Cuándo llegamos bajé del auto con una gran sonrisa en el rostro, El señor y la señora Jeon bajaron del auto y entramos al establecimiento, La señora Hani se acercó a nosotros.

—Buenas noche, Señores Jeon.—Saludo y se dirigió a mi mientras besaba mi mejilla.—Un placer tenerlos de nuevo aquí, últimamente preguntando mucho por usted joven.

—¿Por mí?.—pregunté sorprendido y asintió.

—Su sonrisa es muy suave y angelical, con sólo escucharlo cantar más de uno queda encantado y se la pasan preguntando por usted, quieren oírle cantar.—dijo pasando las manos por su cabello, caminamos hasta una mesa la cuál se encuentra ubicada dos filas atrás deo escenario, Jeongguk y lisa ya se encontraban allí mientras hablaban, tomamos asiento juntó a ellos y a la señora Hani.

—Veras, jimin.—llamó mi intención e intenté olvidar el nudo en mi garganta al verlos juntos.—Hay un joven bastante interesado en usted, desde el día en qué le oyó cantar era preguntando por usted.

—¿Si?.—pregunté y asintió, los señores Jeon me miraron fijamente.

—Está bastante interesado y si Los Señores Jeon me dan el permiso me gustaría llevarlo hasta el.—preguntó mientras les miraba y La señora Jeon asintió mientras El señor Jeon negaba.

—Cariño, déjale ir.—insistio la señora Jeon.

—No, y tú sabes porqué perfectamente.—dijo con la mirada fija en el escenario.

—Taemin habló muy en serio, déjalo ir o...—antes de hablar el Señor Jeon dió su permiso mientras miraba a su esposa.

—Bien, iré a hablar con él para hacerle saber que viniste.—sonrió y se fue.

Jeongguk me miró fijamente cómo hace mucho no lo hacía y me estremecí ante su mirada, Lalisa me sonrió mientras levantaba sus cejas varias veces, me sonroje y miré hacia otro lado.

—Nos van a querer robar a Jiminie.—dijo Lalisa.

—¿Cómo será quien pretende a Jimin?.—preguntó la Señora Jeon.

—Debe ser bien guapetón.—sonrió.

—Más tarde veremos quién será.—dijo y tanto el Señor Jeon y Jeongguk soltaron un bufido.

Miré dos mesas más adelante y allí se encontraba Jihyun mirándome fijamente mientras negaba repetidas veces, suspire y me quedé atónito. Su mirada se encontraba apagada, sin esperanza, tan triste y tan frágil que se ve, apunto de romperse.

La Señora Hani subió al escenario con una gran sonrisa después de que una hermosa chica bajará del escenario.

—Buenas noche a todos, sean bienvenidos a Alpenstueck esperó que su pequeña estadía en este lugar sea agradable y de su gustó, la mayor parte de ustedes me han estado preguntando por un Joven con una voz encantadora.—hizo una pausa y me miró para que subiera, asentí y caminé hasta el escenario mientras me colocaba a su lado.—Aquí está el joven que tanto me pidieron, está aquí para deleitarles con su hermosa voz.—todos aplaudieron sonriendo, y la señora Hani bajó del escenario.

La canción que iba a cantar está noche es una muy popular que varios han escuchado, en el camino hacia acá hablaron con un pianista quién se sabe la pista.

Me quedé observando a todos y sonreí nervioso, el piano empezó a sonar dándome a saber que debía continuar, cerré mis ojos y me dejé llevar por la suave melodia.

Sentado solo
Mi mente sigue yendo muy lejos
¿Desde cuándo te doy dolor?
Vas mas lejos.

Porqué para tener sólo 14 años he tenido las cosas difíciles, a lo mejor no la pasó tan mal cómo otros pero es difícil saber que tienes a tus padres en campos de concentración, saber que tu hermano está devastado y apartado sin poder hacer algo, y por último saber que a quien amas está con otra persona.

Estás herida porque eres mía
Solo quiero volar tu mente
Te estás alejando de mí otra vez
No es nada enorme, lo dije así.
Pero honestamente
Puede que en realidad no sea eso.

Porqué le he vendido mi alma al diablo por el mayor precio, me enamoré de lo prohibido.

Quiero que seas tu luz bebe
Deberias ser tu luz
Para que no te lastimen
Para que pudieras sonreir
Quiero que seas tu noche bebe
Podrías ser tu noche
Para que pueda serte sincero esta noche.

El es tan frío, tan oscuro, tan imponente, tan intimidante, tan jodidamente perfecto.

Estás herida porque eres mía
Solo quiero volar tu mente
Te estás alejando de mí otra vez
No es nada enorme, lo dije así.
Pero honestamente
Puede que en realidad no sea eso.

Mi mirada se cruzó con la de Jeongguk al momento en el que abrí mis ojos, relami mis labios y su mirada se oscureció mientras una sonrisa se encontraba plasmada en su rostro.

Quiero que seas tu luz bebe
Deberias ser tu luz
Para que no te lastimen
Para que pudieras sonreir
Quiero que seas tu noche bebe
Podrías ser tu noche
Para que pueda serte sincero esta noche.

Porqué puedo ser tu luz en tu oscuridad, porqué con mi voz puedo llevarte a otro lado.

Ahora prométeme, oh-oh
Incluso si sientes que estás solo oh-oh
Varias veces al día, oh-oh
No te deseches, oh-oh

Porqué prometo amarte por el resto de mis días, porqué prometo seguir hasta el fin del mundo si es necesario.

Paremos aquí por un momento
Entrelazar nuestros pinkies
Ahora prométeme, oh-oh oh-oh

Dejé el micrófono en su lugar, hice una reverencia y sonreí al público, todos aplaudieron con unas grandes sonrisas en su rostro. ¿Tendrían la misma sonrisa en su rostro sí se enteran que soy judío?.

Bajé del escenario y caminé nuevamente hasta nuestra mesa.

—Cantas tan hermoso, Jimin.—Dijo La Señora Jeon y asentí.

Jeongguk me miró nuevamente, su mirada sólo expresaba satisfacción al igual que su sonrisa, sentí una corriente recorrer mi cuerpo y suspiré, La señora Hani apareció nuevamente con un chico alto y un poco bronceado a su lado.

—Jiminie, estuviste magnífico.—dijo y sonreí.—Esperó verte más seguido por acá.

—Si señora.—Pasé mis manos por mi cabello nervioso.

—Bueno Familia Jeon quería presentarles al Joven Kim.—dijo y observé detalladamente al chico a su lado, alto, algo bronceado, cabello castaño, ojos azules, labios gruesos y grandes, mirada intimidamente, algo musculoso y delgado. Su sonrisa es una de las cosas más bonitas que he visto llena de hoyuelitos.

—Un gustó en conocerlos.—dijo con su mirada puesta en mi, me estremecí.

—El gustó es nuestro.—dijo la Señora Jeon.

—Si me permiten me gustaría conocer un poco más al Joven Jimin.—dijo y la señora Jeon asintió, Lalisa me miró con una gran sonrisa, El Señor Jeon me miró seriamente, y Jeongguk sólo observaba en silencio.

Me levanté de mi asiento, La señora Hani se sentó en mi lugar y mire nervioso al chico que se encontraba al frente mío, me guío hasta la azotea y caminé detrás de él observando su ancha espalda.

—Mi nombre es Kim Namjoon, un gustó en conocerte.—dijo mientras abría la puerta de la azotea.

—El gustó es mío, soy Jimin.—sonreí.

Nos sentamos en la banca que se encontraba en la azotea y empecé a jugar con mis manos nervioso.

—Desde el primer momento en el que te vi quedé encantado con tú físico, pero después de haberte escuchado cantar quedé enamorado con tú hermosa voz.—dijo y me sonroje.—Y bien hablaré con los Señores Jeon para poder pretenderte.

—Mhh, no creo que para ello debas hablar con ellos.—seguí jugando con mis manos.

—Creo que lo correcto sería hacerlo, no me gustaría tener problemas con ellos.—dijo y asentí.

Durante las dos horas que nos quedamos aquí nos la pasamos hablando de cosas sin sentido, de gustos y me di cuenta que Namjoon es alguien inteligente, romántico y alegre. Viene de una familia rica e importante para el país.

—Creo que deberíamos bajar.—dijo y le miré.—Estás que tiemblas.

—Ésta bien.—dije y ambos bajamos.

Lalisa me miró fijamente con una gran sonrisa y levantó sus pulgares hacia arriba, me sonroje y fuimos por unas bebidas con Namjoon, estuvimos riéndonos.

—Tu sonrisa es tan linda, al igual que tú.—dijo y mordí mi labio inferior.

—Tu sonrisa también es linda, probablemente es una de las más lindas que he visto.—dije.

—¿Acasó me estás coqueteando?.—sonrió nuevamente.

—Tal vez si...tal vez no.—hice un puchero para después sonreír.

—Definitivamente debemos vernos después.—sonrió y asentí.

Jeongguk llegó a mi lado mientras empujaba su lengua contra su mejilla, me tomó del brazo y me jaloneo.

—Nos vemos después, Nam.—dije e hice una reverencia, me miro algo sorprendido para después sonreír.

—Nos vemos, lindo.—dijo y Jeongguk me llevó hasta la mesa dónde sólo nos encontrábamos los dos, Lalisa se encontraba bailando al igual que Los señores Jeon.

Me solté de su agarré y me senté mientras me sobaba.

—Me lastimaste.—le dije suspirando.

—Callate.—dijo mientras soltaba gruñidos molestó.

—¿Por qué me jaloneste así?.—pregunté.

—Por qué si.—respondió pasando las manos por su cabello.

—Eso no es una respuesta.—dije.

—Para mí sí es lo es, no preguntes.—dijo estrellando su lengua contra su mejilla.—Pensé que yo era quién te gustaba.

Me sonroje.—¿Y tú cómo sabes que me gustabas?. Mejor dicho que me Gustas.

—Eres demasiado obvio.—respondió.

—Igual, ¿Que tiene que ver eso?.—pregunté.

—No se supone que sí yo soy quien te gusta, no deberías coquetearle a alguien más.—dijo.

—Jeongguk tú estás con alguien más, te casaste con Lalisa y yo debo olvidarte.—respondí sintiendo una punzada en mi pecho.

Jeongguk se quedó en silencio.