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Supongo que a esto es a lo que estaba acostumbrado. A ver a las personas que me gustan con alguien más, siendo felices. No puedo decir que estoy destruido por completo. Porque mi mundo sigue sin girar alrededor de Jaemin pese que aquí parezca eso. Pero sí una parte importante lo hace, y aunque no sea lo suficiente como para dejarme destrozado, sí me deja un poco roto.

Aun así, admiro lo que contento que se ve, porque hacía tiempo que no lo veía de esa forma.

Ni en las vacaciones de verano esto pasaba y para mí, ese había sido el momento más memorable sin dudas. Pero supongo que ambos vemos las cosas diferentes y que, después de todo, no somos tan parecidos como él había dicho.

Sonríe más y en general se ve más emocionado cuando va a ver a la muchachita que es un año menor que nosotros al piso que le corresponde a los de segundo. ¿Se habrá puesto alguna vez así al pensar en verme? Porque para mí habían sido muchas las veces, solo que luego se volvió una rutina y no había nada muy especial en verlo. No porque no me importara, sino porque ya era cotidiano.

Su novia no me gustaba en lo absoluto, parecía demasiado embelesada y dependiente de él para estar juntos solo una semana. Había tenido también una pequeña interacción con ella que había sido muy fuera de lugar, y eso había sido sin saber que era cuando ellos estaban coqueteándose.

Desde el principio me olía a chamusquina, pues no me fiaba de ella pero tampoco podía tomármelo muy a pecho porque no confiaba en mucha gente desde un principio. Y de todas formas, ¿qué podía hacer yo? Si le advertía, no quería que pensara que lo hacía porque estaba intentando dejarme la vía libre, sino porque estaba preocupado por él. ¿Pero cómo podría respaldar yo esto? Simplemente no me correspondía hacer nada.

La verdad es que me sorprendió lo rápido que se dio cuenta que ella era una persona de la que había que tener cuidado. Más que por ser alguien mala, era porque tenía demasiadas cosas que atenderse en terapia y eso a Jaemin le traía malos recuerdos de una de sus exnovias.

En una charla entre Donghyuck, Renjun, él y yo, había surgido el tema, y con tan solo plantear su situación, para mí ya era demasiado obvio donde iba a terminar esto. No sé cómo, pero Renjun y Donghyuck habían visto cosas que tampoco le habían gustado en esa chica, pero tampoco habían actuado porque no les correspondía.

Al final, fui yo quien le dijo que quizás romper era la solución de todo, solo para no terminar lastimándose más mutuamente. Creo que por eso pensó que ya no me gustaba.

—Esto del amor no es lo mío. —Me había dicho ese mismo día—. He intentado con todo tipo de personas, y cada una termina peor que la otra.

Las ganas de decirle que no lo había intentado conmigo me carcomieron en ese instante, pero me mordí la lengua por respeto hacia mí mismo y hacia su próxima ruptura.

Sin embargo, escuchar comentarios como «es tan preocupada por mí», o «escribe muy bien por mensaje, sin ninguna falta ortográfica»; «es muy cariñosa conmigo» o «estamos haciendo que las cosas vayan a su flujo» eran, definitivamente, lo queno quería escuchar.

Porque si había alguien preocupado por él era yo, que enseguida le pregunté qué le sucedía cuando lo vi desanimado y supuestamente todo iba viento en popa en esa relación. O alguien que escribía sin fallas a través de mensajes también era yo; si había alguien a quien le brindaba mi cariño era a él, que le dedicaba mis caricias. Y si había alguien que se había dejado llevar por el flujo de las cosas, había sido yo, que siempre había estado con las expectativas más altas de lo que debería. Sin estar seguro de cuáles eran sus sentimientos por mí.