EXTRA IV
14 años después.
Jeon Jimsun y Jeon Jungguk son los gemelos de Jimin y Jungkook, ya cumplieron 14 años, Jungguk no está para nada interesado por las chicas, mientras que Jimsun se declina más por ellas, se puede decir incluso que tiene alguna que otra enamorada, a diferencia de sus padres es todo un pica flor, al tener la belleza de su padre Jimin eso lo hace muy popular, sin embargo, Jungguk es más parecido a Jungkook es carácter y físico, al principio se dudaba de que fueran realmente gemelos, se dicen que ellos son idénticos, mientras que los mellizos son aquellos que tienen parecidos pero aún así se les puede identificar.
Jimsun es pura obediencia, cariñoso, amoroso, atento e inteligente, tiene sus cabellos de un azabache oscuro, sus ojos son negros como la noche, no solo el color llama la atención a su profundidad, también la expresión que siempre lleva en ellos. Por otro lado, su hermano es puro fuego; adrenalina; un carácter fuerte como el de su padre Jungkook; cabello negro y ojos cafés. Como podían ser gemelos y a su ves tan diferentes.
Hoy en día los chicos se preparaban para un importante examen en el colegio, pero por más que Jungguk intentara concentrarse le era imposible, ahora mismo su mente estaba completamente aislada, y ese aislamiento tenía nombre y apellido, Min Minjae, el hijo mayor de Yoongi y Taehyung, se habían criado prácticamente como primos. Sus padres eran amigos, literalmente inseparables, cuando más niño veía aquel castaño como su familiar, pero ya no más, desde que comenzó a explorar su sexualidad solo pensaba en ese chico de mejillas regordetas sonrojadas que lo hacía babear con cada sonrisa.
— Hermano. ¿Me estás escuchándo?
Jimsun casi le pega un golpe en la cabeza para llamar su atención, su hermano no dejaba de mirar a Minjae, el chico castaño daba ligeros saltos para atrapar un libro dos estantes más alto y se veía tan gracioso. — Deja de mirar a Minjae.
Jungguk tragó áspero, se levantó de su asiento ignorando a su hermano y caminó en dirección al castaño, cuando llegó al lugar, se acercó un poco a él, con sólo alargar el brazo pudo alcanzar el libro que Minjae necesitaba, el chico menor se mordió el labio nervioso al sentir el pecho exaltado del pelinegro.
— Muchas gracias, hyung.
Minjae se giró quedando frente a frente con el chico mayor que no dejaba de mirar sus labios, estaban tan rojos e hinchados, pero a la vez se veían tan apetecibles y prohibidos, un rastro de saliva se alejó en su garganta.
— Minjae.
— ¿Sí hyung?
— ¿Te gustaría estudiar con nosotros?
Preguntó el mayor señalando hacia la mesa en la que se encontraba su hermano.
— No puedo hyung, soy un año menor, ¿Recuerdas?
El chico se echó a reír contagiando un poco a Jungguk que lo miraba divertido.
— Es cierto, soy un tonto. Bueno, nos vemos.
Jungguk se iba cuando Minjae lo agarró del brazo impidiendo su movimiento.
— ¿Quieres ir al cine conmigo?
Jungguk casi se ahoga con su propia saliva, aquello le había tomado por sorpresa, y es que nunca pensó que el chico menor se atrevería a invitarlo, cuando era él quien deseaba con todas sus fuerzas pasar tiempo con el castaño, se quedó en silencio por unos segundos hasta darse cuenta que no le había dado respuesta aún al chico que no dejaba de mirarlo con los ojos bien abiertos.
— Claro que quiero, te paso a recoger.
Minjae sonrió entusiasmado, se inclinó un poco para besar la comisura de los labios de Jungguk para luego marcharse y dejarlo totalmente anonadado.
•••
— ¿Cómo les fue hoy en el colegio?
Preguntó Jimin sirviendo los alimentos en los platos de sus hijos, su esposo acababa de terminar de revisar unos documentos de la empresa, para centrarse únicamente en la cena, sabía mejor que nadie que su esposo detestaba verlo trabajar cuando estaban pasando un momento familiar, y eso era casi siempre, ya que Jimin amaba compartir tiempo con su familia, en la cena; fiestas; salidas; etc.
— Bien.
Respondió Jimsun llevándose un pedazo de pan a la boca.
— Jungguk. ¿No dices nada?
Que el pelinegro menor estuviese callado era muy extraño para ellos, de algo siempre tenía que quejarse o ponerse a debatir con Jungkook sobre algunos cambios que debía hacer en la empresa, como todo un futuro hombre de negocios.
— A mi hermano le gusta Minjae, y lo ha invitado a salir.
Jimin y Jungkook se miraron con los ojos bien abiertos.
— ¿Qué Minjae?
Preguntó Jungkook tumbado sobre el espaldas de la silla, estuvo a punto de echarse a reír por el rostro aterrado se su esposo.
— Papá, Minjae, el hijo de tío Taehyung y tío Yoongi, no conocemos a ningún otro Minjae.
Explicó Jimsun con cierta lógica, realmente no conocían a nadie más con ese nombre, ni siquiera un compañero de sus hijos.
— ¿Eso es cierto, Jungguk? ¿Te gusta Minjae?
Jimin casi pega un grito eufórico, no le molestaba aquello, solamente que sus hijos eran muy jóvenes aún para enamorarse.
— ¿Estás seguro que no es algo pasajero? Aún eres muy chico, no sabes si te gustan los chicos o las chicas.
Habló esta vez Jungkook tomando el papel de padre que le correspondía, vamos como el cabeza de familia.
— ¿A qué edad supiste que realmente te gustaban los niños?
Quiso saber Jungguk saliendo de su voto de silencio, Jimin arqueó una ceja divertido al ser esta vez la cara de Jungkook de sorpresa.
— Pues...tenia 15 años.
— Sólo un año mayor.
— Sí, es cierto, pero yo...
— Papá, me gusta mucho Minjae, lo veo y mi corazón comienza a latir con mucha fuerza, a veces solo quiero abrazarlo con mucha fuerza, otras le quiero besar hasta que nuestros labios duelan.
El adolescente lo interrumpió.
Jungkook se llevó el puño a la boca para poder reír. ¿En que momento sus hijos habían crecido tanto? Jimin se acercó a él para luego sentarse en sus piernas, y es que si algo admiraban esos niños, era el amor que sus padres se tenían y ellos querían tener algo ahí en un futuro no muy lejano.
— Sí lo que quieres es estar con él, nosotros te apoyaremos siempre hijo, estamos aquí para ustedes.
Dijo Jimin tomando las manos de sus hijos.
— ¿Entonces, Minjae te invitó a salir?
Sonrió Jungkook.
— Jungguk es un cobarde. Solo lo ve y babea.
— ¡Ya cállate!
Exclamó el pelinegro sintiendo sus mejillas arder.
— ¿Necesitas dinero?
Ofreció Jimin agarrando la cartera de su marido, todos rieron.
— Gracias pa. Los amo. Me debo ir, quedé en recogerlo.
— No llegues tarde y no se alejen mucho.
Alzó un poco la voz Jimin al verlo acercarse a la puerta.
— Amor, creo que van al cine, no a China.
Jimin dio un leve golpecito en el brazo a su esposo.
— ¿Cuándo crecieron tanto?
Desvió la mirada a Jimsun que solo se dedicaba a comer.
— Justo cuando nos amamos con mucha más intensidad que antes.
— Qué cursi Jeon Jungkook.
— Pero me amas, Park Jimin.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro