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Ante el intruso, puedo sentir mis mejillas tornándose rojas, al igual que las puntas de mis orejas. Intento alejarme de TaeHyung, pero me lo impide al rodear mi cintura son sus brazos, apretándome con más ganas contra su cuerpo.

一¡Tae! 一protesto a la par que empujo contra él.

TaeHyung gira sus ojos, molesto y me suelta por fin.

一Viendo que he interrumpido algo importante, yo mejor me retiro de aquí. Por cierto, recuérdame de nunca más sentarme en esa cama 一la expresión de burla ya no está presente en el rostro de JungKook.

一No, no vamos hacer nada 一me adelanto a decir y me acomodo mi ropa. TaeHyung hace lo mismo y ambos salimos del cuarto.

Al regresar a la sala, lo primero que BeomGyu dice es: 一Eww... Haven huele a TaeHyung ahora一se queja, pero con un tono juguetón. 一¿Qué estuvieron haciendo?

一Nada de tu incumbencia 一TaeHyung interviene, caminando hacia la cocina.

一TaeHyung y Haven se llevan realmente bien 一JungKook me guiñó un ojo y prosiguió a codearme en el brazo. 一Tienen una relación estrecha.

一Ya para de vacilarme 一giro los ojos pero una sonrisa me delata, secretamente me causa gracia. A pesar de eso, mi mente no para darle vueltas a lo que ocurrió en la habitación y me pregunto si TaeHyung lo decía de verdad o solo eran sus celos hablando.

Al día siguiente, después de haber estado casi toda una semana encerrada en mi apartamento trabajando en la primera fase del proyecto, era turno de salir. El refrigerador se estaba quedando vacío y hay varias bocas que alimentar. De JungKook no me quejo mucho porque él no consume tanto; en cambio, esos dos híbridos parecían tener hambre 24/7. Agradezco que mi jefe me haya dado un aumento en mi salario, si no ahora mismo estaría arruinada.

Por otro lado, hacer compras no era la única razón por la cual debía salir. Justo hoy que estaba por enviar las fotos de las múltiples sesiones a mi supervisor, ocurrió un apagón. Me toca personalmente ir hasta las oficinas y entregarlos.

一¿Adónde vamos, Haven? 一de repente TaeHyung pregunta, sobresaltándome. Eran las seis de la mañana, ¿qué hace él despierto a esta hora?

一Vamos son muchas personas 一terminé de amarrarme los cordones de las zapatillas y me enderecé para luego tocar con mi dedo índice la puntita de la nariz de TaeHyung de manera juguetona. 一Yo voy a entregar estos archivos a mi supervisor y luego iré a comprar comida. Ustedes se deben quedar aquí.

TaeHyung se veía algo desconcertado cuando le hice ese pequeño gesto, un mínimo, casi invisible sonrojo rosado en sus mejillas. 一¿No te puedo acompañar?

一Ya te dije que no.

Su expresión cambia, ahora pareciendo preocupado, por poco asemejándose a desesperado y angustiado. Sus orejas incluso se doblan y su cola se detiene. 一¿A qué hora regresas?

一Debería estar aquí más o menos a las nueve, si no hay tráfico pesado.

No muy convencido, él asiente de todas formas.

Luego de despedirme de él, cerré la puerta con llave y me fui rumbo al estacionamiento, donde estaba mi carro. Primero iría a entregarle al supervisor las fotos de la sesión que le hice a Gyu y a Tae. Luego de eso, iría a hacer las compras. Lo único que me preocupa es el tráfico, solo no quiero llegar tan tarde. Quiero dormir.

Para mi suerte, el tráfico estaba decente y llegué a mi trabajo en tan solo unos quince minutos. Al entrar, me sorprendió un poco que habían tan pocas personas. Estaba muy silencioso, más de lo usual.

Deslicé mi identificación en el lector de tarjetas y se abrió la puerta. Estaba en la oficina para recibir al supervisor Han, pero no estaba en su puesto. Confundida por su ausencia, ya que él siempre es de los primeros en llegar, decido simplemente dejar los archivos en su escritorio, junto a una nota y me fui de ahí.

Estaba por doblar la esquina en dirección al elevador, cuando sin querer me doy contra alguien y lo tiro al piso.

一Oh, ¡señor Park! 一me sorprendí al ver a mi jefe en el piso. Le extendí mi mano para ayudarlo a ponerse de pie. 一Perdone, no lo vi.

Él toma mi mano y se levanta. Se ajusta la corbata y me mira, pareciendo confundido. 一Señorita Lee, ¿qué hace aquí? Usted trabaja desde su hogar.

一Lo sé, pero se ha ido la electricidad. A parte, hoy era la fecha límite para entregar las fotografías de la primera fase.

一Dígame, señorita Lee, ¿ninguno de sus dos híbridos le ha causado problemas?

一Ya le he dicho que no, señor.

一Es un alivio. Me imagino que no se ha enterado del accidente que ocurrió con unos híbridos.

Levanto mis cejas, asombrada por la repentina noticia. 一¿Qué sucedió exactamente?

El señor Park hace una ligera mueca, como realmente dudando si decirme o no, hasta que por fin me responde con un: —Será mejor que se documente por su cuenta, es algo muy fuerte. Solo diré que hubo algo de sangre derramada.

Palidezco ante la elección de palabras. No me esperaba que fuera algo tan grave hasta tal punto de que salieran heridos.

一Vale, muchas gracias 一trago en seco y decido apresurar mi paso hacia el elevador.

¿Acaso aquellos híbridos atacaron a sus dueños? Me pregunto si fue por causa de alguna acción de dichos dueños o directamente fue causa del lado salvaje que tomó posesión del lado racional del híbrido. Justo era esto a lo que la gente le temía. Convivir entre dos especies distintas se veía como un simple sueño lejano, pero ahora está sucediendo. Con repercusiones.

En ese preciso momento, comienzo a tener recuerdos de mi primer encuentro con TaeHyung. Me atacó. Esa vez sí fue su culpa, yo no le hice nada. Pero aquella vez que le disparé el flash en todo el rostro y perdió sentido de la lógica, atacandome. Incluso me hizo daño, pero no fue algo que estuviera al borde de asesinarme.

El elevador se detiene, el sonido que hace para señalar la llegada a un piso me saca de mis acelerados pensamientos.

Me pregunto si será que... TaeHyung y BeomGyu me harán daño. Ya sea por culpa mía o de ellos.

El camino hacia el supermercado fue más corto de lo que me esperaba. Al igual que en el trabajo, este se encontraba más silencioso. Parece que después del accidente del que todavía no me he enterado, las personas se sienten amenazadas de alguna forma. O quizá no sea por eso la ausencia, tal vez sea por algo más. Pero no sé de qué.

一Oh, usted es la señorita que perdió a su híbrido, ¿no? 一de repente alguien dice y me doy la vuelta para encontrarme con la persona que ha decidido llamarme. Era el señor SeokJin, acompañado de su híbrida Vanessa.

一Eh, sí... Un gusto verle de nuevo. ¿Cómo les va?

一Muy bien. A Vanessa le hacía falta una medicina, pero ya se la compré.

一Que mi nombre no es Vanessa, es Mina 一se queja... ¿Mina? ¿Vanessa? Ya ni sé cómo llamarle.

一Sí, como digas, Vanessa.

一Disculpe que lo moleste con esto, ¿pero usted sabe respecto a la nueva noticia del híbrido?

一Ni idea 一él responde, levantando sus hombros de manera despreocupada. 一¿Qué le parece si nos tomamos un cafecito?

一Ah, claro, seguro... 一qué raro que no se haya enterado él tampoco.

SeokJin fue muy amable y hasta esperó a que yo terminara de hacer mis compras, las cuales tampoco eran muchas. Además, no había ni fila que hacer para llegar al cajero, por lo tanto me atendieron rápido. Nos fuimos a un café cercano, al otro lado de la calle y ahí charlamos un poco. Descubrí un par de cosas sobre él y me siento un poco apenada de haber pensado que era un engreído o algo por el estilo, la primera vez que lo vi.

一A pesar de solo tener 24 años, me ha ido muy bien en mi empresa 一él dice animadamente. 一Se lo debo a mi padre, quien siempre me aconsejó y me guió.

一Eso es muy bueno. A mí me gustaría abrir mi propia empresa en un futuro. Si al final aprueban la ley de convivencia entre híbridos, me gustaría hacer un refugio para ellos. No me gustaría ver a los pobrecillos merodear la ciudad sin un destino o algún lugar al cual llamar hogar.

Seguimos charlando un poco más hasta el punto en que perdí noción del tiempo. Cuando me di cuenta, ya eran las nueve de la mañana, casi siendo las diez.

En ese momento recordé a TaeHyung.

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