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30 Tenía que dejar esa calentura

No le gusto ver a Diana de esa manera estaba realmente pálida y más delgada, pero algo en ella llamo su atención a pesar de que se veía un tanto diferente por su palidez algo en ella era diferente, pero no quería sacar conclusiones, los hermanos D'angelo le habían dicho que esa última semana no había comido como es debido.

Cómo que a la Nana no le gustó, ella sabía muy bien que tenía que alimentarse bien por su condición de salud, aunque ellos la cuidaban a los extremos, está semana que no estuvo con ellos se hizo notoria.

—No me gusta su aspecto está muy delgada. Iré a prepararle algo mientras el doctor llega.

Les dijo a los hermanos D'angelo y salió de la habitación de Diana a prepararle algo ligero. A los pocos minutos llegó el doctor Parker

—Parker— saludaron al unísono los hermanos.

— Ethan, Zack — los saludo con un asentimiento de cabeza— ¿dónde está ella?

La llevaron a su habitación, estaba acostada le habían quitado los zapatos y arropado hasta la mitad de su cuerpo.

— No entendemos por qué aún no ha despertado, lleva como media hora así.

Y es que ya llevaban como media hora desde que se desmayó en el estacionamiento de la feria.

—bueno déjenme revisarla y les digo que está ocurriendo, si son tan amables de dejarme a solas con ella.

—ni en sueños te voy a dejar con mi mujer a solas Max.— respondió rápidamente Zack

— vamos Zack no va a hacerle nada malo, solo déjalo hacer su trabajo ¿Okay? — Ethan tomo a Zack del brazo y lo saco a regañadientes, Ethan era más pasivo realmente prefería llevar las cosas con más calma, igual Max Parker no iba a hacerle nada a su reina era un hombre de palabra y honor, ellos sabían lo que él había hecho para salvar a su esposa de las garras de un psicópata.

Max suspiró y sonrió levemente, sí que era impulsivo, le recordaba a él mismo en su juventud, pero comprendía por la angustia que estaban pasando él también lo estaría si su esposa estuviera en esa situación, movería cielo y tierra con tal de verla bien, sana y salvó.

Le tomo la temperatura, estaba bien.

Le tomo la presión, estaba baja.

Tomo una muestra de sangre y la coloco en una plaquita, espero unos minutos y sonrió. 

Sí, ya sabía lo que tenía, saco del maletín que había llevado y le coloco una intravenosa, para hidratarla.

—Vas a estar bien linda, solo estás descompensada y tu cuerpo no resistió tanto estrés, pero es mejor que estés descansando.

Dijo como si ella pudiese escucharla mientras acomodaba la intravenosa.

Cuando salió los hermanos estaban en la sala esperando a que él saliera de la habitación.

—¿Y bien? — pregunto Ethan

—Va a estar bien, le coloqué un suero para hidratarla, pero está muy débil y su cuerpo no resistió tanto estrés y se desplomó, por eso no reacciona, pero luego de este suero le colocaré una Ringer lactato  y podrán estar tranquilos, no se asusten si no despierta hasta mañana, déjenla descansar. Eso sí mañana a primera hora quiero que me la lleven al consultorio necesito evaluarla mejor.

—Está bien Max, eso me deja más tranquilo.— le dijo Ethan. 

—No les voy a dejar indicaciones de nada, aunque ya sé lo que puede tener, quiero hacerle unos análisis de sangre más completos.

—¿Y qué es lo que tiene doctor? —Pregunto Zack empezando a preocuparse.

—Nada malo como para alarmarse, les repito está deshidratada y va a necesitar descansar.

Unos minutos más y efectivamente el doctor le cambio la bolsa de solución y a los pocos minutos se retiró, no son antes recordarles que la llevarán mañana a su consultorio.

...

No querían dejarla solo en su habitación así que decidieron dormir con ella uno a cada lado. La Nana le dio uno de esos tés para dormir y cayeron como piedra.

Ellos no eran de dormir juntos de hecho diana se turnaba para dormir con ellos una noche dormía con Zack, otra con Ethan, solo una vez estuvo con los dos y fue en la habitación del hospital. 

Sintió una mano sobre su seno y una pierna sobre las suyas, no podía moverse, estaba sintiendo calor y eso que el aire acondicionado estaba perfecto.

Pero no era un calor típico era era el calor que le producían esos dos hombres que estaban durmiendo a su lado.

Abrió los ojos y pudo verlos mejor la pierna de Zack le impidió moverse más de lo que hubiera querido.

Él estaba de su lado derecho con su brazo izquierdo bajo la almohada y su mano derecha en su abdomen.

Ethan, en cambio, estaba un poco más abajo, se dio cuenta de que él también estaba de lado, pero su mano derecha le sujetaba su seno izquierdo y el brazo izquierdo de ella le servía a él de almohada.

No supo en qué momento llegó a la casa y más específica a esa habitación y en esas posiciones.

Sexo no habían tenido, de eso estaba segura aunque los tres estuvieran desnudos.

Aunque bueno pensándolo mejor a ellos les encantaba dormir como Dios los trajo al mundo, solo cuando sus padres los visitaban usaban pijamas.

Con cuidado saco el brazo de debajo de la cabeza de Ethan y un "mi reina" escapó de los labios de él, cosa que la hizo sonreír no pudo evitar darle un beso en los labios.

Cómo extrañaba besarlo, amaba esos labios suaves y carnosos.

Ethan se acomodó y quedó boca arriba flexionando levemente una pierna dejando ver su desnudez en todo su esplendor.

¡Rayos! 

Realmente tenía lo suyo bien puesto, aun no estando erecto se podía aprecian su tamaño y grosor, trago grueso, tenía ganas de meterlo en su boca. Pero despejó la mente de esos pensamientos intento mover con cuidado la pierna de Zack y este se colocó boca abajo dejándole ver esas nalgas bien redondeadas que la volvía loca, era un crimen. Que un hombre pudiera tener unos glúteos tan perfectos, es que bueno, no se ejercitaba en vano.

Recordó a que se había despertado en un principio. Tenía ganas de orinar pero verlos así tan... Sexis a su Merced les puso a pensar en mules de cosas que podrían hacer.

Pero no, tenía que dejar esa calentura, no sabía qué le pasaba

Lentamente, se bajó de la cama y fue directo al baño.

Poco después salió del baño y todo pensamiento pacífico se esfumó, es que verlos a ambos, desnudos, en su cama, era la gota que derramo su vaso de deseo, una punzada se alojó en su centro y sintió como sus labios se humedecía.

Sí, estaba excitada y solo los estaba viendo dormir como un ángel y un demonio. Así los sentía ella Zack era un demonio en la cama, él la rompía en Miles de pedazo para luego armarla nuevamente, mientras que Ethan era todo lo contrario era más romántico, aun cuando era salvaje, hacer el amor con él era tocar las estrellas.

...

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