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Extra | Sigue soñando

12 de abril de 2035

Juliette

Ni siquiera sé por qué estoy haciendo esto, tiene que ser una broma, la desesperación de mi prima la ha llevado a la locura.

—Me niego —comento—. ¿Y si resulta que salgo con un asesino? —miré horrorizada a Hailey—. ¿Y si me encuentro con un psicópata?

—July, tienes que relajarte, esa app de citas es una maravilla, ha unido a cientos de parejas, además me dijiste que ya habías encontrado a un chico con el que charlar y que te cayó bien.

—Sí, Hailey el dichoso D.W20, ni siquiera usa su nombre real, ¿eso qué te dice?

—Un hombre misterioso, te vendría bien conocerlo.

—No tiene ni una foto de perfil, ni siquiera sé cómo es.

—No te quejes que tú tampoco tienes ninguna foto, vamos, dijiste que le gustaba la música, ¿no? ¿Qué clase de chica no ama a un músico?

—Solo toca la batería por hobbie, tampoco es la gran cosa y no estoy interesada en salir con ningún músico, suelen tener el ego por los cielos, creyéndose los mejores en todo y mirando con superioridad al resto de las personas.

—Eso no es cierto, no generalices que no todos son así.

—Mencióname a uno, anda vamos.

—Pues —lo pensó un momento y su rostro se iluminó cuando obtuvo una respuesta—. ¿Recuerdas que te dije que el chico que me gustaba tiene un amigo que es músico?

—Aja.

—Pues te puedo asegurar que tiene el ego por los cielos, pero es un chico increíble, no mira con superioridad a los demás, es muy lindo y es asombroso en lo que hace, Jeremy se muere de envidia cada vez que lo ve, ya quisiera él tener su talento.

—Bien, su amigo no es tan malo como el resto, pero no tengo interés en salir con nadie.

—¿Dejarás solo al pobre D.W20? —empecé a reírme.

—Hailey, ¿te das cuenta de lo mal que suena eso?

—Yo los seguiré, si es un asesino en serio te ayudaré a escapar, pero si resulta ser un apuesto chico ya me lo agradecerás.

—Estoy metida en este lío por tu culpa, ¿cuál es tu afán por que conozca personas por internet?

En serio, esta mujer tenía un problema con las citas por internet.

—¡Qué no vives la vida, mujer! —exclama casi desesperada—. Ya viste cómo salieron las cosas con Landon —con que así se llama el susodicho—. No quiero que alguien más sufra por no tener amor en su vida.

—¿En serio crees que un desconocido se convertirá en el amor de mi vida? Hailey, podría morir en el intento.

—Deja de ser exagerada, escríbele a ese chico y dile que sí quieres salir con él, te invitó a un bar, ¿cierto?

—Peor aún, quiere drogarme y después secuestrarme.

—Para ya, solo dile que se verán allá y listo, te seguiré de cerca todo el tiempo.

—Agh, bien, le escribiré.

Yo: ¡Hey! Estuve pensando lo que me dijiste, me gustaría ir por un trago contigo.

D.W20: Perfecto, no conozco mucho de bares, estoy en busca de un departamento y eso, pero me dijeron que hay uno en Bridgen que es buenísimo, de hecho, creo que tienen un show en vivo esta noche, ¿te parece que sea ahí?

Yo: Sí, está bien, nunca he ido a ese bar, creo que esta será una buena oportunidad.

D.W20: Siempre hay una primera vez, paso por ti ¿me envías tu dirección?

Yo: No, descuida, no tienes que hacerlo, nos veremos allá.

D.W20: Si insistes, te veré esta noche.

—Listo, he firmado mi sentencia de muerte.

—¡Juliette!

—Si algo me pasa quedará en tu consciencia.

—Ven, vamos a buscarte algo de ropa.

Decidí que primero comeríamos algo, Hailey dijo que este sería mi día libre ya que con frecuencia me la vivo en el sótano trabajando en mis diálogos o buscando audiciones a las que pueda asistir, ser actriz ha sido mi sueño desde pequeña y no descansaré hasta lograrlo, a veces me imagino, ¿y si algún día fuera la protagonista de una película?

Aunque admito que me aterra un poco no ser tan buena, no transmitir adecuadamente los sentimientos del personaje que estoy interpretando, que la gente no vea talento en mí, en fin, creo que a todos nos asusta no ser suficientes.

El tiempo pasó y Hailey se fue, dijo que ya me alcanzaría en el bar, me preparé y salí de la casa, ya iba tarde y por si eso no fuera poco tropecé en un charco, estos días ha estado lloviendo, arruiné mi ropa, por mucho que quisiera conocer a ese chico no iba a llegar en este estado, entré de nuevo a la casa y me puse lo primero que encontré un vestido que llegaba hasta mis rodillas y no hubo tiempo de encontrar unas medias adecuadas al vestido, hoy todo se había perdido. Tuve que ponerme unas que no combinaban en lo absoluto, salí de prisa y subí al taxi, cuando iba a mitad de camino caí en cuenta, no traigo chaqueta, perfecto.

Llamada entrante: Hailey ;)

—Hola —se escuchaba su risita nerviosa.

—Déjame adivinar, no puedes venir.

—Sucedió algo, se trata de Landon, quiero intentar hablar con él y accedió a verme, es una larga historia, ya te contaré después, en serio lo siento, pero te llamo para que canceles.

—Descuida, no lo haré.

—¿Eh? July no puedo dejarte sola con un desconocido.

—Todo puede suceder, quién sabe qué tal que encuentro atractivo a ese chico y termina siendo el amor de mi vida.

—Asegúrate al menos de preguntarle su nombre real, mantén activada tu ubicación y llámame si necesitas algo, ¿de acuerdo?

—De acuerdo, igual si me necesitas llámame.

—Lo haré, besos.

Colgó la llamada, llegué al bar y al entrar todo se veía increíble, muy elegante a mi parecer, por la tarde le escribí a D.W20 que lo esperaría en primera fila, por suerte sí había una mesa vacía ahí, no había señales de mi chico, brillante, seguro que ni siquiera se tomó la molestia de venir, igual me quedaría un rato, pedí un café.

Había un chico frente a mí, estaba sentado y tenía una guitarra acústica, nunca creí conocer a una persona que tuviera un efecto instantáneo en mí, por alguna razón me sentía obligada a mirarlo, la luz lo iluminaba, noté su cabello rubio, el color verde de sus ojos, su sonrisa, su piel clara ¿quién es él?

La velada continuó, fue imposible dejar de mirarlo, más allá de que fuera atractivo había algo que llamaba mi atención, el pobre tenía la cremallera abajo así que tuve que hacer un gran esfuerzo por contener la risa, el tiempo transcurría y mi cita no llegaba, bonito día. Me han dejado plantada.

El chico empezó a cantar, reconocí de inmediato la canción: Sparks, me encantaba esa canción.

But I promise you this, I'll always look out for you

Pero te prometo esto, siempre te cuidaré.

Yeah, that's what I'll do

Sí, eso es lo que haré.

Presté más atención a quién se encontraba frente a mí, había comenzado a llover, de momento a otro la lluvia se había intensificado, creo que eso le daba un toque más dramático a la canción.

My heart is your, it's you that I Hold on to

Mi corazón es tuyo, eres tú a quién me aferro

Yeah that's what I do

Sí, eso es lo que haré.

El chico tenía talento, su voz me encantó desde el primer momento, lograba transmitir tanto con ella, eso me pareció sorprendente, sus dedos se movían con agilidad, con frecuencia cerraba los ojos, ni siquiera tenía que mirar los trastes, estaba concentrado en lo que hacía, y juro que me faltaba el aire cuando fijaba sus ojos en los míos, creo que incluso me sonrío.

And I know I was wrong, but I won't let you down

Y sé que estaba equivocado, pero no te defraudaré

And I saw Sparks. Yeah, I saw Sparks

Y vi chispas. Sí, vi chispas.

La canción terminó y aplaudimos, el chico agradeció y se levantó alejándose del escenario.

No tengo idea de a dónde fue, me quedé un rato más ahí, la lluvia no cesaba, sería complicado regresar a casa, pero supongo que tendría que hacerlo, Hailey llamó para asegurarse de que siguiera con vida.

—July, si puedes hablar di aceituna, pero si no puedes hacerlo porque estás siendo amenazada di tequila.

—¿Qué rayos son esas palabras? Bien, aceituna —suspiró aliviada.

—Gracias a Dios estás bien y no has sido secuestrada.

—No, el chico ni si quiera se presentó.

—¿Cómo dices?

—Como lo escuchas, me dejó plantada, no vuelvo a instalar una app de citas en mi celular te lo prometo, ya me cansé iré a casa.

—Está lloviendo, ¿quieres que pase por ti?

—No descuida, quédate con Landon, yo tomaré un taxi, ya hablaremos después.

—Bueno, cuídate.

—Igual.

Terminé la llamada y me quedé mirando un rato la venta. Vamos, necesito que deje de llover solo un rato.

—Hola —hablaron detrás de mí, era el chico que estaba tocando lo guitarra—. Noté que tienes rato mirando la calle, ¿no puedes regresar a casa?

Mi mirada seguía fija en la ventana, estaba molesta.

—No, se supone que mi cita tendría que venir y el muy idiota no ha llegado.

—Linda, si no llegó contigo es obvio que ya no lo hará.

Buen punto, seguro que se sintió porque no le di mi dirección, me giré para ver al chico.

—Bueno, pues allá él, ojalá que no vuelva a buscar.

—¿Te llevo?

La pregunta me tomó por sorpresa, casi pude detectar un poco de preocupación en su voz, pero ¿qué rayos me pasa? Es solo un chico, tampoco es la novena maravilla del mundo.

—Adam Stone —estiró su mano.

—Te presentas con apellido, curioso —la acepté—. Juliette Graves.

—Noté que no dejabas de mirarme, ¿atraída por un músico?

Genial otro con el ego alto, pero fui sincera.

—En realidad te miraba porque tenías la cremallera abajo —solté una carcajada.

Se puso nervioso y en cuanto notó que era cierto la subió, le comenté que me parecía interesante su forma de vestir, claro que quiso cambiar de tema, cualquier cosa con tal de no seguir sintiéndose avergonzado.

—Bien, Juliette ¿qué te trae por aquí? ¿Se corrió el rumor de que el gran Adam Stone tocaría hoy? —reí ante su comentario.

Este se cree la última coca del desierto, pero aun con esos comentarios, no sé, no me pareció que fuera del tipo de chico arrogante que se cree mejor que todos.

—Me alegra que sepas reconocer tu talento.

—¿Crees que soy talentoso?

—Pues no tocas tan mal.

—¿Tan mal? —se llevó una mano al pecho—. Soy el mejor en esto.

—Talentoso y con el ego hasta el cielo.

—Comentarios como el tuyo solo incrementan mi ego —sonrió—. ¿Entonces te llevo?

—Podrías ser un asesino.

Y claro que podría serlo, no quiero tener ninguna mala experiencia de nuevo.

—¿Tengo cara de asesino? —intenté contener la risa ante la pregunta—. ¿Es por mi cabello? ¿Desconfías de los rubios? Soy rubio natural si eso te preocupa.

—No —solté una carcajada—. Creo que no pareces un asesino, pero como que los rubios no me caen bien.

—Pues no te noto tan incómoda conmigo.

—Cierto, quizá me mientes y no eres rubio natural.

—Interesante teoría —tenía una linda sonrisa.

Se volteó y tomó el paraguas, abrió la puerta y salió, se giró para verme.

—¿Vienes?

No había mucho que pensar, necesitaba llegar a casa así que me quedé a su lado. Me abrió la puerta y después subió al auto, fui indicándole por donde tenía que cruzar, era consciente que hacía frío, pero por el simple hecho de estar a su lado el frío no se sentía, creo que hay algo mal con mis hormonas el día de hoy.

—¿Te importa si paso por una chamarra? —se quitó la que tenía.

—¿Por qué te la quitas?

—La necesitas más que yo.

La acepté, pero créeme Adam que lo que menos tengo en este momento es frío.

—¿Entonces puedo pasar por la mía? Mi casa queda ahí enfrente —señaló una casa de dos pisos—. Será rápido.

—Seguro, puedo acompañarte si quieres, para que no te pierdas.

Estacionó el auto y quito las llaves, he puesto todo en bandeja de plata, seré la chica de una sola noche, no puedo creer que haya accedido a esto, pero bueno, me parece una genial prueba, la pregunta es ¿logrará pasarla?

—¿Todo en orden? —pregunté.

Habrá que ponerlo a prueba, que sea el chico que me haga creer que no todos buscan sexo, por favor.

—Sí, sí, ¿dónde está tu cita?

Interesante pregunta, quisiera saber lo mismo.

—Ni idea, creo que eso de ligar por internet fue mala idea, yo no quería me obligaron.

—¿Quién?

—Mi prima, insistía en que tenía que salir y conocer a alguien, esperaba que viviera una historia romántica y todo eso, no la está pasando bien.

—Si te sirve de consuelo tengo un amigo que tampoco le está yendo bien en eso del amor, son cosas que pasan, uno termina rompiéndole el corazón al otro.

—No debería ser así.

Podía sentir su mirada sobre mí, pero no me atrevía a girarme.

—¿Por qué lo dices?

—Es una tontería.

—Soy fan de las tonterías —sonreí de lado.

—Hace un tiempo —Dios no me creo que se lo vaya a contar a un desconocido—. Tuve un novio que me engañó y bueno, no fue lindo, creo que cuando quieres a una persona das todo de ti, debería ser mutuo.

He querido encontrar algo así durante mucho tiempo.

Permanecimos en silencio apenas unos segundos, lo curioso es que no fue incomodo en lo absoluto.

—Estoy de acuerdo, si no es mutuo mejor aléjate.

—Lo tomaré en cuenta —hora de saber la verdad—. Oye ¿no ibas por tu chamarra?

—No, de pronto el frío se me pasó, te llevaré a casa.

Mi casa ya estaba cerca así que no tardamos tanto.

—Bueno, pues aquí vivo, gracias por traerme, Adam.

—Cuando quieras —sonrió—. Adoro esto de ser chofer —suspiró—. ¿Podrías darme...? —negó—. Olvídalo.

Mi respuesta a eso fue inconsciente, como si algo más tomara el poder de mí y me obligara a hacerlo, empecé a decirle los números.

—¿Qué haces?

—Dándote mi número, ¿no es obvio? —volví a repetir los números y los anotó, me acerqué a él—. Quiero ver cómo me guardas.

—Te tendré como la chica sin charra —bromeó y me registró como «Juls»

—Oh, debería ser Jules, falta una e

—Nah, Juls es mejor.

—Falta una e —insistí—. Soy muy exigente con la ortografía.

—Lo siento, Juls —levantó los hombros y sonreí como boba—. ¿Qué?

—Ahora siento que cada vez que me llames, Juls, no estarás pronunciando la e, comienzo a creer que te gusta molestarme.

—Es divertido no lo negaré.

—Gracias.

—Puedo ser tu chofer cuando quieras.

—No, no hablo solo de traerme —sabe que me refiero al hecho de escucharme.

No tiene idea de todo lo que ha causado en mí y solo por no llevarme a su cama.

—Lo sé, descansa —bajé del auto y antes de cerrar la puerta me acerqué de nuevo.

—Noté que había una chica, la pobre babeaba por ti, ahí se ve que no tiene buen gusto —sonrió ante mis palabras—. ¿Es tu novia?

Digo, si tiene novia, mejor saberlo ahora.

—¿Te crees que el gran Adam Stone tendría novia?

—Algún día te enamorarás, Adam y será mutuo.

Noté que mientras le contaba lo que había sucedido con mi ex me miró de una manera diferente, como si entendiera de lo que hablaba, creo que ha pasado por lo mismo.

—Algún día, descansa, Juls —enfatizó mi nombre.

Sí que le gustaba molestar.

—Descansa, Adam.

Entré a la casa y me asomé discretamente por la venta, Adam se quedó esperando hasta que estuviera sana y salva para poder marcharse.

Me quedé más tiempo despierta, mis padres no estaban, decidí escuchar un poco de música y relajarme un rato, después me puse el pijama y me metí a las sabanas, sostenía la sudadera de Adam, tenía su olor impregnado, incluso huele bien.

No podía dormir, me parecía algo tonto estar pensando en él, solo se ofreció a llevarme, tampoco es como que se me haya declarado o algo por el estilo, me estoy emocionando de más, cada vez que cerraba mis ojos él aparecía, sus ojos verdes tenían un efecto hipnótico en mí, su sonrisa era preciosa, su voz ronca sonaba tan sexy, y admito que me pareció un chico interesante, divertido, creo que es raro que me sienta cómoda con las personas, pero con él se sentía como si fuera algo que hiciéramos desde hace muchos años, me sentía cómoda con él, pero qué más da, ni siquiera nos volveremos a ver

Número desconocido: Oye, te quedaste con mi sudadera.

Dejé de respirar en el momento en que vi su mensaje, ahora tengo su número, pero me calmo no es la gran cosa, tuve que registrarlo.

Yo: El pretexto perfecto para que el asesino venga a mi casa de nuevo.

Adam: Era una estrategia, soy muy listo

Yo: Lo dudo.

Adam: Ja, ja, muy graciosa, Juls.

Yo: Y dale con no poner le e

Sonreía al teléfono como tonta.

Adam: Tendrás que acostumbrarte.

Yo: ¿Tengo opción?

Adam: No ;) aunque podría considerar agregar la e con una condición.

Yo: Interesante, ¿de qué se trata?

Adam: Almuerzo mañana, Zach también tiene desayunos quizá encontraremos en el camino a tu cita.

Yo: Jajaja puede ser que aparezca, hum no lo sé ¿qué gano yo?

Adam: Comida, Juls por favor, ¿qué más quieres?

Yo: Bien, me convenciste.

Adam: Lo sé ;) paso por ti, descuida, sé dónde vives.

Yo: Espero que no se te haga costumbre acosarme.

Adam: No prometo nada.

Me quedé sosteniendo el móvil contra mi pecho, no puedo creer que lo volveré a ver.

Algo causó Adam en mí, no sé qué fue, no sé si es bueno, si es malo, pero sea lo que sea, espero que siga así por más tiempo.

* * *

Ya estaba lista, escuché que tocaron el timbre de la puerta, estaba buscando a Charlotte, pero no la encontraba, ¿dónde se metió? Tengo que encontrarla antes de que mis padres enloquezcan, seguro que si regresan y la encuentran por ahí en las paredes entrarán en pánico, bajé las escaleras y abrí la puerta.

¿Cómo podía lucir tan perfecto con ropa casual?

Será el efecto Stone.

¿Y tú de qué lado estás?

—Hola, ¿estás lista?

—Sí, lista solo tengo que encontrar a

—¡Aaaaaaah! —retrocedió de inmediato

—¡Charlotte, ahí estás! —tomé a la tarántula en mis manos y la dejé en su sitio.

No paraba de reír por la expresión llena de horror de Adam.

—¿Ya terminaste de burlarte de mí, Juls?

—Un momento —seguía riendo y puse mi mano en mi estómago, ya, tenía que calmarme—. No lo sé, Adam, ya no estoy tan segura de salir con alguien que les tiene miedo a las arañas.

—Graciosa, eso no es una araña, Juls, es una bestia, ven sube el auto —me acompañó y me abrió la puerta.

No tardamos en llegar con Zach, Adam me lo presentó, dijo que era un buen amigo suyo y la persona que creyó en él ya que lo contrató para que pudiera tocar aquí.

Ordenamos nuestra comida y al poco rato llegó, estuvimos charlando, conociéndonos un poco más, creo que era demasiado pronto para hablar de temas bastante personales, pero creo que si preguntara tampoco me quejaría, Adam es esa clase de chico que, aunque no quieras admitir te inspira confianza, te sientes cómoda con él, te diviertes, ves lo auténtico que es, lo honestas que son sus palabras, no había conocido a nadie como él.

—¿Le pusiste a tu tarántula Charlotte? —preguntó burlándose.

—Sí, ¿qué tiene?

—Nada, es solo que conozco una chica con el mismo nombre

—¿La chica te asusta tanto como mi pequeña araña?

—Algo así.

Terminamos de comer y me pregunta si tengo algo que hacer, se le ve más feliz cuando le digo que no, así que pasamos más tiempo juntos.

—Es hora de tachar este momento en mi lista.

—¿Lista? —pregunto confundida.

Saca su celular y veo que con su dedo marca una X.

—Desde pequeño tengo una lista —no me creo que me esté contando esto—. No se lo cuento a cualquiera así que siéntete especial —ya me siento especial—. Es una lista en la que he trabajado desde pequeño, anoto las cosas que quiero lograr y cuando lo hago lo tacho, conforme pasa el tiempo añado nuevas cosas.

—Algo así como una lista de sueños o metas.

—Correcto.

—¿Qué has tachado el día de hoy?

—Lograr que Juls salga conmigo, no ha sido muy complicado, te dije que habría comida de por medio y has aceptado, tomaré nota.

Empiezo a ponerme nerviosa, ¿por qué me pongo nerviosa?

—¿Qué es lo siguiente en la lista?

—Hum —finge pensarlo—. Hacer que Juls se case conmigo —bromea, sé que lo hace él mismo suelta una carcajada—. Hubieras visto tu cara, supongo que dejaremos este punto pendiente, dime, Juls ¿tienes alguna lista?

—No, lamento no ser tan organizada como tú.

—Pero tienes sueños.

—Sí, como todos.

—¿Qué tengo que hacer para enterarme de un solo sueño?

—Regístrame como Jules, agrega la e.

—Bien —saca su teléfono y escribe algo—. Listo.

—Déjame verlo.

—No, descuida, ya lo verás después ahora dime ¿cuál es tu sueño?

—Quiero ser actriz —suelto. Cierro los ojos, estoy esperando escuchar su risa, pero eso no sucede—. ¿No te burlarás?

—¿Por qué habría de hacerlo? Si es lo que te apasiona debería ser tomado con seriedad, si es tu sueño, en verdad espero que lo logres.

Aquello provocó que mi corazón se acelerara, ningún chico me había dicho eso, la mayoría de personas solo se burlan, muchos aseguran que ni siquiera es una carrera en la que se pueda triunfar.

—Hay quienes me dicen que es una carrera donde solo triunfan

—algunas personas con suerte —completa y asiento.

—¿Cómo lo sabes?

—Quiero ser músico, Juls, escucho los mismos comentarios día a día.

Veo que me entiende.

—Tienes talento —confieso—. Seguro que podrás triunfar en esto, alguien importante se fijará en ti.

—Sí, eso díselo a las disqueras, ya van siete representantes que me rechazan, al parecer no soy lo suficientemente bueno en esto.

—Adam —estiré mi mano y tomé la suya, ni siquiera sé por qué lo hice, pero ya era tarde para retractarme—. Habrá personas que no sepan ver tu potencial ¿qué más da? Tu talento no se mide en lo que digan las personas de ti, sino en lo que haces, y créeme, me he quedado más que sorprendida ayer al verte tocar, tocas con pasión y eso no cualquiera, ¿Sabes? Puede que te rechacen otras cien veces, pero llegará el día en donde uno diga «te quiero en mi disquera» Sabrás entonces que todo habrá valido la pena.

—Gracias, Juls, me sorprende que alguien que me conoce desde ayer ya confíe en mí.

—Será el efecto Stone —cierro los ojos avergonzada.

Dime que no he dicho eso en voz alta.

Oh, lo has hecho.

Mis pensamientos me traicionaron, él empieza a reírse un poco.

—El efecto Stone, interesante.

—No te burles —reviso mi reloj—. Es tarde, quedé de verme con unos compañeros en la escuela, ensayaremos para una obra.

—Descuida, te llevo.

Salimos del bar y me llevó hasta mi escuela, bajó del auto conmigo.

—Dejé tu sudadera en el auto, gracias por prestármela —abrió la puerta y la sacó, me la entregó de nuevo—. ¿Qué haces?

—Buscando otro pretexto para verte, si no te incómoda estar conmigo me gustaría que me acompañarás el viernes al bar, tengo otra presentación ¿qué dices?

Que no me creo que me esté invitando a salir de nuevo y tampoco sé por qué estoy tan desesperada por decirle que sí.

—Me encantaría, pero tengo que preguntarte algo, necesito que seas sincero.

—Adelante.

—No agregaste la letra e a mi nombre, ¿verdad?

—Nop.

—Lo imaginé —acomodé un mechón de pelo detrás de mi oreja—. Te veré el viernes.

—Paso por ti, ¿no hay problema?

—No, ninguno.

—Te veré entonces, si necesitas un chofer o eso, tienes mi número —me guiña un ojo y sube al auto.

Quiero molestarlo un poco más así que me agachó un poco para verlo, el vidrio se encuentra abajo.

—Esto no es una estrategia para secuestrarme, ¿cierto?

—¿Y privar al mundo de que vean lo hermosa que eres? No soy tan cruel, Juls.

Me ruborizo un poco con el comentario.

—No lo sé, Adam, no me fio de los rubios.

—Ríete todo lo que quieras, ya nos veremos el día de nuestra boda.

Sonrío de solo pensarlo.

—Sigue soñando.


Amé

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