Espejismos
Por un momento olvidé el propósito de mi historia.
No lo pensé mucho y casi caigo en la deshonra.
Pero ya no soy un niño estúpido, nunca lo he sido;
lo que otros hacían por inercia, jamás lo he creído.
Qué raro es amarme a mí mismo.
Cada vez me importan menos los espejismos.
Y aunque parezca extraño, al parecer siempre estuvo ahí.
No me di cuenta hasta el día en que caí.
Sin embargo, no quiero tomar atajos.
En la vida hay derrotas y fracasos.
¿El tiempo cura las heridas?
No, fui yo el que tomó las riendas de mi vida.
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