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Estoy sentada en una banca del parque sin nadie. Sólo algunas personas que pasan por allí, parejas que se besan, hacen picnics y charlan de asuntos personales entre ellos.

—Mona... Lola — escucho a alguien pronunciar mi nombre en un tono de voz muy suave y al instante sé quien es. Me paro, pero no me doy la vuelta para darle la cara porque la tengo roja como un tomate. — Lola. — Vuelve a repetir con un tono de voz aún más suave y dulce, esta vez colocando su mano sobre mi hombro y haciéndome girar sobre mis pies hacia él. — Mírame — me dice ya que tengo la cabeza hacía abajo, así que hago lo que me dice.

Al levantar la cabeza me doy cuenta que quedó unos centímetros más abajo que él ya que es más alto que yo.

Jordan se queda mirándome por un momento y se detiene cuando lleva su vista a mis labios. Noto un destello en sus ojos que hace que me sonroje por la forma en la que me mira.

—¿Que quieres Jordan? — le pregunto nerviosa.

El no respondió a mi pregunta y sólo se quedo mirando por un instante más.

—Jord... — estaba a punto de hablar pero Jordan me detuvo al callarme de una manera que no esperaba con... Con un beso. Fue increíble nunca lo habría imaginado, Jordan me estaba besando.

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—Jordan — es lo primero que digo cuando me despierto en mi cama con la respiración acelerada y el corazón a más no poder.

¿Pero qué? ¿Todo fue un sueño?

—Mierda, mierda, mierda ¿Qué es lo que me está pasando? — digo en tono de voz bajo para que mamá no me escuche desde la cocina.

Salgo de mi cama y me dirijo al baño para darme una ducha. Cuando salí de la ducha me dirigí al lavabo para lavar mis dientes y luego de que termino me quedo viendo mi reflejo en el espejo por un momento pensando en el sueño, en Jordan, en los poemas, en todo.

—Tengo que hablar con los chicos sobre esto. — digo para mi misma.

Me visto, bajo a la cocina a desayunar y cuando las gemelas pasan a buscarme salgo como un bólido de la casa. Al igual que todos los días las chicas se pasaron todo el camino al instituto hablando pavadas y yo como siempre no les presté asunto.

Cuando llegamos al instituto vimos a Luis acercarse a nosotras con algo de nerviosismo.

—Hola chicas ¿Cómo están? — nos saludó Luis.

—Muy bien y tú — dijimos las tres a lo que soltamos una risita por la coincidencia de nuestra respuesta.

—Bien gracias. Emmm... Leticia ¿Podemos hablar un momento a solas? — dijo Luis encojiendose de hombros. En cuanto  dijo eso supe lo que venía, por fin le iba a decir que le gustaba.

—Si, claro Luis. —dijo Leti con las mejillas adornadas de un vivás color rojo lo que de inmediato dejaba ver cuánto le gusta Luis.

Marian y yo nos dirigimos a la primera clase en la que casualmente también le tocaba a Jordan que se sentaba mi lado. Toda la clase me la pasé con la cabeza gacha para que no notará mis mejillas rojas y también porque sentía su mirada sobre mi durante todo el tiempo que duró esa clase. Casi no hablamos y no me molestó como solía hacer normalmente lo que me pareció bastante extraño, pero no le presté asunto a eso.

No volví a ver a Jordan en todo el día después de la primera clase lo cual me hizo sentir un poco triste.

¿Pero qué es lo que está pasando conmigo? ¿Por qué me siento así? ¿De verdad me importa lo que haga? ¿En serio me gusta? ¿Me estoy enamorando de él?

Preguntas y más preguntas que no se como responder, esta situación me hace sentir muy frustrada.

Hoy es jueves penúltimo día de clases en esta semana así que estoy emocionada de que no tendré que ir al instituto en dos días a partir de que suene el timbre de partida el día de mañana.

Cuando por fin sonó el timbre de salida me junté con los chicos. Luis y Leticia nos dieron la noticia de que por fin están juntos lo cual me alegró mucho al igual que a Marian la hermana de Leti.

Nos fuimos al parque para que pudiera contarle a los chicos sobre mi sueño y todo lo de Jordan.

—Y luego me desperté y sentí un enorme vacío dentro de mi cuando entendí que sólo fue un sueño.— les dije a los chicos terminando mi relato.

Todos me miraban con una sonrisa que me daba escalofríos.

—¿Qué? ¿Por qué me ven así?

—Ay, no te hagas Lolita, es obvio que te gusta Jordan, la única distraída que no se da cuenta eres tú. — dijo Marian levantando las cejas.

—Esta vez creo que tienen razón.

—Obvio. — dijeron todos al unísono lo que hizo que soltaramos una risa unánime.

—Y yo no soy distraída bobos.

—Claro, claro y yo soy el papá LuisVIII.— dijo Luis con tono sarcástico a lo que yo gire los ojos.

—Solo cállate y vámonos de aquí. —dije haciendo un ademán con las manos para que se levantará de la banca del parque. La misma banca de mis sueños sobre Jordan.

Ahora entiendo por qué me he sentido tan extraña estos últimos días... Me... Me gusta Jordan. Pero  ¿y si no le gusto a él?

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