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Capitulo 08.

“Un día en la boca del lobo"
parte 2/2

Este capítulo contiene algunas escenas +18


Pan.
Los segundos parecían volverse una eternidad mientras Trunks seguía apuntandome con el arma.

—Valla hasta que te portas como un hombrecito —escucho que dice su padre con la mirada fija en los dos.

—Silencio padre —ordena Trunks arrugando un poco el cejo.

—Trunks por favor —musité mientras sentía correr varias lágrimas por mis mejillas.

Él no cambiaba su mirada fría hacia mí, pensé que significaba más para él pero vamos el es su padre y creo que aqui acabaré yo.

Ambos son los mayores asesinos del país y no se rentarían el alma para matar, por un momento creí que estábamos teniendo más química pero ni siquiera le conmovería como se sentirán mis padres luego de esto, mis padres estarán tan tristes soy su única hija y lo que mas me duele es mi padre seguro morirá al saberlo.

—Por favor ¿Qué? —me pregunta Trunks.

—No me mates... —gimoteó llorando.

—Cállate deja de llorar no me dejas concentrarme —espeta.

—¿Qué esperas hijo? —pregunta Vegeta, la mano de Trunks empieza a temblar por un momento.

—No me presiones padre —murmura—. Dejame arreglarlo sé que puedo llegar a un acuerdo con ella.

—¿De qué hablas? —contesta interrogante— ¿Acaso estas pensando en perdonarla?

Fijo mi mirada en los ojos de Trunks, hay mucho pesar en ellos ¿Es que en realidad no es como su padre?

—No la quiero matar me atrae demaciado —dice por fin.

Eso es lo que represento para el ¿No? Atracción, talvez así sea ha dejado en claro muchas veces que me desea.

—No seas cobarde —le acerca la mano—. Dame esa arma yo lo haré por tí.

Trunks ve un momento su mano y niega con la cabeza.

—No interfieras padre —dice suspirando. Cargó el arma creí que era mi final pero en realidad lanzó una bala a la pared, pensé que estaba a salvo pero no fué así volvió a cargar el arma apuntandome en la frente—: no pienso fallar, Pan lo siento, sientate en la cama calladita y no digas nada.

—Trunks... —dije con angustia en la voz.

—¡Ahora! Has lo que yo te digo, ¡Obedece!

—Si —musité sentándome, limpiándome a la vez las lágrimas.

—¿Qué esperas? —preguntó Vegeta con voz demandante.

—Lo siento no puedo padre —expresó soltando un profundo suspiro.

¿No podía? ¿En verdad Trunks no era como su padre?

—Imbécil —dijo su padre sacando un arma, me apuntó pero de inmediato Trunks también le apuntó a él en la cabeza, me quedé atónita ya no comprendía que pasaba ¿Trunks me estaba defendiendo en contra de su padre?—: ¿Qué te pasa?

—Atrévete —amenazó Trunks—. Dispara pero el segundo en morir serás tú.

—¿Me estás traicionando?

—Tómalo como quieras pero a ella nadie le hará daño.

—Increíble traicionas a tu propio padre por una mujer.

—No es cualquier mujer, lo acabo de decidir ella será mi mujer y lo sabes bien la mujer de alguien mas es sagrada y mas tratándose de tu hijo.

—No lo entiendes ¿acaso perdiste la cabeza? ella nos denunciará.

—¿Y desde cuándo no controlas la policía? si te llega a denunciar en seguida lo sabrás, además no me he divertido con ella.

—Así que eso era, pues ambos nos podríamos divertir ¿No lo crees?

—Hey, hey, párale a tu tren papá ella es solo mía, tú no la tocarás ahora largo padre, luego quizá iremos a cenar.

—¿La tomarás cómo tú mujer para siempre?

—¿Tú que crees papá? claro que sí yo no soy como tú y la quiero solita para mí ¿por qué crees que la traje acá?

—¿De que hablas?

—Desde que la ví decidí que sería mí mujer, sin embargo no he logrado hacerla completamente mía, cada vez que lo intentaba alguien nos interrumpía ¿aquí será igual?

—No, así que eso planeaste al traerla aqui en lugar de hacerla regresar por cuenta propia a su casa.

—Así es, fuera de las situaciones de peligro en cualquier momento la hubiera llevado a un hotel pero los gritos si no se deja alarmarían a todos.

—Eres igualito a mí cuando algo se nos antoja.

—Claro que sí, ahora largo padre.

—¿Largo? por mi no te detengas.

—No, no —dije viéndolos a ambos— ¿que me harás? —pregunté a Trunks entre lágrimas.

Su expresión cambió a una que me dió mucho miedo, apartó la pistola de su padre de mi dirección, él la guardó al igual que Trunks la de él.

—Para mi buena suerte se te acabó la suerte —susurró.

—No me hagas nada por favor —pedía en un susurro asustada.

Intenté alejarme subiéndome más en la cama hasta topar con la pared, ahí me di cuánta que ya no podía escapar solo recurrí a seguir llorando sin apartar la mirada de mí.

—Se acabó no tienes a dónde huir querida —sonrió de una forma lasciva relamiendo sus labios.

No parecían haber rastros de falsedad en su expresión, se subió a la cama y se acercó hasta tomarme fuerte por la cintura, sus ojos permanecían sobre los míos, su mirada era penetrante, sus labios atraparon los míos de forma bruzca, me quejé enmedio del beso pero no se apartaba, se apegabas más a mí, su respiración estaba intranquila, parecía excitado a cierto punto, traté de liberarme mordiendo fuerte su labio inferior, se apartó quejándose, pude ver un hilo de sangre correr por sus labios.

—¡Quédate quieta maldita sea! ¡¿No entiendes que ahora eres mi mujer y tu vida depende de mi?! —gritó con la respiración acelerada en forma rabiosa.

—¡No me toques! ¡suéltame! —le grité también forcejeando para apartarlo.

—¡Cállate serás mía y punto! —indicó volviendo a gritar.

—¿Seguro que es lo que quieres hijo? —escucho preguntar a su padre.

—Obviamente padre —responde Trunks limpiándose la sangre que corria de sus labios—. ¿Crees que no podré con una mujer?

—Por lo visto no.

Trunks sólo le dió una mirada con mala cara, se quitó rápidamente la camisa dejando ver su abdomen marcado y su cuerpo escultural pero no era momento de fijarse en eso, me jaló hasta recostarme en la cama, aprisionó mis muñecas contra las sábanas y se acercó a mi cuello empezando a besarme de forma intensa, me removí en la cama y se apegó más a mí dejándome sentir su dureza.

—¡Suéltame! —grité.

—Cállate —silenció.

Soltó mis muñecas, aruñé su espalda mientras él quitaba los botones de mi camisa, empezó a dar besos sobre mis pechos sin quitar el sostén, me quejé y él posó sus manos en mi trasero presionandome más hacia sí mismo.

—¡No lo hagas porfabor! ¡no me toques! —supliqué.

—¡Cállate aquí nadie te salvará! ¡serás mía!

—¡No quiero! ¡déjame!

—Me vale ahora tu vida y la de tus padres depende de mí y me vas a complacer cuantas veces se me antoje.

—Trunks por favor... —empecé a llorar nuevamente.

—Búscame cuando hayas terminado —ordenó su padre saliendo de la habitación dejándonos solos.

—¡Silencio! —repitió.

—Por favor... —pedí ya sin fuerza.

TRanscurrieron unos momentos, sentía sus manos tocarme por dónde se le antojaba y solo podía llorar ¿tanto tiempo fingió ser otra persona para acabar haciéndome esto? No podía hacer nada.

Me resigné a que hiciera lo que quisiera sólo voltee el rostro sintiendo sus besos en el escote de la blusa donde me habia quitado los botones y sus manos apretando mis glúteos incluso intentó tocarme más metiendo sus manos bajo mis bragas pero de pronto se detuvo levantándose un poco de sobre mi muy apesarado al parecer y se puso de rodillas viéndome fijamente.

—Eres una fiera esta mordida me excitó pero me dolió.

—Es lo menos que te mereces.

—¿Por salvarte la vida? que agradecida.

—¿Y de qué sirve si terminarás violándome? jamás pensé que fueras asi.

—¿Quién dijo que te violaría? —preguntó negando con la cabeza.

Se levantó de la cama poniéndose de pie recogió su camisa y empezando a ponérsela.

—Tú hasta hace un momento —le recordé.

—Fué solo para impedir que mi padre te matara o te quisiera violar pero que te quede algo claro desde ahora ante mi padre eres mía.

—¿De qué hablas? ¿Tu también eres parte de la mafia?

—Claro que no, jamás he estado de acuerdo con lo que hace papá, odio a lo que se dedica por culpa de eso murió mi madre —respondió terminando de abotonarse la camisa y se pasó el brazo sobre los ojos limpiándose unas lágrimas antes que le corrieran.

—¿Entonces porque no lo denuncias?

—Porque sea lo que sea es mi padre, no puedo denunciarlo —se encogió de hombros.

—Perdoname pero yo si lo haré —me senté en la cama viéndolo decidida, él sólo negó con la cabeza—. No puedo quedarme callada es un delincuente.

—No lo hagas Pan, es mi padre y además no serviria de nada, tiene comprada a la policía y si tu llegas a denunciarlo en seguida lo sabrá y te matará a ti y a tus padres, yo no quiero que te pase absolutamente nada.

—¿Por qué? —lo ví duditativa.

—Quién sabe, solo se eso pero —fijó su mirada sobre mis pechos y relamió sus labios— abotónate esa blusa que me estas provocando mucho y pues —apartó la vista de mí volteando a ver hacia el bulto sobresaliente en su pantalón—. Mi amiguito no quiere aguantarse.

—Tonto —murmuré poniéndome los botones viendolo de reojo.

—¿Qué te puedo decir? tu me provocas esto, tendré que mansturbarme.

—¿No puedes pensar en otra cosa? —pregunté sintiendo mis mejillas arder de sonrojada—. Estoy pensando que tienes doble personalidad.

—Claro que puedo pensar en más cosas te acabo de salvar la vida y no tengo doble personalidad, soy original.

—Pues hace un momento me apuntaste con la pistola.

—Si pero —tomó su arma y le sacó la tolva—. Cómo puedes ver no tiene balas, solamente tenia la que lanzé a la pared, las municiones las guardé aparte.

—¿De verdad no eres como tu padre?

—Claro que no Pan, jamás e aceptado un solo zeni de su parte y si no me crees pregúntale a tu padre el sabe perfectamente todo de mi, sabe que soy hijo del gran mafioso Vegeta Oiji pero no tengo nada que ver con la mafia.

—Me resulta difícil de creer.

—Bueno pues vete a dar un baño luego iré yo, seguro quiere que cenemos con él.

—No quiero verlo.

—Mañana nos iremos pero antes hay que hacerlo creer que estuvimos juntos.

—Pero...

—No te preocupes anda báñate y luego frente a mi padre puedes llorar como si de verdad te hubiera violado.

—No traemos mas ropa.

—Bañate sin nada y te vuelves a vestir allá anda no te veré.

—Si y hmm muchas gracias Trunks.

—Ni me agradezcas que te aseguro que un día serás mía.

—No lo creo —sonreí entrando al baño.

Trunks.
—Pero yo si lo creo —rebatí sonriendo.

Voltee a ver a mi entrepierna me lo puso muy duro ho rayos ni modo, quité el cierre del pantalón y no me quedó mas que hacer lo que ya habia pensado.

Unos momentos mas tarde salió Pan ya duchada y entré yo a ducharme, al terminar estuvimos unos momentos más en la habitación hasta que alguién tocó la puerta anunciando que fueramos a cenar.

—Vamos pan —tomé su mano y negó con la cabeza.

—No quisiera ir.

—Ánimo actúa con tu propio carácter pero llora si es necesario.

—No sé si pueda trunks.

—Ni modo a arriesgarnos —la apegué a mí tomándola por la cintura aunque su cabello seguía mojado me gusta demasiado, no sé como pero tendrá que ser solo para mí.

—¿Tienes que tomarme tan fuerte? —pregunta.

—Claro ahora eres mia —le sonreí saliendo de la habitación y recorrimos los largos pasillos hasta llegar a las escaleras y bajar al primer piso.

Ahí ya nos esperaba papá en la mesa, esta estaba servida, llena de muchos platillos lujosos.

—Hasta que bajan tortolitos —dijo mi padre con un tono de malicia en los ojos.

Odiaba tener que actuar como él, ya solo quería largarme de acá.

—Que te puedo decir padre, disfruté esos momentos —apegué a Pan más hacia mí—. Me encantó estar con mi mujer.

—No tienes malos gustos, así que ahora será parte de la familia.

—Asi es —volteé a ver a Pan al igual que papá.

—Deberías estar feliz jovencita —le dijo mi padre—. Mi hijo te perdonó la vida y hasta eres parte de esta familia ahora, si fuera por mí ya estuvieras en el otro mundo.

—Padre déjala —suspiré con cansancio.

Pan intentó sonreír pero en lugar de eso solo corrieron unas lágrimas por su rostro, parecía molesta mientras papá sólo sonreía confiado.

—Pobrecita, creo que le diste muy duro hijo.

—No la molestes papá —insistí, sentándome en una silla dejando a Pan sobre mis piernas—. ¿Tienes hambre? —pregunté y ella negó con la cabeza— debes comer —insistí parándome, dejándola sobre la silla mientras yo me sentaba al lado en otra silla— come.

—¿Ahora ya no habla o qué? —pregunta mi padre molesto y pan solo baja la mirada.

—Déjala esta pasando por muchas cosas a la vez.

—Almenos debería hablar.

—Ella no hablará si no quiere, además es lo mejor —suspiré volviendo a ver a Pan—. Come algo ¿Sí? —asintió empezando a comer aunque no dejaba de llorar.

—¿Te quedarás mas tiempo aqui?

—No, nos iremos mañana mismo —respondí, noté como Pan se relajaba un poco.

—Como gustes —respondió contestando su teléfono que empezaba a vibrar—. Tuerto dime que me tienes buenas noticias... Ajá.... Esos malditos... ¿Pero ya esta hecho?.... Si, buen trabajo —colgó la llamada y nos vió fijo— ya no tienes porque preocuparte hijo.

—¿De que hablas?

—Encontraron a los culpables del atentado que sufriste.

—¿Los entregaron a la policía? —pregunté.

—Claro que no, tú sabes que las cosas entre nosotros no son así, ya los silenciaron.

—Eso ¿Qué significa? —habló Pan por fin preguntando.

—Que pasaron a mejor o peor vida querida —le contesta papá sin ninguna gracia mientras Pan suelta el tenedor temblando—: ¿Acaso te asombra querida?

—No tenias porqué ordenar sus muertes papá, tu sabes que yo detesto totalmente eso, me repugna —digo interviniendo.

—Eso no me importa, aprenderán a no meterse con mi hijo.

—¿Y acaso no tomarán replesareas ahora?

—No, porque así son las cosas aquí, quién la debe la paga.

—Pues yo no debo nada y aun así intentaron matarme.

—Sí, pero fué porque yo anuncié un posible retiro y tu sabes que eres mi primogénito y por lo mismo obviamente tomarías mi lugar.

Apreté fuerte los dientes, Pan se abrazó a mí llorando inquietamente, sé lo que quiere decir, no quiere que tome ese lugar y nunca lo tomaría.

—Yo jamás aceptaré eso papá —espeté—. Escúchalo muy bien, prefiero morir antes de tomar tu lugar —me acerqué a pan y la ayudé a levantarse abrazándola porque seguia llorando— yo no soy un asesino, padre.

—Pero eres mi hijo.

—No sabes como reniego de tener tú sangre —empecé a caminar hacia las escaleras abrazando a Pan—. Ya no llores preciosa —le susurraba.

—Trunks...

—Todo estará bien —la seguí abrazando hasta llegar a la habitación donde solo me soltó para cerrar con seguro la puerta y luego volvió a abrazarme muy fuerte—: tranquila Pan.

—No quiero que te vuelvas como tu padre por favor.

—Nunca Pan, ya no llores.

—Tengo mucho miedo.

—Yo te protegeré tranquila.

—Nunca te conviertas en un asesino.

—No lo haré —aseguré suspirando— ¿Tanto te importa mi vida?

—Pues... —movió la cabeza diciendo que sí y me abrazó más fuerte.

—Ya somos dos entonces —dejé de abrazarla solo para tomar su rostro y levantarlo para besarnos tiernamente.

Cerramos los ojos e intenté cargarla pero cuando caminé hacia la cama para recostarme sobre ella rompió el beso y me vió con miedo.

—No quiero ahora —musitó.

—¿Porque? —la ví con una mirada confusa.

No era el mejor momento pero nos ayudaría a relajarnos un poco.

—No estoy lista, además hace poco que te conozco.

—Tienes razón en eso —me aparté de ella y empecé a quitarme la camisa pero noté que se sonrojó— ¿qué pasa?

—¿Por qué te des vistes?

—Ya quiero dormir y olvidarme de todo esto, después de todo nos iremos mañana.

—Hmm ¿y no dormirás con ropa?

—No, seria muy incómodo y aquí no hay pijamas pero no te preocupes me dejaré el boxer —me empecé a quitar el pantalón, Pan sólo apartó la vista—. ¿Qué pasa? tú también deberías ponerte cómoda.

—Yo estoy bien así ¿Acaso dormiremos juntos?

—Claro pero la cama es bastante grande no te preocupes —me senté en la cama terminando de quitarme los zapatos y el pantalón y la voltee a ver pero no me veía—. ¿Tan mal estoy?

—No, tú... —me vió de reojo y apartó la mirada rápido, parecía sonrojada—. Tú no estas nada mal —completó.

—Pues gracias —me recosté en la cama pero ella seguia de espaldas. No me volteaba a ver ni siquiera intentaba acostarse seguro se sentía incomoda pero y si... Levanté las sabanas y me acerqué hasta abrazarla por la cintura y susurrarle al oido—: ven hora de dormir.

—T-trunks —tartamudeó, permaneció unps momentos inmovil, sentia todp su nerviosismo, intentó discimularlo inclinandose para quitarse el calzado, la solté en ese momento pero cuando se lo quitó la jalé de nuevo recostándola a mi lado.

—Quítate la ropa —sugerí.

—Nunca estúpido —dijo apartándose de mí de golpe a lo cuál reí.

—No me lo tomes a mal, solo lo digo para que estés cómoda te aseguro que no es nada agradable dormir con ropa de trabajo.

—No importa asi dormiré.

—Bien —reí apagando la luz de una de las lamparas que estaban al costado de la cama—. Apaga la de tu lado también que tengo sueño.

—Bien —respondió apagando la luz también.

—Dulces sueños preciosa —me quedé viendo hacia el techo y no tardó demasiado en empezar a dar vueltas en la cama muy inquieta, reí bajito—: hey dejame dormir.

—Duérmete yo no tengo sueño.

—¿No tienes sueño o no te deja dormir la ropa?

—No tengo sueño.

—Ese escándalo que haces tú sola no lo haríamos ni los dos juntos.

—No molestes.

—No te molestes tú, es imposible que puedas dormir con esa ropa —afirmé, suspiró y rió leve.

—Creo que esta vez tienes razón no puedo dormir con esta ropa, tendré que quitarmela.

—Si —dije volviendo a verla.

Me hiba a ofrecer a ayudarla con comentarios pervertidos para molestarla pero cuando menos lo pensé ya se habia levantado y se empezaba a quitar la blusa no pude evitar quedarme viendo, a pesar de la oscuridad podía apreciar su figura y mi cabeza solo me repetía una frase, quitatelo todo, quitatelo todo.

Seguia observándola hasta que se quitó la blusa y luego la falda aunque estaba de espaldas que figura se cargaba... Demaciada tentación para mí, incluso mi amiguito se está preparando para la acción, se volvió a recostar volteada para el otro lado pero no puedo desaprovechar esta oportunidad la noche es muy joven aún, me acerqué lentamente a ella y la abracé por la espalda pero se sobresaltó.

—¿Qué haces? —preguntó con un tono de voz confundido.

—Shhh tranquila nada solo abrazarte —respondí fingiendo estar somnoliento.

—Nada de solo abrazarte vuelve a tu lugar.

—No puedo, estoy dormido.

—Que mentira, que vuelvas te digo —intentó soltarse pero fué un esfuerzo vago, sólo logró que la abrazara más— Trunks...

—Shh tranquila no pasa nada es solo un abrazo —la comencé a besar en el cuello y sus intentos tan fallidos por alejarse sólo hacían que se resfregara contra mí, excitandome aún más.

Pan.
—Por favor no —susurré.

Aunque mis ruegos más parecían un sigue así, por la forma en que lo decía solo lo excitaban más ya podía sentir su respiración muy acelerada y sus brazos rodeando mi cintura, acarició mi abdomen con sus manos luego subió una muy lentamente hacia arriba tocándome sobre el sosten y no pude evitar empezar a respirar rápidamente también pero aun así la quité de sobre mis pechos con mucho esfuerzo diciéndole que ya no pero mi voz exitada no me ayudaba mucho que digamos cada vez que decía su nombre acompañado por un no seguro era música para sus oidos.

Hice un último intento por alejarme pero no lo conseguí me volvió a atrapar entre sus brazos y colocó una de sus piernas entre las mías eso me hizo gemir levemente mas puntos a su favor y se empeñaba en seguir besándome el cuello, por un momento tan fuerte que seguro me dejó un chupetón, no podía alejarme de solo sentir su piel semidesnuda abrazándome esta sensación me gustaba muchísimo pero luego subió una de sus manos por mi espalda hasta desabrochar el sujetador.

—No —pronuncié.

—Si, solo dejate llevar.

—No quiero...

—Tus súplicas sólo me exitan aún más, además tus rogatorios parecen para que siga en lugar que me detenga.

—Trunks...

—Hay mejores cosas que podrías hacer con esa boquita —dijo acercando sus labios a los mios por un lado de mi cabeza.

Nos sumergimos en el beso, tardamos así un largo momento, su boca no quería abandonar la mía ni yo quería que dejara de besarme, su mano comenzó a tocar mis pechos, mi respiración se aceleró mas y mas poco a poco estaba sediendo completamente, subió su otra mano y región las dos por debajo de la tela hasta tocar mis pezones acariciandolos en seguida se pusieron duros por la excitación y no pude evitar gemir enmedio del beso, me separé de sus labios y me acomodé mejor en la almohada colocando una mano sobre mi boca intentando no gemir.

—¿Son naturales? —preguntó.

—¿Tu que crees? —dije entre jadeos.

—Que sí, ¿Te podrías voltear?

—¿Para qué?

—Quiero lamerlos.

—No —espeté.

Cuando escuchó mi respuesta solo gruñó quejándose y comenzó a darme un par de besos en el hombro apartando la mano de mis pechos, quería que ya se detuviera ya no puedo resistirme, lo siento estoy mojadísima y no quisiera dejarme llevar pero por otro lado si quisiera hacerlo con el, su mano se posó de nuevo acariciándome el vientre mientras me susurraba al oido que yo era solamente de él.

Cerré los ojos intentando dejarme llevar aunque sentía un bulto en mi trasero seguro es su... Ya me lo imagino no quisiera que pase pero no se como evitarlo, pronto acercó su mano a mis bragas y tocó la tela susurrándome que estaba muy mojadita intenté apartar su mano pero sentí que la metió entre mis bragas y abrí los ojos de golpe intenté tomarla y sacarla pero me volvió a besar.

En lugar de sacar su mano solo la tomé suavemente y el aprovechó para acercar a mi intimidad dos de sus dedos pero solo tocándome eso me elevó hasta el exceso ya no podía razonar solo podía sentir sus dedos moviéndose lentamente creo que si sigue así logrará lo que quería rompí el beso para exclamar unos cuantos gemidos me estaba tocando de una forma muy especial sabia los lugares mas sensibles, movió su dedo rápidamente sentí que debía gritar para ahogar tanta presión intenté quitar su mano pero solo logré moverla mas rápido para hacerme sentir aun mas.

—¿Te gusta esto? —preguntó.

—Mmm no —murmuré mintiendo.

—No mientas, si te gusta solo dilo se que sí.

—Sí, mucho.

—Lo sabia estas muy mojadita y eso me gusta.

—Sigue no pares...

—No lo haré preciosa así sediendo me encantas muchísimo mas.

—Hmm sigue así, umm Trunks, Trunks...

—Joder tus gemidos solo me excitan aún mas, di que eres mía vamos quiero escucharlo.

—N-no Trunks...

—Se escucha bien que digas tantas veces mi nombre excitada, dilo pero di que eres mía.

—Trunks...

—Haré algo que te gustará aun mas.

—¿Qué cosa? —pregunté.

Sentí sus dedos moverse y bajar hasta mi entrada quiere penetrarme con sus dedos eso no, no lo dejé intentarlo y saque su mano rápidamente de entre mis bragas eso hizo que se extrañara.

—Tranquila no seré bruzco —susurró.

—No, no quiero que me penetres con los dedos.

—¿Por qué?

—Porque no es la forma en que quiero perder mi... —guardé silencio un momento mientras él me escuchaba atento—. No nada, sólo no quiero.

—No ahora dime ¿tu qué?

—Nada olvídalo.

—Como quieras, ya se a lo que te refieres.

—¿Qué cosa? —pregunté con nerviosismo.

—Tu quieres que lo haga con mi miembro ¿No?

—No, ya no quiero.

—¿Por qué?

—Porque no Trunks.

—¿Qué te asusta?

—Nada, esto no debió pasar eres mi jefe y esto es una locura.

—Aqui no soy tu jefe ni tú mi secretaria solo somos un hombre y una mujer y esto puede pasar okey —pronunció con la voz excitada me dió la vuelta colocándose luego sobre mí, noté por la cercanía que se estaba bajando el boxer, mis mejillas ardieron sonrojadas pero aún así intentaba resistirme, sé que este no es el momento correcto para esto, almenos no de esta manera—: Ya quédate quieta así no puedo.

—No quiero no lo hagas —mencioné con la voz excitada removiéndome sobre la cama.

—Abre más las piernas que así no puedo —pidió notando que las juntaba impidiendo que se colocara entre ellas.

—No —dije aún más excitada pero resistiéndome.

—Basta —pronunció abriendo mis piernas colocando las manos sobre mis rodillas.

Podía sentir lo excitado que estaba y lo incontrolable de la situación, enmedio de la oscuridad podía notar su cabello revuelto, escuchar su respiración acelerada y ver como mordía su labio inferior al acercar una mano a mis bragas apartándolas a un lado, se inclinó un poco más hacia mí pero antes de que pudiera siquiera tocarme cubrí mi rostro sollozando, se detuvo y se quitó de golpe de sobre mí.

—Lo siento —dije entre lágrimas.

—Esto es patético —dijo pasándose una mano sobre el cabello frustrado—. ¿Sabes lo que te pude hacer sentir? Pero no, te pones a llorar ¡Maldita sea!

—Lo siento —repetí mientras seguía llorando.

—Esto es... Es... No sé ni como nombrarlo.

—Lo siento, no quiero ahora ¿Bien?

—Eres una cobarde y ya deja de disculparte —suspiró intentando controlarse.

Vió a su entrepierna y yo también, estaba muy erecto, se subió el boxer y se acercó a una lámpara encendiendola, broché mi sostén y pareció más frustrado.

—Ahora no... —susurré.

—¿Y entonces ahora que eh?

—No sé —admití con sinceridad aún llorando.

—Hazme un oral si no queda remedio —suspiró.

—¿Un oral? —pregunté.

—Si, mételo en tu boca, succionarlo,, lámelo, lo que quieras ¿Vale?

—Sí —dije limpiándome las lágrimas.

Intenté calmarme unos segundos, genial Son Pan ahora tendrás que meterte en la boca el pene de tu jefe esto no podía ser mas perfecto ¿Cómo fue que llegué aquí? Y por si fuera poco se acercó arrodillándose frente a mí.

—Lo haras ¿si o no? —preguntó.

—Yo... —acentí con la cabeza.

Se bajó el boxer dejándome  ver el enorme tamaño de su erección, quedé impresionada tragando saliva. Ahora ¿Qué más seguiría después de meterme con mi jefe? Me sentía como una zorra estos no son los valores que mi familia me inculcó pero vamos no podía negarme, se trata de el hijo de un mafioso que aunque es diferente a su padre no quita que sea poderoso ni que es mi jefe.

Ni modo lo tomé en mis manos y lo fuí introduciendo en mi boca con los ojos cerrados hasta empezar a succionarlo mas adentro, sabía extrañamente bien.

—Eso es nena sigue así, sigue —pronunció.

¿De verdad estoy haciendo esto? digo no niego que sí Trunks esta como quiere es un sueño de hombre del que cualquiera se enamoraría ¿Entonces qué me impide amarlo? Ó ¿Ya le entregué mi corazón sin darme cuenta? No, a él no, es demasiado pervertido, si almenos fuese más tierno...

Aunque no puedo negar que sí estoy disfrutando esto y es increíble lo grueso y grande que lo tiene, me pregunto si de verdad me cabria es imposible no preguntárselo es muy grueso pero aparte estoy disfrutando de tenerlo en la boca, lo intenté succionar más y el gruñó fuerte no pude evitar llevar mi mano a sus testículos y tocarlos tambien.

Trunks.
—Nena sigue así no te detengas preciosa —hice su cabeza hacia atrás tratando de llegar mas adentro.

Ella ayudaba succionándolo aún más hasta llegar a su garganta y aunque ya tenia los ojos enlagrimados lo seguia succionando y tocándome, eso me elevaba mucho e incluso no podía evitar gruñir esta chica me encanta y lo hace muy bien, después de unos momentos sentí que estaba ya por correrme ¿Y si lo hago dentro de su boca? No creo que le moleste así que decidí hacerlo así, sentí como palpitaba mi miembro y luego corria ese liquido hasta salir en la punta directo a su garganta y ella seguía tragando absolutamente todo hasta que acabé y lo saqué de su boca, lamió aún los restos que quedaban, se veía tan sexy haciendo eso.

Tomé su rostro obligándola a verme y la besé lléndome sobre ella volviéndonos a recostar en la cama hasta dejar de besar sus labios unos momentos después.

—Siento haberme venido en tu boca.

—No te preocupes está bien —susurró.

—Eres preciosa te veías tan sexi pero es solo el principio de todo lo que quisiera enseñarte a que me hicieras y todo lo que yo te haría nena.

—¿Qué cosas?

—Muchas mas, el buen sexo es sucio nena.

—Entonces es solo sexo nada que ver con cuando dos personas se entregan estando completamente seguras de que se aman.

—Hmm así que eso es lo que me falló contigo...

—Puede ser.

—Pero sabes lo que siento por tí, eres tú quién te opones a ser algo mío.

—Soy tu secretaria, si ya han de murmurar de mí sólo por pasar tanto tiempo contigo imagínate lo que dijeran si acaso fuera tu novia.

—Dirían que nos la pasamos encerrados cogiendo.

—Eso y más.

—Pero a mí no me importaría.

—Pero a mi sí, mi padre ya sospecha y el no puede recibir noticias fuertes.

—Pero quizá lo entienda.

—No quiero arriesgarme.

—Te entiendo pero ellos deben aceptar que no eres una niña puedes enamorarte ¿Cambiarías esto por ellos?

—Trunks no es que deba elegir pero apenas te conozco y para mí, mi familia es lo primero, los amo haría todo por ellos y no haría nada para lastimarlos.

—Eso solo hace que me gustes aún más, no me rendiré Pan acabaremos juntos tarde o temprano ya lo verás.

—No lo se pero por lo pronto —me sonrió y quitó de sobre ella sonriendo dándose la vuelta—. Tengo sueño.

—Hay mi Pan —reí abrazándola por detrás y me acerqué a su oido—. Sólo no olvides que eres y un día serás completamente mía.

—Señor Briefs ¿es correcto que le hable así a su secretaria?, ¿Podría dejar de ser menos pervertido?

—No pero, acá entre nos algún día serás mi esposa.

—Mmm que interesante lo que dices.

—No lo digo por decirlo te lo estoy avisando mi amor.

—Trunks...

—Sí lo sé, nada de amor ni nada por ahora.

—Bueno eso podemos pensarlo, lo que quiero es que apagues la luz y me sueltes tengo sueño.

—Está bien Pan, la luz la apagaré pero lo de soltarte no creo que pueda...

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