22 | Primera parada: España
—Está tardando demasiado —se quejó Donovan.
Y sí, estamos esperándolo en los sillones de la cabina, estamos cansados.
—No sé por qué demonios nos citó tan temprano —paso mi brazo detrás de Sabrina y la acercó un poco más a mí.
—Adam, son las 10:00 de la mañana.
—Que inteligente, teclitas.
—Pues yo apoyo a Adam —Donovan se ve tan fastidiado como yo—. Es muy temprano, deberíamos estar durmiendo.
—Chicos, es su culpa —Sabrina empieza a reírse.
—¿Perdón? —llevo mi mano libre a mi pecho, ofendido.
—Yo les dije que no se quedaran hasta tarde jugando en la consola.
—Perdón, mamá —Dono trató de reprimir una risa, pero no lo logró.
—Es que el sistema de sonido de Adam es impresionante, hasta sentíamos que éramos parte del juego.
—Es tan impresionante que los vecinos vinieron a quejarse por el ruido —agregué.
Reconozco que fue una noche genial, hace mucho tiempo que no me la pasaba tan bien, yo lo llamaría terapia de grupo.
—¿Te amenazaron o algo así? —preguntó, horrorizada
—No, de hecho, al vernos nos pidieron un autógrafo.
—¿Y ya? ¿Solo eso y los dejaron en paz?
—Un autógrafo te puede salvar la vida, querida Sabrina.
—Sí, además no estábamos haciendo tanto ruido, ¿verdad que no, Dono?
—Exacto, ni siquiera gritábamos cuando uno de nosotros ganaba la partida.
—No me digan —se cruzó de brazos.
—Parecían niños con juguete nuevo —susurré en su oído.
—¿Y por qué decidiste comprar una consola? —me encogí de hombros.
La mejor inversión de mi vida.
—No había nada más en lo que gastar el dinero y creí que podía comprar algo para entretenerme.
—¿Y por qué no has pensando en comprarte, no lo sé, ropa?
—Ya la compra la disquera por mí, ¿para qué hacer más gasto?
—¿Y qué me dices de...
—¿Lo ves? La consola ha sido una buena elección.
—Sí eres consciente de que ahora no saldremos de tu apartamento, ¿verdad?
—Se quedaron varios meses conmigo y andaba de malas, supongo que será más interesante convivir estando de buen humor —respondí alegre.
Buen punto.
—Sí, tiene razón.
—Puedes venir cuando quieras —le aseguré a la chica a mi lado.
—Seguro que acabaría con ustedes fácilmente.
—¿Es un reto, Weller?
—Es un reto, Stone —pone su dedo en mi pecho y me mira con una gran sonrisa.
Wow, es tan hermosa.
—Besos en mi presencia no, por favor —suplica y nos alejamos un poco.
—Olvidaba que también extrañas a tu chica —la curiosidad siempre puede más que yo—. ¿Cómo está?
—Bien, la pasa en grande con su papá y su gato Snow.
—¿Sigue vivo?
—¡Johnny! —lo regaña la chica—. Disimula un poco el asombro.
—Es que lleva viviendo con Chloe, no lo sé, varios años.
Parece inmortal la verdad.
—Lleva quince años viviendo con él —menciono.
—Wow.
—Sí, su padre se lo regaló cuando Chloe cumplió seis años.
—¿Y por qué un gato?
—Ninguno de los dos quería tener tanta responsabilidad y saben que los gatos son más independientes —aclara Dono.
—Yo me hubiera arriesgado con un perro.
—Adam no te cuidas a ti mismo, ¿cuidarás a un perro?
—Los perros son lindos.
—Sí, claro, espero vivir para ver el día en que Adam tenga un perro.
—¿No te gustan acaso los animales? —me mira sorprendida.
Como si no querer a los animales fuera un pecado.
—Sí me gustan, pero me estresan, van de un lado a otro, ladran, maúllan, hacen desastres, rompen cosas, gracias, no. No sé qué es peor, un bebé o un perro.
—¿Estás comparando a un bebé con un animal?
—Gran observación, poste.
—¿Y no te interesa tener un perrito?
—Sabrina, no me malinterpretes, pero no quiero animales que anden por ahí en el apartamento.
—¿No podemos hacerte cambiar de opinión?
—No, ni tú ni nadie —sentencié.
—¡Traigo noticias importantes! —llegó más alegre que de costumbre.
Marcus alegre da miedo, es como que su sonrisa se torna un poco macabra, yo me andaría con cuidado.
—¡Al fin! Creímos que jamás llegarías.
El hombre ignoró mi cara de aburrimiento total, Johnny intervino.
—¿De qué noticias hablas?
—Una gira.
Ah, una gira.
Espera... una gira.
Oh, Dios mío ¡UNA GIRA!
—¿Qué? ¿De qué estás hablando?
—Vengo de una junta importante con Trackmind, hasta me sorprende su trato amigable conmigo.
¿Y por qué habrían de tratarlo mal?
—¿Trackmind está relacionado? —Dono se sorprendió y Marcus hizo una mueca.
—Sí, para variar.
—¿Y qué te han dicho?
—Jonathan, te noto muy emocionado.
—¡Es que se trata de Trackmind! —agregué—. ¿Cómo no quieres que nos emocionemos?
—Bueno, me comentaron que a su parecer la banda ya es bastante reconocida.
—Aja...
—Así que como son líderes o la cabeza de todas las disqueras, me pidieron que la gira de Hidden iniciara cuánto antes —esta vez se veía confundido—. Dijeron que era algo que habían estado planeando desde hace meses, se disculpan porque todo se haya dado de un momento a otro y dejaron en claro que ellos ya tienen claro cuáles serán los destinos en donde se presentarán.
—¿Y cuándo comienza la gira? —Sabrina se ve bastante emocionada.
—Hoy.
—¡¿Hoy?! —casi me ahogo con mi propia saliva.
—Bueno, hoy por la noche tomarán el vuelo a... no me dijeron a dónde irían, seguro que es un buen lugar, deberán preparar sus maletas y regresar al estudio, por la tarde deberán confesar la verdad de su relación, depende de ti Sabrina y de ti Adam, lo que vayan a hacer hoy, ¿sorprenderán a la prensa?
—Lo haremos —respondimos al mismo tiempo.
—Perfecto —acomodó su corbata—. Preparen sus cosas, los veré en un rato.
Salió de la cabina con la misma alegría con la que entró.
—¿Y ahora qué hacemos? —me miraban atentos.
—Empacar, tenemos una gira —los chicos sonrieron.
Una gira, las palabras siguen sonando irreales.
Tras asimilarlo un rato los chicos se emocionaron demasiado, empezaron a gritar, aplaudir, llorar, no lo podíamos creer, esto al fin estaba pasando, todos salieron del estudio listos para ir a sus apartamentos a buscar lo que hiciera falta, bueno, había alguien que no tenía forma de volver así que me ofrecí a llevarla.
—Los demás ya se fueron, ¿por qué sigues aquí?
Sabrina estaba terminando de guardar el bajo en su funda.
—Te estoy esperando.
—¿Para qué?
—Te llevaré a tu apartamento.
No pudo contener esa sonrisa, aunque evitó mi mirada era más que obvio que estaba feliz, ya cuando no estaba tan roja se atrevió a mantener el contacto visual.
—¿Lista? —estiré mi mano.
—Lista.
Salimos del edificio y subimos a mi auto, el silencio se prolongó más de lo que hubiera querido, no sabía con exactitud qué decir, por suerte llegamos a su apartamento antes de que las cosas se tornaran incomodas.
—Yo —hablamos al mismo tiempo.
—Perdón, tú primero —cedí.
—Sobre nosotros —dejó la frase en el aire.
—Sí, espero que mi idea no te haya parecido tan descabellada, todo se dio de momento a otro y no sé, creo que podemos encontrar lo que necesitamos haciendo esto, pero si te sientes incomoda entonces
—No —puso su mano sobre la mía.
No sentí nada y me odiaba por eso.
—¿A qué parte le dices «no» exactamente?
—No me siento incomoda —parecía que quería decir más.
—¿Pero?
—Me gustas, Adam, no es novedad —confesó.
—Lo sé.
—Solo quiero que tu plan funcione.
—¿En qué sentido? —enarqué una ceja,
—En todos, necesito que funcione. ¿Sabes lo especial que me sentí cuando dijiste todas esas cosas en la junta con Marcus? ¿Adam Stone fijándose en mí?
—No dudes que cualquiera se fijaría en ti, eres hermosa, Sabrina y tampoco soy la gran cosa.
Adam Stone sin ego, esta chica hace milagros.
—Deja de menospreciarte, eres mejor de lo que crees.
—Eso espero.
—Iré a empacar, te veré al rato en el estudio —se acercó y besó mi mejilla—. Te quiero.
—Sí, descuida, estaré esperándote allá.
Bajó del auto no muy convencida con la respuesta que le había dado, me sentí un idiota, debí haberle respondido lo mismo, si haríamos esto, es a lo que tengo que acostumbrarme, decirle que la quiero, que se ve hermosa, que la necesito en mi vida, solo que no sé hasta qué punto son ciertas esas palabras.
Conduje inconscientemente hacia el cementerio, creo que no lo noté, sino hasta que estuve ahí, supongo que actualizar a mi amigo no le hará daño a nadie. Me acerqué hacia su tumba, alguien había cambiado las flores, sea quien sea sigue burlándose de él porque le trajeron esas horribles flores moradas.
—Hey —me hinqué—. Siento que ha pasado una eternidad desde que no vengo, ya ni siquiera sé qué partes de mi vida te he contado, ¿en qué me quedé la última vez? —lo pensé un minuto—. No lo recuerdo, bueno si tuviera que resumir todo este tiempo sería así: yo era feliz, Juls se fue, dejé de ser feliz, alcohol, drogas y quizá cosas más fuertes, odio hacia el mundo, no tenía ganas de nada, tampoco quería tocar la guitarra, los chicos me odiaron, fui a dar al hospital dos o tres veces lo que significa que estuve a punto de morir dos o tres veces, no es un panorama muy alentador.
» Casi arruino mi amistad con Johnny, me golpearon los socios de Key el desgraciado detective del que te conté hace unos años, terminé en el hospital, vi a tu familia y me sentí mejor, descuida, ellos están mucho mejor y la pequeña banshee ya no es tan pequeña, Chloe dejó la banda, pasé un proceso de desintoxicación con métodos muy agresivos, cada día sentía que moría, las cosas mejoraron. Oh, cierto, Sabrina entró a la banda, dimos un par de conciertos, golpeé a Jeremy, haré algo con Sabrina, los chicos piensan que perdí la cabeza y tendremos una gira, lo único que debería importarme es la gira, hacer las cosas bien y darle un show de calidad a nuestros fans, los Hidders —fruncí un poco el ceño, ¿qué acabo de decir?—. Hidders —repetí—. Creo que es un buen nombre, ¿qué opinas?
El viento sopló en ese momento y algunos pétalos de las flores se alejaban de su tumba.
—Tomaré eso cómo un sí —me levanté—. Vendré más a menudo, lamento haber tardado, Landon —sonreí de lado—. Mi pedazo de idiota favorito.
Conduje hacia mi apartamento, por primera vez lo sentí vacío, más frío de lo habitual, ella me hacía falta, caminando de un lado a otro, frustrada porque no sentía que interpretaba bien su papel, verla en las mañanas cocinando con mi sudadera puesta, gritando cuando veía una araña, besándome constantemente, riendo cuando hablaba conmigo, y la mejor parte de todas, verla dormir tan plácidamente a mi lado, observado cómo algunos mechones de su cabello caían a los lados de su cara, verla tan hermosa cuando lo único que iluminaba la habitación era la luz exterior.
Sí, no puedo negar cuánto extraño eso.
Llamada entrante: Mamá.
Creo que no fui muy inteligente al guardarla de esa manera.
—Mamá —traté de sonar emocionado.
—¡Adam Stone Smith! —tuve que apartarme un poco del teléfono cuando gritó, creo que en serio está enfadada—. ¡¿Te vas a recorrer el mundo y ni siquiera me avisas?!
—Hola, mamá yo estoy de maravilla, ¿qué hay de ti?
—¡Respóndeme!
—Relájate, ¿cómo sabes que me iré? ¿Me estás espiando, acaso?
—Lo publicó hace unos minutos Trackmind en su página oficial y todos en My Story ya están hablando de esto.
Vaya, que honor que Trackmind nos tome tanto en consideración.
—Me enteré hace poco también si te sirve de consuelo.
—¡Mi bebé! —chilló—. Estás creciendo tan rápido.
Desde que papá se fue, gracias por notarlo.
—No es para tanto, mamá.
—¿No es para tanto? ¡Te irás a una gira y recorrerás el mundo!
—Sí, aunque no creo que recorramos el mundo, ni siquiera nos dijeron a dónde iremos.
Y era cierto, mucha información no teníamos.
—No importa si van y se presentan al pueblo más recóndito de todo el mundo, estarán mostrándole su música a personas que no son de Hover, ¿no te emociona eso?
Viéndolo desde su punto de vista, sí que era emocionante.
—Tienes razón, no lo había visto de esa manera ¡Que locura! No puedo creer que nuestra música haya tenido tanto alcance, es más de lo que hubiéramos imaginado jamás.
—Es algo que merecen, cariño, te has esforzado tanto por lograr esto, es tu sueño y lo estás haciendo realidad.
—Espera —esto era confuso—. ¿Estás emocionada por lo que haré? ¿Quién eres y que le hiciste a mi madre? Oh, espera, lo capto, ¿cuánto quieres?
Si me daba una cantidad juro que me dolería.
—¿De qué estás hablando? No quiero dinero.
—Pues parecías bastante empeñada en conseguirlo hace poco.
—No quiero dinero, descuida —sonó sincera—. Solo quiero felicitarte y pedirte una disculpa.
Eso sí que me tomó por sorpresa.
—¿Una disculpa? ¿Por qué?
—Si no te hubiera obligado a ir a ese tonto curso de contadores habrías logrado esto desde hace tiempo.
—Eso no es cierto.
—No le mientas a tu madre, sabes que es verdad.
—Lo digo en serio, mamá. Obligarme tal vez no fue algo de mi total agrado, pero si le ves el lado positivo ahí conocí a Jonathan, quien tiempo después se convirtió en el pianista de la banda, y si no hubiera estado ahí jamás me habría cruzado con Donovan, nuestro baterista, el que me hayas obligado a estar en ese curso provocó el nacimiento de Hidden, de no haber ido y haberme centrado en la música, no tendría a la familia que tengo ahora —escuché que sollozaban—. ¿Estás llorando?
—Es que todo eso ha sido muy lindo, me alegra que no me odies —no deja de llorar.
Momento de entrar en pánico, nunca sé manejar cuando otra persona está llorando.
—Por supuesto que no te odio, mamá. ¿Cómo podría hacerlo? Te esforzaste para que tuviera una buena vida, cuidaste de mí cuando papá nos abandonó, todo lo que has hecho ha sido por amor.
—Claro que ha sido por amor, nunca olvides eso, cariño, no olvides cuanto te amo sin importar lo que pase, he fallado en muchas cosas, pero la mejor decisión que pude haber tomado fue que te quedaras a mi lado.
—¿Decisión? Tampoco es que hubiera muchas opciones —bromeé—. Papá nos dejó sabrá Dios por qué.
—¿Sigues creyendo que fue de compras? —evade mi comentario.
—Sí, debe estar por ahí comprando sus cigarros, ya sabes lo especial que era.
Y que tenía una marca favorita.
—Tengo que dejarte, cielo, pero en serio espero que te vaya muy bien en la gira, nadie más que tú merece todo el éxito que estás teniendo.
—Gracias, mamá, te amo.
—También te amo, cariño.
Colgué la llamada, fue mucho mejor de lo que creí, honestamente esperaba que al final si me pidiera dinero cosa que no hizo, me sorprende lo que diré, pero creo que estar fuera de casa esta temporada le sentó bien, sea lo que sea que haya pasado, creo que tiene las intenciones de mejorar las cosas.
No ha sido la madre perfecta ni yo el hijo perfecto porque tal cosa no existe, somos humanos, tendemos a equivocarnos más veces de las que quisiéramos, al final son esos errores los que nos dan experiencia y nos hacen mejorar, no todo puede ser bueno siempre, de otra forma ¿cómo apreciaríamos cuando en verdad algo increíble pasa en nuestra vida?
Puedo imaginarme a Sabrina frustrada buscando su ropa, igual a Chloe que pasaba horas en las tiendas de ropa con tal de encontrar el atuendo perfecto, chicas, siempre complicando todo.
Yo la verdad es que no soy tan especial en esas cosas, empaco mi ropa, pero ni siquiera me fijo si son atuendos que combinan o no, tampoco llevo la gran cosa, si estaremos de concierto en concierto Trackmind o nuestra propia disquera se encargara de la ropa que llevemos, es lo que hacen siempre así que no pretendo gastar energía buscando ropa «adecuada» porque ellos lo harán por nosotros.
Solo llevo dos maletas y mi mochila, tengo más cosas de música en la maleta que ropa, que hermoso. Me aseguro de no dejar nada y bajo con las maletas.
—¿Viajará, señor Stone?
—Sí, Jimy —respondo mientras busco las llaves del auto.
—Escuché que se irá de gira, ojalá que le vaya muy bien.
—Muchas gracias, espero que así sea, por el pago no te preocupes sabes que siempre soy puntual.
—Oh, eso lo sé, solo que no será lo mismo sin usted, es de las pocas personas que aún me tratan de buena manera y se preocupan por mí, siempre trayéndome regalos.
—Y esta no será la excepción, ¿algo en especial?
—No le pediría nada.
—Te traeré un vino y libros, se cuánto te encantan.
—Gracias, señor Stone.
—Un placer, Jimy —le sonrío—. Cuida de mi hogar mientras no estoy, no quiero a la prensa merodeando por aquí.
—No los dejaré entrar, vaya con cuidado.
—Igual, Jimy, cuídate.
Salgo y subo al auto, hora de la aventura; voy directo al edificio, la prensa ya está ahí y no deja de molestar con las mismas preguntas de siempre, entro de milagro.
—Creímos que jamás llegarías.
—Johnny —miro mi reloj—. Ni siquiera son las seis.
—Es que estoy nervioso ¿de acuerdo? —me asomo para ver su equipaje.
—¿Cuatro maletas? ¿Es en serio?
—Tu traes dos.
—Sí, pero no están llenas de ropa, casi todo son cosas que necesito para componer, un par de pedales, pero ¿y tú?
—Necesito usar mi ropa, traigo mi almohada, velas, libros.
—¿Velas? —pregunta Sabrina.
—Es para que pueda relajarme —seguimos sin entender—. Son aromáticas.
—Donovan —el chico evita mi mirada—. ¿Cuántas maletas traes?
—¿Te he dicho que te quiero mucho?
—Dono —advertí.
—También traigo cuatro y bueno, mi mochila.
—¿Qué rayos traes?
—Adam, sabes que cuido bien mi piel y
—Espera, espera —lo detuve—. ¿Traes productos para la piel?
—Pues claro, imagínate que vamos a un lugar que no tenga tiendas y no puedo usar mis productos para la piel.
—Bien, Sabrina dime que eres la única decente aquí.
—Bueno, es que, yo soy chica, lo siento —soltó.
Oh, no.
—Sabrina —hablé con cautela—. Dime cuántas maletas son necesarias para una chica.
—Seis —balbuceó.
—¿Cuántas?
—Seis y una mochila, pero no me juzguen, varias maletas están llenas de los productos que uso en el cabello, de mi ropa, bastante ropa, maquillaje, mascarillas y otras cosas.
—De acuerdo, solo les advierto que si pasamos por revisión y nos detienen por todo lo que llevan será su problema.
—Si eso sucede les diremos que son Hidden y problema resuelto —habla a mis espaldas Marcus—. Entiendo lo nerviosos que deben estar, chicos, pero no se preocupen, será una experiencia única y apenas lleguen al aeropuerto especial que escogimos su líder dejará de preocuparse por el número de maletas y empezará a pensar en las canciones que tocarán.
—¿Ese es el discurso de despedida? Porque no ha sido muy emotivo que digamos.
—Prefiero dejarte a ti los momentos emotivos con la banda, ¿podemos hablar?
—Eso nunca sale bien.
—Pero siempre llegamos a un acuerdo, ¿no es así? —asiento lentamente.
Los chicos observan la pequeña escena y prefieren volver a la cabina y bajar sus maletas, me dejan solo con Marcus.
—¿De qué quieres hablar?
—Lo que estás a punto de hacer es importante, la prensa quiere respuestas, admito que creí que tu idea de hacer todo esto era un poco loca, pero después de analizarlo vi que tenías razón, ambas partes ganan, tú y tu destrozado corazón y la imagen de la banda se ve beneficiada.
—Que sutil.
—Solo digo que ponerle fin a tu historia con Jules es
—Juliette —aclaré interrumpiéndolo.
—Juliette —sonrió como si hubiera recordado algo—. Te atascaste mucho tiempo en la misma parte de la historia, no pasabas de página y eso trajo consecuencias.
—Menos mal que le estoy poniendo un punto final al libro, ¿no?
—¿Estás seguro de hacer esto? Creo que te lo estás tomando personal, Adam.
—Es como dijiste, mejora la imagen de la banda y de paso arreglo mis problemas sentimentales.
—A los chicos no les gustó la decisión que tomaste.
Si no mal recuerdo, dijeron que había perdido la cabeza.
—A Sabrina sí le gustó la idea.
—Porque la chica está enamorada, pero las opiniones de tus amigos siempre tienen peso en tus decisiones.
—Lo sé.
—Así que esto no es mentira, ¿seguro que quieres que la relación sea real?
—Sí, ya lo habíamos hablado y Sabrina siente algo por mí.
—Dudo que sea mutuo.
—Haremos que funcione.
—¿Y si no? —me encogí de hombros.
—Tu siempre nos dices que si jodemos algo lo arreglemos, te prometo que si no funciona buscaré la forma de arreglarlo, cueste lo que cueste.
—Para ahorrarnos tantos problemas lo mejor será que esta relación funcione —permanece callado unos segundos—. ¿La quieres?
¿La quiero? ¿En serio quiero que esto sea real? Para empezar, ¿lo que siento por Sabrina es real? Supongo que él ya interpretó mi silencio como una clara respuesta.
—Adam.
Su voz me trae de vuelta a la realidad.
—¿Estás listo para pasar de página?
—Lo estoy
* * *
—¡Sabrina! ¿Desde hace cuánto están juntos?
—Empezamos a salir unas semanas después de que me uní a la banda, nuestra conexión fue instantánea y no podría estar más feliz por estar con Adam en estos momentos.
—¿Stone, estás enamorado?
No, pero habrá que convencerlos, tengo que convencerme a mí mismo de que lo estoy.
—Y lo que le sigue —sonrío—. Ella fue el rayo de luz que llegó a mi vida cuando todo lo que veía era oscuridad.
—¿Qué sucederá ahora? —ambos nos miramos con complicidad.
—Empezaremos nuestra gira y lo descubriremos en el proceso, mientras estemos juntos nada más importa —ignoramos el resto de preguntas y nos acercamos a la limusina—. Les daremos detalles más adelante, téngalo por seguro.
Sabrina sonrió y se acercó a mí susurrando
—No tengo que besarte si no quieres.
—Hazlo, te pedí que no fuera una relación falsa, sino que fuera real y nos diéramos esta oportunidad —sonrió y me besó.
Subimos a la limusina y los chicos ya estaban adentro ansiosos y emocionados a partes iguales.
—Las preguntas que hace la prensa son demasiadas —comenta Donovan.
—Dímelo a mí —agrega Johnny—. Ahora quieren saber todo sobre Sandra, al menos Adam tiene final feliz —Sabrina sostuvo mi mano
—Una relación muy espontanea, ¿no creen? —habló la rubia.
—Pero lo que sentimos al menos es real.
—Aww —los chicos se burlaban de nosotros—. Míralo, enamorado y feliz, extrañaremos nuestros días de locura contigo, amigo.
—Oigan —me quejé—. Aún tengo el toque, seguiremos haciendo los mismos desastres de siempre.
La limusina nos llevaría a un aeropuerto que quedaba lejos, nuestra gira empezaría dentro de poco, estaba emocionado porque tenía lo que siempre quise, una banda, la oportunidad de triunfar y amor de alguna manera.
La chica que dormía a mi lado era más de lo que podía pedir y su amor por mí era sincero así que daría todo mi esfuerzo para corresponderle de la misma manera, tenía que convencerme de que no me gustan las castañas sino las rubias, no me gusta el color café de sus ojos, sino el verde de los Sabrina.
Después de la tormenta viene el arcoíris, Sabrina era esa calma que llegó al terminar la tormenta, lo único que necesitaba y ahora, lo único que quería.
—Creo que estaba cansada —Donovan mira a Sabrina quien duerme recargada en mi hombro.
—Buscar ropa siempre es agotador, Sandra se pone como loca cuando se trata de empacar y todo eso.
—Ni que lo digas, pasé horas enteras con Chloe en las tiendas de ropa solo para comprar un vestido que había visto desde que llegamos.
—Chicas —suspiramos al mismo tiempo.
—Es lo que te espera, Adam, pasar horas y horas buscando ropa —comenta teclitas.
—En tanto yo pueda escoger la lencería no me quejo —añado entre risas.
—¿Estás seguro de hacer esto?
—¿Cómo es que no quieren hablar de lencería? —agrego.
—Adam.
—Dono, no hay mucho que pensar, me quiere, la quiero ¿qué hay de malo en ello?
—Nada, somos los primeros en apoyar que te des otra oportunidad con una chica, pero no sé si hacerlo de esta forma sea lo más conveniente.
Me había quedado pensando en ello mientras mi teléfono empieza a sonar, lo busco en mis bolsillos, pero no lo encuentro, lo tiene Johnny.
—¿Por qué diablos tengo tu teléfono?
—Te lo dio antes de que saliéramos del estudio para que le llamaras a Sandra.
—Cierto —lo sostiene en sus manos
No sé qué ocurre, pero hasta creo que está más pálido.
—¿Quién es, Johnny? —pregunto cansado, no responde—. ¿Johnny?
—Nadie —cuelga la llamada—. Número desconocido, la semana pasada la prensa descubrió cual era mi número y no me han dejado de molestar, supongo que debe pasar lo mismo, es más vamos a borrar tu historial de llamadas, tienes tantos números sin registrar aquí.
—Como sea, borra todo lo que quieras, sirve que tengo más espacio.
—Descuida, solo será el historial de llamadas.
Después de un largo viaje en la camioneta finalmente llegamos al aeropuerto, ahí estaba un hombre vestido de traje negro con lentes del mismo color, piel blanca, quizá unos años mayor que nosotros, cabello castaño y hay que admitir que lucía bastante intimidante, nos estaba esperando, uno de los asistentes traía parte de nuestro equipaje mientras que nosotros llevábamos solo lo que necesitábamos de momento en la mochila, sigo sin creerme cuántas maletas trae el resto.
—¿Hidden? —sonrió apenas nos vio.
—Sí, somos nosotros —respondí.
Se cercioró de que no hubiera nadie mirando y desapareció la figura intimidante para transformarse en otro fan de la banda.
—Estoy muy agradecido de poder ser su guardaespaldas, soy un verdadero fan de su trabajo —acepté su mano y no dejaba de apretarme—. Créanme que bajo mi cuidado no dejaré que nada les pase, gracias por esta oportunidad, les prometo que no los defraudaré —finalmente me soltó.
—Gracias eh—esperaba que mencionara su nombre.
—Oh, soy Billy, a sus órdenes —dio un saludo militar.
Era lindo ver como las personas se emocionaban por estar cerca de nosotros, conocernos o interactuar de alguna manera con la banda, lo cierto es que éramos conocidos, pero tampoco somos la novena maravilla del mundo, pero los entiendo, yo no me imagino cómo me pondría de conocer a Set It Off, entiendo el sentimiento.
—Gracias, Billy, estoy seguro que nos llevaremos bien.
Pasajeros del vuelo 154 con destino a Madrid favor de abordar.
—¿España? —preguntamos todos al mismo tiempo.
—Así es, ¿Trackmind no les dijo que su gira empezará allá? Primero será Madrid y después Mallorca.
—¿Trackmind pidió que fuera en España? —traté de ocultar mi emoción.
—Sí, ellos le pidieron al señor Wright que empezaran su gira lo antes posible.
—Sí, algo nos comentó Marcus —añade Sabrina.
—Si bien Trackmind no es su disquera es quien mueve siempre las piezas a su antojo.
Interesante analogía.
—España —sonrió Donovan.
—España —repitió Johnny tranquilo.
—España —era notorio el miedo en la voz de Sabrina.
—España —finalicé sin saber con exactitud cómo sentirme.
Todo se resumía en una sola persona: Chloe.
Tomamos el vuelo en primera clase en un área exclusiva, Trackmind se encargó de que tuviéramos el mejor trato y servicio posible, tuvimos que seguir el protocolo y pasar por revisión, pero para nuestra sorpresa los encargados de hacerlo no nos dijeron nada relacionado con lo que llevábamos en las maletas, Billy les explicó quiénes éramos y al parecer, ellos ya tenían indicaciones, ¿adivinan de quién? Así es, Trackmind.
En serio se esforzaron en facilitar las cosas y se ve que esto estuvo planeado paso por paso, siguen sin dejar de sorprenderme.
Estando en el avión charlamos un poco sobre lo que haríamos e inevitablemente nos quedamos dormidos, para cuando despertamos faltaba solo una hora para llegar, terminamos de hacer algunos arreglos a las canciones, bueno, solo los comentábamos, aun no podía creer que esto estuviera pasando, quiero decir, fue algo que siempre quise, pero que en el fondo me aterraba no poder lograr, durante mucho tiempo la gente me decía que no podría vivir de la música, que era cuestión de suerte o que no servía para esto, admito que tuvo más peso eso último cuando siete representantes de disqueras me dijeron que sería mejor que me dedicara a otra cosa, claro que no les creí, siempre regresaba al mismo punto: Soy Adam Stone, puedo hacerlo y nadie me va impedir lograr mis sueños.
Ja, si cierta señorita me hubiera pedido que dejara la banda quizá lo hubiera considerado, como sea, la última hora transcurre de manera rápida, bajamos del avión y recogemos todo nuestro equipaje —el gran y pesado equipaje —hay un autobús fuera del aeropuerto y tiene en el costado el nombre Hidden y nuestro logo, decir que me quedé boquiabierto al verlo es poco.
—¿Es nuestro? —pregunta Johnny emocionado
—Tiene nuestro nombre —aclaro.
—No puede ser —Sabrina se asombra.
—Es perfecto.
—Ahora trata de no babear, Dono.
Nos acercamos al autobús, la gente del aeropuerto tiene que ayudarnos a alejar a la gente porque cientos de nuestros fans sabrían que estaríamos aquí y ahora que nos han visto no han dejado de gritar y emocionarse por vernos, varios de ellos agradecen que hayamos escogido España mientras que otros solo gritan cuando nos aman.
Gracias, chicos, también los amamos.
Subimos al autobús, lo primero que hacemos es dejar nuestras maletas en una cabina que nos designó Billy, dijo que por cuestiones de seguridad tendría que revisar el equipaje, subimos un par de escalones y ¡Oh por Dios! Creo que podría vivir aquí.
Revisamos todo el lugar como niños con juguete nuevo, hay varios contenedores en la entrada que tienen refrescos, aguas embotelladas —de la marca preferida de teclitas —cerveza, vinos entre otras bebidas, hay máquinas para preparar café, seguimos avanzando y esto parece un largo pasillo, hay sillones, una televisión, parrillas eléctricas, muebles que contienen comida, un refrigerador, hay tantas cosas que ya quiero saber que hay dentro de cada puerta, tenemos un baño con regadera, nos adentramos más y llegamos al lugar donde dormiremos, en la entrada hay un espacio para una sola persona, pero aquí hay cuatro, los necesarios para nosotros, del otro lado de una puerta nos encontramos con una mesa y sillones, tenemos una mini nevera y este parece ser el final del autobús, aquí tenemos el espacio suficiente —así como en el gran pasillo que recién cruzamos —y podemos trabajar en las canciones, lástima que no tengamos una batería aquí, pero Sabrina trae su bajo, Johnny su teclado y yo mi guitarra, seguro que nos las ingeniaremos para trabajar la parte de Donovan.
—Este lugar es asombroso —se tumba en uno de los sillones del pasillo.
—Nada más cierto que eso, teclitas.
Donovan y Sabrina no tardan en sentarse con nosotros, y Billy aparece.
—Mientras termino de hacer la revisión del equipaje les recomendaría que trabajaran en su setlist.
Sí, como dije, todo esto de la gira había ocurrido de un momento para otro —aunque por lo que sé, Trackmind lo ha estado planeando por meses —y teníamos que saber qué canciones usar, teníamos que dejarle una buena impresión al público y hacerles notar a Trackmind que no se habían equivocado con Hidden.
—Les recomiendo que lo hagan pronto, su concierto empieza dentro de una hora y media.
—¡¿Hora y media?!
—Sí, señorita Weller, como podrá ver ya ha oscurecido, son las 9:30 pm su concierto empieza a las 11:00 cerrarán un evento importante aquí en Madrid.
El reloj de mi celular aun marcaba las 2:30 pm, tendríamos que acoplarnos al cambio de horario.
—Tendremos listo el setlist, gracias, Billy.
—Por nada, señor Stone.
—Por favor, llámame Adam —sonrió cómo si no pudiera creer lo que le había dicho.
—Claro, Adam, su ropa está en el lugar donde dormirán, son sus medidas exactas, ahora si me disculpan, iré a terminar de revisar el equipaje.
Los chicos se aseguraron de que Billy ya no estuviera cerca y se levantaron, mirándome como si me hubiera vuelto loco, lamento ser optimista con nuestro talento.
—¿Estás loco?
—Teclitas, relájate.
—Siempre tardamos horas para escoger nuestro setlist, sabes que es difícil que estemos de acuerdo en las canciones y el orden que tendrán.
—Adam, cariño, debemos pensar con claridad lo que queremos causar en ese evento, hay que ser cuidadosos con las canciones que seleccionaremos.
—Chicos —los invité a que se sentaran y lo hicieron—. Entiendo su preocupación, Johnny sabe que a veces somos como perros y gatos cuando del setlist se trata, Donovan teme que el tiempo no sea suficiente y Sabrina quiere dar una buena impresión por ser la primera gira. Billy fue claro, solo cerraremos uno de los eventos, lo que significa que no tendremos que mortificarnos por ahora en pensar en quince o dieciocho canciones porque solo debemos escoger a lo mucho 4, tendremos tiempo suficiente como para escoger el setlist de Mallorca.
—¿Cómo estás tan seguro?
—Donovan, tu novia vive aquí, creí que sabrías un poco de distancias y eso —seguía sin entender mi punto—. De Madrid a Mallorca son dieciséis horas eso si corremos con suerte, dormimos un poco terminando de cerrar el evento y al despertar nos enfocamos en las canciones. Consideremos que las canciones que escojamos serán nuestra carta de presentación ante España, o nos aman o nos odian, busquemos canciones que impacten, escucho sus propuestas.
—Thanks for nothing.
—¿Por qué es tu canción o porque quieres impresionar a tu novia?
—Ambas, supongo.
—Bien —lo anoté en mi teléfono—. Thanks for nothing se queda ¿Teclitas?
—Venimos a que la gente se vuelva loca por nuestro cuarto álbum así que Be somebody sería una buena opción.
—Bien, se queda, ¿Sabrina?
—Bones —me tensé—. Es el título de nuestro segundo álbum.
—No —sentencié—. Escoge otra.
—¿Por qué?
No levanté la mirada, pero podía sentir los ojos de Dono y Johnny sobre mí.
—Creo que Sabrina tiene razón, deberíamos quedarnos con Bones.
—¿Así es cómo quieres impresionar a tu novia? ¿Dejando que la nueva bajista cante su canción?
—Oh, así que es por eso —agregó la aludida—. Si quieres puedo escoger otra.
—Sí —esta vez la miré —. Es justo lo que te pedí.
—Pues no, Adam. Bones es una buena canción, tiene que tocarse esta noche.
—Escucha, Dono, no puedes
—Pongámoslo a votación —interrumpe Johnny, juro que desearía haber tenido algo a la mano para aventárselo a la cara—. Quienes quieran Bones, levanten la mano.
Creo que es claro quién fue el único que no la levantó.
—¿Qué es esto? —me cruzo de brazos, molesto.
—Democracia, algo que siempre ha existido en la banda.
—Pues no esta vez, soy el líder y se hace lo que yo —analicé con cuidado mis palabras.
¿En quién diablos me estoy convirtiendo?
Me siento tan patético y molesto a partes iguales por permitir que una sola persona tambaleara mi mundo, ya basta de fingir que no me duele que Juls se haya ido, desde que se fue todo se puso de cabeza, mi humor, mis ganas de centrarme en la música, terminé metiéndome cuanta droga me encontraba y el proceso de desintoxicación no fue nada lindo, terminé en la cárcel junto a los chicos en un arranque de ira y ahora estoy siendo el líder que juré que jamás sería.
Johnny tiene razón, democracia, elección, todos aportamos algo, todos tenemos voz aquí, y no seré el líder engreído que no toma a nadie en consideración y solo se hace lo que él dice, eso no es lo que quiero para la banda.
Los chicos se habían quedado callados esperando que agregara algo más, los miré lamentándome por dentro por lo que estaba a punto de hacer, no debo actuar así, ¿será malo sentir? Soy muy apegado a las cosas, personas, situaciones, recuerdos. ¿Hay algo mal en mí? ¿Es un problema ser como soy?
—Bien —me tranquilicé—. Bones se queda, yo quiero tocar Escape, ya están las canciones, ahora váyanse a preparar.
No añadí nada más y me marché, tomé la bolsa que había dejado Billy y me fui a cambiar, el resto hizo lo mismo, momentos después ya nos encontrábamos arreglando todo en los camerinos del evento, estábamos nerviosos, la primera gira, que locura, y pensar que la cancelé una vez, no tenía idea de lo increíble que esto sería.
Para mi sorpresa el ambiente no era tenso, y me sorprendía que Sabrina se tomara tan bien mi actitud, Dono y Johnny ya me conocen, saben qué cosas me molestan y la manera en que puedo llegar a perder el control. Solo tocaríamos cuatro canciones, pero nuestros rituales como muchos los llamaban no podían faltar, Donovan orando, Jonathan con su vino, Sabrina bebía un té de ajo, algo que no iba a dañar su organismo a la larga, siempre decía que era bueno para la garganta.
Entendí que si realmente quería superar todo el dolor que aún tenía debía empezar con cosas pequeñas, fue la primera vez en cuatro años que llevo dando presentaciones, que no miré la fotografía de Juls, únicamente la de Landon.
—Hidden.
—Amistad —respondió Johnny.
—Hidden.
—Caos, en el buen sentido —añadió rápido el chico.
—Hidden.
—Armonía —Sabrina me miró con ternura—. Hidden.
—Cambios —sonreí de lado—. Hidden.
—La mejor banda de todas —respondimos a una misma voz.
Olvidaba que desde que un miembro de Hidden se fue dejamos de ser familia.
Salimos al escenario, mi felicidad había incrementado en ese momento, los fans siempre merecen lo mejor de nosotros y eso fue lo que les dimos: solo lo mejor.
El evento tenía una cantidad más limitada de personas, pero eso no impidió que hicieran junto a nosotros el mismo ruido como si fueran una multitud, amo a nuestros fans, muchos ya sabían nuestras canciones, puedo decir que Escape era de las favoritas del público, pero en esta ocasión decidí que terminar con Bones era una buena estrategia, sería extraño escucharla sin Chloe, después de todo ella compuso la canción.
—Hemos llegado al final de este evento
—¡No! —exclama el público.
—¿Saben? He estado pensando, ¿ustedes saben que los amamos? —gritos ensordecedores se escucharon en todo el lugar—. Bueno, pues nos hemos cansado de llamarlos fans o público ¡Ustedes son más que eso! —nuevamente gritos—. ¿Y si los llamamos Hidders? Incluso nuestros fans deben tener su propio nombre, ¿no lo creen?
—¡Sí!
—¡Los amamos, Hidden!
—¡Son los mejores!
—¿Tomo eso como un sí? —el resto del grupo sonreía de oreja a oreja—. Bueno, Hidders, es momento de tocar nuestra última canción, esto es Bones, con ustedes ¡Sabrina Weller!
Las luces se apagaron y comenzaron a gritar y aplaudir esperando a escuchar la voz de Sabrina con esta canción, se lo tomaron mejor de lo que creí, ¿qué puedo decir? Se ganó el cariño de nuestros Hidders.
Unos cuantos compases de piano con un par de efectos y empezamos con un ritmo tranquilo de batería y un riff de guitarra sencillo, Sabrina empieza a cantar.
Mom and dad aren't there, the house is alone
Mamá y papá no están, la casa está vacía.
I've tried to do something but I always fails
He tratado de hacer algo, pero siempre fracaso
Now pain is just one more anecdote and chaos is part of my day to day
Ahora el dolor es solo una anécdota más y el caos parte de mi día a día
Burn after burn, fall after fall, some scars just remind me that you left, you left
Quemadura tras quemadura, caída tras caída, algunas cicatrices me recuerdan que //te fuiste/.
Cantamos el coro con ella disfrutando cada uno de su instrumento, esta es la mejor parte, sentirse libre.
Broken bones over and over, over and over again
Huesos rotos una y otra vez, una y otra vez.
I have to do it on my own, it's the best
Tengo que hacerlo por mi cuenta, es lo mejor
Broken bones that still hurt, still hurt
Huesos rotos que aún duelen, aún duelen.
Yeah, everything sucks but we're fine without you.
Sí, todo apesta, pero estamos bien sin ti
Dejamos que ella siga cantando sola, todos hemos tenido un momento donde nos lucimos, este es el suyo.
Admito que siento cierta nostalgia al pensar en todo lo que ha tenido que pasar Chloe en su vida, esta canción es un claro reflejo de eso, espero no haberme equivocado al dejar que Sabrina la cantara. Tras tocar los últimos compases y presentar a la banda —cosa que está de más porque ya nos conocen —bajamos del escenario con una enorme sonrisa, no sin antes recordarles a los Hidders que estaremos en Mallorca dando otro concierto y esperamos verlos allá también.
Fue increíble, los españoles sí que saben dar una bienvenida.
—¿Hidders? ¿Cómo se te ocurrió?
—No lo sé —me encogí de hombros—. Sonaba bien en mi cabeza, ¿les molesta?
—Para nada.
—No podría molestarme que al fin hayas encontrado un nombre para nuestros fans —completa Johnny.
—Cariño, tuviste una grandiosa idea con ese nombre.
—Gracias, por cierto, felicidades, te luciste estando allá arriba —me abrazó y yo correspondí—. Tienes mucho
—Potencial —completó una persona que salía de entre las sombras—. Felicidades, Sabrina, lo hiciste muy bien.
Nos quedamos sorprendidos al ver a la persona que se estaba acercado.
—¡Amor! —corrió para besarla.
Claro que Chloe no tuvo problema para corresponder a ese beso, al terminar miró a Johnny quien la abrazó encantando y dejamos lo mejor para el final, se acercó a mí, no hizo nada más que mirarme, no sabía cómo reaccionar al verla, tenía preguntas y cierto rencor porque nos había dejado, no importa si fue un buen o mal motivo el que la impulsó a hacerlo, se marchó.
—Adam —ni cinco minutos aquí y ya se escuchaba su voz quebrada.
—¿Esperas un abrazo después de todo lo que pasó? —agachó la mirada y no respondió—. Pues lo tendrás, porque sin importar lo que haya pasado, eres mi hermana y mi mejor amiga —acorté la distancia entre nosotros para poder rodearla con mis brazos y ella hizo lo mismo.
No podría describir lo que sentí, pero estar de nuevo aquí con ella era reconfortante, como si por un momento volviéramos a ser la misma banda de antes y nada más importara.
—Te he extrañado tanto —comentó mientras seguía pegada a mi pecho.
—Yo también, ruidosa, yo también —intensifiqué la fuerza de ese abrazo y después la solté—. ¿Primera fila? —asintió.
—Sí, quería saber qué se siente mirar en primera fila al gran Adam Stone.
—¡Oye! —exclamaron los chicos al mismo tiempo.
—A ustedes también quería verlos, en especial a ti, amor —le sonrió.
—La siguiente gira traeré a Sandra y no está a discusión.
Chloe centró su atención en Sabrina, estoy seguro de que la veía como un reflejo de ella, la pobre chica no sabía qué hacer ante su presencia.
—Lamento si lo de la canción fue demasiado.
—Tonterías —le restó importancia—. Lo hiciste muy bien y le pusiste el sentimiento debido a la canción, me hubiera sentido ofendida si no lo hacías, felicidades.
—Muchas gracias, quiero decirte que en serio admiro tu trabajo, quisiera llegar a tocar el bajo tan bien como lo haces tú.
—Gracias —sonrió—. Lo sé, soy la mejor, nadie como yo.
—¿Desde cuándo tienes el ego tan alto? —comenta teclitas tratando de contener la risa.
—Algo tuve que aprenderle a mi líder.
—¡Lo bueno! Amor, debiste aprenderle algo bueno.
Todos empezamos a reír, antes de partir a Mallorca quisimos darnos un tiempo para celebrar, es lo que Chloe hubiera querido, ella encantada nos acompañó y nos pusimos al tanto de lo que había ocurrido este tiempo que no estuvo con nosotros, mencionamos al menos lo bueno, ella nos dijo que estaba aprovechando al máximo este tiempo con su padre y que el dinero que ella tenía servía para mantener una estabilidad en casa, también nos comentó las locuras de Snow, su gato, estaba feliz, supongo que es todo lo que importa.
Perdimos la noción del tiempo y Billy tuvo que insistir en que ya era momento de irnos, claro que los tortolitos se tardaron demasiado en una despedida, y lo entendía, de ser Donovan también quisiera aprovechar hasta los últimos segundos con la persona que amo, tal vez algún día Sabrina y yo lleguemos a ser así de íntimos.
Donovan, Sabrina y Johnny subieron al autobús, sí, Chloe nos acompañó hasta allá.
—Te haré falta, no lo niegues —le di un abrazo corto
No soy bueno para las despedidas.
—Sí, que privilegio tener a un Stone en tu vida ¿verdad? —reí ante su comentario.
—Solo yo.
—¿Qué hay de un mini Adam?
—Hijos ni de chiste, lo siento no conocerás a ningún mini Adam, me niego a traer otro Stone al mundo.
—Estuviste de acuerdo en que tener a un Stone en la vida es un privilegio.
—Fui claro, solo tenerme a mí en tu vida es un privilegio.
—Y como jode no tenerte.
Tenía que saber, en serio lo necesitaba.
—¿Por qué te fuiste?
—Adam
—Ven con nosotros —cambié la estrategia.
—¿Qué?
—Que vengas con nosotros, regresa con la banda.
—Pero Sabrina
—Sabrina es mi novia, está emocionada sí, pero puede ser parte de otra banda, sabe bien que llenar los zapatos de Chloe Moreno será tarea difícil sobre todo si aún hay Hidders que piden a gritos tu regreso.
Permaneció callada unos segundos, eso alimento mi esperanza, ¿regresaría?
—Tomé una decisión.
—Una mala decisión —aclaré y sonrió de lado.
—Créeme, fue la mejor.
—¿Para quién?
—Para el chico que amo, el amigo incondicional que adora tocar el piano y para el ser más irritante de todo el mundo, y mi mejor amigo, tú. Hice lo mejor para Hidden y espero que algún día puedas entender por qué hice lo que hice.
Seguía sin entender ¿Qué tan jodida debe ser mi vida para que las personas crean que hacen lo mejor por mí? Un tiempo fue Landon, Juls, ahora Chloe, ¿qué es lo que oculta?
—Si es lo que quieres supongo que no puedo hacerte cambiar de opinión y tampoco debería hacerlo, espero verte pronto, ruidosa —deposité un beso en su cabeza—. Si me necesitas llámame, ¿de acuerdo? —asintió.
Me acerqué a la entrada del autobús y me detuvo antes de que la puerta se cerrara.
—Adam.
—¿Sí?
—Me enteré de lo de tu desintoxicación, estoy muy orgullosa de ti, por favor, no hagas nada para recaer en eso, eres mucho mejor, no te rebajes.
—Hago un esfuerzo, Chloe.
—Lo sé, solo no te rindas y un favor.
—Dime.
—Antes que nada, por favor cuida a Donovan y segundo —suspiró con pesadez—. Patea el trasero de Chaos.
Es lo único que quiero.
—Descuida, lo haré, ni siquiera tienes que pedírmelo.
Y sí, todos somos Hidders :)
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro