyo.

—Yo también. Después de comer y descansar un poco volveremos a hacerlo y ésta vez te dejaré ser la dominante. — Kagome chilló de alegría.

No habían pasado nada mal el día. Sexo en la mañana y luego sexo en la noche. Podían acostumbrase a eso. Tan sólo se esperaba que Kagome no olvidara tomarse la pastilla que enviaría concetir un bebé tal vez no deseado para ambos amantes.

Continuará...

Bueno... Creo que no me ha quedado tan mal la parte del lemon, ¿o si? ¿les gusta así o un poco más explícito? Comenten y yo leeré y responderé todo porque amo leer, responder y escribir. Lamento que este halla sido un poco corto.

Nos leemos en el siguiente capítulo. ¡No se lo pierdan!

‼Spoiler‼: Kagome irá a una fiesta😏😝😼

Bye bye.

By: Mary__🌸

🌸❤🌸

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