Capítulo 42
Post; Elisa
─¿Me ayudaras a llegar hasta donde se encuentran? ─pregunte esperanzada, aún seguía dudando de porque le tenía tanta confianza a un ser maligno.
─Claro, a eso vine.
Asentí ante su respuesta, cuando estaba dispuesta a irme junto con él y atravesar las puertas de la gran casa de mi madre, unos pasos tras de mí nos alertaron.
─No puedes irte Elisa ─la voz de Stef me detuvo, voltee a verlo.
─No puedes impedírmelo Stef, lo siento ─conteste mirando a Satán, intentando pedirle ayuda, esperando que él comprendiera mis intensiones.
No lo dudó ni por un segundo, en cuanto lo miró, Stef cayó desmayado sobre el piso de madera.
─No sabía que podías hacer eso ─dije con una sonrisilla.
─Si, eso y muchas cosas más, fue la misma táctica que use con tu madre ─contestó, curvando su boca y mostrando una pequeña sonrisa que desapareció momentos después ─. ¡Vamos no hay que perder más tiempo!
Antes de salir, me dirigí a donde Stef había caído. Me mataba la angustia y la culpabilidad, cheque que no hubiera recibido un golpe grave...
─Anda Elisa, estará bien, se lo que te digo.
Acepte irme con él, sin ni siquiera tener un plan formado. No sabía como era que íbamos a derrotarlo, lo único que si tenía bien en claro era que sería la gran heroína de esta historia. De esta historia que en un principio parecía echa a mi modo, parecía tan mía pero ahora que sabía toda la verdad era solo una historia más planeada a conveniencia de otro.
Recorríamos el largo camino, al inicio de este se encontraba una gran camioneta 4x4 negra.
─¡Oh vaya! ─dije con asombro ─. No me digas que es blindada.
─Sabes que me gustan las grandes entradas niña.
Subimos cada quien por un lado, ya dentro, el estruendo al arrancar el motor fue grandioso pero a la vez terrorífico.
─No tengas miedo, se manejar ─aclaró al ver mi expresión ─. Pero por si acaso ponte el cinturón de seguridad, te necesito viva aún.
Le hice caso aunque su última frase me hacía dudar, ¿Lo decía en serio?
Sonrió aclarando mi confusión.
─¿Cuál será el gran plan? ─pregunte, mi mirada se encontraba hacía el frente tratando de calcular cuanto faltaba para llegar a nuestro destino.
─Sencillo, te dejare a las afueras del pueblo. Ellos se encuentran el gran parque, nadie debe sospechar nada así que no podre acompañarte, te entregas y listo.
─¡¿Ese es tu gran plan?! ─cuestione elevando un poco mi voz.
─¡Si! ¡¿Qué tiene de malo?! Hago mi entrada triunfal y ya veremos la forma de que no mueras, fin.
─Para ti es demasiado fácil ─bufe ─. ¿Cuánto tardara en morir Belcebú? ¿Qué pasara si no pueden salvarme? ¡Por Dios! ¡¿Como es que voy a morir?!
Estaba histérica, empezaba a hiperventilar. Ahora después de pensarlo mejor, no sonaba tan bien el sacrificarme y morir sin ninguna prueba de que podrían salvarme. Estaba dudando de mis intenciones y eso para variar no era nada bueno.
─No te pongas nerviosa, que me pondrás nervioso a mí.
─¡Pero si tu no harás nada!
─Todo depende de ti Elisa, grábatelo.
─Lo sé suegrito ─lleve mis manos a mi boca, tapándola con ellas. La última palabra la habían pronunciado mis labios sin ningún tipo de malicia ni ninguna especie de broma había fluido tan naturalmente. Cuando volteé a ver al gran señor esperaba algún rostro enojado o tenso pero en cambio encontré una gran sonrisa dibujada en su rostro.
Sonreí.
─Sabes Elisa en otra situación habría estado feliz sabiendo que mi hijo encontró una chica valiente ─confesó aún con esa sonrisilla discreta ─. Hubiera estado feliz que mi hijo encontrara a su Lilith.
Sus palabras aunque extrañas me conmovieron, jamás pensé en que conocería su lado "bueno".
─Aún puedo lograr que seamos felices ─dije claramente refiriéndome a Lucifer.
─Tratos son tratos, Elisa.
─¿Y como van a lograr que me olvide de él tan fácil, o que él me deje de buscar? ─pregunte.
─Para todo hay un plan ─respondió sin agregar nada más.
Quería saber sobre su dichoso plan pero sabía que no podría sacarle más información, pero también era justo que si yo me sacrificaría por salvar la existencia de todos tan siquiera merecía una petición, tenía que hacerlos entender que merecía ser feliz por lo menos una vez en la vida.
Que merecía tener un arcoíris al final de la gran tormenta que hicieron de mi vida.
Ellos habían diseñado mi vida a tal modo que todo sucediera para llegar a este momento.
¿No era por lo menos justo tener un final feliz?
Un final como en todos los cuentos de hadas, como en todas las historias donde los protagonistas vivían el felices para siempre, donde el amor triunfaba.
Ahora me daba cuenta que esta jamás había sido una historia de amor, había sido una historia de desamor, de amor prohibido.
Y darme cuenta de ello calaba en lo más hondo de mi ser, tenía que lograr el tan aclamado... Felices por siempre.
Seguí mirando al frente, entonces me di cuenta que faltaba poco para llegar a mi destino. El pueblo se veía a lo lejos, cuando llegamos a la entrada de este Satán paró la camioneta.
─Es hora ─soltó.
─Es hora ─afirme.
NOTA DE LA AUTORA:
Hola mis queridos lectores, este capitulo lo corte porque quería hacerles más capítulos, como saben ya son los últimos. Después de terminar Infierno, me pasare a editar Lucifer y a mejorarlo completamente. Espero les este gustando y lo siento por tardar tanto, i love you.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro