Treinta y dos
Capítulo 32
Hermandad
Capítulo final
Estar en la cárcel era como volver a la escuela, sólo que con gente peligrosa que no dudaría en saltarte a la yugular. Al menos así era para TaeHyung, mientras hacía la fila con los demás presos en el comedor sostenía una bandeja vacía en sus manos esperando a ser llenada, pasaría mucho tiempo en prisión, debía comenzar a ver ese lugar como su hogar, todos allí tenían casos tan graves o delicados como el suyo, todos los días alguien acababa en una pelea mortal que los llevaba directo a enfermería, más presos entraron por las puertas grandes del comedor, entre esos su hermano. JungKook no dejaba de tener problemas desde que llegó al lugar, tenía su labio roto, el puente de su nariz descansaba una curita por una herida allí, tenía hematomas por su rostro y parte de su cuerpo también, ser arrogante, idiota y engreído en ese lugar no servía de mucho.
Creerse el dueño de todo tampoco.
Luego de la condena en los juicios, JungKook obtuvo más años en prisión que TaeHyung, cosa que le irritó por completo al primero. Tendría que esperar a salir de esa porquería para ir tras Yoo GulMi, no iba a rendirse.
Una vez JungKook tomó asiento en la mesa hizo una mueca de dolor por los golpes en su cuerpo, frente a él se sentó su hermano con la bandeja igual de llena. Lo miró sin expresión alguna por unos instantes comenzando a comer, seguía muy resentido además de molesto con TaeHyung.
—No te vi en el comedor anoche—decidió iniciar una conversación—¿No tenías hambre?—obtuvo silencio. En su lugar, JungKook tomó una cucharada del puré de papas—Algunos días no es tan mala la comida aquí, ¿No crees?—de nuevo silencio—¿Sigues odiándome por lo que hice?, ¿No volverás a hablarme?, ¿Enserio quieres ignorarme?, por eso terminas en problemas.
—No, estoy en problemas por tu maldita culpa—acusó con las mejillas llenas—Tengo un hermano muy traicionero.
—Hicimos las cosas mal, JungKook, hicimos daño a mucha gente...
—¿Debería importarme?
No tenía caso hablar con él de lo mismo cuando se negaba a aceptarlo.
—No me gusta verte con todos esos golpes.
—Entonces no debiste traerme aquí.
—Olvidemos lo que pasó, estoy harto de seguir pensando en ello.
JungKook sonrió con cierta malicia.
—Dime algo, ¿Sigues pensando en GulMi?—ladeó su cabeza con sus brazos apoyados de la mesa—Sí, claro que sí, apuesto que sueñas con ella todavía—Tae bajó la vista a su bandeja—Una vez que salga de aquí iré por ella.
—No lo hagas.
—Lo haré. Es totalmente ridículo que una maldita muda como ella nos haya encerrado en esta porquería.
—Ella no hizo nada, fui yo—intentó desviar su atención.
—No eres un héroe, hyung—indicó serio—Eres sólo un cobarde que cree que por colaborar con la ley su carga disminuye, eres un loco como yo, eres una basura como yo, eres tan asesino como yo—TaeHyung mantuvo sus ojos en él no muy contento—¿Crees que el tiempo en la cárcel nos volverá "buenas personas"?, no es así, sólo me permitirá crear un buen plan con diferentes salidas para eliminar a esa zorra—sonrió de nuevo—Hazme el favor de no hablarme de nuevo, me enfermas con sólo verte y aumentas mi odio a esa puta—se levantó de la mesa retirándose. Había perdido el apetito por completo.
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Despertó con la respiración entrecortada y la frente sudorosa. Había tenido una pesadilla donde JungKook era el protagonista, miró alrededor encontrando a los demás presos con quien compartía celda totalmente dormidos. Restregó sus ojos repitiéndose que fue un mal sueño, aunque sabía que podía hacerse realidad en el futuro cuando cumplieran sus condenas.
No podía permitirle lastimar a GulMi.
Había intentado hablarle, conseguir su número, pero nadie estaba dispuesto a conseguírselo. El oficial Choi dejó de verlo luego del juicio, no tenía como llegar a la chica que le gustaba, un tanto frustrado volvió a acostarse en su colchoneta, respiró profundo mirando al techo, en medio del silencio y la oscuridad se quedó dormido al cabo de unos minutos.
Era más allá del mediodía, los presos se encontraban en el patio totalmente vigilados por los guardias, TaeHyung estaba sentado en una de las gradas mirando los que se ejercitaban, paseó la vista por los que jugaban ajedrez, algunos leían un libro o conversaban entre sí, en toda la mañana no había visto a su hermano. ¿Dónde estaba?
—¿A quién buscas?—dicho y hecho, el pelinegro apareció por las gradas caminando sobre ellas.
TaeHyung guardó silencio. Un pensamiento había estado rondando en su mente, la única manera de que JungKook dejara en paz a GulMi...era morir. El chico maltratado por los golpes levantó una de sus cejas con sus manos en los bolsillos de ese uniforme beige.
—¿Por qué te quedas callado?
—Me dijiste ayer que no querías verme.
—Siempre digo cosas.
—¿Dónde estuviste?, no te vi en el comedor esta mañana.
—No tenía apetito—saltó un escalón de las gradas—¿Por qué me ves así?
—¿Volvieron a golpearte?
—No—respondió—¿Ibas a defenderme?, porque me parece que es muy tarde considerando los hematomas que tengo por tu falta de protección.
Tae levantó sus cejas cruzándose de brazos.
—Siempre dijiste que no necesitabas que te cuidaran.
—¿Y ahora si me escuchas?
—Te dije que debías dejar de ser tan egocéntrico, estas personas pueden acabar con nosotros en un instante...
—¿Hasta cuándo dejarás de ser tan cobarde, hyung?—chasqueó la lengua repetidas veces mientras negaba con la cabeza—Por esa razón estamos aquí.
—No sigas metiéndote en problemas.
—Yo amo los problemas—se encogió de hombros—Y hablando de problemas, te mostraré lo que estuve planeando para mi venganza. Sígueme.
TaeHyung dudó, pero acabó aceptando. Se alejaron del patio comenzando a escuchar menos ruido, llegaron a un pasillo donde al final se encontraba un basurero, las bolsas que los presos habían cargado en la mañana estaban allí, Tae frunció el ceño deteniéndose cuando su hermano lo hizo. JungKook a su lado fue más rápido, un ardor en su abdomen le hizo bajar la mirada allí, la mano de JungKook sostenía una navaja pequeña, probablemente robada de alguno de los presos.
—¿Qué...?—tomó su brazo y lo alejó. La sangre manchó su uniforme, llevó su mano allí con una mueca de dolor.
—Ayer cuando hablamos, luego de hablar, pensé, Tae saldrá antes que yo de prisión en unos años, arruinará mi plan para GulMi. Lo conozco muy bien para saber la clase de idiota que es—sonrió ladinamente. La hoja de la navaja goteaba sangre—Fue realmente fácil traerte aquí.
—¿Crees que no sabrán lo que haces?—Tae retrocedió a medida que se acercaba—¿Enserio lastimaste a tu hermano?
—¿Y tú?, abandonaste a tu hermano por una mujer—siguió acercándose—Papá estaría muy decepcionado de ti, oh, es cierto, siempre lo estuvo.
—Estás loco.
—Estamos locos, hyung, no te olvides que eres peor que yo.
La navaja fue en su dirección de nuevo, esta vez detuvo el brazo de su hermano sujetando con fuerza su muñeca, JungKook sin rendirse ejerció fuerza opuesta, la herida de Tae sangraba más volviendo más grande la mancha en su abdomen, su mano había manchado la manga del pelinegro. Las cámaras en ese pasillo no servían, por eso había llevado al mayor allí, sí, era decepcionante para TaeHyung saber que su hermano estaba dispuesto a asesinarlo, pero en su interior no le sorprendía del todo.
Un quejido de dolor se escuchó de los labios de TaeHyung, la adrenalina aliviaba dicho dolor un poco, aunque no lo suficiente. Empujó a JungKook contra la pared de concreto, éste se quejó por el golpe recibido en su espalda, mientras Tae intentaba que soltara la navaja, él se aferraba con todo queriendo herirlo de nuevo.
Y fue entonces que la fuerza de TaeHyung terminó siendo la más dominante, la navaja fue introducida en la garganta del chico cortándole la respiración a JungKook. La hoja salió y volvió a entrar en el mismo lugar tres veces, intentó hablar sin mucho éxito pues comenzaba a ahogarse en su propia sangre, el cuerpo cayó al suelo justo cuando el grito de un guardia se escuchó alertando a los demás.
Tae soltó el arma, todo comenzaba a dar vueltas, primero cayó de rodillas y acabó en el suelo, había perdido mucha sangre para entonces. Miró a su hermano sin vida con ojos totalmente abiertos, no había nada en ellos, estaban vacíos.
"Yo lo asesiné, asesiné a mi propio hermano. ¿Por qué no me siento mal por ello?"
Que bonita relación de hermanos, ¿No creen? (Nah, no se crean, no hablo enserio)
El próximo será el epílogo.
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