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—¿Por qué ya no haces las rotativas con Tae?

—Porque de seguro incendian otra cabañita por ahí.

La mandíbula de Jungkook se pronunció, y sus cejas se juntaron en el centro cuando le dio una mirada molesta a Hoseok, apuntando con el pulgar a Mingyu, el dueño de esa voz.

—Voy a golpear a tu novio si tira otro comentario de mierda.

Hoseok se alzó de hombros.

—No es mi problema.

Mingyu se sintió indignado, observando al cazador humano (aka su novio) mientras negaba con la cabeza, al mismo tiempo que Jungkook sonreía con autosuficiencia, como si estuviera complacido de joder relaciones ajenas.

Pero fue ignorado porque Mingyu tenía sólo ojos para Hoseok.

—Tú no dijiste eso. —Susurró el híbrido, no muy seguro de sus propias palabras.

Hoseok no respondió, es más, lucía como si ni siquiera estuviese tomándolo en cuenta, estaba más concentrado en inspeccionar el camino, inmerso en su misión, los tres ubicados en el paso de la frontera norte, la cual conectaba el camino directo hacia la carretera de Seúl.

Jungkook tomó la palabra cuando supo que el humano optaría por guardar silencio, demasiado inteligente para contestarle y seguirle el infantil juego.

Y quizá se insultó a sí mismo en la frase de arriba, porque él no era así de inteligente, por lo tanto, no dudó en girar hacia Mingyu y decirle, con la voz petulante:

—Si dejaras de decir comentarios estúpidos la gente te querría.

Mingyu resopló, y los tres continuaron caminando.

—Ustedes los lobos son demasiado temperamentales para mi gusto.

—Y ustedes los vampiros demasiado engreídos.

—No soy del todo vampiro —Mingyu se defendió, nunca antes sintiéndose tan orgulloso de ser un híbrido, incluso si la razón es estúpida—, soy humano también.

—Humano y vampiro —Jungkook hizo un chasqueo de lengua, negando con la cabeza de forma desaprobatoria—, las peores razas, aunque la de vampiro resulta más mierda en ti.

—Sí, bueno, qué suerte que yo no ando como un perro en celo enamorado de uno.

Eso le hizo reaccionar al instante.

—Eres un maldito bastardo de-

—Hey, vengan, acabo de encontrar algo. —La voz de Hoseok se escuchó a metros de ellos.

Jungkook detuvo el puño que iba directo a la mandíbula del chico y Mingyu cambió el iris rojo de su lado sobrenatural para volver a los marrones cuando vio al lobo arrepentirse.

Jungkook se alejó, sin antes mostrarle los dientes en forma de amenaza.

—Este Jungkook... —Soltó Mingyu, completamente indignado, como si no estuviera siendo escuchado cuando claramente lo tenía a un par de metros, aun así, no se privó de continuar—, desearía estar en tu manada solo para hincharte las bolas, a ver si así se te arregla el temperamento de mierda que tienes.

Jungkook gruñó y le dio una de esas miradas de muerte, su lobo alfa haciendo temblar la tierra, cosa que Mingyu sintió, causándole nada más que gracia y fascinación.

Hoseok por otro lado rodó los ojos, esperando que alguno de ellos se dignara a hacerle caso.

—Asegúrate de estarlo —Amenazó Jungkook, deteniéndose por fin a un lado de Hoseok, observando a Mingyu integrarse a ellos—, porque te haré entrenar hasta que pierdas la puta razón.

—Chicos, en serio, cállense de una vez, miren.

Ambos obviaron la mirada enojada de Hoseok y deslizaron la vista hacia lo que el chico apuntaba, siendo huellas de botas macizas y grandes mezclarse con el barro levemente seco.

Eran huellas grandes, como de una persona muy alta, un hombre quizá, las cuales se perdían por el bosque hasta desaparecer en nada.

—Estas marcas están secas —Hoseok dijo, metiendo el dedo en el barro—, no son frescas, pero estoy seguro que no pasan la semana, la tierra aun es maniobrarle.

El cazador parecía seguro de lo que decía y Jungkook le creyó, confiando en él.

Hoseok estaba entrenado para seguir el rastro de vampiros, seres que incluso podrían desplazarse sin siquiera dejar huellas, esfumándose como el polvo ante una brisa fresca.

Según lo que Jungkook sabía, el humano había nacido en un gremio ya conformado, por lo que había estado ligado al entrenamiento y al conocimiento de razas toda su vida.

—Nosotros cuando hacemos rotativas siempre caminamos por el sendero —Mingyu agregó—, no pudo haber sido un lobo ¿cierto?

—No. Lo notaríamos, además, las huellas de los uniformes de los lobos son distintas, no dejan esta marca —Susurró, sorprendiendo un poco más a Jungkook ante el trabajo meticuloso.

Aunque le resultaba un poco perturbador. De todas formas, eso solamente acertaba su teoría de que el chico era analítico y observador.

Y bueno, el hecho de que, en sus interacciones pasadas, haya sido Hoseok el único que había logrado colocarlo nervioso con sus palabras, reafirmaba su creencia.

Alzó la nariz, observando el cielo estrellado antes de cerrar los ojos y aumentar así el sentido de su olfato.

—No hay aroma —dijo, cuando nada captó sus sentidos, apenas el rastro suave de la fragancia natural de las distintas especias del bosque.

Su lobo se sintió ansioso.

—Esto no me da buena espina —Mingyu añadió, cuando imitó la misma acción de Jungkook, olisqueando y no capturando nada en sus sentidos—, sea quien sea, sabe lo que está haciendo.

Jungkook bajó la vista y miró a Hoseok. —¿Qué tan avanzada es la tecnología de los humanos?

—No estamos en guerras desde hace décadas  —afirmó—, si han creado algo nuevo, no lo veremos hasta que se forme una nueva guerra de razas.

Tenía un punto, además, Hoseok era traficante de armas y Jungkook nunca lo había visto revender o cargar armamento altamente tecnológico, eran incluso armas comunes, quizá, armas que no se ven con tanta frecuencia, pero reconocibles ante su vista.

—¿Y tú con los vampiros? —preguntó de pronto, mientras Hoseok tomaba una foto de la huella— ¿Ocupan alguna tecnología especial sacada de los humanos?

—Es distinto, con los vampiros no funciona tanto la tecnología o las armas. Para ellos la pelea se basa más en estrategias. Son seres perfectos, la única forma de derrotarlos es atacar en sus puntos débiles.

Alzó una ceja, curioso, Jungkook no se veía enfrentando a un vampiro aparte de Taehyung, así que tampoco se imaginaba la debilidad de alguno, es decir, eran perfectos, sonaba casi contradictorio.

—¿Algún punto débil? —preguntó, la curiosidad ya carcomiéndolo por dentro.

—El amor —Mingyu alzó las manos cuando Jungkook le miró feo—, te juro por Dios y el santísimo Hoseok que no te estoy molestando, los vuelve loco. Ocupas un poco de eso y los desestabilizas.

—Como Yunho. —Hoseok se puso de pie.

Jungkook tiene la necesidad de recordar las palabras de Taehyung.

"Los vampiros se enamoran una sola vez."

"Mi padre se volvió loco de amor y maniático."

Si bien, podía entender una parte, porque ocurría algo parecido en la manada, los lobos conocían a sus compañeros y formaban lazos, lazos que se creaban una sola vez en la vida, sin embargo, si uno de los dos moría y el lazo se cortaba, el lobo podía perecer hasta morir, pero en manada era muy difícil que suceda.

El alfa de la manada siempre daba confort cuando algo así pasaba y el lobo mal herido por el lazo roto se aferraba a eso, sanando con el tiempo bajo los arrullos de su líder, el efecto siendo potenciado cuando el líder tenía Luna, como si acogieran al lobo bajo el calor de un amor familiar.

Eso no ocurría cuando te imprimías.

Simplemente pereces.

Dios. Jungkook no conoce ninguna historia bonita de un lobo imprimado sobreviviendo a la muerte o a la lejanía de la persona de la cual se imprimó.

Lo hizo colocarse nervioso de la nada.

Porque no conoce a nadie, en realidad.

Imprimarse quedaba en mitos, y él solo lo supo por instinto porque realmente, desde su alma, sentía que estaba atado a la de Taehyung, siendo el vampiro el verdadero oxígeno que lo subsistía.

Y no se imagina revelando esto a alguien.

Porque, de alguna forma, él y Taehyung estaban condenados bajo el mismo destino.

—Exacto, como Yunho, pero eso es difícil que suceda, de todos los seres habitantes de la tierra, menos del uno por ciento está conformado por vampiros, y solo una baja porción de ellos se enamora, porque es su talón de Aquiles.

—Menuda mierda —Las palabras sonaron amargas en su boca.

De todas formas, si existía la probabilidad de que los sentimientos de Taehyung fueran usados en su contra, no podrían utilizarlo a él, es decir, era un lobo, uno alfa, su resistencia y su fuerza de voluntad es una de las más inquebrantables en el ecosistema de razas.

No podrían usarlo como cebo porque Jungkook no es eso, no es un cebo, es alguien que protegería con su vida la vida ajena.

Aunque resultaba jodido para ambos lados.

Si Taehyung realmente estaba enamorado de él, si uno de los dos...

Jungkook ni siquiera pudo terminar la frase y su lobo aulló.

Se sentía amargo, la pesadilla de hace noches atrás resurgiendo como tiras de películas en su cabeza, demasiado lúcida y vívida como para olvidarla en un par de días.

Ah, joder, lo extraña, lo quiere cerca, lo necesita.

Taehyung.

Qué jodido era esto.

—Eso afectó al padre de Mingyu. —Hoseok soltó de pronto y él esfumó sus pensamientos, concentrándose en lo que decía.

Su mirada se encontró con la de Mingyu.

—Eso afectó a mi padre —agregó el híbrido, mostrándole el pulgar hacia arriba casi como si fuese un vendedor ofreciendo algún producto, haciéndole rodar los ojos.

En serio, su teoría de que los vampiros o semivampiros tenían un humor retorcido no era mentira.

—Para ustedes que viven en manadas, y están constantemente expuestos al contacto físico, enamorarse y encontrar a su pareja o compañero es algo afortunado —Hoseok continuó, parecía un experto en el tema, sin embargo, había tristeza y nostalgia en sus ojos y en su aroma, tanto así que no pudo evitar preguntarse si era algo personal lo que estaba relatando—, pero para ellos es una maldición.

De alguna forma, el olor miserable de Hoseok, le hizo reaccionar como si estuviesen hiriendo a los suyos.

—Solo deseo que los humanos paren su mierda —soltó, gruñendo y haciendo el ambiente hostil, algo que solo Mingyu notó, frunciendo la mirada—, o realmente conocerán a un alfa enojado.

—Ese es el problema, no sabemos para qué lo quieren ni qué quieren hacer con él, pero siento que, más que malo, es algo retorcido.

—¿Qué quieres decir?

—Si están tras Taehyung, no es porque lo quieran matar —Hoseok dijo, tan analista como solo su cerebro podía serlo, observando fijo el rastro de huellas que se perdía en la nada. Jungkook tragó saliva cuando su mirada se dirigió a él y dijo—, sea como sea, es alguien quien el departamento del gobierno quiere vivo.

El escalofrío que sintió en su lobo fue real.

Que el enemigo te quiera capturar vivo sólo significaba una única cosa.

Ibas a ser torturado.






*







—Así que tú y Jungkook ¿eh?

Taehyung soltó una ligera risita, observando la cabaña cerrada de Hoseok a medio metro de él.

—¿Yo y Jungkook qué?

Su hermano soltó un resoplido y a pesar de que Taehyung no lo estaba viendo, apostaría a que había rodado los ojos.

—Por favor, hueles a él de una forma absurda, no te hagas.

—Sabes —se giró, entrecerrando los ojos y juzgándole con estos—, ahora estas sintiendo lo que yo sentí cuando llegué a la manada, así de fuerte olías a Yoongi.

Jimin se sonrojó.

—Eso es mentira.

—Ajám —y Taehyung observó para todos lados—. ¿Cuánto les falta?

Ante su cambio rotundo de tema, Jimin observó su reloj.

Solo ellos habían llegado, quedándose fuera de la cabaña de Hoseok esperando al resto. 

Jimin insistió con el hecho de que llegarían muy temprano, es decir, Taehyung los había llevado ahí en un segundo, por supuesto serían los primeros.

Habían sido interrumpidos en medio de su rotativa nocturna, Jimin aun ocupando el lugar de Jungkook cuando fueron convocados por Hoseok a una reunión en la frontera.

—Nos íbamos a juntar a media noche —Jimin soltó, confirmando nuevamente la hora en su reloj—, solo faltan unos cuantos minutos.

—No entiendo por qué Hoseok nos hace esperar afuera —se quejó Taehyung, recordando cuando hace minutos atrás, Hoseok amenazó con voz seria sobre no ingresar a su lugar porque era "su hogar".

En serio, el chico a veces parecía más lobo que humano con el tema de su territorio.

Taehyung bufó y continuó:

—Es decir, ¿qué mierda le vamos a robar si entramos? ¿un arma? ¿pan? ni siquiera puedo comer.

—Es su sentido de responsabilidad, algo que al parecer careces, Tae.

—Es tan estructurado.

Taehyung hizo una mueca molesta en su perfecto rostro y Jimin estrechó la mirada, guardando silencio mientras analizaba su conducta similar a la de un niño con problemas de ira. 

—¿Por qué estás con este humor?

Quiero ver a Jungkook.

—Quiero ver a Jungkook —soltó lo primero que se le vino a la cabeza. Directo y sin tapujos. 

Jimin nunca se esperó esa respuesta, y quizá por eso no supo qué decir por varios segundos.

—Yoongi está con ellos —le dijo luego de un rato—, y están bien por si te lo preguntas, deberían estar aquí en un rato.

Taehyung quiso preguntar cómo es que estaba tan seguro, pero bastó bajar la vista hacia la marca pronunciada en el cuello de su hermano para saber la respuesta.

Cierto, el lazo.

Dios. A veces, tener un lazo le hacía sentir envidia, porque él no podía decir lo mismo, es decir, tenía el aroma de Jungkook marcado en su olfato, grabado en él, pero eso sólo le avisaba si seguía con vida o no.

De hecho, el aroma se olvidaba de sus recuerdos cuando la persona moría, imposible de sentirlo en sus sentidos de nuevo, pero más que eso, nada. 

Y se siente estúpido por preocuparse, Jungkook tenía una destreza que ningún otro lobo tenía.

De todas formas, eran sentimientos difíciles de manejar.

Y de nuevo, esa sensación de que es demasiado lo rodea y tiene miedo de hacer estallar algo.

—¿En serio no entiendo nada de lo que está sucediendo entre ustedes? —Dijo Jimin entonces, con cierta indignación mientras cruzaba los brazos sobre su pecho—, hace una semana atrás estaba seguro que se querían arrancar los ojos y ahora hueles como a ansiedad preguntando cuánto les falta porque quieres ver a Jungkook.

Algo en Taehyung se quebró. 

—Mira, es cosa de sumar dos más dos —le respondió, quizá sonando desagradable, pero estaba tenso, el cabello se le erizaba cada cierto minuto y era su hermano el que estaba presenciando esta parte ansiosa de él, así que tampoco midió sus palabras—, no voy andar con rodeos y Jungkook tampoco, que tú te hayas demorado meses y hayas tenido que morir en el proceso para darte cuenta que sentías algo por Yoongi no es mi problema.

—No te pases —Jimin gruñó, y ese lobo que la mayoría del tiempo permanecía tranquilo, apacible y dormido, emergió fuerte, en el aroma y en los ojos del chico que vibraron en un destello ámbar.

A veces, Taehyung podía entender por qué Yoongi le temía a Jimin cuando se enojaba.

Esta era una de esas veces.

—Lo siento —fue lo primero que le dijo, casi sintiéndose asfixiante el aroma intenso que soltó su hermano—, no soy bueno en esto, es la primera vez- es decir —y Taehyung se sintió torpe—, es la única que vez que puedo sentir algo por alguien y me siento extraño, solo quiero saber que está bien, Hoseok no llamaría a una reunión a mitad de una rotativa nocturna por nada, y sabes que soy cortante con las palabras —y se encogió de hombro cuando Jimin continuó observándole así como si pudiese herirlo con la mirada—, ya sabes, humor retorcido de vampiros.

—Esto no es humor.

—Lo sé, es solo que me cuesta expresar lo que siento, ni siquiera estoy seguro si Jungkook lo sabe realmente y que me preguntes algo que no sé como mierda expresar como que activó todos mis campos de defensa.

—Soy tu hermano —Jimin ablandó su mirada y fue hasta su lado, cubriéndolo en un abrazo que dejó al híbrido con la coronilla de su cabeza pelinegra cosquilleando en el mentón de Taehyung—, solo estoy preocupado por ti, quiero que estés bien.

—Lo estoy, solo... es abrumador —confesó, envolviendo sus brazos alrededor del chico, quedándose cómodamente así por varios minutos, hasta que Taehyung soltó una risa que hizo a Jimin alzar la vista—. ¿No es gracioso?

Jimin se separó. —¿Qué?

—Bueno, soy tu hermano, Jungkook también es tu hermano y nosotros-

—Sea lo que sea que vayas a decir, por favor, cállate ¿de acuerdo?

—Sí, lo siento —se calló abruptamente—, mala broma.

Jimin le dio una mirada desaprobatoria, negando, más el brillo divertido seguía siendo parte de sus iris.

Y estuvo a punto de soltar un comentario absurdo cuando ambos oyen un gruñido desde el sendero por donde Hoseok, Mingyu y Jungkook se habían perdido, del cual ahora emerge Yoongi antes de que el resto se les una.

—¿¡Qué le hiciste bastardo!? —Yoongi luce perturbado y camina a pasos apresurados sin desviar la mirada de Taehyung, sintiendo ira en su lobo, bajo los mismos efectos que sintió a través del lazo hace minutos atrás, sentimientos agrios que provenían del lobo de Jimin, el cual casi nunca se agitaba.

Taehyung hizo un suspiro forzado, como si se hubiese agotado.

—Ahí viene tu macho —dice medio en broma, medio harto—, al parecer está enojado conmigo.

Y mentiría si Jimin no sintió vergüenza de Yoongi, es decir, conocía el temperamento de los lobos, pero, ¿era realmente necesario?

No pudo pensar en eso cuando de pronto ve a Jungkook adelantarse, como si el chico hubiese leído el ambiente, su propio lobo alfa reaccionando descabelladamente cuando entendió que Yoongi iba atacar a Taehyung.

Atacarlo en serio.

Jimin ahogó un jadeo preocupado cuando entendió la escena. Rápidamente giró su rostro hacia Taehyung para pedirle ayuda, viendo que a su hermano prácticamente le salían corazones por los ojos, sonriendo (sí, el muy imbécil sonreía en una situación como esta), a Jungkook.

Así que tuvo que codearlo para sacarlo de su ensoñación y estaba seguro que recibió una mala mirada de Jungkook cuando les cortó el momento.

—Tae lamento decirte esto, pero si dos alfas se pelean uno de ellos tiene que morir sí o sí, así que no deberías estar sonriendo en una situación así cuando claramente Yoongi quiere sacarte los ojos y posiblemente Jungkook interfiera en eso.

Lo dijo apenas, respirando agitado cuando terminó, como si hubiese ocupado un solo segundo de su vida para decir aquello que al parecer Taehyung no procesó.

Así que ante la clara falta de ayuda, Jimin escanea la escena por completo, no decidiendo cuando sería el momento oportuno para interrumpir.

Su pie se mueve sobre el pasto, ansioso y nervioso, sus ojos vagando de Yoongi a Jungkook y luego a Taehyung, perdiéndose la forma en cómo Mingyu se partía de la risa metros atrás de ellos, escuchando un ligero grito de él con algo como "pelea de homúnculos", o algo así, no lo procesa porque Yoongi se acerca enojado a ellos y Jungkook tiene los ojos de su lobo brillando en sus iris cuando sigue al alfa.

Alfa al cual parecía querer enfrentar cuando sabe que es un gran NO en cada una de sus alertas.

—¿¡Qué le hiciste!? —Yoongi vuelve a decir y cuando se está lanzando hacia Taehyung, el cuerpo de Jimin choca con el suyo de forma brusca y torpe.

—Ya, basta —le dice su compañero, colocando las manos suavemente sobre sus mejillas, el tacto sintiéndose ardiente, pero de alguna forma funcionando como un calmante.

Taehyung por otro lado sonrió engreídamente, como si se estuviera burlándose de él en su cara.

En realidad lo hacía.

—Y a ti qué te importa, es mi hermano.

—Taehyung.

Taehyung había imaginado a Jimin llamando así su nombre, con cierto reproche, pero la realidad fue otra cuando su nombre se escapó de los labios de Jungkook, no de forma bonita, era una voz gruesa que hacía al mismo vampiro retorcer sus entrañas.

Ah, ver a Jungkook así de molesto, con la mirada fuerte y el aroma grueso de su lobo, era mil por ciento mejor en diferencias catastróficas.

Así que inclinó la cabeza, no sabiendo qué esperar de este tenso enfrentamiento cuando olvidó a Yoongi y se concentró en ese chico.

—¿Sí, Jungkook?

Un músculo saltó en el rostro de Jungkook y Taehyung se pregunta si el lobo sabe lo que hace y lo que provoca en él cuando aprieta los labios así, luego de relamerlos.

—No —le dice, simple, negando con la cabeza y conservando ese aroma hostil, mas Taehyung puede reconocer el casi imperceptible aroma de ansiedad—, no lo hagas.

Y es como si se mordiera las palabras, Taehyung se echa hacia atrás, llevado por esa pequeña fragancia ansiosa de Jungkook y alza la vista para buscar a Yoongi, notando que aquel alfa ahora solo tenía ojos para su hermano, a quien le preguntaba en susurros si estaba bien.

—Pase lo que pase —Taehyung dice al aire, aunque todos saben que las palabras que comienza a decir se dirigen hacia Yoongi—, yo nunca en mi vida heriría a mi hermano. Daría la vida por él sin pensarlo dos veces —los colmillos emergieron cuando su mirada encontró la de Yoongi, quien esta vez, sí le miró de vuelta—. Grábatelo bien en la cabeza porque no lo diré dos veces, pedazo de m-

—Ya entendimos, ¡Dios! —Hoseok interrumpió, viéndose enojado cuando todos guardaron silencio ante su tono. El cazador abrió la puerta de la cabaña de golpe, la madera agitándose mientras él se quedaba afuera para hacer pasar al resto, como un real anfitrión, bueno, uno enojado—, les juro que si vuelven a pelearse así, los dejaré fuera de la información y sólo la compartiré con Jimin, Jungkook o Namjoon, quienes al parecer son los más sensatos en la manada.

Yoongi giró la cabeza hacia otro lado y alzó la barbilla, orgulloso cuando Hoseok miró directamente hacia él.

Dos segundos pasaron para que el líder por fin se rindiera y destensara todos sus músculos, dándole la razón al cazador. 

—Bien, no más peleas.

Nadie dijo nada más, Jimin dejó ir a su compañero y ambos entraron a la cabaña, seguidos del resto. Nadie iba a pedir que Yoongi se disculpara o que Taehyung lo haga, quizá porque esa misma acción desencadenaría en otra pelea absurda e innecesaria.

Todos estaban ahí presentes por una razón.

Los humanos tenían una fijación por el bosque y estaban estudiando la actividad sobrenatural que emanaba Taehyung al usar sus poderes.

El bosque era de Yoongi y Taehyung vivía dentro de este, los hilos se conectaban y en estas circunstancias, no había forma de separarlos.

Era importante para ambos.







*







—Los humanos han estado dentro del bosque.

—¿¡Qué!? —Jimin es el que recibe la nueva información de Hoseok. Él y Taehyung, específicamente, siendo el híbrido de lobo más verbal que su hermano, quien simplemente se cruzó de brazos y observó fijo la mesa, en la cual todos ellos estaban sentados alrededor.

La mirada de Jimin cruza con la de Yoongi, como si esperara que el chico le dijera que era una mentira, una falsa alarma, sin embargo, la ira que brilla en el destello dorado de los ojos del alfa es tan real como la descarga de energía que sintió remecer su cuerpo cuando las emociones se compartieron a través del lazo.

—¿Qué sucede con la vigilancia que hemos hecho? —Taehyung pregunta calmado, de algún modo sintiéndose timado—, ¿la han vulnerado?

—No sabemos —Hoseok saca una tablet y muestra la foto de las huellas—, esta es la única prueba, no hay más.

—No hay aroma —Jungkook agrega—, no hay nada, ni siquiera señales, es demasiado extraño, porque cualquier presencia ajena es sentida por nuestros lobos, sobre todo si es la de un humano, lo sentiríamos por kilómetros a la redonda.

—¿Quién está vigilando ahora? —Jimin tiene la urgencia de preguntar, un poco preocupado mientras su vista viaja hacia Yoongi, a quien va dirigida la pregunta.

—Namjoon y Chanyeol quedaron a cargo.

—Esto es absurdo —Taehyung ríe y el sonido es tosco y seco, sin nada de gracia—, es una mala broma, no entiendo cómo no fueron notados, debió haber sido en un punto muerto, una hora donde nadie vigilaba y ellos pasaron.

Taehyung se estaba molestando, y no entendía por qué le molestaba tanto, nada de esto le importaba, pero estaba demasiado molesto.

De pronto, una pierna se entrelaza con la suya y no tiene que observar hacia el frente cuando sabe que es Jungkook quien lo hace, como si estuviera de alguna forma dándole consuelo y Taehyung nunca en su vida se había sentido tan de piel como ahora, cuando movió ligeramente sus piernas bajo la mesa y dejó las de Jungkook entre las suyas.

Cuando se atrevió a echarle un corto vistazo, simplemente se perdió en la vista de sus mejillas sonrojadas, la punta de sus orejas ardiendo y esa mirada seria y apacible persistente en las facciones de su cara, ajeno a lo que mostraba su rostro.

Ah, Jungkook.

Se le apretó el estómago.

Pero el tacto de su cuerpo lo ayudó a relajarse.

Es decir, podría incendiar algo en cualquier momento, Taehyung sabe que un detonante puede ser Jungkook, pero desconoce si hay alguno más, algo así como una emoción fuerte más allá de las emociones que el mismo lobo le hacía sentir.

Como enojo o rabia.

Y estaba seguro que, quemara lo que quemara de esta cabaña, todo saldría explotando.

A Taehyung no le extrañaría que Hoseok ocultase armas y pólvora hasta dentro de la pared.

—Ese es el problema —Yoongi alza la voz, y si nota a Jungkook nervioso a su lado, o los pies entrelazados de ambos chicos bajo la mesa, no menciona nada. El líder niega con la cabeza mientras habla—, no tenemos puntos muertos, nuestros lobos son perceptibles, y sea cual sea el desconocido, los lobos salvajes que bajan de la montaña se encargan de alertar a cualquiera que no es bienvenido en el bosque.

—La información es vaga aún —agrega Jungkook, luciendo igual de perturbado que su líder—, tendríamos que confirmarlo con el resto de los soldados mañana por la mañana.

—Haremos eso —Yoongi le dice—, por el momento, es todo sobre el tema, no lo mencionen hasta reunirnos con el resto de los capitanes y confirmar la información —El resto asiente y Yoongi verifica que son las una de la madrugada en el reloj de la pared antes de dirigirse a Hoseok—, ¿has conseguido más información de Taehyung o el paradero de las brujas?

—Con respecto a Taehyung —Hoseok comenzó y esta vez Taehyung puso su completa atención—, consulté con el gremio, y por lo que mencionaron, la energía de un vampiro puede fluir de dos formas, continuamente o de golpe en ondas fuertes.

Quedó igual, Taehyung y el resto.

Menos Mingyu, quien suspiró e intentó explicar lo que Hoseok mencionaba.

—El poder de un vampiro fluye en energías, generalmente, un vampiro normal deja fluir la energía constantemente. Ellos son los que deben beber sangre todos los días, o por lo menos unas cuantas veces a la semana —explicó, y Taehyung no entendía en qué sub grupo extraño de vampiro entraría él sí solo ha bebido sangre humana una sola vez—, pero hay otros que logran detener este flujo y lo almacenan, por lo que no se agotan y no se cansan, pasando meses, décadas, siglos sin dejar que la energía fluya, por ende, sin necesidades de alimentarse regularmente.

Eso le sacó una sonrisa.

—Siempre supe que era demasiado genial.

Hoseok suspiró.

—Tú no entras en ninguna categoría —le reveló, obteniendo su mirada confundida—, tu energía se desborda sin que puedas controlarla, haciéndola estallar. Es eso, una energía explosiva.

—Tu energía fluía constantemente porque no habías bebido sangre humana pero sí de animales pequeños —Mingyu agrega—, sin embargo, cuando tomaste la sangre de Jungkook, fue tanto que simplemente se desbordó.

—Necesitas aprender a canalizarla y eso es algo que solo un vampiro puede enseñarte.

Taehyung se giró para ver a Mingyu.

—¿¡Qué!? ¡no me mires a mí! —le dijo, alzando las manos como si quisiera rendirse—, no tengo la más mínima idea, la energía la tomo de la comida, como un ser humano normal.

Taehyung gruñó, y luego dejó caer sus hombros.

—Vaya mierda —dijo como si su vida apestara, sin embargo, alzó el mentón y sonrió engreído—, supongo que es el precio de ser único en el mundo.

Todos rodaron los ojos.

Ignorando el comentario de Taehyung, Yoongi volvió a dirigir su atención en Hoseok. —¿Algo más?

—No por ahora, al bar iré en tres días más, no quiero levantar sospechas.

—Bien, no queda más que esperar. Ahora —Yoongi se puso de pie y apuntó a Taehyung con el índice—, inspeccionaré el terreno con Jimin y luego harás la rotativa conmigo a mi señal, en una hora aproximadamente —y se marchó, tomando la mano de Jimin y yéndose al instante.

—Van a fo-

—Te juro que si esa palabra sale de tu boca canalizo toda mi maldita energía en tu pecho, Mingyu —Taehyung gruñó y al segundo escuchó el seguro de una pistola. Movió la vista hacia el sonido, notando a Hoseok dejar unas cuantas armas creadas con ónice sobre la mesa. Era una clara señal de advertencia.

Jungkook le gruñó al cazador.

—Creo que esto es malditamente innecesario. —Dijo, brusco, empuñando las manos sobre la mesa.

Sin embargo, Hoseok no se veía para nada arrepentido de sus acciones.

Taehyung resopló molesto.

Tsk, estos bastardos se hacían llamar sus amigos.

Se puso de pie también.

—Con amigos como ustedes para qué quiero enemigos.

Mingyu se indignó y su mirada se encontró con la de Jungkook antes de volver a posarla en Taehyung, no creyendo lo que escuchaba de él.

—¡Me acabas de amenazar de muerte y te haces la víctima sólo porque Hoseok puso un arma sobre la mesa!

Taehyung iluminó sus ojos en rojo.

—Cría cuervo y te sacaran los ojos.

Mingyu viró los ojos, cabreado.

—Estoy seguro que ese dicho de mierda no funciona aquí, Kim Taehyung.

—Nos vamos también —Jungkook anunció de pronto, cuando sintió las cosas tensas, en serio, no podían tener una reunión normal ¿o qué?, de todas formas, se puso de pie y sin preguntarle realmente a Taehyung, lo incluyó en su despedida.

Su vista buscó la de Hoseok, el más sensato de todos. —Cualquier cosa infórmanos, aunque sea mínimo.

—Lo haré.

Taehyung ignoró a ambos chicos cuando abandonó el lugar con Jungkook, aunque ninguno se vio afectado por eso, parecía algo común de Taehyung ser así.

Ahora, el vampiro caminaba siguiendo los pasos de Jungkook cuando este le dijo que lo siguiera.

—¿Por qué no me dices? —preguntó luego de un rato caminando, negando con la cabeza—, puedo llevarnos ahí en un instante.

Jungkook negó y continuó caminando.

—Solo sígueme.

—Estoy perdido —le dijo, observando el bosque por todo el sendero—, apenas te veo, ¿Cómo te voy a seguir?

Era una mentira horrible, ridícula para un vampiro que, aparte de tener una visión casi microscópica, tenía la luz de la luna iluminando toda la reserva del bosque.

Jungkook hizo un ruido parecido a una queja.

—Eres estresante cuando quieres ¿uh?

Dijera lo que dijera, Jungkook no se detuvo, aunque Taehyung notó la forma en cómo el chico disminuía la velocidad de sus pasos. 

Le sacó una sonrisa ladeada y no tardó en aumentar los suyos, alcanzándolo.

—Está bien —confesó, cuando su mano se deslizó en la de Jungkook, entrelazándolas al instante, levantándola cuando estuvo conforme del agarre—, sólo quería tomar tu mano.

Jungkook se sonrojó poquito, sintiendo a su lobo satisfecho ante el delicado contacto, su piel helada incitándolo a él mismo a aumentar la temperatura, como si quisiera proporcionarle su calor, como si Taehyung tuviera frío cuando en realidad es normal en él.

Aun si ambos son conscientes de eso, su lobo quiere ser cálido.

Afianzó el agarre de sus dedos y continuó caminando.

—No incendies nada.

Taehyung gruñó, pero no respondió a eso, simplemente le sonrió con esa suavidad que podía transmitir en su rostro, observando el perfil de Jungkook a su lado como si fuera la primera vez que lo veía.

No lo era, pero a la luz de la luna, se veía reluciente, como si de alguna forma su piel fuera tersa y de porcelana, suave como la seda y es que así era, Taehyung ha tocado su piel, no las suficientes veces que él quisiera, pero si lo suficiente para hacerle una oda a lo delicada y cálida que es.

De pronto, sus ojos viajan a su cuello y la tensión de sus músculos se transmiten por todo su cuerpo cuando ve las pequeñas marcas de su mordida.

—¿Por qué no sana? —le dijo, alzando su otra mano y rozando sus nudillos suavemente en esa zona de la piel, observando cómo se erizaba ante el frío de su tacto.

—Está sanando, tarda porque es hecha por otro ser sobrenatural, pero sanará, Jin-hyung me dijo —Jungkook respondió, con la voz plana, como si no quisiera darle énfasis a eso, porque quizá, el lobo sabía la forma en como Taehyung se atormentaba sobre eso. 

Ante su explicación, sus dedos continuaron acariciando la zona y Jungkook extendió el cuello para darle más espacio, complacido como un gatito siendo mimado.

Taehyung se pregunta cómo es que se hubiera sentido en el caso de él haber sido un lobo también, quizá orgulloso de su hazaña, viendo que esa persona especial para él llevaba su marca, su mordida, aquel distintivo que demostraba que el chico ya tenía a alguien con él.

Si fuera lobo, sería bonito, porque sería una marca con un trasfondo especial.

Había pasado el tiempo suficiente en la manada para entenderlo.

Pero él era un vampiro y esa pequeña marca, casi desvanecida, era el fiel recordatorio de que pudo haberlo matado.

Un lobo muerde para marcar, para unirse, pero una especie depredadora y fría como la suya, lo hace únicamente para matar.

Ah, joder, Taehyung tuvo una especie de déjà vu cuando en el pasado amenazó implicitamente a Jungkook con morderlo y matarlo. Era tan estupidito.

—Ya —Jungkook codeó su costilla, haciéndolo saltar—, deja eso, no es tu culpa y es una marca que va a desaparecer con el tiempo, no es algo malo.

Taehyung le frunció el ceño, no a sus palabras, sino que a la forma en como Jungkook podía reconocer sus estados emocionales, o parte de ellos.

—¿Cómo es que puedes sentirme así? —le preguntó—, no suelto un aroma como ustedes, pero siempre sabes mis emociones, ¿es algún poder de alfa?

—Por supuesto que no —Jungkook volvió a codearlo cuando Taehyung lo empujó con el hombro, ambos moviéndose entre empujes suaves y juguetones mientras continuaban el camino.

Se sentía diferente, las cosas entre ellos se sentían diferentes, como si el camino bajo escombros y platos rotos hubiese llegado a su fin, encontrándose con un sendero de pasto suave y plano, el cual les daba seguridad y soporte.

Ante su pregunta anterior, Jungkook apretó los labios y no agregó más, no podía decirlo, es decir, se había imprimado, parte de su aroma se había acoplado al de Taehyung y bajo su mismo aroma impregnado en el vampiro, Jungkook podía sentir ciertas emociones emanar de él.

Había marcado a Taehyung a un nivel más allá de lo explicable.

Joder.

—Sé que me marcaste.

—¿Qué?

Taehyung observó su rostro cuando Jungkook se detuvo, observándole entre sorprendido y tenso como si hubiese sido pillado en algo malo.

Para el vampiro era taaaan obvio, que simplemente sonrió suave, como si quisiera darle a entender que no estaba molesto y que no era algo por lo cual debía asustarse.

—El aroma siempre está, es mucho más fuerte, Jimin no olía de esta forma cuando estaba con Yoongi, y de las pocas veces que he visto a Jin y a Namjoon tampoco sus aromas son así, lo saqué por conclusión, lo que tu hiciste fue marcarme, pero de una forma diferente ¿no es así?

A pesar de que la voz de Taehyung estaba lejos de ser molesta o burlesca, Jungkook no pudo evitar sentir su pulso acelerarse y el aire apretarse en su garganta, tenso ante la misma mirada profunda e intensa que le daba el chico.

Tragó, como si le costara un mundo la acción y luego sintió el calor recorrer su rostro.

—Fue mi lobo —confesó, no sabiendo cómo expresarlo en palabras porque era bastante difícil poder explicar lo que sentía y cómo se sentía. Se relamió los labios, apretándolos luego cuando vio que la gruesa mirada de Taehyung bajó hasta estos. Tuvo que controlarse un montón y necesitar todo de sí para concentrarse—, no sé cómo, pero mi lobo te marcó de forma inconsciente.

Taehyung guardó silencio y los músculos alrededor de su mandíbula se apretaron.

Jungkook no sabía cómo reconocer e interpretar el aroma a bosque y rosas que envolvió de pronto el ambiente, así que sintiéndose un poco nervioso, agachó la cabeza y la vista, observando ahora sus zapatos. 

El silencio perduró, y su lobo gruñó ante la actitud sumisa que estaba dando, obligándolo a levantar la cabeza y enfrentarlo.

Y fue ahí cuando supo y lo entendió a la perfección.

Para Jungkook fue un golpe de realidad que no esperaba al verlo así por primera vez, tan vulnerable.

Taehyung le miraba asustado, con miedo, como si de Jungkook dependiera el significado de su vida. 

Su lobo aulló y las ganas de arrullarlo lo invadieron como si ir en contra de ese deseo fuera a privarlo de todo el oxígeno que necesitaba para hacer funcionar su cuerpo.

Pero lo hizo, se privó de lo que su lobo imploraba porque se dio el tiempo de esperar al chico que le veía con ojos aterrados, su rostro manteniendo esa perfección que estaba fuera de este mundo, de este universo.

—Y eso... —comenzó Taehyung, con la voz ronca y gruesa, sus manos aun entrelazadas y apretadas fuertemente, el dedo pulgar de Taehyung haciendo suaves círculos en el dorso de su piel, como si la acción fuera una necesidad para calmar más a su propia persona que a Jungkook.

Jungkook tragó saliva.

—¿Eso qué? —susurró, con la mirada brillante, hipnotizada en la contraria.

—¿Eso es lo que ambos creen o...? —Taehyung pareció meditar sus palabras y Jungkook siente que descubrió un mundo nuevo de él, es decir, por mucho tiempo estuvieron en una cuerda floja donde ambos terminaban tirándose mierda, sus lenguas igual de filudas y sus personalidades fuertes y directas chocando a cada rato.

Así que se acercó cubriendo la distancia de apenas unos centímetros y gracias a la nula diferencia de alturas, liberó su mano y posó ambas tras su nuca, cubriendo con sus dedos el cabello sedoso y marrón claro del vampiro.

Las manos de Taehyung se apegaron a su cintura como si fueran un imán y Jungkook dejó exhalar el aire, complacido del contacto, dándose la libertad de acariciar ligeramente su nariz con la suya, como muchas veces quiso hacerlo.

—Este lado tuyo —comenzó, y Taehyung se perdió en su mirada cuando sus iris chocaron, el calor fluyó por su cuerpo y Jungkook sonrió liviano—, es tierno.

Le hizo un mohín.

—Prefiero ser llamado precoz y virgen antes que tierno.

Jungkook gruñó y tiró suavemente de su cabello.

—Deja de arruinar los momentos, Taehyung.

Y Taehyung rió grande, como casi nunca lo hacía, no esa sonrisa petulante y socarrona, ni tampoco esa risa engreída.

Era una risa real, que incluso lo hacía lucir ingenuo e inocente.

Jungkook desde pequeño creyó que, la persona que lo acompañaría para toda su vida, sería la más importante de la manada junto con sus hermanos.

Taehyung era... era su mundo, el universo completo, la razón de su existir.

Algo que simplemente hinchaba su pecho en un sentimiento suave.

Así que bendita vida que los entrelazó.

El destino estaba escrito y él ahora no evitó la forma natural en cómo, en medio de esa sonrisa, ambos se acercaron y se besaron.

Era hielo derritiéndose en sus labios, la sensación abrasadora de la temperatura de Jungkook quemando todo a su paso.

Tan cálido. 

Taehyung lo recibió gustoso, cerrando sus ojos y dejándose llevar por el toque suave y adictivo, besándole con ahínco porque era completamente delicioso, sus manos tocando su piel, su pecho sintiéndolo en el suyo propio, el golpeteo fuerte de los latidos como si fueran propios, haciéndolo gemir ronco, completamente satisfecho.

Sus manos vagaron por su cintura, hacia arriba y ahuecaron sus mejillas calientes, haciéndole cosquilla en sus palmas heladas, su dedo pulgar alisó los laterales de su mandíbula como si doliera y siguió besándole así quizá por cuánto tiempo más.

Jungkook se echó hacia atrás, queriendo romper el beso y Taehyung lo siguió, adicto a su sabor dulce, a su lengua, a su paladar, a sus labios suaves y esponjosos.

—Taehyung... —llamó apenas, y el chico continuó besándole como si ser llamado así por él, en un leve gemido, fuera el pase perfecto para hundirse en la sensación.

Fue alejado de esa boca de un empujón.

—Taehyung. Dios —Jungkook respiró agitado cuando le vio, y le enseño ligeramente los dientes, sin sonar amenazante, pero de igual formas viéndose serio, algo que contrajo ciertos músculos del estómago de Taehyung.

Mas aún cuando tuvo la vista de sus labios rojos e hinchados de lo mucho que había mordido.

Pero salió de su ensoñación como si hubiese recibido un golpe en su cabeza.

—¿Qué? —preguntó de pronto, girando su vista para todos lados—, ¿incendié algo?

—No —le cortó Jungkook, con los labios apretados, como si evitara reírse antes de agregar—: pero yo sí necesito respirar, bobo.

Taehyung le quedó mirando como si no hubiese escuchado bien, pero el ceño fruncido de Jungkook y la respiración profunda que dio, más ese plus de mejillas rojas, fue suficiente para entenderlo.

Era tan malditamente tierno.

Ellos siguieron caminando, sea donde sea que Jungkook lo llevara, Taehyung estaba bien con eso, estaría bien con él. Era suficiente.

Porque no importaba el lugar, importaba solamente él.

Y quizá está siendo ridículamente intenso, pero son pensamientos y emociones que no pueden detenerse.

Jungkook lo era todo.

—Aquí —le dijo finalmente el menor, alejándose de él y caminando hacia adelante, hasta ubicarse en la gravilla mezclada con la arena, la vista del lago tras Jungkook haciendo lucir la escena como la obra de arte más cara ubicada en el museo más importante.

Escaneó todo a su alrededor, Jungkook los había guiado hasta el sendero que daba paso al lago, un estanque que mostraba agua cristalina y  calma, sin marea, llena de minerales que le hacían adaptar un color turquesa, brillante ante la misma luz de la luna y las estrellas que se reflejaban como perlas.

Era hermoso. Taehyung había estado varias veces aquí, pero con Jungkook era diferente, más si el chico se ubicaba de pie frente a él, como si fuera aquello que le daba vida a la escena.

Así era, así se sentía.

No pudo evitar sonreír, cuando su mirada vagó desde el paisaje, hasta el chico a pocos metros de él. 

—¿Es una cita?

Jungkook se relamió los labios y no negó a su pregunta, aunque tampoco lo confirmó, su vista seguía seria, mas su aroma era igual de empalagoso.

—Aquí en el lago podremos entrenar —susurró, como si estuviese nervioso y el pecho de Taehyung se apretó al verlo tan cohibido con sus palabras. Jungkook no fue capaz de mantener su vista, así que la desvió, mostrando su perfil mientras veía el agua—, me refiero a que aquí podremos intentar hacer algo sin que incendies todo, hasta que lo controles.

Taehyung era un ser frío y gélido, pero mentiría si dijera que no sintió un calor abrasador fluir por su cuerpo cuando lo escuchó decir eso, como algo dulce que ahuecaba su cuerpo, haciéndolo vibrar y estremecerse por completo.

Sus ojos brillaron, y la sonrisa no podía retenerse de sus labios mientras se estiraba más y más en estos.

Esto para cualquiera podría significar nada, pero para él era lo suficiente.

Jungkook le importaba y se preocupaba por él.

Y si alguna vez él pensó que nunca se vería tan complacido y enternecido porque otra persona, especialmente un lobo, tenga estas actitudes por él, entonces fue muy estúpido de su parte porque justamente es lo que está pasando.

La soledad era algo tranquilo y pacífico para un vampiro, un hábitat en el que se sentía cómodo.

Pero esto, esto superaba en cantidades catastróficas la vida que había estado llevando en el pasado.

No es que sea triste, pero tener a alguien así le hacía encoger el pecho. Jungkook podría no colocarlo en palabras, pero era suficiente con sus actitudes, con su aroma, por cómo le miraba, por cómo se sentía cuando le besaba, cuando le tocaba.

Era como un hogar.

—¿Qué pasa? —Jungkook dijo, mirando a su alrededor— ¿estás bien?

—Si —respondió apenas, y se acercó a él—, ¿podemos entrenar ahora? —preguntó juguetón, en un susurro que hizo temblar su boca.

Sus labios rozaron los del chico cuando se acercó lo suficiente y Jungkook deslizó una sonrisa en los suyos.

—Define entrenar.

—Bueno, entrenar —dijo, ahogado, cerrando los ojos y dejando que sus manos acogieran su lugar favorito en el cuerpo del lobo—, entrenar la musculatura.

—No sé por qué pienso que tú-

Un aullido se escuchó a lo lejos, pero no era desagradable, era como un aviso y Jungkook lo entendió antes que Taehyung, separando sus cuerpos, pero no quitando las manos de sus hombros, observando hacia el lugar donde viajaba el sonido.

—Es Yoongi —Jungkook dijo y Taehyung gruñó.

—Podría no hacerle caso —Negoció, porque bueno, no había que tener demasiada inteligencia para saber que era mucho mejor aquí que irse a vigilar con el otro idiota.

Al parecer Jungkook no cría lo mismo.

—Ve, podemos empezar desde mañana —Le dijo, empujando su pecho, suavemente.

Taehyung hizo un mohín, mas no insistió porque sabía que Jungkook no daría su brazo a torcer.

—¿Qué harás tú? —Decidió preguntar, escuchando otro aullido, luchando con las grandes ganas de gritarle "ya voy" desde su lugar en el lago.

Se contuvo solo porque Jungkook habló:

—Jimin insiste que aún no me recupero, lo cual es estúpido porque he entrenado y me siento a la perfección, pero tiene el respaldo de Jin-hyung así que no estoy haciendo rotativas nocturnas hasta la próxima semana.

Taehyung asintió, estando de acuerdo con Jin y Jimin.

Es decir, le había quitado alrededor de dos litros de sangre, la pérdida habría sido mortal si no se detenía, por supuesto lo dejaría descansar una eternidad si así lo necesita.

Pero Dios, la culpabilidad lo carcome por dentro.

—Ya basta —Jungkook gruñó, tomando sus mejillas—, deja de sentirte así.

—Gracias, no se me había ocurrido antes —Taehyung soltó, sarcástico—, dejaré de sentirme así.

Jungkook rodó los ojos, pero sonrió.

—Idiota —susurró y se volteó para tomar el otro camino, el que daba a las casas de la manada.

Taehyung lo vio partir, esperando hasta verlo desaparecer antes de encontrarse con Yoongi, sin embargo, antes de que Jungkook comenzara a trotar para su casa, se volteó y se encontró con su mirada.

—Cuando termines ven a verme.

—Vivimos en la misma casa, cachorrito.

—Hablo de que vayas a mi habitación —Aclaró, y se veía abochornado, el calor fluyendo por su rostro cuando, sin desviar la mirada, alzó el mentón y susurró suave—, quiero arrullarte.

No esperó a que Taehyung respondiera, ni tampoco se quedó viendo la reacción de su rostro, Jungkook se dio media vuelta y se fue trotando a un ritmo suave.

Taehyung se tapó el rostro con una mano.

—Mierda —murmuró, sintiéndose avergonzado y tan feliz que algo explotó en el lago.

Hubo otro estallido y luego otro.

Bueno, por lo menos no estoy incendiando un árbol.

Taehyung gruñó fuerte, intentando controlarse y en su mente visualizó como si su energía estuviese contenida en un vaso, el cual él mismo tomaba e inclinaba, dejando caer la energía en su estado líquido en pequeñas gotitas.

Tuvo que esperar unos minutos para por fin calmarse, abriendo los ojos y observando a su alrededor, todo intacto, todo en su lugar, el agua del lago moviéndose en ligeras ondas que formaba la suave brisa.

Hubo un aullido corto, seguido de otro. Todos hechos por una misma persona.

—Ese jodido bastardo. —bufó, chasqueando la lengua.

Taehyung nunca había tenido la urgencia de ser tan lobo en este momento solo para aullarle de vuelta y llenarlo de insultos.

Claramente no podía, así que comenzó a caminar sin sentido y en menos de un segundo, el lago desapareció y él se encontró en la colina de la frontera sur, lugar donde había hecho su rotativa nocturna con Jungkook las primeras veces y Jimin los últimos días.

Ahora estaba Yoongi con él, a quien encontró con el rostro en dirección al cielo, quizá a punto de aullar otra vez.

—Estás loco —le dijo, chasqueando la lengua.

—Gracias —Yoongi se enderezó y le dio una sonrisa ladeada que él ignoró.

—¿Cómo es eso que Jimin accedió a que tú suplantes su lugar aquí conmigo?

—Quizá porque sabe que entre los dos, yo sería el vencedor.

Rió seco, y sus ojos no alcanzaron esa sonrisa cuando le miró serio.

—No me hagas que te tenga comiendo mierda, alfa Min.

Yoongi estrechó la vista, pero sea lo que sea que diría, murió en sus labios, como si estuviese conteniéndose de no seguirle el juego.

El lobo alfa negó con la cabeza y suspiró, cabreado mientras observaba el valle.

—Quería hablar contigo.

—¿De qué? —Taehyung pensó en muchas cosas e hizo un leve ruido con su boca cuando lo entendió—, si es sobre los niños diciendo que me como los cerebros de bebés, fue solo una pequeña broma. Me eximo de cualquier cargo porque no es mi culpa que crean la primera cosa que uno les dice.

—No es eso —le dijo, confundido al principio hasta que frunció el ceño cuando realmente lo proceso—, ¿¡Qué rayos Taehyung!? ¿por qué le dirías eso?

—Estaba jugando —se defendió, encogiéndose levemente de hombros y acercándose un poco más a Yoongi, no tanto, quizás a unos tres metros de distancia, lo suficientemente cómodo a su lado, teniendo frente a él la vista de todo el valle—. ¿Y bien?

—Es sobre Jungkook.

Guardó silencio.

Podía adivinar el sentido de sus palabras sin que Yoongi moviera un músculo, sin que soltara ningún aroma.

Taehyung se cabreó.

—Mira, esta charla del padre me gustaría tenerla con Jin —le soltó—, Jimin ya me dio la charla del hermano, no quiero recibir más.

—Solo me estoy asegurando —Yoongi le dijo, obviando su comentario, el cual en algún otro momento habría estallado en una discusión por quien soltaba palabras más soberbias y orgullosas que el otro. Esta vez, Yoongi estaba dispuesto a dar su brazo a torcer, porque de alguna forma, tratar con Taehyung siempre fue complicado.

—¿Asegurando de qué? —Taehyung rio sin ganas y algo ardió en su pecho cuando le miró—, ¿de que no lo mate?

No recibió respuesta, solo una mirada intensa que brillaba en destellos dorados.

Si hubiera sido el pensamiento de otra persona, Taehyung se habría indignado, quizá molestado.

Pero era Yoongi y lo entendía, es decir, él hace un tiempo pensó que su hermano había sido comido por estos lobos, que Yoongi lo había matado.

Aquí era lo mismo.

No era una conversación agradable de tener casi a las tres de la madrugada, pero Taehyung por un momento decidió ser honesto con sus pensamientos.

—Ves este valle —le dijo, optando por hablar cuando Yoongi no respondió a su pregunta, alzó la mirada hacia el espesor de todo el bosque, observando las copas frondosas de los árboles tapando cualquier visión que podría alguien tener bajo el claro—, quemaría todo —soltó sin más, con tanta honestidad que Yoongi lo sintió en el aire—, quemaría todo este bosque por Jungkook, por su bienestar. A ojos cerrados.

—Wow —Yoongi se sintió abrumado—, eso es demasiado intenso para que provenga de un vampiro, ¿seguro eres tú?

Taehyung rio sin gracia.

—Ustedes tienen un compañero, con quien escogen pasar el resto de sus vidas —soltó y ya se siente mareado de repetir lo mismo a varias personas, pero siente que es una etapa de su vida que tiene que cerrar, no quiere contárselo a nadie más y si bien, Yoongi no le caía para nada bien, tiene la necesidad de contárselo si así los dejaría tranquilos, a él y a Jungkook. Y no le mostró su rostro lamentable, sus miedos como lo fue con Jungkook, o su ansiedad como lo hizo con Jimin. Su mirada con él fue tenaz y decidida—. En cambio, un vampiro ama a una única persona, una única alma por siempre y para siempre —Yoongi frunció el ceño—, aun si esa persona muere, aun si esa persona deja de existir, estoy atado a su alma para siempre desde el momento que decidí estarlo.

Yoongi guardó silencio y no dijo nada por un buen momento.

Se sentía jodido, es decir, él estuvo cinco años sin comprender qué rayos ocurría con su lobo, luego estuvo enfermo cuando creyó que Jimin rechazaba la marca y casi muere cuando lo sintió morir.

No podía imaginarse esos mismos sentimientos acompañarlo por una eternidad.

Yoongi se imaginaba el presente de Taehyung tranquilo, asegurado al lado de Jungkook, quien parecía compartir de alguna forma los mismos sentimientos del vampiro.

Sin embargo, su futuro sería lamentable, miserable.

Eso sería... Yoongi ni siquiera puede imaginarse el dolor.

Una herida física sana, pero una herida del alma es para siempre.

Era inevitable no sentir pena por él.

—Está bien —le dijo, entendiéndolo. Tragó saliva y asintió, girando su cuerpo hacia él cuando se encontró con su mirada—, lo entiendo, es algo que-

Yoongi frenó sus palabras de golpe y su cuerpo entero se tensó de la nada, como si algo le hubiese quitado el oxígeno de sus pulmones, la fuerza de sus músculos, impidiéndole continuar.

Taehyung abrió los ojos en grande, con el ceño fruncido mientras lo veía, sin entender qué demonios le estaba pasando.

Las manos del alfa subieron hasta su garganta, pero no alcanzaron a cubrir la zona cuando todo su cuerpo quedó inmóvil, tensó, cayendo de bruces al suelo, comenzando convulsionar de la nada, los ojos volteados hacia atrás, volviéndose blancos.

Taehyung se quedó estupefacto, confundido ante su actitud, buscando alguna señal que le indicara lo que había pasado, notando recién en ese momento un pequeño dardo incrustado en el lateral de su cuello, justo en el centro de su yugular.

Sus ojos de inmediato se vuelven rojos, como luciérnagas que destellan sangre mientras que la esclerótica se oscurece por completo y todo a su alrededor explota bajo la incapacidad de controlar sus emociones.

Se mueve para proteger a Yoongi, quedándose a su lado, sin entender lo que ha pasado, ni como ese dardo llegó ahí.

Ni siquiera detecta energía nueva en la zona, pero sabe que tiene que salir de ahí.

Mira para todos lados con ayuda de la visión agudizada de su forma vampírica cuando escanea la zona en un rango de 360 grados, no encontrando respuestas ante el ataque.

Es ahí cuando el silbido del viento viaja y otro dardo se incrusta en la pierna de Yoongi, haciendo al alfa quejarse de un dolor retorcido.

La pierna estaba cerca de él.

Taehyung supo que, sea quien sea que los estaba atacando, lo estaba buscando a él.

Yoongi gritó de dolor, tan fuerte que la tierra tembló y los árboles cercanos se balancearon.

Taehyung actuó al instante, posando las manos en el pasto, haciendo rugir y partir la tierra hasta que pedazos de esta se alzaron como muros a su alrededor, como si hubiese formado un caparazón en forma protectora.

Se movió más cerca para tocarlo, pero se detuvo cuando Yoongi se retorció, rugiendo hasta que sus huesos crisparon y la tela se desgarró, teniendo frente a él a un inmenso lobo blanco que se quejaba de dolor en aullidos lamentables, botando sangre de sus fauces.

Taehyung sabía que iba a requerir un montón de energía transportar a un animal de su tamaño, pero lo hizo de todas formas.

En menos de un segundo, su cuerpo y el de Yoongi golpearon el piso de la clínica, donde Jin estaba, haciendo crujir toda la infraestructura al no medir la distancia del viaje, demasiado nublado bajo sus propias emociones.

Alguien jadeó en un grito.

—¿¡Qué paso!? —Jin se arrodilló a un lado del lobo y comenzó actuar de inmediato, escaneando sus ojos y su boca—, ¡Yoongi! ¿¡qué le ocurrió!? ¿¡por qué está así!?

—Lo envenenaron, no sé con qué, pero algo le hicieron.

—Lía, Mingi —Gritó, casi rugiendo y ambos enfermeros entraron al instante, soltando un jadeo horrible al encontrar a su líder en ese estado, con el hocico ensangrentado, manchando la piel albina de su pelaje.

Taehyung sintió sus oídos aplastados, pero pudo notar el leve gemido de un lobo ahí en la sala, no sabiendo de quien era ni de dónde provenía.

Y se estaba moviendo de ahí para darle espacio a los enfermeros que iban llegando cuando una mano envolvió su muñeca, haciéndolo detener.

—¿Qué ocurrió? ¿Qué vas a hacer?

—Voy a volver —sentenció, con la voz de ultratumba, sus ojos centelleando en un rojo demoniaco que sabe, hizo encoger al lobo de Jin—, sea quien sea que haya sido, las va a pagar muy caro —afirmó, alejándose de su toque y retrocediendo una distancia prudente de él—, avísale a los capitanes que la frontera sur fue atacada, que lleven refuerzos.

Jin actuó al instante, moviéndose y siguiendo sus órdenes sin rechistar, sin siquiera negarse ante la demanda autoritaria de un vampiro.

Porque no había tiempo.

Taehyung lo sabía, y por lo mismo, antes de desaparecer de ahí, le dio un último vistazo al doctor, viendo cómo se llevaban a Yoongi a otra sala.

—Jin —le llamó, con una voz demoniaca—, no le digas a Jungkook —susurró, y sus labios temblaron al tan solo imaginarse al chico enfrentando el peligro, su dulce sabor aun latiendo en su paladar como si tuviese pulso propio—, no lo hagas preocupar, me encargaré de que esto termine en un instante.

No supo si Jin estuvo de acuerdo, pero esperaba que sí, cerró los ojos sin esperar respuesta y su mente visualizó el campo.

Al momento de abrirlos, estaba ahí, dentro de aquel caparazón que había alzado desde la tierra.

Frunció el ceño cuando algo dolió en su cabeza y el vaso que llevaba sosteniendo delicadamente en su mente, se cayó, derramándose por completo.

La tierra a su alrededor explotó en pequeños pedazos de gravilla que salió disparada para todos lados, y cuando observó nuevamente el valle en busca de respuestas, hubo un silencio perturbador, como si el tiempo se hubiese detenido, como si nada respirara cerca, como si aquel bosque se hubiese quedado sin vida.

No.

No era el bosque, no era esta zona.

Se trataba de él.

Había algo perturbando sus sentidos.

Pero fue tarde cuando logró comprenderlo, una luz lo cegó, como un flash que destelló en toda la noche y luego nada.

Lo último que sintió, fue algo tibio en su cuello y la sensación de haber perdido su forma física, como si solo fuera consciente gracias a su alma.

Se había desmayado.

Y cuando despertó, lo hizo sólo porque un fuerte dolor ardió en todo su vientre, como si estuviese siendo quemado.

Rugió con fuerzas apenas fue consciente del aroma irreconocible para él, la gente a metros de él, las paredes de su alrededor. 

—Kim Taehyung —dijo un hombre de bata blanca, el que estaba frente a él y el que parecía ser la cabecilla del resto. Taehyung tiene una memoria indiscutible y sabe quién es él: el mismo humano que visitó la frontera meses atrás. El hombre sonrió con suficiencia cuando sus miradas se encontraron—, no sabes lo mucho que te he buscado.

Se dio cuenta que no pudo moverse cuando lo quiso herir, no pudo ver, no pudo hablar, fue como si su cuerpo no fuera realmente parte de él cuando sintió ataduras en su vientre, muñecas, cuello y pies.

Lo único que quedaba libre, era su mente.

No pudo evitar pensar en Jungkook.

Únicamente en Jungkook cuando la consciencia se le fue.

Jungkook, Jungkook...





mucho texto ahr iba a dividirlo pero decidí que no, muchas gracias por leer uu

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