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Lluvia

La lluvia caía en un ritmo constante, dibujando líneas borrosas en la ventana de la casa. El olor a tierra mojada se colaba a través de las grietas pero la calidez se mantenía en el ambiente. 

Dahyun había madrugado más de lo habitual, con su taza de café en las manos estaba sentada frente al gran ventanal de la sala, observando lo desanimado que se veía el exterior. Hace unas dos noches habían anunciado un pequeño fenómeno de lluvia y desde entonces no paraba de llover lo que le llevo a cancelar los ensayos.

Aunque amaba el clima frío, odiaba la lluvia pues le traía varios recuerdos como si cada una de las gotas estuviera atada a un recuerdo, en especial sobre HyunWoo, su exesposo. Todos aquellos planes que nunca se cumplieron, el fantasma de una familia que nunca se formó, una vida lejos del baile. El anhelo seguía ahí, menos fuerte que antes pero siempre recordándole que no era suficiente.

Un sonido detrás de ella la sacó de sus pensamientos. Se estiro lo suficiente para poder ver a Momo, arrastrando sus pies y envuelta en una manta.

— Buenos días... — La voz de Momo era apenas audible. Dahyun dejó su taza en la mesa, y se levanto del sofá para acercarse a la japonesa.

— ¿Te sientes bien? — La preocupación de Dahyun creció al notar lo pálido que se veía el rostro de su roomie.

Momo negó con la cabeza, sus movimientos eran lentos y pesados. — Creo que estoy enferma, me duele todo...

Dahyun colocó una mano en la frente de Momo, sintiendo el calor que irradiaba su piel, podía casi quemarla.

— Dios santo...

Dahyun se encontraba en la cocina preparando una sopa que pudiera aliviar a la japonesa, había pasado un tiempo desde que había cuidado a alguien y una sensación mezclada de preocupación y amor la invadía.

Había momentos que, a pesar de todo, aún se veía cuidando a alguien más. A veces fantaseaba por las noches con la vida que pudo haber tenido, con una pequeña versión de ella corriendo por la casa.

Cuando regreso a la sala, encontró a Momo medio dormida, su cuerpo débil casi hundiéndose en el sofá y cubierto casi hasta el cuello.

— Bebe esto mientras esta la comida — con cuidado puso una taza de té caliente en las temblorosas manos de Momo.

— Gracias...

La tarde avanzó de manera lenta. Dahyun se mantuvo al pendiente del estado de salud de Momo hasta que la fiebre desapareciera, pero su rostro seguía luciendo agotado.

— Deberías de dormir un poco — sugirió Dahyun mientras apagaba la televisión.

— No quiero dormir sola... — confesó Momo, sus ojos se posaron en la coreana con un anhelo que no podía comprender. 

— Está bien. Vamos a tu habitación — cedió. Tal vez fueron los ojos de Momo los que la habían convencido, o tal vez...

La lluvia no se había detenido en ningún momento, azotaba con fuerza las ventanas. Dahyun se acomodó en el borde de la cama, intentando mantener una distancia que, para su sorpresa Momo no respetó. La japonesa se inclinó hacia ella, apoyando la cabeza en su hombro.

— Gracias por cuidarme hoy — la voz de Momo aun seguía suave, apenas siendo audible.

Dahyun tragó saliva, sentía que su corazón latía demasiado rápido por la cercanía que estaba teniendo con su roommate en ese momento; su cabeza le gritaba que le apartará pero su cuerpo permanecía inmóvil.

— No es nada — había sido bastante, no era que simplemente hiciera porque si.

El silencio se propagó en la habitación, y gracias a la oscuridad que poseía esta, Dahyun se sentía atrapada. Solo podía escuchar ambas respiraciones y como los latidos de su corazón delataban sus recientes sentimientos.

¿Por qué su estúpido corazón latía de esa manera? No es como si Momo la hubiera tratado de una manera especial, no es como si la conociera de una manera profunda, tampoco es que hablaran mucho. 

Entonces, ¿cómo se había creado aquella tensión que siempre se formaba al estar juntas? ¿le gustaba? ¿o era la falta de sexo?

— Dahyun... — murmuró, sus labios apenas rozaban los de ella.

Comenzó como un beso tímido, algo inseguro se transformó rápidamente en algo más profundo. Aferrandose a los labios de la contraria como si su mundo dependiera de ello, las manos de Dahyun encontraron el rostro de Momo, borrando cualquier distancia que quedaba.

Tal vez era por la fiebre que tenía en ese momento pero la japonesa se sentía extraña, la piel de Dahyun en su manos parecía fría. Se atrevió a tocar cada parte de la cintura que escondía las camisas holgadas que solía usar la coreana. Pudo sentir su piel erizarse, y se atrevió a subir un poco más, incluso a meter su mano bajo el brasier y así poder tocar los pechos.

— Espera — la voz agitada de Dahyun rompió la burbuja que habían creado— ¿Qué estamos haciendo?

— No lo sé, tú... ¿quieres que sigamos? 

Dahyun meditó un poco antes de decir algo — Sí. — Pero por un momento decidió simplemente no hacerle caso a su cabeza.

 Tal vez habían sido los besos, pero una fuerza inexplicable había llenado el cuerpo de Momo. Podía sentir como se iba despojando de su ropa, como su piel se erizaba ante el toque de una mano ajena.

Sensaciones extrañas llenaron su cuerpo, algo que nunca había sentido ni siquiera con su ex marido, sensaciones en las partes de su cuerpo que nunca se imagino. Sonidos que nunca pensó que la pondrían tan caliente.



Más tarde, ambas yacían en silencio, escuchando la lluvia. Momo se había quedado dormida a su lado con una envidiable expresión pacífica que contrastaba con el torbellino de emociones que estaba sintiendo Dahyun en su interior.

Sabía que esto cambiaría todo. Sabía que se estaba adentrando a un mundo desconocido para ella, algo que no podría controlar, que no podría predecir.

Con un suspiro, Dahyun cerró los ojos, permitiéndose unos minutos de paz antes de tener que enfrentar las consecuencias.

Comentario de escritora.

Pasó... ¿pero no paso?

Creo que nunca me había tardado tanto en llegar a este punto, ¿creo que se convertirá en mi fanfic más largo? Algo que también note es que es uno de los pocos fanfics en donde no menciono la religión (que no se me note lo traumada)

En fin, ¿que creen que pasará después de esto?  Creo que con este capítulo deje claro a quien le pertenece cada parte del título. Si algún día se me zafa un tornllo, voy a revelar mi ig


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